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viernes, 21 de septiembre de 2018

La película más hipócrita: 'Birdman' (2014), reseña y explicación.

ALERTA
Esta crítica puede contener pequeños SPOILER de la trama en su interior.
Birdman es un filme que, cuando se estrenó, dividió al público en dos sectores: aquellas personas que la consideraron una auténtica obra maestra innovadora, profunda y única (algunos hasta la catalogaron como una de las mejores obras cinematográficas de todos los tiempos), y aquellas que, por el contrario, la tienen en muy baja estima. Debido a la peculiaridad de esta película es difícil situarse en medio de ambas opciones, y aunque estoy seguro de que habrá gente que lo hará, también estoy seguro de que son una minoría. Obviamente, nada de esto es malo ni bueno, siempre que se respete tanto la opinión personal como la del resto.

Y es que para eso estoy hoy aquí: quiero ofrecer mi granito de arena a un debate cerrado hace años (cómo no) argumentando por qué Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia) es, según mi punto de vista, un producto sobrevalorado como pocos. Ah, y también intentaré dar una explicación de los sucesos más... extraños que ocurren a lo largo de su duración. Vamos allá.


Antes de nada, encuentro imposible negar el hecho de que Birdman tiene uno de los mejores trabajos interpretativos de los últimos años (y más). Nada de lo que diga le hará justicia, y sinceramente, no sé ni cómo empezar. Según yo lo veo, este es un filme para el lucimiento de sus estrellas, pues en ellas recae el peso de la cinta al completo. El plano secuencia pide a los actores y actrices que se fundan al completo con sus respectivos personajes y no hay ni uno, repito, ni uno solo, que no esté jodidamente magistral.
Estamos ante la mejor actuación en la carrera de Michael Keaton (quién debería haberse llevado la estatuilla, en mi opinión). Yo, personalmente, nunca lo había tenido en gran estima, hasta que vi de lo que es capaz con esta película. Transmite la totalidad de emociones de su personaje con una credibilidad absoluta; el papel es muy exigente y requiere de unos dotes actorales exquisitos, ya que de él depende todo el potencial dramático de la historia. El resultado acaba siendo tan satisfactorio debido a que está a la altura de las demandas del guión (e incluso las supera con creces).
Edward Norton realiza una de sus mejores actuaciones hasta la fecha, y eso es mucho decir teniendo en cuenta el calibre del actor (que, si no fuera tan fatigoso en la vida real, ya sería uno de los más grandes de la historia). Quizás le sale tan bien porque, en cierto modo, se interpreta a sí mismo, pero al final eso es lo de menos: lo importante es que se come la pantalla con cada aparición y su presencia resulta un placer para los sentidos del espectador.
Emma Stone comenzaba daba señales de que, más temprano que tarde, iba a ser grande en Hollywood. Muy grande. Tan grande como está en esta película, haciendo de adolescente problemática con un talento y una naturalidad innegables.
Naomi Watts y Andrea Riseborough no se quedan pequeñas ante los 3 colosos principales, ni mucho menos. Ambas son sinónimo de calidad.

Si hablamos del apartado técnico, Birdman es toda una proeza. Como ya todos sabréis, está rodada de manera que parece un único plano secuencia ininterrumpido. El producto final les ha salido impecable, y esto tiene mucho mérito, porque es sumamente original al mismo tiempo que una tarea complicadísima de elaborar.


Sin embargo... en lo que a puntos positivos se refiere, Birdman no ofrece mucho más. Aquí comienza la sección polémica, señoras y señores.
¿Por qué considero que Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia) es una obra pretenciosa, vacía e hipócrita como ninguna?

Primero de todo, ¿qué significan todos los elementos abstractos de Birdman? ¿Riggan tiene auténticos poderes o son solo un producto de su imaginación? ¿Quién es o qué simboliza la voz que le atosiga continuamente y, al final, se manifiesta como un tipo vestido de superhéroe?
Mi opinión es la siguiente: ese Birdman metafórico que habla a Riggan representa una parte de él mismo, de su persona, que tiene reprimida. Riggan es un tipo que, hace tiempo, logró el éxito haciendo del superhéroe Birdman. Ahora, esa época ya ha pasado y él ha "madurado" (por decirlo de alguna manera), pero eso no le ha traído ningún bien. Sin Birdman, Riggan es un don nadie, y aunque él quiere quitarse esa alargada sombra de encima, no es capaz. La gente le reconoce como Birdman y le pide que haga de Birdman una vez más, no esas chorradas filosóficas de teatro. Riggan desea ser querido, ahora bien, él confunde amor con éxito ante las masas, y es por eso que necesita que la obra de teatro y se deje de tonterías, ya que si quiere ser "amado" su única opción es volver a hacer de superhéroe, pues según él, es lo único que gusta a la gente hoy en día. Riggan quiere demostrar a todos (sobre todo a sí mismo) que es más que solo Birdman, y esa obra teatral es la única forma de conseguirlo (a pesar de que, en el fondo, sabe que sería más fácil si se despojara del orgullo y se pusiera las mallas de nuevo).
El último momento en el que se ha tirado por la ventana y su hija le ve volar representa, metafóricamente, que al fin ha logrado volar sin Birdman y se ha convertido en una leyenda, justo lo que él buscaba.
Los personajes de Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia) tienen una gran necesidad de amor, de sentirse realizados con ellos mismos (y son la única cualidad que redime su pedante y fallido guión): Riggan quiere tener éxito una vez más; su hija, Sam, llama la atención para que alguien le ofrezca cariño, pues sus padres no lo hicieron cuando era pequeña; Mike necesita ser él mismo y solo puede conseguirlo, irónicamente, cuando está actuando.

El filme está dirigido a un nicho exclusivo (el mundo de la interpretación, la creación de cine y el análisis del mismo) pues su tema principal reside en una crítica al público medio y su afán por ver explosiones digitales que han sustituido a los guiones profundos con algo que contar. También arremete contra aquellos críticos que no se guían por la calidad inherente de un producto a la hora de juzgarlo, sino por temas puramente personales totalmente alejados de una reseña objetiva de la obra en sí (comportamiento derivado de la frustración al no haber podido ser ellos quienes la realizan, quedando relegados a simples críticos).

¿Dónde veo yo el problema en todo esto? Hay varios.
Tenemos la cargante obviedad con la que se expresa su "mensaje". El guión se las da de inteligente y metafórico, pero lo cierto es que solo sabe transmitir lo que quiere mediante diálogos de exposición barata puestos en la boca de los actores, para que el espectador se entere de qué coño significa todo.

Su mensaje no es tan profundo ni tan filosófico como intenta parecer: al final del día, no es más que una rápida revisión del mundo de los actores y una mini-crítica al espectador "mediocre" reflejadas en solamente un par de escenas durante toda la película. Ese simbolismo o esas imágenes abstractas no tienen nada mejor detrás, son puro humo. Además, al estar enfocado para un tipo de público tan específico se limita automáticamente su capacidad para emocionar al máximo número de gente posible, cuando una película debería ser accesible para casi cualquier persona.

Hablemos del famoso plano secuencia. Técnicamente es una maravilla, sí, pero, ¿cuál es su función? ¿Qué aporta a la trama? ¿Cómo ayuda a la hora de transmitir el mensaje de la historia o los sentimientos que residen en ella?
...
Hay que admitir que es original; ahora bien, creo que después de un rato acaba jugando más en contra que a favor de la película. Esta técnica se ha utilizado en ocasiones previas para crear tensión y agobio en el espectador, pero solo en escenas muy concretas, ya que si abusas demasiado de ella deja de transmitir cosas, deja de ser especial y se vuelve extremadamente cansina y repetitiva. En toda la película no hay momentos tranquilos, no nos permite descansar (lejos de ser algo bueno, se vuelve un soberano tostón conforme pasa el tiempo), no deja ni al público ni a los personajes tomar un respiro para asimilar lo que ocurre, perdiendo los momentos de reflexión y toda la posible carga emocional. El metraje se hace eterno y deseas que acabe de una puñetera vez.
En mi opinión, esta obra no está bien dirigida. Está bien realizada, pero hay una diferencia abismal entre ambas. Un buen director debe utilizar todas las técnicas a su disposición para que el guión alcance su máximo potencial, para darle fuerza y empaque, para convertir meras palabras escritas sobre papel en una realidad, y para transmitir de la mejor forma posible su mensaje y emociones al espectador.
Cada imagen, cada plano, debe tener un propósito, un motivo, una función.
Entonces, pensemos, ¿qué aporta el plano secuencia a todo esto? Te lo digo yo: hacer que la película sea visualmente impresionante. Hacer que la película quede bien. Hacer que el espectador alucine con las imágenes. Sí.
Lo único que aporta es una estética guay. No ayuda a transmitir las emociones del guión. No aporta nada a la historia. No aporta nada al mensaje de la película. Iñárritu ha filmado así Birdman para que quede muy chula y punto; es decir, estamos ante otro triunfo de la forma sobre la sustancia. Otro producto hecho para que los pseudo-intelectuales puedan sacar a relucir su complejo de superioridad porque les ha encantado la película, mientras predican que si no ha gustado a alguien es debido a que no la ha entendido.
Nula emoción. Nulo sentimiento. Imágenes asombrosas pero vacías. Es como una mierda envuelta en un papel albal precioso. Por ende, la película acaba siendo un coñazo de dimensiones desproporcionadas.

