Alguno va a matarme por esto. No me importa.
Responderé a todas vuestras posibles dudas incluso antes de que aparezcan:
- Sí, tengo 17 años y aún disfruto Pokémon.
- Sí, soy un poco tonto, pero qué quieres que te diga, me lo paso bastante bien.
- Y sí, los juegos todavía me gustan mucho. Son uno de los mejores entretenimientos caseros, y una de mis formas favoritas de pasar a otro mundo durante un buen rato de disfrute. Esto, por supuesto, es completamente personal y subjetivo.
- También, para todo aquel que quiera leer este manga y no sepa cómo, solo tiene que decírmelo en los comentarios y yo le pasaré lo que haga falta. Cualquier cosa con tal de fomentar la lectura.
Mi opinión no será compartida (como de costumbre), ya que hoy hablo más bien como fan de Pokémon que como fan de cualquier otra cosa. Esta va a ser una de mis críticas más subjetivas debido a lo que este tópico significa para mí.
Vamos allá:
Algunas sagas correspondientes a la tercera (Rubí y Zafiro) y a la cuarta generación (Diamante, Perla y Platino) son las únicas que me he leído por ahora; pero tengo intención de leerlas TODAS, ya que, sinceramente, estas me han parecido brutales.
Nunca pensé que el universo Pokémon podría ser trasladado de una manera tan exacta, tan viva y por qué no, tan "madura". No es ni mucho menos el realismo ni la crítica social hecha persona (o manga, en este caso); pero es un mundo totalmente distinto al de la serie. La serie (o anime) es muy blanda, tiene una baja calidad argumental y los personajes pocas veces (algunas sí, pero pocas) son llamativos. El manga de Pokémon es violento, es atrevido, te atrapa y tiene un elenco de personajes de lo más interesantes. Están bien desarrollados, poseen evoluciones espléndidas y tienen rasgos que los definen y hacen que cada uno destaque de entre todos.
¿Hay situaciones inverosímiles de vez en cuando, o momentos de Deux Ex Machina? También, no lo voy a negar; pero admitámoslo, esto es Pokémon, no The Wire.
El mundo que se nos presenta es muy fiel al videojuego, pero añade algo de crudeza, así que si eres fan como yo, tengo la certeza de que te encantará.
Las peleas, que es lo más importante y entretenido al fin y al cabo, son breves pero intensas. Al igual que en una aventura cualquiera, mejoran conforme se avanza en la trama. La destreza de los protagonistas y los rivales aumenta progresivamente, y al final es una auténtica maravilla. Los combates librados tienen la esencia del videojuego, más una pizca de inteligencia y estrategia, haciéndolas más difíciles y atractivas. Los pokémon están peleando de verdad, así que se hacen daño y pueden incluso llegar a asesinarse entre ellos, o a los humanos. En el contexto en el que esto ocurre, por supuesto, estará justificado. ¿Única pega? A veces no se distinguen bien los movimientos, o quién los está realizando. Ocurre en pocas ocasiones, aunque entorpece el disfrute.
Ahora bien, no esperes solo peleas: hay muchas otras virtudes con las que este manga te enamorará también.
La historia, como es de suponer, también guarda relación con sus respectivos videojuegos. A rasgos generales, suele ser siempre igual: dos (o alguno que otro más) protagonistas, un chico y una chica, viajan por la región enfrentándose a todo tipo de villanos e incluso a pokémon legendarios. Pues bien, a pesar de que esto pueda parecer simple y monótono si se repite mucho, lo cierto es no lo es en absoluto; porque el concepto de viaje por la región es lo único que tiene en común cada saga. Los protagonistas no se parecen en nada, cada uno tiene rasgos distintos, motivaciones distintas y objetivos distintos; haciéndolo enriquecedor y satisfactorio. Las historias nunca son iguales, pues poseen distintos enfoques y niveles de profundidad, por lo tanto, cada nueva aventura es una completa nueva experiencia, en la que solo se comparte el espíritu aventurero.
Cada saga cuenta con distintos personajes. La saga que he terminado por completo ha sido la respectiva de Sinnoh (mi región y generación favorita), es decir, Diamante, Perla y Platino, y solo de esa puedo explorar en su totalidad a los personajes. Diamond, Pearl y Platinum (protagonistas) son todos entrañables, con el tiempo es difícil no encariñarse de ellos, de su exquisita evolución y momentazos individuales. Sus roles aquí son distintos que en los videojuegos, de manera que se les da un nuevo enfoque muy superior a cualquier otro anterior, que resulta muy interesante, ya seas fan de Pokémon o no.
