ACTUALIZACIÓN 2024: He hecho un vídeo sobre 20th Century Boys 😊
Antes de nada aclarar que,
para mí, las diferencias entre "
cómic" y "
manga" son tan vagas que prefiero tomarlos casi como si fueran lo mismo (realmente, el
manga es un
subgénero del
cómic). Sinceramente, la procedencia (principal diferencia) es un factor que debería carecer de importancia. Siempre que se trate de una historia contada a través de dibujos en viñetas, utilizando los bocadillos de texto para contener diálogos, es un
cómic desde mi punto de vista, sea japonés, alemán, americano, español o sueco.
Entiendo que no todo el mundo comparta esta opinión. Yo me he visto en el deber de aclararlo para evitar confusiones.
Siendo un blog dedicado (hasta ahora) exclusivamente al mundo cinematográfico, ¿por qué vengo hoy a hablar sobre un
cómic? Sencillo: porque es mi blog y puedo hacer lo que me apetezca con él, escribir sobre cualquier tema que yo quiera; pero también, para hacer que las cosas que
merezcan la pena salgan a la luz y conseguir que ciertas obras desconocidas lleguen a los oídos de más gente, lograr que el mayor número de personas posible descubra estas historias de inigualable calidad.
Por eso decido ofreceros mi
reseña de 20th Century Boys, la obra magna del autor
Naoki Urasawa, mi
cómic favorito de todos los que he leído nunca y una de las mejores historias jamás contadas en cualquier medio,
si no la mejor.
Incluyo
21st Century Boys (los dos volúmenes adicionales) aquí también, ya que es una continuación imprescindible para entender la historia por completo.
Aunque me centraré a su debido tiempo en su narrativa, estructura, argumento, personajes, dibujos (hablando por supuesto desde un punto de vista bastante inexperto, no me las doy de catedrático ni nada por el estilo); prefiero ir primero y esencial: a lo que
me hizo sentir, lo que me transmitía mientras lo estaba leyendo y por qué disfruté tanto mientras lo hacía.
No es corto en absoluto, tiene 24 tomos en total y mucho más de 4000 páginas. Pues bien, me lo leí en apenas
3 días. 3 días dedicados, por completo, a la lectura. Porque a pesar de su complejidad de trama y cantidad de personajes, se las arregla para ser
endiabladamente entretenida. Me he hallado
enganchado como nunca antes. Cada nueva página expresaba un más que amplio repertorio de sensaciones. La manera de transmitir los sentimientos es sublime: leyendo este cómic podrás hallarte triste, emocionado, enfadado, asustado, aterrado, radiante de alegría, intrigado, todo eso a través de momentos clave en una historia bellísima y adictiva. Llegaba al punto en el que necesitaba saber qué ocurría después y
no podía parar.
Puedo asegurarlo sin pensarlo dos veces, esta es la historia más enigmática que he leído nunca.
Naoki Urasawa es el
mejor autor de
misterio con el que me he cruzado, pues en este manga, la tensión e incertidumbre igualan e incluso superan a los de cualquier película del género
thriller.
No soy de los que leen rápido; prefiero degustar la historia plácidamente, ir poco a poco observando cada detalle tranquilamente. Hubo
escenas venidas del cielo que me consiguieron poner los pelos de punta. Escenas que consiguen levantarte de la silla porque no puedes contener la emoción como si de una película se tratase, digna del mejor director, actuación y guión que se precie. La forma en que Urasawa diseña las páginas no tiene igual: cada panel está colocado en el lugar exacto con el tamaño idóneo para hacernos sentir lo que él quiere. Además, su narrativa es lenta pero intensa. Jamás te deja respirar puesto que la intriga nunca desaparece. Siempre hay una dificultad en la sombra, un problema que precisa solución o una cuenta atrás que pisa a los protagonistas. Así, nunca perdemos el interés. Un trabajo producto de un genio que alcanza la cota más alta en la perfección literaria. Si tienes
prisa, no podrás apreciar ni la mitad de los detalles esparcidos por la historia. Es una pena, créeme.
Sin embargo, comprendo perfectamente que no es una historia apta para todo el mundo. Hay una vasta cantidad de subtramas y personajes que
parecen no aportar nada (nada más lejos de la realidad). La historia no solo trata temas
polémicos, también es muy
liosa. Te lleva desde un punto hasta otro, exponiendo hechos que desmienten los hechos anteriores. Más tarde aparecen más hechos que niegan anteriores, y así sucesivamente. En ocasiones, son tomadas licencias poéticas en favor de la metáfora y lo irracional en las que deberás pensar una y otra vez para comprender. Puede crearte un cacao mental potente si no estás atento. Constantes revelaciones y giros totales de la historia que lo cambian todo están a la orden del día. Nada es nunca lo que parece, y además, a
Urasawa le gusta
destruir por completo
los tópicos y hacer lo que le da la
santísima gana con los personajes o el argumento.