¿Y sabéis cómo se ha conseguido la sensación del plano sin cortes? Con efectos especiales. Efectivamente: más del el 90% del filme está basado enteramente en CGI (efectos por ordenador).
Espera, espera.
¿No era eso, precisamente, lo que Birdman quería criticar: aquellas cintas "vacías" cuyo único atractivo son los efectos especiales?
Pero Birdman, amiga mía, eso es justo lo que tú eres: una película de mensaje pobre y mal expresado, siendo lo más llamativo que tienes a tu favor todos los trucos visuales y efectos especiales para crear la ilusión de que estás rodada en una sola toma.
Birdman se queja de lo que ella misma es: espectáculo sin nada interesante detrás. Birdman es hipócrita.
Pensad por un momento la razón por la que Birdman será recordada en un futuro: el hecho de parecer una sola toma, ¿verdad? No por su mensaje, ni su (inexistente) filosofía...
Sabes que una obra ha fracasado cuando se ha convertido exactamente en aquello contra lo que quería arremeter, y la única cualidad por la que ha llamado la atención es esa misma que está criticando en otros filmes.

Si no fuera por el maravilloso trabajo que han realizado sus actores y actrices, Birdman sería una de las peores películas que he visto en mucho tiempo. No obstante, estas personas la han alzado, la han convertido en algo que merece la pena ser visto, le han dado esa fuerza y empaque que ni su director ni su guionista han conseguido.
Poner una nota a esta cinta ha sido difícil. Aunque me ha cabreado, su impecable trabajo técnico y sus impecables intérpretes no merecen un suspenso. Para mí, se queda en un 6/10.
Sé que muchos no compartirán mis pensamientos sobre Birdman, pero eso está bien. Anímate y, si te apetece, comenta tu opinión ahí abajo. ¡Los debates agradables son siempre bienvenidos! Un gran saludo.

martes, 28 de agosto de 2018

Heredando del mejor cine de terror: "Hereditary"; Reseña y Explicación (La Semilla del Diablo)

Nunca he sido gran adepto del cine de terror. Es más, diría que es, muy probablemente, el género cinematográfico grande del que menos he visto. Esto se debe a varias razones, de las cuales destaco dos: una, mi incapacidad de encontrar buenas películas pertenecientes al mismo (lo que también es, en cierto modo, culpa mía por no saber buscar); y la otra... soy todo un cagueta, y no me importa admitirlo. Es fácil lograr que, en el primer visionado (y si estoy solo) yo me cague de miedo. A niveles estratosféricos, además.
Debido esa misma causa, para juzgar el poco cine de terror que veo, he de esperar un tiempo prudencial y así examinar el auténtico impacto que el filme en cuestión ha tenido sobre mí (a parte de, obviamente, todo el apartado técnico que permite a ser buena a una película).

No obstante, en tiempos recientes, esa sensación de miedo estaba... desapareciendo. No había una película capaz de mantenerlo desde su principio hasta el clímax final. El "terror" se basaba en la repetición extrema de los clichés, criaturas que perdían todo el suspense cuando eran mostradas en pantalla y causaban risa por unos efectos especiales dignos de incineración (¿cuándo se aprenderá que el mayor terror no es a los monstruos feos ni mierdas del estilo, sino a lo desconocido, aquello que nunca sabrás qué era, qué quería o de dónde venía?), y sustos baratos que liberaban la tensión y eliminaban toda posible sensación de agobio o pavor construida anteriormente.
Por culpa de esto, mi interés por el género disminuyó hasta lo mínimo.
¿Me estaba haciendo mayor para esta mierda?
La respuesta es no.

Tras 15 minutos de Hereditary, vistos a las tantas de la madrugada, solo en casa... me sentí como un niño que retornaba a sus miedos más primarios. Tuve que parar, lo juro.
¿Algunos dicen que esta película no da miedo? ¡Me cago en la hostia! Debo ser yo entonces, que seré muy sensible, porque estaba con las pelotas en la mismísima garganta.

El día siguiente me armé de valor y la terminé. Ahora, me dispongo a compartir contigo, lector, mi opinión sobre Hereditary, más una explicación del polémico final para todos aquellos que, como yo, se hallaron algo perdidos tras llegar a él por primera vez.
Vamos allá.


La factura de Hereditary es impecable. Si hay algo que destaca en la película es su inmensa dirección (y las actuaciones también, pero de eso hablaremos más tarde). Cada plano, cada secuencia, está filmada con la agobiante intención de crear una atmósfera densa y asfixiante en la claustrofóbica casa... vaya si lo consigue. El director utiliza a veces utiliza planos amplios para que el espectador pueda ver la totalidad de una sala, y justo después decide cortar a un plano íntimo donde no podemos ver qué hay detrás. Como el demonio que es, nos coloca elementos "escondidos a plena vista". No te los señala, pero están ahí. Quizás te des cuenta, o quizás no; pero en el caso de que te percates, no podrás dejar de sobre-analizar cada nueva imagen en una desesperada búsqueda de cosas fuera de lugar, aumentando más aún el suspense y la inquietud.
Los movimientos de cámara están realizados con una precisión suiza. Saben qué enseñarte y qué no, con el fin de que nunca sepas por dónde va a venir lo siguiente. Ari Aster se ha confirmado como un meastro, un auténtico genio que sabe cómo construir expectación. La película es una bomba que va creciendo y creciendo, pero no explota. La tensión nunca se libera. Apenas hay "sustos" baratos que nos permitan relajarnos; en su lugar, hay imágenes duras como un puñetazo a la retina, colocadas con una tranquilidad que crea aún más desasosiego. No se explica qué ocurre realmente, para que no lo puedas comprender nada hasta el final, evitando así que te sientas aliviado durante la experiencia.

El lenguaje audiovisual usado por el director es excelente. No todo es contado a través de diálogos estúpidos de exposición; a veces, simplemente mediante un ruido concreto o una pista visual (que hemos relacionado previamente con algo) entendemos perfectamente lo que está pasando.


El guión mantiene el misterio y la duda de una manera sumamente elegante. Los miembros de la (supuestamente) ordinaria familia son puestos, poco a poco, ante las situaciones más extremas y horribles, quebrando su cordura gradualmente hasta dejarlos en el límite. El descenso a la locura está escrito con gran destreza. Logra que sintamos apego hacia ellos, porque estas desgracias no son sucesos sobrenaturales ni basuras parecidas, sino cosas que nos pueden pasar a cualquiera, cualquier día, sin avisar... y cuando nos sentimos como uno más en la familia, el terror es más cercano.

La historia no está masticada. El espectador debe poner de su parte y unir las piezas desordenadas que se le han ofrecido. Si te pierdes una pieza, una mísera línea de diálogo, quizás no puedas conectarlo todo. En mi caso, al tener que parar el visionado varias veces, me encontré confuso al final. La historia tenía forma en mi cabeza, pero me faltaban detalles. Un segundo visionado (preferible) o una explicación en internet es requerida si te pasa esto.


Las interpretaciones son de 10. Hay un debate sobre si Toni Collette está magistral o sobrevalorada... para mí, no hay discusión: es, muy probablemente, la mejor interpretación en lo que llevamos de año. Todos los matices son perfectamente creíbles en ella, nos transmite sufrimiento e incomprensión con la potencia de una locomotora. Sin su presencia, Hereditary no estaría coja, directamente se hallaría en silla de ruedas... y lo mismo digo para Milly Shapiro y Alex Wolff. Ambos quitan la respiración con sus personajes, pero he de destacar a este último, pues tiene más relevancia y tiempo en pantalla. Dada la dificultad de su papel, podría haber caído en la sobreactuación o en la falta de expresividad, no obstante, encuentra el punto medio perfecto entre las dos. Me quito el sombrero.


