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jueves, 13 de julio de 2017

Review "Indestructible Hulk"; mi opinión sobre las etapas de Mark Waid y Gerry Duggan con el personaje

Primero de todo, aclararé de qué parte de la saga de cómics de Hulk estaré hablando, ya que hay varias diferencias entre la versión española y la original.

Aquí en España, la parte de la colección escrita por Mark Waid va desde Indestructible Hulk número #10 (corresponde con Indestructible Hulk #1 USA en enero de 2013) hasta Indestructible Hulk número #29 (Hulk vol. 3 #4 USA en agosto de 2014); mientras que la etapa de Gerry Duggan comprende desde Indestructible Hulk número #30 (Hulk vol. 3 #5 USA en octubre de 2014) hasta Indestructible Hulk número #40 (Hulk vol. 3 #16 USA en julio de 2015).

También me concentraré en los cinco números aparte sobre Maestro en el evento Secret Wars de 2015 escritos por el grandioso Peter David (Secret Wars: Future Imperfect #1-#5 USA), titulados en nuestra península como Indestructible Hulk números #41-#45.

Voy a desvelar detalles de la trama del Goliat Esmeralda, por lo que ALERTA DE SPOILER.
Todo esto es una opinión 100% personal, aunque sea evidente.
Recién terminada la etapa de Jason Aaron (un tipo que está como una cabra) con Hulk, los fans necesitábamos un nuevo guionista capaz de rellenar nuestro vacío. El trabajo de Aaron fue muy corto pero extremadamente divertido, ofreciéndonos un arco argumental muy interesante con nuevos puntos de vista sobre Banner y Hulk; y por supuesto, brindó enormes peleas al más puro estilo Hulk (cabe destacar la dibujada por el soberbio Carlos Pacheco del gigante de jade contra la Cosa y Lobezno).

Entonces, llegó la "revolución" en la editorial, Marvel Now. Se intentaría dar novedosas historias de los clásicos héroes Marvel. Mark Waid, un guionista bastante aclamado, convirtió El Increíble Hulk en Indestructible Hulk, y se centró en una premisa muy prometedora: Banner es uno de los hombres más inteligentes del planeta, así que comenzará  inventar cositas y hacerle competencia a Richards (Mr Fantástico) o a Tony Stark en el campo científico, mientras que a cambio de todo el material que requieran sus investigaciones, SHIELD usará a Hulk como arma de destrucción.

- Indestructible Hulk #1 USA - 20# USA (España: Indestructible Hulk #10 - #25)

¿Qué tal me pareció, entonces, el trabajo de Mark Waid en el intervalo señalado? Bueno...
No estoy diciendo que sea un mal escritor. Sin embargo, no ha sabido manejar a Hulk en absoluto. Comenzó de una forma bastante buena e interesante, sin subestimar a nuestro anti-héroe verde (cosa que tienden a hacer muchos escritores sin hacerle caso a la continuidad); yo tenía ganas de ver hasta dónde iba a llegar.
No me gustó el hecho de que, así porque sí, Hulk volviera a tener la inteligencia de un bebé cuando en el anterior número de Jason Aaron no era esa la encarnación, sino la de un Hulk tan inteligente como una persona normal. Intentó darle sentido con el tema de la ruptura de la línea temporal por los sucesos ocurridos en la Era de Ultrón, desgraciadamente, no coló mucho.

Pero eso era lo de menos: yo estaba decidido a darle una oportunidad a esta nueva etapa. Y conforme fueron pasando los números... la cosa se fue desinflando.

Lo he dicho un millón de veces antes, así que lo resumiré: un guionista debe saber cuáles son sus limitaciones y adecuarse a ellas. En un cómic de Hulk es imprescindible la acción, porque admitámoslo, si eres fan de un señor verde de 3 metros que aplasta cosas, los diálogos son secundarios. Por supuesto, si un autor es capaz de darle profundidad y una gran historia sabiendo compaginar bien esta con las peleas, tal y como hizo Peter David, es mucho mejor.

Waid se centró demasiado en Banner y en sus pensamientos, poniéndolos en cuadros de texto en cada viñeta de cada página. Se hacían, en muchas ocasiones, pesados de leer, ya que realmente añadían pocas cosas significativas a la trama. No supo colocarlos, de manera que frenaban el ritmo y entorpecían la acción.
Las ideas del guionista me parecen, sin excepción, sublimes. El problema, es que no las explora de manera correcta. No nos demuestra que Banner es el más listo o que Hulk es el más fuerte, tiene que repetirlo en cada tomo para que nos acordemos. En manos de cualquier otro guionista, esos conceptos hubieran tomado vida y habrían sido desarrollados en arcos argumentales mucho más intensos.

