Ahora que me ha dado por comentar sobre otro contenido aparte del cinematográfico, era imposible que no le hiciera justicia a Gantz, una de las mejores historias que he tenido el placer de leer en mi vida, mi cómic favorito únicamente después de 20th Century Boys.
La crítica estará, como siempre, libre de spoilers hasta previo aviso; por lo que me gustaría que aquellos que no conozcan esta aventura leyeran lo que tengo que decir sobre ella a ver si así, en el mejor de los casos, les creo un deseo interno de contemplarla para que sean capaces de disfrutar tanto como yo lo hice.
Tengo mucho de qué hablar en lo relacionado a esta novela gráfica, pero si únicamente os interesa mi último resumen o mi opinión sobre su clímax, id directamente al final.
Vamos allá.
Yo no comencé con la lectura, sino que vi el anime primero. No me arrepiento: desde mi punto de vista es un buen anime (cuando es fiel al manga) que me mantuvo con el corazón en el puño en todo momento. Hasta el capítulo 21, más o menos.
Si comenzaste con el anime, déjalo en ese capítulo y continúa con el manga. Porque a partir de ese punto el anime alcanzó al cómic y tuvieron que inventarse un final alternativo para acabarlo; por aquel entonces, Gantz era una historia que aún carecía de sentido y nadie sabía cómo iba a acabar salvo su autor, quien terminó 10 años después. Como estaréis pensando, eso no podía acabar bien.
El final inventado para el anime fue penoso y dejaba más preguntas que respuestas, si es que respondía algo; en consecuencia, he optado por ignorarlo. Para mí, el anime termina en el episodio 21. Si te quedaste con ganas de comprender toda la situación, entonces como ya he dicho, recurre al manga. En el caso de que no hayas visto el anime, empieza directamente con la lectura, pues el autor es un genio de la narrativa y ni siquiera animando su obra se acercan a la experiencia que el manga ofrece.
Inicialmente, se nos presenta como una historia de acción y desnudos gratuitos carente de significado. Es muy violenta, y creo que hasta me quedo corto. No tiene reparo en mostrar mutilaciones horripilantes. Sangre, vísceras y demás están presentes en cada página. Sin temor a equivocarme, aseguro que es uno de los cómics más desagradables que existen por su contenido truculento tanto gráfico como argumental. Los dibujos de chicas atractivas (comúnmente desnudas) también son algo recurrido. Peca en el apartado de los personajes femeninos (se nota que están escritos por un hombre) y es la única queja que tengo de esta obra. Si no eres capaz de soportar algunos de estos dos aspectos, ni se te ocurra leer Gantz.
Si lo mencionado no te importa y crees que a pesar de ello una historia buena con excelentes personajes puede ser contada, quédate. Este es tu manga.
Tenemos un gran elenco de individuos con personalidades, en su enorme mayoría, asombrosas, exploradas con paciencia y buena letra. El autor no tiene prisa y se toma su tiempo para desarrollarlos. Todos ellos son muy humanos, pero no en el sentido realista (cada uno es más raro que el anterior, y ya es decir), me refiero a sus reacciones, a la forma de actuar ante la adversidad. Son reacciones muy humanas ante los hechos tan descabellados a los que deben enfrentarse continuamente, que les harán cambiar de manera drástica su forma de ser y de ver el mundo. Puedo asegurar sin reparos que estoy ante ciertas de las mejores evoluciones que he presenciado nunca; todas conseguidas, encima, con un reducido uso del diálogo. Este apenas se utiliza, y cuando sí se usa, es para plasmar pensamientos muy concretos de los personajes, ya que a estos les definen más sus acciones que cualquier otra cosa (un claro ejemplo de la maestría narrativa del autor).
Puede parecer un argumento completamente ilógico, pero es sumamente original y crítico cuando se comprende en su totalidad. Gracias a la adición de la acción a él, se transforma en una obra amena que se lee rápidamente (incluso contando con su apabullante longitud, más de 6000 páginas) y hasta aquellos que busquen únicamente entretenimiento puro y duro la disfrutarán.
Una de las palabras que mejor lo definen es impredecible: nunca sabes qué va a pasar, qué tertulia van a aguantar los protagonistas ahora, o quién será el siguiente en morir. Eres llevado hasta lugares recónditos que no habrías esperado ni en un millón de años, y lo mejor es que a veces se dejan en el aire reflexiones brutales de todo tipo para que te casques la cabeza, incluso una vez terminada la lectura.