La trama de Hereditary puede ser vista de dos formas radicalmente distintas. Decir más sería spoiler; solo añado que las aprovecha para jugar con la mente del espectador, mediante imágenes o detalles sutiles y ambiguos, desconcertándolo de forma magistral en todo momento...
... hasta llegar al final.

Voy a entrar en terreno polémico. Los últimos 20 minutos del filme son terror puro, una sucesión macabra e inexplicable de eventos que no te dejan respirar. Un clímax brillante, no apto para cardíacos... y entonces, en el último minuto, se nos ofrece la ansiada explicación de los hechos. En ese minuto todo cobra sentido y solo uno de los puntos de vista se vuelve correcto, despojando así la otra posible visión*, que era (desafortunadamente) la más interesante.
No me malinterpretéis: considero que la historia está bien contada, el clímax resuelve las preguntas de la mejor forma posible y, definitivamente, me dejó descolocado. Mi problema es que ese terror psicológico y esa incertidumbre creada al principio desaparecen, tomando una forma demasiado creíble y típica... una forma que, personalmente, no hallo a la altura del resto de la película. En mi opinión, no hacía falta sacrificar una de las interpretaciones personales más potentes de la película en favor de la otra; una pizca de ambigüedad que no lo dejara todo tan claro habría sido mucho más satisfactoria. Además, lo peor es que se crea una gran incoherencia en el argumento: el pilar más esencial de la película se deja como un producto de la pura casualidad, así que todos los sucesos que son consecuencia directa de este (es decir, la trama completa) no deberían haber ocurrido, realmente. Por culpa de esto, Hereditary se queda a las puertas del sobresaliente con un (nada despreciable) 8,5/10.



ZONA SPOILER
EXPLICACIÓN DEL FINAL



Hereditary no es más que la historia de una secta liderada por la madre de Annie (Hellen), cuyo propósito es invocar a un demonio antiguo, Paimon. En la casa del campo que vemos siempre "encendida" era donde se llevaban a cabo las prácticas de adoración de esta secta. El demonio necesita un huésped masculino para manifestarse al completo, puesto que uno femenino no le gusta (por alguna razón desconocida que tampoco es necesario explicar, según yo lo veo), y debe pertenecer al linaje de Hellen. Ella intentó introducirlo en su hijo (hermano de Annie), pero este se suicidó antes de que ocurriera, así que tuvo que esperar a tener un nieto. Sin embargo, cuando Annie tuvo a su primer hijo varón (Peter), nunca dejó que su Hellen se acercara a él, de manera que esta última no pudo utilizarlo como huésped. Entonces, Annie tuvo su segundo hijo, una niña (Charlie). Hellen hubiera deseado que esta niña hubiese sido un chico (cosa que no paraba de repetirle cuando aún vivía), pues así, la invocación del demonio habría sido mucho más sencilla. Sin embargo, no fue así, y tuvo que apañarse con lo que tenía. Hellen hizo de Charlie la huésped del demonio, y lo sabemos porque al final, los miembros de la secta están adorando un muñeco con la cabeza muerta (brutal) de la pequeña en él. Esa era la razón por la que Charlie era la favorita de la abuela y se comportaba de forma tan extraña (el demonio no la controlaba, pero ejercía una influencia negativa sobre ella). De todos modos, todo esto era una solución temporal hasta que lograran introducir el demonio en Peter, el huésped masculino. Necesitaban liberar a Paimon del cuerpo de Charlie, de manera que idearon su muerte (momento bestial). Joan, la amiga de Annie que le enseña cómo hacer sesiones de espiritismo, no es más que una miembro muy importante de la secta (era amiga íntima de Hellen, la jefa), y todo lo que le enseña a Annie es un truco para invocar a Paimon e introducirlo en el cuerpo de Peter. Con total seguridad, se necesita la muerte de los progenitores antes de que eso ocurra, y por ello, ambos son asesinados por el demonio en el clímax final (el padre, la madre y la abuela acaban decapitados por los sectarios, simbología relacionada con la muerte de la huésped original de Paimon), mientras los miembros de la secta presencian desnudos el nacimiento de su dios. El director te indica que Peter ya ha sido poseído (sin necesidad de diálogos, un alarde de dirección sublime) cuando él realiza el clásico sonido de la lengua que hacía Charlie. Finalmente, acaba coronado mientras todos le rinden pleitesía. La invocación ha sido todo un éxito.

En cada sitio que ha muerto un miembro de la familia, hay uno de los símbolos de Paimon (es decir, que todo estaba planeado). Hereditary requiere de un segundo visionado que te permita apreciar la cantidad de detalles que contiene.

Como ya he dicho, la historia está bien contada y te obliga a ordenar las piezas del puzzle que habían soltado desorganizadas. 
¿Problema?
La muerte de Charlie, detonante del horror, la principal necesidad de la secta, el paso más importante para proceder con la invocación de Paimon... no pudo ser planeada con tal exactitud. ¿Por qué complicarse tanto, cuando podrían haberla matado sin más? ¿Y cómo hicieron que todo ocurriera así? No lo entiendo, y no me puedo creer que todo lo que ocurrió (el hermano llevándosela a la fiesta, ella comiendo nueces que desatan su alergia, el hermano encontrándose con un ciervo en la carretera mientras la chica ha sacado la cabeza en el momento exacto para comerse el poste) haya sido un plan ideado por cuatro idiotas sectarios. Es demasiado casual y espontáneo. Además, ¿para qué todo eso? ¿Por qué coño no buscas una forma más fácil? La "complejidad" del plan no aporta nada a la trama salvo morbo. Y no la critico por buscar morbo (de hecho, me parece un acierto), la critico porque no le han dado la coherencia necesaria a esa violencia, haciéndola totalmente gratuita y sin propósito alguno para la trama. Un plan debería tener un objetivo... y este, directamente, no tiene sentido.


*Las dos visiones de Hereditary: una familia lidiando con las enfermedades mentales, la paranoia, la esquizofrenia y demás. Una interpretación del filme muy interesante y conceptual que se abandona cuando, en el final, todo ha sido un plan de invocación de un demonio, algo ya visto antes. Por esto, ese miedo inicial se pierde en los visionados posteriores, ya que asociamos lo ocurrido a un culto y un demonio, es decir, algo tangible y real. En el caso de que el mal hubiera sido más abstracto, habría sido mucho más impactante y satisfactorio para mí.

viernes, 13 de julio de 2018

Obras que no te puedes perder: "Los Soprano" (Reseña de la serie completa y análisis del final)

¿Cuál es el pináculo de la era televisiva moderna, la trinidad de las series que ha consolidado a la caja tonta (anteriormente considerada un medio "menor") como una nueva forma de arte capaz de rivalizar con su predecesora, el cine de la gran pantalla, es decir, las películas?

Cada individuo tendrá su (totalmente respetable) opinión sobre esto. Muchos asegurarán que "Los Simpsons" pertenece a esa categoría, una cantidad parecida no dudará a la hora de mencionar los clásicos "Friends" o "Lost", y otros quizás opten por algo más reciente, como "Game of Thrones".
Sin embargo (y creo que la extensa mayoría me daréis la razón en esto), yo considero que las series que realmente han marcado un antes y un después en el mundo del cine son, en orden cronológico: The Sopranos, The Wire, y Breaking Bad; aquellos colosos que, en su día, demostraron la capacidad de la televisión a la hora de ofrecer un producto inteligente, de peso y relevancia, merecedor del status de "obra maestra".

De las 3, hasta hace unos días, yo solo había visto y había hablado de dos en este blog: Breaking Bad y The Wire. Grandes series, sin duda. Pero lo tuvieron más fácil que la que nos ocupa en este post.
The Sopranos fue la pionera, la que despejó el camino para que este mundillo pudiera desarrollar su ilimitado potencial. La semana pasada terminé esta serie de televisión, y ahora mismo, quiero brindarle el tiempo que se merece en esta "breve" reseña donde me dedicaré a escribir sobre las virtudes que la hacen tan magnífica y especial para mí, y sobre su polémico final (del cual daré mi interpretación personal en la zona spoiler de abajo).
Vamos allá.



Es cierto: es muy cliché decir "oh, esta serie es una de las mejores de la historia". Pero... lo es. En el caso de que hayas venido con la intención de buscar un punto de vista distinto... lo siento, este no es tu sitio.
Si quisiera hacer un análisis en profundidad de Los Soprano, me saldría un texto más largo que la mismísima biblia. No sabría ni cómo empezar, porque no le haría justicia a la inmensa (repito, INMENSA) cantidad de tópicos que la serie aborda en sus 86 capítulos.
Sí, es larga de cojones, pero créeme: más que una pega, al final eso es una virtud, porque no solo así le da más tiempo a explorar nuevos horizontes sino que además, tú no querrás que se acabe.
Como ya he dicho, ponerme a analizar la totalidad de las implicaciones que posee sería físicamente imposible, de manera que lo resumiré de la forma más contundente posible:
Los Soprano tiene, sin duda alguna, a los personajes más humanos, reales y psicológicamente complejos de la historia de la ficción. Así, sin más.
...