Y las peleas, son cortas, carentes de emoción, debido a una narración confusa. Hulk contra Attuma, Hulk contra los caballeros del Rey Arturo, Hulk contra no sé cuántos cronoanarquistas que fastidian la corriente temporal... No consiguen captar la atención del lector. Mientras lo estaba leyendo, yo me aburría, y eso es malo en un cómic de superhéroes.

Los arcos argumentales eran muy poco extensos, durando apenas un par de números, y jamás consiguió extraer todo el potencial del personaje. En cuanto a los secundarios... han sido bastante penosos. Ni si quiera me acuerdo de los nombres de los científicos que trabajaban en la nueva plantilla de Banner. Que si una quería suicidarse con Hulk, que si otra era una tipa recién salida de la cárcel, etc. Jamás consiguen gustar al lector ya que no tienen ningún momento importante, están ahí para rellenar y no consiguen ningún impacto emocional.

Uno de los pocos buenos momentos, fueron los dibujados por Walter Simonson en los que Hulk lucha codo a codo con Thor. A pesar de poder parecer muy interesante, es una pena que el guión no nos ofrezca nada más que unas pocas viñetas genéricas de esta batalla.

Y la idea del Hulk al Cuadrado, o Uber Hulk, es sencillamente maravillosa. Todos queríamos una batalla digna de nuestro querido Hulk original contra esa demoníaca bestia. Ahí había potencial para una lucha de proporciones titánicas... pero en su lugar, esta nueva encarnación de Hulk ocupa no más de 6 páginas y no se enfrenta a nadie, salvo dos o tres coches militares. Me parece un desperdicio.

El dibujo es, por lo general, muy bueno. Sin embargo, hay cambios constantes de dibujantes que hacen sufrir a la sensación de continuidad. Es preferible que un solo dibujante se haga cargo mínimo de cada aventura auto-conclusiva. Esto puede resultar insignificante, pero en casos como este es capaz de estropear la lectura un poco.

Acaba Indestructible Hulk en América cuando disparan al Dr Banner en el último número. Y es justo en esa etapa, que todo empieza a cambiar para mejor.

- Hulk vol. 3 #1 USA - #4 USA. (España: Indestructible Hulk #26 - #29)

Mark Waid da un giro colosal: ahora, es posible que Bruce Banner no vuelva a recuperar su inteligencia nunca más debido a los disparos en la nuca. El interés comienza a crecer, pues al fin entramos en un arco argumental vertiginoso que consigue enganchar al espectador a base de ideas ya bien desarrolladas.
La inclusión de la Abominación no pude haber sido más acertada, ya que nos da (gracias) unos números de pelea consecutivos geniales. Un uno contra uno como dios manda, aunque sea con un Hulk debilitado sufriendo una paliza.

Toda esta mejora es, en gran parte, debida a la introducción de Mark Bagley como dibujante. Qué decir de este señor, que realizó junto con Brian Michael Bendis más de 100 números de la brillante Ultimate Spiderman, y mucho más. Es un tipo que sabe darle espectacularidad e impacto a las peleas, y venía que ni pintado para esta saga. Esta vez, crea una Abominación que no había sido tan temible desde hace mucho, y tú puedes sentir la potencia en cada golpe. Ni siquiera la intromisión de Los Vengadores parece suficiente... hasta que regresa Hulk, y Bagley se deja la piel en piezas maestras como esta:
Tras muchos esfuerzos consiguen, en conjunto, derrotar a Abominación. Tony Stark, para traer de vuelta a Banner, le introduce el virus Extremis en el cerebro, lo que provoca un gran cambio. Y es entonces, cuando Mark Waid se despide de Hulk y le cede el sitio al guionista Gerry Duggan, comenzando una de las más brillantes etapas del Goliat Esmeralda en toda su historia.

- Hulk vol. 3 #5 USA - #16 USA (España: Indestructible Hulk #30 - #40)

Me dispongo a hablar sobre la totalidad del trabajo de Duggan con Hulk, que comprende un único arco argumental: El Hulk Omega. Yo no sabía ni de la existencia de este guionista; pero se adaptó como pez en el agua. Creó sin pestañear una de las nuevas y más chulas encarnaciones de Hulk, el Doc Verde. Y en esta aventura del personaje, se dedica a hacer algo que hacía mucha falta ya: eliminar a todas las copias del monstruo gamma, desde Bomba-A (Rick Jones) hasta, por supuesto, el más temible de todos: el Hulk Rojo.