En el clímax todo lo ilógico se vuelve lógico, las situaciones cobran sentido y gana un trasfondo extraordinario. Por muchas cosas a las que los humanos debamos enfrentarnos en nuestra existencia, nuestro mayor enemigo siempre seremos nosotros mismos.
El concepto de "los alienígenas" es usado de una manera poco común: no hay ni buenos ni malos, solo criaturas que tratan de sobrevivir y usan métodos distintos para ello, tan distintos como esconderse, hasta la aniquilación del problema sin piedad. En general, esta ambigüedad moral en cada personaje hace de Gantz una obra sumamente rica en matices.
También se utiliza en cierto modo para mostrarnos a los humanos que no somos ni la mitad de importantes o relevantes de lo que creemos ser. No somos nada.
Hiroya Oku, el autor, sabe mantener en tensión absoluta al espectador durante el tiempo que haga falta. No obstante, son las peleas donde me quito el sombrero. Puede que este sea el cómic en el que mejor recreados están los combates (aunque hay pequeñas excepciones donde es difícil entender qué pasa). Estos pueden durar decenas de capítulos, hasta sagas enteras. No he visto, todavía, mejores peleas. Oku comprende el medio al que pertenece (cómic) y aprovecha sus ventajas para crear la máxima experiencia. Usa la anticipación, dobles páginas de impacto, coreografías excepcionales, etc. Yo sentí cada puñetazo, aplaudí cada victoria, me inundaba la emoción de cada movimiento, padecí cada golpe mortal, me angustié cuando se enfrentaban a un enemigo infinitamente superior al que no había manera de derrotar.
Su capacidad de transmitir sentimientos y sensaciones no tiene igual. Destaco la desesperación omnipresente que me sacaba de mis casillas o la tristeza cuando uno de los protagonistas nos dejaba. Con miles de escenas los pelos se me ponían de punta. Gantz es, sin duda alguna, el cómic más emocionante que he leído jamás. Y esto es un mérito, ya que lograr que al lector le den chutes de adrenalina suficientes para que se levante de la silla con ganas de gritar de emoción, utilizando únicamente putos dibujos, requiere una habilidad sencillamente maestra en la narración, el ritmo y la comprensión de cómo funcionan ambas. Como ya he dicho, en ese sentido, Oku es un genio.
Y no solo eso. Además, como antes he mencionado antes, muchos mensajes viven dentro de las páginas de este cómic. Se nos ofrece un mundo más cruel (aún si cabe) que el nuestro. En el autor apreciamos un esfuerzo continuo por mostrarnos la cara "más fea" de la sociedad. Si eres capaz de leer entre líneas (ojo, yo soy un pringado y he visto los mensajes, así que no hace falta ser un lince), puedes encontrar numerosas enseñanzas y reflexiones en su mayoría pesimistas. La filosofía de Gantz no es barata. Expresa, de acertada manera, que carecemos del valor que nosostros mismos no atribuimos. Los humanos somos un producto de la casualidad y no somos especiales. Nuestra vida, nuestra muerte o nuestras acciones no poseen sentido o importancia. Ese regalo que para nosotros lo es todo, es decir, la vida; es un concepto vacío.
El dibujo es indudablemente raro. Al menos, un servidor jamás había visto nada parecido antes; lo cual no es un problema, pues me adapté en seguida y me gustó mucho. Tanto, que ahora lo echo mucho de menos en los nuevos cómics que leo. Oku se esmeró especialmente en los diseños de las mujeres, sus curvas y figuras. Vaya un elemento estaba hecho el señor.
Los diseños de los extraterrestres también molan muchísimo. No recurre al estereotipo de marcianitos verdes, sino más bien a elementos de la cultura popular japonesa (de la cual tengo conocimiento por varias búsquedas de Google, nada más). La imaginación ilimitada de este hombre y su capacidad de dibujar las criaturas y estructuras más retorcidas es un placer difícilmente equiparable.
En mi opinión, un cómic trascendental que me marcó a fuego y deleité encantado. No es perfecto en cuanto a términos de "realismo" literario, pero eso no me importó en absoluto mientras lo leía, pues la cantidad de sentimientos que me transmitió, la forma en la que me enganchó (me lo leí en apenas semana y pico, creo) y lo mucho que lo disfruté, no tienen igual. Es el manga emocionante por excelencia, la experiencia más estimulante e intensa que he tenido leyendo.
Obra maestra sin precedentes. De las mejores cosas que he degustado nunca.
SPOILER
¿Quién iba a imaginar que aquellas bolas negras y armas que tantos problemas causaron a nuestros protagonistas eran, en realidad, un regalo enviado para salvarnos?