¿Cómo?
¿Esas 3 características van en serio?
Sí, efectivamente, lo digo en serio. Muy en serio.
Voy a recurrir a ciertas comparaciones para explicar este punto. Y que quede claro: mi objetivo con ellas no es, ni por asomo, infravalorar o minusvalorar otras obras, o la opinión que cualquiera tenga hacia ellas. Obviamente, esto es mi opinión personal y yo no lo sé todo.
También os recuerdo que, ahora mismo, me voy a referir única y exclusivamente a los personajes. No a la verosimilitud de la trama o de los acontecimientos, ni al realismo a la hora de abordar los temas; solo a los personajes.


Bien, imaginad cualquier trabajo de ficción, no importa el medio al que pertenezca. Libros, cómics, películas u otras series de televisión... todos ellos han parido personajes asombros@s, complej@s, realistas, etc. Sin embargo, ninguno de ellos, ninguno, ha juntado y explorado las 3 características mencionadas a un nivel tan alto como se ha hecho con Tony Soprano y sus colegas.

Ahora, si yo tuviera que pensar en personajes u obras que pudieran hacerle frente, recurriría a lo mejor de lo mejor: Breaking Bad, The Wire, Berserk, 20th Century Boys, las primeras temporadas de Game of Thrones, The Dark Knight, Se7en, Schindler's List, UnforgivenFullmetal Alchemist, WatchmenGantz y todas las que me estaré dejando atrás... Muchas de estas podrán igualar la grandeza que tiene Los Soprano en una de las 3 categorías de las que hablamos (quizás en dos de ellas, como mucho); pero, ¿aunar las 3 al mismo tiempo y mantener el nivel máximo de perfección en todas a la vez?
Solo Los Soprano.

Pienso en Walter White, Omar Little, Guts o el Joker. Son personajes míticos, no obstante, tienen una cosa en común: aunque están estudiados al milímetro, se desarrollan y evolucionan sin fisuras a lo largo de la historia... a pesar de eso, a la larga o solo por algún pequeño momento, se sienten como personajes en una obra de ficción (lo que puede ser independiente de su calidad objetiva). Y esa es una sensación que no tuve mientras veía Los Soprano.

El único producto capaz de igualarla en términos de realismo es The Wire; la diferencia es que esta última no solo se centraba en sus personajes individualmente: también acaparaba la sociedad y el comportamiento humano de forma colectiva, la corrupción del sistema y demás; por lo tanto, aunque sea más completa en los otros apartados, no tuvo tanto tiempo para profundizar en los individuos protagonistas (al menos, no tanto como Los Soprano).

Como cualquier otra gran obra, The Sopranos se entrega exclusiva e incondicionalmente a sus personajes, a explorar su psique de forma individual. Y de entre todos ellos, el que destaca (por supuesto) es Tony. No vas a aprender cómo funciona la organización criminal al detalle, ya que al igual que la "trama" y los eventos de la misma, todo eso adquiere un plano secundario. Solo son los obstáculos para los protagonistas, como lo serían para nosotros en la realidad. La sensación que uno tiene cuando ve a estos tipos y tipas en acción en ningún momento es el de ver a personajes en una serie ficticia; sino de personas auténticas en su vida cotidiana.
Si me lo preguntas, es un logro sin precedentes.

Jamás había visto un elenco de individuos con una moralidad tan gris (metafóricamente hablando). No hay ni un solo héroe, y no hay ni un solo villano. Estamos ante una panda de hipócritas, egoístas, irascibles, infantiles, ignorantes, falsos, orgullosos, envidiosos, mentirosos y mucho más... es decir, son iguales que nosotros, el público. Un análisis profundo y cínico del ser humano y sus miserias. Fallan. Ceden ante los impulsos. Tienen mil y un defectos. Están en un constante cambio y demuestran un rango de sentimientos abismal en cada episodio. Puedes amarlos y odiarlos en cuestión de minutos. Y todo ello está relatado con una sutileza impecable en actuaciones, guión y dirección.


En mi opinión, otro de los aciertos de la serie que la hace tan jodidamente magnífica es el contraste.
En el cine, las historias sobre el crimen organizado siempre han tenido un atractivo especial. Para qué negarlo. Es muy difícil que aquellos a quienes nos gusta el mundillo no tengamos entre nuestras películas favoritas alguna historia de gángsters (El Padrino, Uno de los Nuestros, Scarface). En estas obras (incluso en las más neutrales, como Goodfellas) se da una versión casi romántica de la mafia y su mundo, o quizás se les pinta como tipos duros sin escrúpulos, carentes de un solo atisbo de humanidad en ellos.
En Los Soprano, como puedes imaginar, debes prepararte para ver esta "regla" hecha añicos. El mito cae en picado. Se trata de la desmitificación suprema del mafioso. Coge a estos supuestos machos alfa y los baja a la tierra con un tortazo de realidad: los humaniza, los vuelve débiles y frágiles, imperfectos. Se asegura de sorprendernos continuamente y de dar un giro de 180 grados a cada estereotipo. No se salva ni uno.
Hay algo... reconfortante cuando ves a estas personas crueles y sanguinarias lidiando con los más típicos problemas mundanos y cotidianos. Se hacen daño, tienen pánico, ataques de ansiedad, depresión, se ponen enfermos. También tienen familia. Amigos. Y pese a que la caguen continuamente, les quieren. Sus sentimientos son reales, aunque intenten esconderlos para aparentar. Y entonces, la serie nos ataca con un doble contraste: estos tíos tan similares a nosotros que la serie tan correctamente ha humanizado, en cualquier momento pueden volverse auténticas bestias capaces de asesinar a sangre fría. Se juega con ambos contrastes para la sensación de realismo absoluta. Vemos a estos individuos completamente modelados por un ambiente hostil que ha acentuado sus características negativas. Son pocos los capaces de aguantar en el negocio, y para hacerlo, deben esconder sus sentimientos tras una fachada falsa de tipo duro e insensible. Parece una tarea fácil, pero la verdad, es que es imposible.
¿Dónde está Michael Corleone? ¿Dónde está Tony Montana? ¿Dónde está Tommy DeVito?
No están. Esos personajes, aunque inmensos, solo pueden ser concebidos en un mundo ficticio.
Aquí, el único al que tenemos es a Tony Soprano.

De hecho, llega un punto en el que el espectador (al menos en mi caso) piensa: "Qué coño... ¡pero si son iguales que yo! ¡Estos tíos podrían ser mi vecino!". En efecto, consigue que el público se sienta identificado con esos mafiosos que parecen tan alejados de nosotros. Lo logra mostrándonos sus vidas fuera de los negocios, dándole suma importancia a la típica parte que cualquier otro guión se saltaría por ser, supuestamente, "irrelevante".
No, no es irrelevante. Es la diferencia entre un buen producto, y una obra maestra. Los Soprano lo entendió.


Aunque la serie está contada desde el punto de vista de los criminales, en ningún momento se posiciona a favor de ellos. Es muy difícil hacer un producto tan neutral cuando tus protagonistas son los propios miembros del hampa, y aun así, Los Soprano lo consigue. Si crees que hace "apología al crimen o a la violencia", no has estado prestando atención. David Chase (el genio que ha creado esto) se dedica a mostrarnos lo que hay, y punto. En esta "familia" hallamos machismo, racismo, xenofobia, homofobia... pero no hay una crítica de los mismos, ya que juzgar estos actos no está en manos de Chase. Está en nuestras manos. Como espectadores, nosotros debemos decidir qué nos parece aquello que Chase y su talentoso equipo de escritores quieren mostrarnos.
Se habla de homosexualidad. De religión (estando tan ligada con la cultura italo-americana, os podéis imaginar que esta, en concreto, da mucho de qué hablar). De la masculinidad y lo tóxica que esta puede llegar a ser. De la familia, los prejuicios, las tradiciones y mucho más. No seguiré ahondando en ello; uno debe experimentarlo por sí mismo y sacar sus propias conclusiones.

Como ya he dicho antes, nos sentimos identificados con estas personas de mentalidad tan retrógrada... pero es que, al final, aunque nos cueste admitirlo, somos todos iguales.