La construcción del Doc Verde está fundamentada en lo que el autor te enseña, y no se vale de palabras o de anécdotas para demostrarlo, aquí se moja, nos da razones para creer lo que este Hulk dice y temerle; eso mola muchísimo.

Además, es capaz de retomar la relación entre Betty y Bruce y devolverla a su naturaleza original, a la vieja usanza. Partía desde un punto difícil pues esta relación no había hecho más que volverse más y más extraña con los años, y aun así, es capaz de hacer que no resulte forzada y acabe siendo como a todos nos gusta. En el fondo, aunque los cómics del gigante de jade sean mayoritariamente de sufrimiento, queremos un final feliz que él se haya ganado.

En definitiva, Duggan consigue con el personaje lo que muy pocos pudieron: le dotó de una sencillez y claridad muy satisfactorias, ya que entiendes lo que ocurre en todo momento sin necesidad de toneladas de bocadillos de texto; una trama simple pero muy intensa e interesante, que lleva con gran fluidez y tiene numerosos giros planteados con maestría; y por último pero no menos importante, acción. Acción a raudales, peleas brutales entre bestias de igual calibre, con golpes que podrían destruir mundos, en los que sentimos en nuestras carnes cada hueso crujir y cada gota de sangre. Duggan y Bagley se quedan y ninguno se va hasta terminar el arco argumental, un acierto total, pues este dúo ha conseguido captar a la perfección la esencia del personaje y cómo construir una buena historia sobre el mismo. Es gracias a esta pareja, que este post debería estar incluído en la sección Obras Maestras del Cómic (no lo ha conseguido por la parte anterior) pues me han hecho disfrutar de estos nuevos cómics de Hulk como pocos. ¿Lo mejor de todo? Todo esto que digo, ha sido alcanzado en nada más que 11 números. Es todo un logro, y la única pega que se me ocurre es esta: ojalá hubieran sido 50 números más. Porque se disfruta, y mucho.

Los enfrentamientos van subiendo el nivel progresivamente. Primero, tenemos a Bomba-A, alias Rick Jones. A pesar de ser un digno adversario, todos sabíamos cómo iba a acabar. Si queréis mi opinión, Jones me parece mucho mejor personaje si no se convierte en un armadillo gigante. El siguiente es Skaar, quien también fue una gran creación, pero una vez hizo su trabajo en la brillante etapa de Greg Pak, su función y relevancia se perderían; por lo que quitarlo del mapa es una buena elección. Después, Hulka Roja. A mí me gustó su introducción, ya que entre varias cosas, significó resucitar a Betty, el eterno amor de Hulk. Pero, después de la etapa de Jeph Loeb, el personaje sobraba. Regresar a la férrea pero humana Betty es mucho más satisfactorio. Y por último, tenemos al implacable Hulk Rojo, el general Ross. Esta es una difícil decisión, ya que el personaje se ha afianzado con fuerza al universo Marvel, teniendo hasta su propia serie escrita por Jeff Parker (magnífica). El enfrentamiento entre los dos colosos supera toda expectativa. Ambos intercambian golpes por más de 3 números, y la pelea está destinada a convertirse en una de las más poderosas de la década. Está repleta de imágenes impactantes, de momentazos continuos; y para rematar, tenemos la mítica frase de Doc: "Porque... Yo soy el alfa. Soy el omega. Soy el más fuerte que existe. SOY HULK". Los pelos de punta, de verdad.
Todos creíamos en un momento, que Doc Verde era un paso hacia la dirección del Maestro. Traer de vuelta la trama de los miedos de Hulk y su posible conversión a la locura, es algo que sienta como un guante para la historia que se quiere contar. Es una oda a los antiguos guionistas a la par que una innovación en su mismo terreno. Gracias a esto nos brindan, otra vez, viñetas en las cuales hay parafernalia de los héroes derrotados en un futuro post-apocalíptico.

Y la culminación del arco argumental es perfecta para que venga cualquier autor y pueda dirigir las siguientes historias en la dirección que quiera. Es muy gratificante que aún puedan escribirse historias de este superhéroe, mi favorito de toda la vida, y que consigan sorprenderme. Sinceramente, voy a echar mucho de menos a la dupla Duggan-Bagley.