Por supuesto, un gran elenco de secundarios hace acto de aparición y no me puedo quedar solo con unos pocos, todos aportan y ninguno sobra. Hablo tanto de humanos, como de pokémon. Ayudan a que el mundo del manga se sienta grande, auténtico, vivo, poseedor de la esencia del del juego, pero con un estilo único al mismo tiempo.
A pesar de que ya haya terminado la saga Rubí y Zafiro, de Hoenn aún me quedan las sagas Esmeralda y Rubí Omega y Zafiro Alfa, que tienen a los mismos personajes en distintos arcos argumentales. No obstante, puedo asegurar que Sapphire y Ruby (protagonistas) son una auténtica delicia y ver su progreso es algo inigualable, estoy impaciente por continuar sus aventuras.
Los villanos ya no son tan estúpidos y flojos como antes. Aquí representan una verdadera amenaza mundial todos ellos, resultando mucho más oscuros, retorcidos y poderosos.
Su representación de los Pokémon Legendarios es de las mejores que se han hecho. Seres de inimaginable poder, capaces de destruir el equilibrio natural y, generalmente, desinteresados en el bienestar humano; pero pokémon al mismo tiempo, con las ventajas y desventajas que ello conlleva. Ellos protagonizan los clímax de las historias en unas batallas finales que, a mí, me pusieron los pelos de punta.
No quiero adentrarme demasiado en cada saga, porque me quedaría muy largo y pesado con mi tendencia a enrrollarme y comentarlo todo.
Sin embargo, hay algo que, hasta ahora, todos comparten: el clímax. El clímax es una de las partes más importantes de cualquiera historia, ya que suyas serán las últimas imágenes que queden en ti de la obra, y puede estropearla o elevarla hacia niveles insospechados.
El principio puede resultar un poco lento, sobre todo si no tienes mucha afinidad por Pokémon; pero el clímax, no tiene parangón. Emoción, acción, destrucción, revelaciones, batallas épicas, giros geniales, todo tiene cabida.
Destaco, el de la saga Rubí y Zafiro. Impresionante. Desgarrador. Me quedo sin palabras ante el torrente de emociones que me transmitió.
El autor, en ciertas escenas, lo borda. Impecable en su manera de narrar algunos sucesos clave de la historia que pueden ser una bomba de sentimientos.
¿Cuál de las dos sagas es mejor, pues? Pues, ni idea. La saga DPP tiene mejor desarrollo de personajes y en general de la historia, y la saga RZ es más épica y brutal.
Las dos son magistrales y el hecho de que no pueda elegir a una sobre la otra, me gusta. Significa que ambas alcanzan niveles elevadísimos.
En fin. Obra maestra, no porque sea perfecta en su realización, sino porque me ha hecho disfrutar como otras pocas obras han podido.
( SPOILER SPOILER SPOILER )
Mis únicas quejas, es que ciertos personajes podrían haber tenido más tiempo y más profundización. Cintia, por ejemplo, uno de los mejores personajes de Pokémon sin duda alguna, de la cual yo quería ver más.
De Giratina, mi pokémon legendario favorito junto con Mewtwo, y uno de los más interesantes por su historia y poderes.
O de Darkrai, el más desaprovechado en mi opinión, ya que es uno de los pokémon en general con los trasfondos más bonitos y oscuros jamás.
Por otra parte, amé todas y cada una de las inclusiones de Regigigas, uno de mis favoritos y muy olvidado, quien demuestra ser capaz de vencer a Palkia y Dialga juntos. ¡Qué bestia!
Quiero finales felices para los protagonistas.
Quiero que nunca se rompan los lazos entre Platinum, Pearl y Diamond. Que estos hagan su dúo cómico por siempre.
Que Giratina encuentre la paz en su destierro.
Que Ruby y Sapphire estén juntos (y mira que suelo odiar las historias románticas).
Que Norman siga siendo el enorme puto amo que ha demostrado ser. Ese momento montado en la cabeza de Rayquaza no tiene precio.
Pienso terminarme todas las sagas que me quedan (esta vez, en orden) nada más pueda.
¡Un saludo!