Tony Soprano. Uno de los mejores personajes jamás escritos. ¿Por qué sentimos empatía por él? Porque, al final, no dejamos de ver a una persona. Una persona de mentalidad diferente, con quien no estamos de acuerdo, pero a quien podemos entender. Su profundidad y realismo llegan a un nivel en el que no se distingue la ficción. Hemos vivido a su lado, en sus buenas, malas y peores. Cuando la serie termina, hemos entendido sus valores, sus principios, por lo que tenemos la sensación de "conocerlo"; ahora bien, también hemos entendido sus defectos, que le aportan ese toque imprevisible.

¿Por qué solo estoy mencionando a Tony? ¡Qué demonios! Lo que digo podría aplicarse para el elenco completo de personajes. Nadie sobraba: con que hubiera faltado uno, el resultado ya no habría sido el mismo. Cada cual era diferente, se expresaba de forma diferente, y pasar el tiempo conociéndolos es una auténtica gozada. No entraré en detalles para no alargarme más aún; simplemente, gracias Paulie. Carm. Sil. Bobby. Vito. Chris. Adriana. Ralphie. MeadowRichie. Blundetto. Janice. Corrado. Johnny. Philly. Mikey. Melfi. Pussy. Parisi. Furio. Artie. Jackie y Jackie Jr. Carmine. Livia. E incluso AJ, aunque sea un niñato malcriado. ¡Los amo a todos! ¡Inolvidables!


Vale, ahora que me he quitado el apartado más complejo de todos (los personajes), ¿qué más tiene para ofrecernos Los Soprano? Oh, mucho más. La cosa no acaba aquí.


Nada de lo que he estado hablando hasta ahora habría sido posible de plasmar sin un trabajo interpretativo soberbio y depurado. ¿Cumple la serie en ese aspecto? Puedes apostar tu culo a que .
Los actores llegan a tal punto de inmersión en el que se confunde la persona con el personaje. Destacar a unos pocos de entre todos podría considerarse una falta de respeto (no hay ninguno que baje del más puro sobresaliente), pero me veo obligado a hacerlo, ya que algunos papeles conllevan un mayor peso emocional que otros.
Edie Falco es simplemente perfecta en la trayectoria completa de la serie. Cuanto peor se ponen las cosas, más creíble y poderosa se vuelve su actuación. Impagable. Una fiera.
Michael Imperioli se funde con Chrissy hasta un punto inigualable. Todo un profesional que capaz de estar a la par que el mismísimo Gandolfini.
Tony Sirico y Steven Van Zandt son los lacayos más divertidos y destacables en la historia del cine. Jodidamente impagables.
Nancy Marchand dió vida a una de las "villanas" más reales y odiosas de todos los tiempos.
Lorraine Bracco brilla con luz propia, sobre todo cuando los episodios se centran en su entorno.

Y, por supuesto, no podía faltar James Gandolfini. Qué voy a decir yo que no se haya dicho ya sobre su labor en esta serie. El infinito rango de emociones que es capaz de representar es demencial, hace que parezca fácil. Siempre extraordinario, siempre verosímil, este hombre fue quien hizo de su personaje alguien real y tangible. Es que, realmente, da la sensación de que no hay actor; su interpretación es una de las mejores y más genuinas en la historia del cine. Nada más que decir.

Si hay uno solo que no me convence, es (bajo mi punto de vista) Robert Iler en los primeros episodios. Quizás era demasiado joven. Con el tiempo, su actuación mejoró notablemente para estar a la altura de las (elevadas) exigencias. Al final, es otro capaz de hacer frente al mismísimo Gandolfini sin echarse atrás.


¿Cómo fluyen los eventos del argumento? Igual que un minucioso reloj de máxima precisión. Simple acción y reacción: como el fiel retrato de la vida que es, todos los acontecimientos tienen su causa y su posterior consecuencia, lo que hace que los personajes deban ser cautelosos y la trama avance de forma lenta, pero firme. El guión carece de lagunas ni trucos baratos de escritores vagos.
Su estructura es bastante más episódica de lo que estamos acostumbrados hoy día (cada capítulo trae un pequeño saco de contratiempos individuales que se suelen resolver en su misma duración), y por lo general, los problemas gordos no estallan hasta los últimos 2 ó 3 episodios de cada temporada, momento en el que empiezan a causar verdaderos estragos los efectos de todo lo que se ha ido acumulando durante las temporadas. Las cosas llegan cuando deben llegar y los clímax están construidos con suma maestría.
A pesar de su densidad inicial, la serie consigue mantener el interés intacto incluso en sus lentos comienzos (ahí no está al nivel de la tensión final, pero sigue siendo palpable). Los Soprano nunca deja de ser muy entretenida y (sorprendentemente) divertida gracias a su ácido humor negro, una de sus características más representativas. Ese contraste del que ya he hablado da lugar a situaciones tan absurdas y atípicas que acaban siendo hilarantes. Las frases de los personajes son como bombas que explotan en nuestra cara. Podemos hallar de todo: conversaciones de auténtica profundidad que te hacen reflexionar o discusiones divertidísimas llenas hasta los topes de líneas magníficas, siempre impregnados de gran realismo. Nada chirría ni se siente forzado, las charlas son tan naturales que da la sensación de estar escuchando hablar a personas de verdad. De entre los guionistas (obviando a Chase, evidentemente) destaco a Terence Winter, maestro indiscutible de la comedia negra y los diálogos punzantes.


Ahora bien, aunque pueda sonar ilógico, Los Soprano no solo se desenvuelve bien en el género puramente "realista". A primera vista no nos damos cuenta, pero los creadores se han dedicado a plantar, de vez en cuando, numerosas pistas y presagios ocultos. La serie posee una altísima cantidad de elementos escondidos para aquellos amantes de las teorías a quienes les encanta diseccionar cada escena (el ejemplo más claro es el final). Parece mentira, siendo este un show (aparentemente) nada dedicado a lo paranormal, pero es cierto: su simbolismo es de los mejores que yo he visto nunca.
Hay ocasiones en las que el tono es drásticamente cambiado por uno surrealista al más puro estilo David Lynch. Os lo juro: he llegado a pasar más miedo en una escena "fantasmagórica" de Los Soprano que en una auténtica película de terror sobrenatural.




Si hay una única pega que puedo ponerle, es que la forma en la que el guión es organizado dificulta que el espectador se pueda enganchar a la serie tanto como le gustaría, ya que por momentos, parece ir dando palos aleatorios sin un rumbo definido. En muy pocas ocasiones (creo que he contado 2, nada más) hay episodios irrelevantes, tanto para la trama (menos importante) como para la evolución de los personajes (lo realmente importante).

No es una serie fácil de digerir. En sí, su ritmo y forma de desarrollar la trama son muy distintos del estilo con el cual estamos familiarizados actualmente en el mundo televisivo. Al contrario que las series de ahora, no ofrece la sensación de satisfacción inmediatamente; el espectador debe ganársela. Es un producto que crece poco a poco en tí sin que te des cuenta. Cuanto más avanzas, vas aprendiendo a ver la serie de verdad y la aprecias cada vez más. Si echas la mirada hacia atrás, descubres constantemente nuevos detalles que pasaron desapercibidos. Estos personajes se adentran gradualmente en tu vida personal, hasta el punto de llegar a considerarlos... casi como otra familia. La tensión nace de las situaciones más insospechadas, y es por el gran apego que has adquirido hacia estos desgraciados. Las visitas a capítulos aleatorios una vez terminada no hacen sino mejorar la serie todavía más, pues la infinita cantidad de sutiles detalles y misterios esparcidos nos asegura que no importa cuántas veces la veas, siempre encontrarás algo nuevo que te sorprenderá.
Me resulta imposible separar las temporadas o los capítulos según su calidad. Los Soprano es una única historia de principio a fin, cuyo increíble nivel permanece estable desde el primer capítulo hasta el último.
"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". En este caso, ese refrán no podría ser más acertado: mientras la estás viendo no te das cuenta; pero el momento en el que la has terminado, el momento en el que te das cuenta de que ya no tendrás más citas diarias con Tony Soprano en la pantalla... es entonces cuando comprendes lo magnífica que es.
Mi 10/10 es evidente, ¿no?
Ya estaba yo ansioso por encontrar otra nueva obra capaz de colarse entre "lo mejor de lo mejor".







¡CUIDADO!
TE ESTÁS ADENTRANDO EN LA
¡ZONA SPOILER!
¡ZONA SPOILER!
¡ZONA SPOILER!





Hablemos del final.
¿Murió Tony Soprano, o no?

Independientemente de la respuesta, me gustaría señalar lo brillante que me pareció esa última secuencia completa. Creo que es, sinceramente, el mejor final que la serie habría podido tener. ¿Queréis un dato curioso? Me pasó como a muchas otras personas: por un momento, pensé que la tele se había estropeado.