Nada es sagrado en sus narraciones. Esta característica de la historia puede jugar tanto a su favor como en su contra. Yo lo disfruté como nada: iba descubriendo cosas nuevas segundo a segundo y me introducía aún más en el complejísimo mundo creado por él, cada vez más extenso, profundo y maravilloso.
El autor usa reiteradamente los
flashbacks para mostrarnos eventos del pasado que son cruciales para entender el presente. No le ocurre como a la mayoría de escritores actuales, que pausan el ritmo de la historia con los flashbacks al no saber colocarlos; aquí son usados con maestría, ayudando al desarrollo de la acción en vez de deteniéndolo, hasta el punto de resultar imprescindibles para la auténtica comprensión de la obra.
A pesar de la abrumadora complejidad, poco a poco se van atando los cabos sueltos con majestuosidad y precisión, como si el más mínimo detalle hubiera estado pensado desde el principio. No hay ni una escena que sobre. Aunque no todo estará siempre excesivamente claro, los detalles necesarios para entender la situación siempre serán ofrecidos, siendo tú quien deba sacar la conclusión.
Por lo general, el medio del cómic es uno que permite al lector una mayor
suspensión de la credibilidad. En un manga aprobamos ciertas cosas que en una película no permitiríamos, por ejemplo. Bien, pues en esta ocasión,
Urasawa crea una historia extrañamente
realista en todos los aspectos, característica atípica en un producto así. Quitando ciertos momentos de
ciencia-ficción y
licencias poéticas, se alcanza una verosimilitud en su máximo esplendor gracias a la cual nos tomamos mucho más en serio la trama y nos preocupamos mucho más por lo que va a pasar, enriqueciendo la experiencia.
Me encariñé con todos los personajes. Aprendí todos los nombres y todavía los recuerdo. Ese es el grado de apego que sentí por ellos gracias a su profundidad, diferentes historias, motivaciones y características fuera de todos los tópicos o prototipos. El trato que el autor le da a todos y cada uno de ellos me maravilla, y puedo asegurar que hasta ahora ningún otro cómic lo supera en este aspecto. Esta obra nos muestra de novedosas maneras que no hay
buenos definitivos y todo en lo que basamos nuestras creencias es débil. El "héroe" no tiene por qué estar a gusto por serlo, quizás él ni ha pedido ese papel. No tiene por qué ser una persona excelente o que sobresalga.
Eso sí,
el villano principal está a la altura. Es
terriblemente interesante, el misterio lo rodea y su inteligencia será el mayor enemigo que podamos encontrar. No es de constantes apariciones, de hecho, sale muy poco. Su presencia nunca es física, sino
moral. El temor que inflige, lo que su nombre conlleva y las atrocidades que comete son capaces de quebrar hasta al más valiente.
Amigo (
Friend en inglés
, Tomodachi en japonés) eleva aún más si cabe el nivel de la obra, convirtiéndose en unos de los mejores villanos que se han creado nunca. Urasawa juega continuamente con la incógnita de su identidad, incrementando hasta niveles estratosféricos el suspense y las ganas de saber quién es. Se trata del mayor cabrón del mundo, un retorcido psicópata que adora jugar con sus rivales. Está fuera de todos los arquetipos del villano y sobresale respecto del 99.9% de enemigos de jamás escritos porque, a diferencia de ellos, consigue
cumplir el objetivo que todo malvado ficticio ha tratado de alcanzar sin éxito en la mayoría de historias que la raza humana ha contado a lo largo de su existencia. Él...
gana.
Y el argumento parece simplísimo:
unas personas han de salvar el mundo. Pero Naoki Urasawa coge este tópico, uno de los más recurridos y aburridos a día de hoy, y le
da la vuelta. Nos cuenta algo nuevo proveniendo de unas raíces tan sencillas. Juega con nuestras expectativas y jamás le vemos venir. De ahí, explora todo tipo de temas que aparecerán durante el relato componiendo la obra más completa que he presenciado:
religión,
fascismo,
fanatismo,
nostalgia, la contraposición entre la
madurez y la
infancia,
libertad,
amistad,
liderazgo,
fracaso,
aceptación, la
estupidificación del pueblo, cómo
controlar a las
masas, cómo
unirlas, cómo luchar contra la dominación y el mal a usando la cultura y el arte,
redención, (mucha)
música,
manipulación, dosis de
terror,
surrealismo e incluso conceptos tan básicos como el
bien y el
mal. ¿Qué más se puede pedir?
Espero que os haya llamado la atención, leáis 20th Century Boys (21st también, para comprenderlo todo) y disfrutéis tanto como yo. Un saludo.