El Hulk Omega es una saga que ningún fan de las buenas peleas, o de Marvel en general, debería perderse. Cabe decir que cuenta con numerosos cameos de viejos conocidos, como Masacre (Deadpool) y Puño de Hierro, quien le enseña lo básico del Kung-Fu al Doc para su inminente enfrentamiento con Rulk. ¡Qué guay!

Para finalizar, dedicaré un par de párrafos a la mini-saga del Maestro directamente relacionada con Secret Wars. Lo primero que hemos de saber, es que está escrita por el maestro Peter David, el guionista que mejor conoce a Hulk. Me hubiera gustado, como ya he mencionado, que la colección siguiera a manos de la pareja anterior; pero el regreso de David aunque sea para 5 números sienta muy bien. Porque tenemos de nuevo a nuestro querido Maestro, y esta vez como protagonista de un sumamente interesante y entretenido arco argumental en el cual busca derrotar al Dr Muerte, quien por aquel momento poseía omnipotencia. David domina los diálogos y los pensamientos de los personajes, de manera que no se haga pesada la lectura. La historia fluye sin tropezones, tenemos giros inesperados a la orden del día y combates apasionantes, con tintes clásicos pero a la vez, dotados de un toque típico innovador del guionista, a quien siempre le gusta sorprendernos.

Grandes momentos como la Cosa siendo Thaddeus Ross; el regreso de mi querida Janis Jones; ver al Maestro repartiendo estopa en general, demostrando que es el personaje más temible de los cómics; y esa última batalla con Maestro metido El Destructor (aún siendo una imaginación, todos sabemos qué hubiera pasado si el demente Maestro se hubiera metido dentro: aniquilación total) hacen de este cómic una lectura obligatoria. El dibujo de Greg Land, personalmente, me encanta. No sabría expresar exactamente por qué, es orgánico pero definido, y tiene toques bastante clásicos.

No es tan buena como lo fue la saga Futuro Imperfecto original, pero tampoco se queda pequeña ante la misma. Nos ofrece una digna historia de su predecesora que quizás no sea relevante en la continuidad del personaje, pero para los amantes de Hulk es un auténtico deleite. 
Nada más que decir.

martes, 28 de marzo de 2017

Peter David y Hulk, toda una época de gloria (Obras Maestras del Cómic)

Muchos de vosotros os estaréis preguntando: "¿Quién demonios es este tipo de la imagen grande?". Nada más y nada menos que Peter David. Muy probablemente, te has quedado igual tras esta revelación, pero para todos aquellos que conocemos y amamos al superhéroe Hulk, este hombre es el auténtico mesías.

Peter David fue el guionista de la colección de El Increíble Hulk durante 12 años, la mejor época en la historia de los cómics de Hulk, si me lo preguntan.
Era cuestión de tiempo que le honrara por todos esos años de insuperable calidad, por aportar tanto a mi superhéroe favorito y por ofrecer una cantidad tan grande de historias que jamás olvidaré. Todo lo que diga será insuficiente para expresar mi gratitud.

Al mismo tiempo, quiero que estp sirva como recomendación para cualquiera que no esté introducido en el mundo del monstruo gamma y quiera tener una referencia, un punto de partida por donde empezar a viciarse. Por lo tanto, intentaré hacer mínimos spoilers.

Hace unos cuantos años (yo era muy pequeño), se reeditó toda esta etapa por Planeta DeAgostini en una serie de 50 tomos. No es algo fácil de conseguir, pero merece la pena sin duda alguna.
Comienzo con el contexto: la serie de Hulk, a finales de los 80, estaba en decadencia. No lograban que el personaje fuera atractivo y cada vez tomaban un rumbo más extraño con vagos propósitos.
Incluso devolvieron a Hulk a su forma gris (durante los primeros números de la serie El Increíble Hulk en los años 1960 así fue su color, hasta que se cambió a verde por algún tema de la impresora). Peter David tuvo las cosas muy difíciles cuando llegó. Todo el mundo daba la colección por perdida, sin oportunidad de ser salvada, y con razón: esta parecía haber llegado a un punto sin retorno. Aún con todas las variables en contra, el autor consiguió dotarla de una originalidad nunca vista. No tuvo limitaciones e hizo los cambios que quiso o vió necesarios. Hulk no volvería a ser el mismo desde entonces.