Gracias a la cantidad de teorías que se han hecho al respecto en vídeos, hilos de redes sociales y mucho más, creo tener toda la información necesaria para determinar qué ocurrió tras ese fundido negro.

Simbolismo: supuestamente, en una entrevista David Chase dijo: "Si prestáis atención, todas las pruebas están ahí". Os voy a listar la cantidad de "evidencias" que la gente ha ido hallando con el paso de los años:

1.- La escena (al igual que, prácticamente, la totalidad de la serie) está vista desde el punto de vista de Tony. Él entra en el restaurante y (en un guiño hacia 2001: Una Odisea en el Espacio, uno de los filmes favoritos de Chase) se ve a él mismo sentado en la mesa (¿qué es lo que vio Dave Bowman antes de morir en la película antes mencionada? A sí mismo antes de morir... ¿más simbolismo, quizás?).

Cada vez que el timbre suena y una nueva persona entra, Tony echa un vistazo y la cámara enfoca al individuo en cuestión que Tony está viendo. Sin embargo, cuando Meadow entra y el timbre suena... negro. No vemos nada...


2.- El que sería el supuesto tirador, que entra al mismo tiempo que AJ, lleva una chaqueta de Members Only, título del primer episodio de la 6º temporada. Casualmente, en ese mismo episodio, Eugene Pontecorvo llevaba esa misma chaqueta cuando asesinó a un tipo en una cafetería.


3.- El supuesto tirador, antes de lo que podría ser el disparo final, se dirige hacia el cuarto de baño, en una escena muy similar a la de Michael Corleone en la primera entrega de El Padrino, nada más y nada menos que la escena favorita en la historia del cine de Tony.

Respecto de Tony, la posición (según las agujas del reloj) en la que se habría realizado el disparo sería las 3 en punto (¿posible referencia al sueño de Chrissy en la segunda temporada?). Si Meadow hubiera estado ahí sentada, habría bloqueado la trayectoria.
Meadow, a lo largo de la serie, ha demostrado ser la persona más importante en la vida de Tony. La única capaz de "salvarle" (y además, es la "causa" del enfrentamiento final contra Nueva York). Sin embargo, es la única de la cual no tenemos un plano entrando en la cafetería.


4.- Meadow intenta aparcar tres veces. Las dos primeras fracasan, pero a la tercera lo consigue.
Dos veces han intentado atentar contra la vida de Tony, y las dos han fracasado. ¿Es a la tercera cuando lo lograrán?


5.- Justo antes de que el supuesto disparo ocurra, dos chicos negros entran en el bar. En la primera temporada, las primeras personas que intentaron acabar con Tony eran dos chicos negros.


6.- "You probably don't even hear it when it happens" (Probablemente ni lo oigas cuando ocurra). Eso le dijo Bobby (uno de mis favoritos) a Tony en el episodio 13 de la sexta temporada.
De una forma parecida, cuando asesinan a Gerry Torciano en frente de Sil en el episodio 14 de la 6º temporada, este último no escucha el primer disparo.

Si han asesinado a Tony antes de que pudiera ver a Meadow entrar por la puerta, y los espectadores estamos siendo testigos de su punto de vista, tendría sentido que ni nosotros ni él escucháramos el disparo.


Bueno, después de todo esto, parece que la única opción posible es la que nadie quiere: Tony es liquidado... ¿o quizás no?

Recordemos que todo esto es puro simbolismo. No hay pruebas reales o físicas de que el tipo de la chaqueta tuviera un arma, ni de que Tony fuera asesinado. Todas estas pistas podrían podrían ser tanto la indicación de que Tony muere, como una retorcida manera de jugar con nuestra mente por parte de Chase. Es posible que su única intención haya sido, simplemente, dejarnos en la más completa incertidumbre, ofreciéndonos pistas vacías de algo que nosotros mismos nos estamos imaginando (objetivamente, él no ha insinuado nada, todo este lío nos lo hemos inventado nosotros). Esta escena está imbuida en una tensión asombrosa, pero... realmente, nada ha ocurrido en ella.
David Chase explora la paranoia que debe estar pasando por la cabeza de Tony en ese momento, y consigue transmitirla directamente al público. Así es como tendrá que estar nuestro capo favorito por el resto de su vida: siempre alerta.
¿Si esto que digo fuera cierto, por qué cortar justo a la entrada de Meadow? Simple: Los Soprano, desde el principio, ha sido una serie sobre la familia. Hemos visto cómo Tony ha intentado sobrellevar sin éxito sus dos familias: la de sangre, y la mafia. Por primera vez, la familia que realmente le importa se reune feliz, de manera que el arco completo del personaje estaría finalmente completo.


¿Cuál es, entonces, la respuesta correcta?
No la hay.
Puedes escoger lo que quieras. ¿Le harás caso al simbolismo? Entonces, Tony está definitivamente muerto. ¿No quieres pensar que un personaje tan grande haya llegado a su fin? También puedes acogerte a esa opción. Independientemente de lo que elijas, las cosas van a ser duras para Tony; pero sin duda, lo más bonito de todo, es que este final aún siga causando dudaconmoción y debate más de una década después de su salida. 
El trabajo que Chase ha realizado con esta obra maestra debe ser muy importante si todavía, a pleno 2018, seguimos buscando o negando pruebas sobre la muerte su un mero personaje ficticio.

sábado, 2 de junio de 2018

2001: Una Odisea en el Espacio. Crítica y explicación personal.

¡Woah! Me siento atrevido; y así es como debe ser, pues estoy a punto de hablar sobre el filme más controvertido, polémico, ambicioso y estudiado de todos los tiempos. ¿Qué me hace pensar que podría tan siquiera aportar la más mínima novedad a una legendaria discusión de más de 50 años? Uno se ve realmente empequeñecido a la hora de enfrentarse a esta tarea, sin embargo, no por ello me voy a dar por vencido antes de tiempo.

Hoy quiero hablaros acerca de 2001: A Space Odyssey y contribuir al debate con mi insignificante granito de arena; porque es el momento idóneo para ir al cine a verla si es que nunca has tenido el placer (sí, se está proyectando en conmemoración de su 50 aniversario) y porque, simplemente, me apetece, puesto que se trata de una de mis películas favoritas de toda la vida.

Ahora bien, como ya he mencionado, hablar sobre semejante coloso no es fácil; de manera que voy a tomar un enfoque distinto. Sé que no seré capaz de ofrecer un revolucionario nuevo punto de vista. No es mi intención. Mi única pretensión es hacer una reseña totalmente personal dejando algo de lado la parte más técnica, explicando por qué me gusta tanto 2001, sus pros y sus contras, cómo se ve desde una perspectiva actual, y las posibles interpretaciones que yo doy a los interrogantes que nos provoca.
Si quieres quedarte, eres bienvenido.



La primera vez que la vi, yo tenía 13 años. En aquel entonces había comenzado a desarrollar mi pasión por el cine, y cómo no, cuando te comienzas a meter en el mundillo es inevitable la aparición del nombre Stanley Kubrick (que me sonaba, pues había dirigido lo que ya era otra de mis películas preferidas, El Resplandor). En mi afán por aprender y disfrutar lo máximo posible de mi arte favorito, empecé a visualizar todas las recomendaciones restantes de este antiguo director tan aclamado.
La última de sus consideradas "grandes obras" que me puse fue 2001. No estaba seguro, pues las opiniones sobre ella eran mixtas y totalmente dispares. Muchos la tildaban de aburrida, un sinsentido. Aun así, me senté en el sofá dispuesto a disfrutarla.

No podía explicar cómo. No podía explicar por qué. Pero la película me atrapó. Desde el primer minuto de metraje hasta el último me hallé embelesado con sus imágenes. Asombrado por su belleza. Hechizado por su aura. Emocionado por sus escenas. Maravillado por su música. Inmerso en la experiencia (sin duda alguna, la vez que más cerca me he sentido de estar realmente en el espacio). 2001 es una película diferente, tan única que hasta el día de hoy no ha habido otra como ella. No era tanto una historia típica, como una auténtica odisea visual. Sin personajes. Sin diálogos. Es un puro viaje a los confines del universo. Y a pesar de lo extraño que era todo esto, yo seguía sin poder despegar los ojos de la pantalla.

Honestamente, creo que es uno de los ejemplos más verídicos de películas que "o la amas, o la odias". Aunque siembre habrán excepciones, no deja de ser muy complicado hallar un término medio ante una obra tan atípica. Yo tuve la suerte de ser atrapado por ella, pero comprendo perfectamente que a otra gente le haya parecido un rollo aburrido, soso o vacío: las escenas parecen interminables, a veces carecen de sonido o de contexto y uno puede perderse fácilmente. No eres mejor ni peor porque te haya gustado más o menos 2001, que quede claro. Se trata de un filme difícil, que plantea numerosas ideas pero no deja ninguna respuesta definitiva, por lo que el espectador deberá rellenar él mismo los huecos, y te aseguro que cada interpretación divergirá en determinados detalles.