Explicación del final (SPOILER)
¿Quién es "Amigo"?
¿Tú también eres de los que terminaron
20th Century Boys y se quedaron con más preguntas que respuestas?
Tranquilo, este es tu sitio.
Tras finalizar el vigésimo segundo tomo has de leer
21st Century Boys, son dos tomos aparte pero que forman parte de la historia.
Ese es el verdadero final. Si ya leíste "
21st", y aún no te has enterado de nada, voy a intentar resolver las máximas dudas posibles.
Primero y principal, ¿quién es "
Amigo"?
Amigo es Fukubee. Él ideó el plan maestro desde que era un chaval basándose en las ideas de Kenji y su tropa. Sin embargo, Fukubee muere al ser disparado por Yamane en el MITAD de la historia (sencillamente magistral). ¿Nos quedamos, así por las buenas, sin el villano principal?
No, porque de repente, aparece "Amigo" de nuevo (el
momento del Papa, insuperable). Si Fukubee está muerto, ¿quién es él?
¿Quién es el segundo Amigo?
No, Fukubee no fingió su muerte, así que él no es el segundo Amigo. Quien quiera que fuera, se hizo la cirugía para parecerse a Fukubee. Nuestro auténtico villano se fue en medio de los acontecimientos.
Para entenderlo, debemos remontarnos al pasado. Kenji hizo sonar una canción en las primeras páginas del cómic. Eso, hizo que un chico que se iba a suicidar, no lo hiciera. Tenía la máscara de Sadakiyo, pero no era él. Era
Katsumata.
Si el nombre te suena, significa que estuviste atento: Katsumata es aquel chico que desapareció, a raíz de eso, todo el mundo en el instituto decía que se había suicidado en el aula de ciencias, por lo que su fantasma se hallaba allí. Nada más lejos de la verdad.
Él fue el cómplice principal desde el principio en el plan de Fukubee, Yamane y (en menor medida) Sadakiyo. Él fue el
segundo Amigo.
Según lo que yo he entendido, Fukubee tenía un plan principal. Pero, por si ese plan salía mal, también tenía diversas alternativas. Él no tenía planeado morir, pero al ocurrir, Katsumata, el "segundo de abordo" por así llamarlo, ocupó su lugar y continuó con el plan: convertirse en un
dios entre la gente.
Ahora bien, Katsumata estaba más ligado a Kenji que Fukubee, y por eso lo echó todo a perder al final. Había una historia de resentimiento e ira entre esos dos.
Porque Kenji, quien siempre en su infancia se había proclamado el
protector de la justicia,
robó la insignia de la tienda "Los Viejos". Katsumata lo sabía. ¿Cómo iba a
robar el
defensor de la justicia? Para él, Kenji era un
farsante. El problema se agravó cuando encima, la vieja le echó la culpa a Katsumata de robar la insignia. Esa ira la mantuvo durante toda su vida. Disfrutaba haciendo quedar a Kenji como lo que él pensaba que era realmente: un criminal.
Por culpa a este lío de la insignia, Fukubee declaró a Katsumata "muerto", y de hecho, así quedó para siempre. Es por esto que en varios tomos (no recuerdo cuál exactamente) están en 1970 en la casa encantada y Sadakiyo aseguró haber visto a un fantasma sin cara.
No era real, se refería a que había visto a
Katsumata, el cual para ellos, estaba "muerto".
Y entonces, años más tarde, el mismo Kenji salvó del suicidio a Katsumata, al hacer sonar
20th Century Boy de
T-Rex. Esto creó una especie de contradicción, por llamarlo de alguna manera: porque la misma persona que lo había matado, lo había salvado, al fin y al cabo.
Por eso decía constantemente que Kenji sabía
quién era él. Por eso, cuando Kanna le pregunta, él afirma ser el "
20th Century Boy". Es entonces cuando nos damos cuenta:
aunque Fukubee sea el verdadero "Amigo",
Katsumata es el verdadero villano de la historia.
Cuando Kenji admite su error en el clímax de la historia y pide perdón,
Katsumata se da cuenta de que ya todo se ha "solucionado", y nada tenía sentido a partir de ahí.
Ahora, ¿cómo elaboró
Katsumata tales planes a la perfección? Por muchos planes extra que tuviera Fukubee, la precisión con la que se elaboró el plan alternativo de "salvar" al papa de Roma tras su muerte fue demasiado exacta, y en muy poco tiempo. La explicación de todo esto viene en
21st Century Boys, cuando Katsumata les dice a Fukubee y Yamane que, en un sueño,
Yamane disparó a Fukubee; evento que pasó más de
40 años después. Recordamos que Katsumata, una vez asumido el puesto de "
Amigo", estaba
enganchado a la atracción virtual.
