Damien Chazelle es uno de mis directores favoritos trabajando actualmente. El porqué de mi opinión no debería ser secreto para nadie: tanto Whiplash como La La Land (sus primeros dos filmes) se encuentran entre los mejores que he visto en mi vida. Os podéis imaginar que mi expectación por la tercera película de este cineasta se encontraba por las nubes. Según yo lo veía, esta era la última prueba que él debía superar para terminar de consolidarse como uno de los más grandes de la historia, pues por primera vez le tocaba plasmar en la pantalla un guión que no era suyo. Por regla general, es más fácil dirigir una película de forma efectiva si uno también la ha escrito; un buen director muestra su auténtica versatilidad cuando debe sacar el máximo potencial de una historia ajena.
¿Qué me ha parecido, pues, First Man (El Primer Hombre), el biopic acerca de Neil Armstrong y su viaje a la luna?
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No voy a mentir ni voy ocultar mi decepción ante el resultado final.
Intentaré ser lo más claro y conciso posible. Aunque está lejos de ser una mala película, tampoco se halla mínimamente cerca de la calidad a la que aspira. Me duele mucho decir esto, pero First Man es un continuo quiero y no puedo en todos los aspectos de su producción. Cada vez que trata de tomar un nuevo concepto o explorar diversos campos se ve incapaz de llegar hasta el final, así que lo abandona, dejando la experiencia a medias para el espectador. Realmente, da la sensación de que todos los elementos de la cinta están incompletos, y de haber pasado más tiempo cocinándose en el horno (o preparándose, dicho de forma no metafórica) el resultado habría sido mucho mejor.
Ryan Gosling se mantiene en su línea. Yo siempre lo he considerado un genial actor, ya que su aparente rigidez expresiva es única y nunca ha fallado a la hora de comunicarme a la perfección una infinidad de sensaciones distintas. En esta ocasión nos ofrece un buen trabajo (con ciertos planos dramáticos excelentes) que, desafortunadamente, no termina de convencerme. Si estuviéramos ante otro tipo de personaje mi opinión sería otra; no obstante, siendo Neil Armstrong alguien real, Gosling termina por ser incapaz de aportarle la profundidad necesaria para que lo veamos como una verdadera persona y solo consigue que lo reconozcamos como un astronauta, no como el auténtico Armstrong.
Eso sí, Claire Foy roba cada escena en la que aparece. Es una pena que hayan sido tan pocas y le hayan dejado tan poco espacio para desarrollar su personaje, porque podríamos haber presenciado algo grande.
En el guion hallamos el mayor número de defectos. A mi ver, está demasiado distraído y no sabe dónde enfocarse para que la cinta resulte interesante. Se limita a contar la historia a base de escenas con poca cohesión entre ellas, de manera que el producto final parece más un documental inacabado que una película poseedora de una narración fluída. Yo creo que si se hubiera concentrado en un único aspecto concreto de la historia verdadera podría haber sido más atrayente y mucho mejor en general.
¿Por qué digo esto?
Primero y principal, los personajes poseen una profundidad insuficiente para la excesiva duración del filme (algunos secundarios incluso son peligrosamente planos). En ningún momento el espectador se identifica con Armstrong o con sus (¿inexistentes?) motivaciones. No compartimos su viaje o su crecimiento. El personaje se mantiene igual a lo largo de la primera mitad, sin apenas recorrer un arco argumental definido. Los pequeños momentos de evolución quedan relegados a un plano secundario nada satisfactorio (la rabia por la muerte de sus compañeros, la necesidad de terminar el proyecto por ellos, etc). No existe camaradería entre los astronautas (ni comparten escenas relevantes ni se explora la relación entre ellos), así que al público le es indiferente cuando algún secundario perece. Tampoco tenemos una visión adecuada de la familia y cómo esta funciona, por lo que a veces el drama personal se siente ligero y vacío. La trama avanza a trompicones con una sobreabundancia alarmante de clichés que la hace previsible y apática. Para terminar, las misiones espaciales iniciales pecan de repetitivas y contribuyen poco al progreso de la obra. ¿Cómo es posible que todos estos detalles no hayan sido bien desarrollados en 133 minutos? Porque, bajo mi punto de vista, el guion se excede con la duración de escenas que nada aportan, y deja lo mejor para una conclusión demasiado alejada en el tiempo. Todo mejora con los últimos 30-35 minutos, donde podremos apreciar lo buena que podría haber sido First Man si hubiera contado con una mejor estructura. En el tramo final hay tensión, hay emoción, hay dilemas y hay maravillas técnicas que, tristemente, se sienten lastrados por la menos competente hora y media previa. En conjunto, la experiencia es extremadamente plana y convencional, nada del otro mundo.
Chazelle abandona su precisión técnica habitual y presenta una dirección más mundana, más común. En vez de la cámara estática, predominan los planos tomados a mano. Estos dan un toque de movimiento y desequilibrio que no sienta bien a la película. Quizás Challeze haya optado por ese estilo intentando crear una mayor sensación de realismo e inmersión del espectador, pero a la larga termina sin funcionar para mí. En varias ocasiones, planos confusos y agitados en momentos innecesarios me distraían, sacándome de contexto. Falta una mayor cantidad de momentos íntimos para que podamos empatizar con el personaje, con su mundo, con su misión. Cuando se tienen problemas en la nave no transmite de forma eficaz la angustia o la claustrofobia debido a una edición pobre y a un torpe control del suspense (algo que me parece impensable conociendo sus anteriores obras, pero bueno).
Técnicamente es impecable, cierto, y la fotografía es majestuosa. Aun así, no me impresionó ni hizo que me sintiera honestamente cerca del espacio.
Eso sí, el aterrizaje a la luna y el posterior regreso de los astronautas a la tierra bien podrían ser algunas de las mejores escenas que he presenciado en mucho tiempo. Una pena que, al no estar respaldadas por el metraje que las precede, no lleguen a ser tan emocionantes como deberían.
Y recordad: First Man no es mala. Es... "correcta". Pasable. ¿Entonces, por qué la critico tan negativamente? Precisamente por eso, porque solo llega a ser dolorosamente correcta. No destaca en ningún ámbito, no va más allá de lo mínimo esperable en una película. Ofrece lo justo y necesario para que no resulte infumable, y ya está. Carece de pasión, de fuerza, por lo que la experiencia en conjunto, aunque bella y bien realizada, es tan fría y vacía como el mismo espacio que los astronautas exploran.
Este problema es empeorado cuando uno se da cuenta de la ingente cantidad de potencial que ha sido malgastado. Desperdiciado. Perdido para siempre. First Man trae muchas cosas interesantísimas que podrían dar muchísimo de sí (dar un drama familiar competente, aportar reflexiones sobre el excesivo precio a pagar de ciertas acciones, y más), pero nunca las remata. Estas se quedan flotando en el aire y el espectador solo puede imaginar cómo cambiaría el resultado de haberlas aprovechado. Eso es lo que me entristece de First Man: comparar todo lo que pudo haber sido fácilmente, con todo lo que es.
Un director magistral. Unos intérpretes brutales. Una historia interesante. Unos efectos técnicos de lujo. Ni con estos elementos está asegurada la gloria.
6,75/10.
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