Lo considero una voraz crítica al ser humano. Se nos ofrece solidariamente una tecnología que puede ser vital para la especie y que, de hecho, tiene el propósito de ayudarnos a defendernos de la invasión inminente. ¿Y qué hacen los afortunados que la reciben? Crear un puto juego de supervivencia que solo conocerá y verá gente privilegiada, alimentando así su ego y poniéndole un poco de emoción a sus miserables vidas. Un juego retorcido y tramposo en el que gente inocente deberá luchar y sufrir por sobrevivir, después de que ya hayan muerto una vez. Tenemos el poder para cambiar la vida de toda la población del planeta, pero se decide mantener en secreto y exclusiva para los privilegiados. ¿Lo peor? Que, si de verdad nos llegara tal tecnología, esa idea no sería tan descabellada.
Hay otra crítica dirigida al ego de la humanidad, al considerarnos seres superiores. ¿Acaso lo somos? ¿Cuántas veces habremos matado a un insecto que simplemente estaba al lado de nosotros, sin perjudicarnos? La cosa es, ¿teníamos el derecho de hacerlo? En el caso de que la respuesta sea sí, ¿por qué, porque somos superiores? ¿Qué nos hace superiores? Nuestro mayor desarrollo del sistema nervioso que implica mayor inteligencia, ¿no? Entonces, según esa regla de tres, cuando nos topemos con algún ser superior a nosotros, este tendrá total impunidad a la hora de barrernos simplemente porque puede. Eso nos parecería injusto, ¿no? ¿Cuál es el límite?
En cuanto a esos seres superiores, no hay nada que decir o aclarar: no son dios, son simplemente una raza que probablemente haya alcanzado el dominio de más dimensiones allá de las 3 nuestras, y pueden permitirse actos que para nosotros son "milagros", pero para ellos son el pan de cada día.
Como siempre hago cuando hablo sobre una obra cuyos personajes me han gustado tanto, he de honrarles.
Mi personaje favorito podría ser Kato. Aunque no es el que experimente la evolución más compleja ni mucho menos, es el único que puede ser considerado un héroe en Gantz. Solo quiere ser feliz con su hermano, y a pesar de no ser muy listo, sus acciones siempre son lo más nobles posibles, tratando de salvar a los suyos. Un tipo con el que yo empaticé al instante y me preocupé por él durante toda la obra.
Kurono es, evidentemente, otro dios para mí. Pasa de ser un adolescente desagradable, guarro e hipócrita a un auténtico superviviente, un líder nato cuyas ganas de vivir se transmiten al resto del grupo y cuanto más aprende, más madera de héroe tiene, aunque en cierto modo siempre vele más por sus intereses que por los del resto.
Reika, otro de los mejores personajes. Una chica impresionante, fuerte y decidida que se lleva momentos brillantes y tiene una gran personalidad tras todas esas voluptuosas curvas; Kaze, el tipo más fuerte del mundo, que se enfrentaba cuerpo a cuerpo a todo dios, mejorando mucho su papel cuando debe de proteger a un niño, Takeshi, conociendo la verdadera fuerza. El viejo, un personaje tremendo con una hermosa historia, cuya ida me destruyó anímicamente. Nishi, un ser repugnante a primera vista pero que guardadaba algunas sorpresas en el interior. Tae, la sencilla chica sin cualidades extraordinarias que aun así se llevó al héroe. Izumi, el villano más despiadado de Gantz, ya que aun sin ser un ente ultrapoderoso, es el que tiene los motivos más perversos. Sakurai y Sakata, poseedores de un poder que si bien no es explicada su procedencia, sí son explicados sus principios y es decisivo en la historia. Inaba, aun manifestando cobardía, es capaz de demostrar su valía en actos épicos. Yamasaki, personaje decisivo en la batalla de Nurarihyon que se llevó el corazón de Kato. Hasta Kishimoto, que sufre una de las desgracias más hórridas de Gantz, y sirve para el desarrollo inicial de nuestro protagonista, quien no era más que un adolescente caliente.
El Equipo de Osaka, el Vampiro Hikawa, los Oni-Alien, el cabrón de 100 puntos, la estatuas de Roma, los miembros de los equipos extranjeros, o el que hirió al Nurarihyon de una eyaculación.
Y no olvidemos al escritor que buscaba descubrir el secreto de las esferas y se encontró con aquel supuesto traductor que resultó ser uno de aquellos seres superiores.
Gracias a todos.