Exacto:
la atracción virtual, de alguna manera,
conecta el pasado con el futuro. Katsumata sabía lo que tenía que hacer y cómo lo tenía que hacer porque
ya había visto la mayor parte de los sucesos que iban a pasar. Él, desde pequeño, ya tenía presente que iba a tener que sustituir a Fukubee.
De esto, deduzco que Fukubee no fue quien mandó construir la atracción, sino
Katsumata. Probablemente a Fukubee, un hombre de ciencia y trucos, ni siquiera estuviera interesado en el concepto.
No obstante, os recuerdo que todas estas elucubraciones no son más que una
teoría personal. Desde mi punto de vista, centrarse demasiado en la identidad de
Amigo es... un
error. Porque, más allá de ser un personaje, le ocurre como a
Sauron en
El Señor de los Anillos.
Amigo es un
símbolo, una
metáfora. Una figura que representa el
mal, la
corrupción del ser humano en su peor estado.
Envidia, odio,
resentimiento, capacidad de
destrucción, de afectar negativamente a todos los que nos rodean y, sobre todo...
Soledad. Eterna, vasta soledad y la crisis de identidad que esta conlleva. Un breve vistazo a los males que las personas podemos llegar a alcanzar si nos lo proponemos. Todos nosotros tenemos un
Amigo dentro, una cara oscura que tratamos de ocultar, y es por eso que ocultar su rostro no es solo una forma brillante de jugar con el
suspense, sino un recurso poético sin igual.
Esta obra es, en sí, una oda al
ayer. A la niñez. A los recuerdos. A los errores. Todas esas equivocaciones que deseríamos no haber cometido. Una muestra de cómo el pasado puede perseguirnos y aterrorizarnos hasta la edad adulta, como una pesadilla inacabable que nos impide lograr la felicidad. Así que... peleemos contra él.
Construyamos un futuro digno.
Como veis,
20th Century Boys no es una obra en la que todo lo que ocurre deba tomarse al pie de la letra. Tiene cientos de interpretaciones. Leerlo una vez más es descubrir una nueva perspectiva de la historia. Aun así, existe la posibilidad de ceñirse únicamente a lo lógico y desdeñar la poesía, y es por ello que he escrito esta "
explicación". Sin embargo, ahí reside la auténtica maestría de su narrativa: atar todos los cabos sueltos, esparcidos con mimo e inteligencia a lo largo de sus más de 200 episodios, aunque no sea necesario. Podemos atenernos a lo lógico, o podemos aceptar la parte mas irracional del autor, ya que lo relevante no es
hallar el sentido al manga. Nunca lo fue. Lo verdaderamente importante es el camino que nos ha hecho recorrer. Las lecciones que hemos aprendido por él. Y, por encima de todo, sus
personajes. Cada paso, cada viñeta, no es más que una excusa para desarrollar un poco más un elenco inmenso de personajes que, con sus experiencias, personalidades y peculiaridades, trascienden las barreras de la ficción y nos hablan directamente como lectores. Así es como se las arregla para golpearnos muy fuerte donde más duele, en los sentimientos.
En fin.
Bravo, Naoki Urasawa. Bravo.
Necesito honrar esta obra maestra absoluta, aunque no encuentro la manera. Pero es una de las mejores historias que he contemplado en mi vida y sería un
insulto que no lo hiciera.
Simplemente,
gracias. A
Kenji. El héroe más atípico que jamás se haya escrito, y uno de los mejores también, por el mismo motivo. Él no es un héroe, no tiene ganas ni madera de serlo, pero no le queda otra. Él no es más que un tipo cualquiera. Un músico frustrado con su guitarra como única arma y, aun así, su horrible canción salvará el mundo. Gracias a la increíble Kanna. A Katsumata. A los brutales y magníficos Otcho, Sadakiyo, Maruo, el número 13, los mangakas, Kiriko, Haru Namio, el agente Chouno, Sanae,
Dios, Kanna, Yukiyi, Yoshitsune, Keroyon, Mon, Donkey, el legendario detective Cho, Fukubee, Manjomme, Padre Nintani (brutal historia), al Papa de Roma, Kyoko...
gracias a todos. Gracias por formar parte de esta maravilla.
Propongo un brindis por ese último momento de
20th Century Boys, en el cual el grupo de música de Kenji, disuelto desde hace mucho, toca de nuevo y por última vez en el concierto más grande jamás creado, en el clímax de toda una larga y bella historia, mientras anuncian la victoria de la humanidad. Una pincelada verdaderamente perfecta para un fin apoteósico. Algunos dicen que Urasawa escribe finales "
anticlimáticos". Y yo digo... pues como la vida misma. ¿Qué otra cosa esperábais?