Anteriormente, el personaje era visto como un simple tipo muy fuerte, muy tonto, que pegaba y destrozaba cosas. Los cómics de superhéroes se caracterizaban (salvo en escasas ocasiones) por tener muchas peleas y nula profundidad, nada más. Poco había que contar con un personaje así, y por eso, David erradicó esa imagen. Ya acontecieron atisbos de encarnaciones inteligentes de Hulk en años previos, pero esta vez fue llevado más allá. Hizo un completo cambio de papeles inesperado. Ahora, el Hulk Gris tenía una vida con la que estaba a gusto como matón de un casino en las Vegas, y era Banner el que le atormentaba y le imposibilitaba ser feliz. Suena absurdo, ¿verdad? Pues Peter David se las arregló para contarnos gran cantidad de impresionantes aventuras en este extraño período de la vida de Hulk. Ahondó en el tema de su padre y de su niñez. Introdujo temas psicológicos y profundizó en la torturada alma de ambos Banner y Hulk. Nos dio nuevos puntos de vista de su relación, que acabarían por convertirse en las bases actuales del personaje. Todo esto sin olvidar las peleas, por supuesto. En cada capítulo encontrábamos combates insuperables contra grandes contrincantes que hacían la lectura mucho más amena.

La colección iba mejorando más y más. No obstante, la mejor parte aún estaba por llegar.
El Hulk Gris tenía una personalidad genial y sus arcos argumentales fueron estupendos, pero algo se echaba en falta: el Hulk verde, el clásico. ¿Cómo debía hacer David para traerlo de vuelta sin cargarse todo lo nuevo que había logrado para el personaje, manteniendo la originalidad alcanzada hasta ahora?

No fue fácil. Pero lo hizo. No desvelaré cómo, ya que descubrirlo por uno mismo no tiene precio. Lo que si diré, es que elevó al personaje a lo más alto. Compaginó sin pestañear la acción inherente de Hulk con una exquisita nueva imagen del mismo y los personajes que lo rodeaban, sublimes dosis de humor puestas en los momentos perfectos, y una profundización llena de detalles sorprendentes, reflexivos y extremadamente originales. Creó una obra maestra. Una colección que se puede disfrutar tanto por su complejidad como por su contenido en golpes, y no decayó en un solo momento de la década que estuvo en publicación. La serie nunca se quedó igual: conforme pasaba el tiempo, el estilo, el ambiente y la narrativa se transformaban también. David llevó a Hulk por todos los lugares posibles y más. Logró que evolucionara un personaje famoso por su estatismo. Nuestro gigante de jade estuvo en constante cambio. Mejoró, empeoró, vimos sus puntos débiles, sus temores y defectos, pasó por todo tipo de épocas y situaciones; y así fue como se creó una de las mejores y más extensas exploraciones psicológicas jamás escritas.

Este nuevo Hulk protagonizó historias legendarias acompañado de nuevos personajes sencillamente perfectos como El Panteón, Marlo Chandler, los Troyanos y muchos más.
Cabe destacar que en esta época fue escrita Futuro Imperfecto, una de las mejores historias que jamás he tenido el placer de leer, cuyas repercusiones aun se notan más de 20 años después de su salida.

Podría tirarme siglos hablando de esto, pero me quedaría largo, repetitivo y pesado. Por ello, me limitaré simplemente a dar las gracias, y a releer estos cómics una y otra vez.

Peter David se dedicó a dar la vuelta a todas las cosas que creíamos saber de Hulk para ofrecernos siempre giros repentinos, por lo que nunca contaba lo mismo dos veces. Se cagó en todos los arquetipos preestablecidos e invirtió los roles de maneras extremas. El lector jamás podía ver qué iba a ocurrir a continuación.

Como es evidente no todo fue "oro absoluto". 12 años es mucho tiempo, y en ese transcurso tuvimos algunos arcos argumentales de una calidad ligeramente menor. La serie nunca bajó de ser "muy buena", es solo que unos pocos fragmentos no fueron tan buenos como otros. Lo mejor es que siempre recobraba la genialidad tras estas pequeñas pausas, listo para pillarnos desprevenidos con otra gran historia.

En la parte final la colección tomó un giro mucho más abstracto. Eran muy frecuentes ayudas por parte de una narración en tercera persona. Los bocadillos de texto que contenían los pensamientos de los personajes se volvieron abundantes. La última etapa se centró en un Hulk decadente y perdido, que vagaba sin objetivo, con grandes sentimientos de tristeza y culpabilidad sobre sus hombros. Aunque fuese indudablemente extraña, no dejó de ser una sorprende etapa de importancia capital que cuentó con numerosos acontecimientos impactantes en su haber.