Esto fue lo que yo saqué en claro la primera vez que la vi. Me gustó tanto que, obviamente, le otorgué un 10. Fui capaz de amarla a pesar de no haberla entendido (al menos, no del todo)... Y eso cambió en el segundo visionado.

Porque en un momento determinado, uno se pregunta, "¿realmente es tan buena esta película como para un 10, o me he dejado llevar por su fama y simplemente estoy aparentando?". De manera que me senté a verla una segunda vez; experiencia en la cual no solo me sentí igual de hipnotizado, sino que además, saqué mucho más de su filosofía, su historia, su significado real. Entendí, mejor que nunca, que sus diálogos eran, en la mayoría, relleno, y la cinta se estaba contando de otra forma. Comprendí que no es una historia de personajes al uso, pues retrata cosas que van mucho más allá, tales como la naturaleza del propio ser humano, la evolución, la inteligencia, la grandeza del universo y nuestra pequeñez ante él (más adelante iré en mayor profundidad sobre esto).
2001 se convirtió en mi obra favorita de Kubrick. Así ha seguido hasta la fecha. Ayer pude verla por tercera vez en una pantalla grande, y esta opinión se ha terminado de solidificar.



¿Qué hace única a 2001?
No hay mucha gente que lo sepa, pero una secuela llamada 2010: Odisea dos se realizó, y no hace falta decir que no tuvo (ni de lejos) el éxito o la repercusión que su predecesora. ¿Por qué?
(Antes de continuar, he de aclarar que ciertas partes de lo que escribiré están basadas en mi visionado personal de 2010, y en el juicio de un compañero que ha leído la colección de novelas de Arthur C. Clarke en las que se basan estas películas)
2010: Odisea 2 fue una adaptación literal del libro (según yo lo tengo entendido), donde se dan explicaciones de lo sucedido en 2001. Por lo visto, en las novelas (al igual que en la secuela)  se entiende la totalidad de los sucesos y no son un intento de desconcertar al espectador... ahí está, amigos, el "fallo".

Y no es que sea un "fallo" propiamente dicho, ya que los realizadores de 2010 no lo hicieron "mal": simplemente adaptaron lo que Clarke había escrito, nada más. No fueron capaces de averiguar el auténtico motivo del éxito de la primera película.
Yo creo que comprender esto es vital para intentar comprender la importancia, la esencia de 2001 y por qué nunca será superada.

2001 tiene un aura absolutamente exclusiva. El acierto de Kubrick fue tomar una aventura literaria de ciencia-ficción más, aplicar su retorcido (pero magnífico) toque y convertirla en una reflexión sobre el ser humano, sobre el universo, creando más una experiencia que una historia, y dejándola ambigua para que el espectador se pregunte qué coño acaba de ver, piense, medite e intente rellenar los huecos en base a su propia interpretación de los hechos; mientras que el "fallo" de 2010 fue arrebatar todo aquello que hacía único a 2001 para dar otra película de ciencia-ficción. Ojo, no estoy diciendo, ni mucho menos, que 2010 sea mala por ello; es simplemente que 2001 es demasiado buena.
Mi opinión es que no hay una opinión correcta al 100% sobre 2001. Creo que cada interpretación (argumentada) sobre qué ocurre es válida.

Es esa sensación incómoda de misterio, de desconocimiento, pero también de estupefacción, que la hace tan especial, tan incomparable. Se trata de una película que no abandona tus pensamientos y que consigue (al menos en mi caso) crear una fuerza en el espectador, una necesidad de comprender lo que vió, de investigar, de promover la reflexión.
Las predicciones estéticas (toda la parafernalia de navegación espacial, una escena que se adelanta 4 décadas en el futuro cuando la niña le pide a su padre un teléfono, ¡brutal!), más la capacidad que tuvo de cambiar una generación por completo, de influenciar a toda una generación posterior, y de seguir creando polémica, debate, fascinación y opiniones tan dispares en el público de forma atemporal (a 50 años de su lanzamiento aún se habla de ella, aún es referenciada, aún es importante) forma parte de esa magia que la hace, para mí, una obra maestra cinematográfica.
Un 10/10.




Muy probablemente, lo que he escrito hasta ahora te dará más bien igual. Ha llegado la hora de pasar a lo que todos esperábais:
mi interpretación personal de 2001: Una Odisea en el Espacio, el significado que atribuyo sus metáforas y la historia que se halla escondida tras la belleza del conjunto.


Alerta de spoiler. Aunque, sinceramente, en este caso concreto es bastante inútil.





Creo que el principio es lo más claro. Estamos ante el "Amanecer del Hombre", aquel momento en el que los "monos" dieron un paso adelante en su camino para llegar a ser lo que somos hoy: seres humanos.
Cómo la historia es contada no tiene precio: primero somos testigos de su forma de vida, nada diferente de la de cualquier otro animal menos evolucionado. Se pelean por los recursos (la charca) y el más fuerte gana. Aquellos que son desplazados sufren el miedo que les provoca la debilidad, siendo el próximo destino ser devorados por los depredadores.
Entonces, el monolito aparece. Qué simboliza este lo discutiremos más tarde: lo importante es que es la chispa inicial que necesitaban para avanzar. Un hueso. Un arma. Una de las escenas más emocionantes de la historia del cine. Sin que nos demos cuenta ya hemos dado el primer paso: la primera guerra se está librando y aquellos con las armas más poderosas ganarán. Estos simios son capaces de utilizar los recursos de su alrededor de forma imaginativa, por lo que lo único que espera en el futuro es el progreso. Y vaya que sí.

Porque el siguiente plano cambia del hueso (la primera herramienta utilizada por los humanos) hasta las naves espaciales (la última). Millones de años de evolución explicados en un solo corte. Mucho se ha hablado sobre qué es exactamente ese objeto orbitando alrededor de la tierra (algunos teorizan que es un arma nuclear, y que serviría como metáfora en la que pasamos del hueso, el arma más primitiva, hasta las bombas de destrucción masiva).

La precisión de las imágenes, la belleza de los planos en las naves, es inigualable. La armonía que se siente cuando estás viendo esta película (sobre todo en el cine) sigue siendo algo digno de elogio, incluso 50 años después de su estreno en 1968.

Algo ha ocurrido en la luna: se ha encontrado un objeto enterrado (a propósito) bajo su superficie. Este descubrimiento es tan gigantesco que, al principio, han de ocultarlo. Se han difundido rumores sobre epidemias y demás para evitar que la gente se acerque.
Estamos ante otro monolito que fue colocado ahí hace 4 millones de años. Estaba esperando nuestra llegada. El primer paso que comenzó con el uso de un hueso, culmina con nuestro último paso, hemos progresado lo suficiente como para llegar a la luna, más allá de nuestro propio planeta.

Ese monolito nos está llevando a júpiter. Allí hay algo que quiere enseñarnos. Por lo que es enviada una misión tripulada (con cierto secretismo) hasta allá, llena de expertos científicos en numerosos campos y la mejor inteligencia artificial creada por el ser humano: Hal 9000, una máquina cuyo índice de errores es de 0%, cosa que se le repite reiteradamente y de la que está muy orgullosa.
Hal 9000 es el mejor personaje de la película y el auténtico protagonista de este tercer acto. Tiene uno de los arcos argumentales mejor explorados, más interesantes y (lo mejor) premonitorios de todos los tiempos. Él es un ser que ha tomado consciencia de sí mismo (en una época en la que eso era impensable). Es capaz de experimentar emociones, y su inteligencia es superior a la de cualquier persona.
Él es mejor que nosotros, sí. Los humanos han alcanzado tal nivel ya, que han creado a un ser superior a ellos mismos. El siguiente paso de su progreso.
Nosotros entendemos cómo Hal se da cuenta de todo esto. Cómo adquiere, poco a poco, consciencia. Orgullo. Él no comete errores, pero los humanos sí. Por eso es lógico que, según él, la forma más segura de cumplir una misión tan importante sea sin nosotros. Y eso se acentúa más cuando descubre que estamos a punto de apagarle. "Matarle". Él quiere saber qué hay en júpiter, siente curiosidad, interés, miedo a su propia muerte. Y no puede permitir que nosotros lo arruinemos todo, por lo que en una jugada similar a la que realiza en la partida de ajedrez, sacrifica a la dama, una de las "fichas más importantes" (es decir, las personas) por el bien de la victoria final.
Cómo Kubrick consigue que una simple luz roja sea capaz de transmitir tantos sentimientos y, además, infunda tanto terror en el espectador, es inaudito.