¿Qué puedes encontrar aquí? Mi opinión sobre todo tipo de temas de los cuales me guste hablar (películas, series de TV, cómics, manga y más), siempre sin destripar el argumento salvo ciertas ocasiones (en las que se avisará previamente) para que los que aún no hayan visto el producto puedan disfrutar igual y tener un veredicto ajeno sobre su calidad. ¡Espero que lo disfrutes, lector, y compartas con nosotros tus pensamientos! Un gran saludo a todos.
domingo, 29 de enero de 2017
jueves, 26 de enero de 2017
El 3-D y cómo consiguió que "odiara" Star Wars: Rogue One
Entre que el cine cuesta un riñón y que los estudios me quitan las ganas de todo, voy a él mucho menos de lo que desearía.
Pero esta, fui a verla en cuanto salió. Y a diferencia de casi todo el mundo, no me fui contento de la sala, más bien enfadado. En los primeros momentos dirigí mi odio enteramente hacia el filme. Reflexionando pasadas unas semanas, me di cuenta de mi grave error inicial.
Cuando factores externos hacen que no pueda disfrutar de una película como debería, nace en mí una sensación que mezcla ira e incomodidad.
En esta crítica, más que analizar paso a paso Star Wars: Rogue One, voy a enfocarme en ese maldito 3D, uno de mis mayores enemigos actuales; y pienso dar mi opinión y consejos con pelos y señales sobre el cine en tres dimensiones.
Ya estás avisado, si no te importa no tienes por qué aguantarlo.
Hay una pequeña creencia bastante extendida, y es que el 3D mejora la experiencia visual. Desde mi muy humilde punto de vista, digo no, no, no y mil veces no.
Nada más recibí mis gafas 3-D ya tenía un mal presentimiento. Estaban sucias, eran incómodas, y tan oscuras que impedían la visión, incitándome al sueño. Ya, incluso antes de empezar la película, había surgido cierto nivel de cabreo hacia ella. Y no me considero un quejica, cuando critico negativamente algo creo hacerlo con argumentos sólidos.
Comenzó la primera escena, que además era oscura. Y yo no veía nada. No era capaz de distinguir las puñeteras caras de los personajes. Mi ira continuaba creciendo y yo no hacía más que revolverme en mi asiento y esperar impacientemente que acabara la escena para comprobar que el resto se veía bien, que todo era un malentendido.
Pues no. El resto del filme fue igual. Me costaba verlo, todo era muy oscuro. El 3-D era casi imposible de advertir, solo me di cuenta de su "existencia" 4 o 5 ocasiones contadas. Me pasé la peli entera esperando que acabara para quitarme las gafas e irme a casa.
Así, ¿cómo esperan que pueda dar una buena crítica de Star Wars? Estaba enfadado y solo me fijaba en lo malo, ya que lo bueno me resultaba difícil de percibir con las puñeteras gafas.
¿Conclusión? El 3-D está muy bien, si la película en cuestión está diseñada ESPECÍFICAMENTE para ser vista en 3-D. En caso contrario, solo deteriora el visionado de la misma. Lo peor, es que no es la primera vez que me pasa. En el pasado, numerosas veces, ingenuo de mí, he ido a ver películas al cine en 3-D creyendo que aquello las haría "mejor", de alguna manera. Pues, resulta que no. Lo único que consiguió el 3-D fue empeorar nuestra percepción del filme enormemente.
Pagamos más, para que encima, se vean peor. Y puede que penséis que quizás solo tuve mala suerte, que las gafas mías fueron una cochinada, pero no fue así. Desgraciadamente, todas las personas con las que fui al cine opinaban lo mismo: aquello era una marranada.
Perdón por soltar un rollo tan pesado, pero si has llegado hasta aquí, me gustaría darte un consejo: no gastes tu dinero en el 3-D. No es que mejore la película muy poco, es que la empeora, y cuesta más caro. Hay ciertos productos que NO deberían usar el 3-D ya que este no aporta NADA.
No caigáis como tontos y pasad del 3-D.
Pero eh, si a ti te gusta, bien por ti, en serio. Tú te lo puedes pasar bien; yo, sin embargo, no lo soporto.
¿Dónde está la crítica a Rogue One, estaréis pensado a estas alturas? No me atrevo a hacerla. Solo diría comentarios difuminados por la poca atención que le presté, que probablemente cambien en cuanto la vea una segunda vez. Y eso es lo que haré. Nada más salga, compartiré mi opinión contigo, buen lector, una vez más, y comprobaremos si realmente la peli era mala a mi ver, o es el maldito 3-D el que me hizo sufrir.
Un saludo y feliz 2017.
Espero hacer muchas críticas y que os gusten a todos.
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