El dibujo fue magnífico en casi todas las etapas. Dale Keown retrató una de las mejores etapas con suma maestría; Gary Frank realizó trabajo excelente; y muchos otros grandes artistas me encantaron también, como Adam Kubert, David Brewer, George Pérez o Jeff Purves.

Peter David se encontraba muy a gusto con Hulk. Desgraciadamente, se ve que la editorial no hacía más que darle problemas al hombre, hasta tal punto que lo dejó... y quiso hacerlo a lo grande. Su último número significaría un antes y un después (otro más) en la vida del goliat esmeralda. Un hecho del que no se llegó a reponer nunca.



Uno de los mayores problemas del cómic de superhéroes americano (que lo hace ser, en la mayoría de ocasiones, inferior al manga japonés) es el constante cambio de autores que sufren las sagas. En colecciones como esta, continuamente llegan nuevos autores que no tienen ningún respeto por aquellos que estuvieron antes y no se preocupan por mantener la continuidad. Craso error.
Hulk ha sufrido esto. Mucho. Con cada nuevo guionista, parece un personaje completamente distinto, y es como si todas las aventuras anteriores no hubieran pasado nunca. No respetan ni sus poderes ni su personalidad (Greg Pak y otros autores buenos, como Jason Aaron o Jeph Loeb, quedan exentos de toda crítica, en especial el primero mencionado, pues él ha sido otro grande como David que ha sabido darle a Hulk la grandeza que se merece, y ya hablaré de él en otro momento).
Es por esta razón que esta etapa fue tan buena. Peter David siempre fue fiel a sus predecesores y a él mismo, lo que dotó a la colección de un aire personal que pocas veces ha recuperado.

Poco más me queda por decir del asunto. Solo me queda agradecer, por enésima vez, a este gran autor tan poco reconocido; y esperar que en el futuro se hagan historias tan buenas, originales, variadas y profundas como las que él hizo.
  




SPOILER




Observaciones o algunos de mis momentos favoritos o más impactantes:

- Nunca pensé que podría gustarme tanto el Hulk Gris. La saga de "Cuenta Atrás" me parece absolutamente genial. 

- La creación del Profesor Hulk. Un ser superior, con la inteligencia de Bruce Banner, la astucia del Hulk Gris, y la fuerza de los Hulks Gris y Verde juntos. Verdaderamente un personaje casi invencible, complejo y que a pesar de su inmenso poder no cae en lo absurdo y está muy bien argumentado.

- La evolución final del mismo. Al principio, este Profesor Hulk no tenía límites. Pero poco a poco, fue degenerándose, hasta el punto en el que su propia mente le puso una barrera para evitar que volviera a perder el control y nacer un Hulk salvaje: cuanto más se enfurecía, más débil se hacía.

- El Panteón. Terriblemente interesante, innovador, artístico, original, y me faltan adjetivos para describir toda la aventura de Hulk con estos personajes.

- Las peleas contra Trauma, Thor con la furia del guerrero, Abominación, el Loco, o los U-Foes por decir algunas, espectaculares. 

- El Maestro, su historia y final, son de lo mejor que la literatura ha podido ofrecernos.

- La boda de Rick Jones es genial.

- Bruce Banner es peor que Hulk. Mientras que Hulk nunca ha matado a nadie salvo circunstancias muy excepcionales (explorado con más profundidad en la etapa de Pak), Banner acabó con su propio padre. La explicación de la historia es magnífica. La imagen del padre de Bruce en la mente del mismo, como un monstruo al que incluso Hulk teme, es una maravilla. 

- Cómo Peter David exploró el tema de la personalidad múltiple y lo extrapoló a los cómics de Hulk para explicarnos sus distintas encarnaciones, me parece una idea venida de un maldito genio.

- Banner es la barrera que impide que Hulk pueda emplear todo su poder, y por eso fueron separados en la batalla contra Onslaught. Tras eso, comenzó la etapa del Hulk decadente, el cual servía como portal interdimensional con aquellos héroes que fueron trasladados a otro universo. Este Hulk era inestable ya que parecía no tener a Banner, aunque al final si lo tuviera, escondido, librando una intensa lucha interna para salir de nuevo. Si no tienes conocimiento de la saga de Onslaught y de lo que hizo con los héroes Marvel, no te vas a enterar de nada de este párrafo, no te preocupes.

Si os gusta Hulk, o Marvel en general, os recomiendo esta página: http://universomarvel.com.aq/?art=index
Es muy interesante, y vienen bien explicadas muchas cosas sobre el universo Marvel
Un saludo y pasad un buen día.