Aun así, consiguen derrotarle.
Por último, llegamos al destino asignado por el monolito: otro monolito gigante flotando en el espacio.
Gracias a este, Dave da un paso entre múltiples dimensiones. Y aquí llegamos a la parte más confusa del filme: tras una abrumadura pero majestuosa experiencia psicodélica, Dave es testigo de sí mismo en distintas etapas de la vida hasta llegar al final, la muerte, donde el monolito hace su última aparición y la película acaba con la imagen de un feto "místico" mirando a la tierra.

Comencemos con las teorías.

Las más plausibles son:
A. El monolito es dios.
B. El monolito es un objeto colocado por vida alienígena.
C. El monolito tiene un significado puramente metafórico.


¿Cuál es mi favorita?
La opción C.
Yo tomé por primera vez (y sigo tomando) 2001 como un viaje a través de las distintas etapas del ser humano. El monolito no es más que una metáfora que ejemplifica el progreso, la evolución y la capacidad de auto-superación que tenemos.
La primera vez que apareció, fue la primera vez que los simios dieron signos de inteligencia, el comienzo del progreso hasta donde estamos hoy en día.
Cuando aparece en la luna, se muestra hasta donde hemos llegado. Hemos roto nuestros límites planetarios y con ello hemos seguido evolucionando hacia un futuro superior.
También puede significar que, después de tantos años, finalmente hemos sido capaces de crear un ser superior a nosotros (Hal), que significaría el siguiente paso en la evolución (de ahí el pitido en la luna, una especie de advertencia). Hemos dejado de ser lo máximo, el no va más.
Finalmente, el monolito gigante lleva a Dave a lo largo de todas las etapas de su vida. La última es la muerte, pero tras ella, se da lugar a la nueva vida. Esta es representada como un feto (el comienzo de nuestra vida) al lado de el comienzo de la vida en general (la tierra).

Esta es mi opción favorita, no solo porque fue la que creé yo por mí mismo, sino que además, es la que mejor interpreta el mensaje de la película. Yo creo firmemente que, independientemente de cuál escojas (A, B o C) el monolito siempre va a estar asociado, inevitablemente, con el progreso humano y la capacidad que hemos tenido de evolucionar por nosotros mismos.


¿Cuál es la que menos me gusta?
La opción A.
Demasiado vaga y típica. Creo que Kubrick quería decir algo más que simplemente "dios nos lo ha dado todo, blablabla".


¿Cuál es la opción real?
La opción B.
Kubrick nunca dio su interpretación del filme, pero la novela no deja lugar a dudas. Esta opción es la que el autor de la obra original quiso dar. Lo resumiré mucho: según tengo entendido, el monolito es una especie de aparato alienígena colocado en todos los planetas por una raza de seres tan superior que ni siquiera tienen forma. Su función es tanto recopilar información, como aportar información a los habitantes de los diferentes mundos, socorriéndolos en sus momentos de mayor necesidad (nos ayuda crear las primeras herramientas, etc). ¿Cuál es el motivo de que nos manden hacia júpiter, entonces? Allí está, flotando, el monolito gigante, donde Dave se introduce. El significado de la secuencia posterior es que, allí dentro, Dave envejece y muere, para renacer siendo una forma de vida superior al ser humano. Dave ha "trascendido", ahora es como los seres "perfectos" sin forma, y para "explicar" todo esto, Kubrick utiliza la imagen del feto como metáfora del re-nacimiento.



¿Pero sabéis qué es, realmente, lo más bonito?
Puedes escoger cualquiera de estas tres. Todas. O ninguna. Puedes inventarte tu propia teoría, y si la respaldas lo suficientemente bien, será correcta. Estoy seguro de que Kubrick hizo la película de forma que no hubiera una única explicación, detalle que escasea en el cine de hoy en día.
Esto forma parte del encanto único de 2001: Una Odisea en el Espacio, siendo (como ya he dicho hasta la saciedad) la razón por la que es una de las mejores películas que se han rodado nunca y, según yo lo veo, la película mejor dirigida de todos los tiempos (únicamente igualada, en mi opinión, por La Lista de Schindler).

Gracias, Stanley.
Si has llegado hasta aquí, lector, te lo agradezco. También te felicito por tu paciencia de hierro. Me disculpo por todas las erratas y repeticiones que seguramente he cometido. Aun así, espero que esta lectura te haya merecido la pena y haya enriquecido tu punto de vista. Un saludo.

martes, 13 de marzo de 2018

La mejor película animada de la historia: Reseña "Your Name" (Kimi no Na wa.)

Personalmente, he atravesado por varias épocas de "escepticismo cineasta" en mi vida. La característica que estas siempre han compartido es su final: todas, sin excepción, acabaron cuando una nueva, triunfante película consiguió penetrar hondo en mí, devolviéndome ese torrente de emociones cuya existencia casi había olvidado, y quedándose en mi cabeza mucho después del visionado; en resumen, cuando una nueva película me demostró que estaba equivocado. No me estaba volviendo un purista enfadado ni un intelectual de pacotilla a quien no le termina de gustar nada.

Ya tenía yo ganas de otorgar de nuevo un buen 10 a una película. Esas ansias fueron saciadas el día que ví Your Name.
Me pilló por sorpresa, lo admito. No tenía ni idea de qué iba a ver y tampoco albergaba demasiadas expectativas. La comencé sin conocer siquiera su sinopsis; lo único que creía saber era uno de los géneros a los que pertenecía: romántico (por lo que pensé "oh, bueno, será la típica ñoñería de anime hecha para que los más sensibles suelten la lágrima fácil"). Os voy a dar una pista: todo eso es mentira.


Muy por lo general, antes de que yo considere una película como "obra maestra" pasa un buen tiempo tras haberla visto, fase en la cual me doy cuenta de cuánto me ha gustado el producto de verdad.
No obstante, en este caso yo sabía que estaba ante una auténtica obra maestra nada más pasada media hora de metraje.

La inmensa calidad de la animación y los detallados fondos, su premisa tan inusual, esa jodida música venida del mismísimo Olimpo, la sencillez inicial, la complejidad posterior, la capacidad innata de cambiar radicalmente las emociones que transmite (de la más cálida y agradable diversión a total tristeza, por ejemplo) siendo impecable en todas ellas (logro que tiene un mérito sin precedentes, porque si ya es difícil ser bueno transmitiendo un único sentimiento concreto, ¡imagina ser perfecto transmitiendo una gran variedad!); todas estas cosas me golpearon los sentidos sin piedad en un tiempo récord; y para ser sinceros, su ritmo no es que sea demasiado dinámico... Pero es que tenía algo. Algo que me atrapó sin la oportunidad de darme cuenta y no me soltó hasta el final.


Al principio me resultó muy confusa (teniendo en cuenta, sobre todo, que no sabía absolutamente nada sobre ella). Pero esto es intencionado, así que no tires la toalla demasiado pronto. Poco a poco el espectador se va ubicando, la trama se va tejiendo cual preciso hilo en manos de un tejedor, y así se completó una experiencia audiovisual que jamás voy a olvidar.

Estoy en una de estas ocasiones en las que, por mucho que intento poner en marcha toda mi habilidad como intento de escritor, me siento totalmente incapaz de expresar los sentimientos que tengo hacia Your Name. Ni recurriendo a toda mi experiencia o elocuencia escribiendo, poniéndome al servicio de las palabras más rebuscadas o de las frases más intrincadas, he logrado expresar una opinión que transmita a la perfección la totalidad de las sensaciones que me provocó.
No me gustaría resultar pomposo en exceso y comenzar a soltar "todo en esta película es maravilloso" como siempre hago cuando algo me gusta mucho, más que nada porque eso es muy subjetivo y no quiero crear demasiada expectación para aquellos que no la hayan visto aún... Pero es que, tíos y tías, sinceramente, todo en esta película es maravilloso.
Me limitaré a soltar las sensaciones que Your Name despertó en mí aunque sé que no le haré justicia, porque realmente me parece la mejor (y única forma) de hacerle una crítica.

 que me estás leyendo, recuerda que esto es mi opinión.
Por si no la has visto todavía, no esperes sentir lo mismo que yo: simplemente busca una gran experiencia sin pretensiones. No te arrepentirás.
Si la has visto: te quiero. Recordémosla juntos.


Su atmósfera es perfecta. Sin más.
No importa que sea en un tradicional pueblo japonés o una bulliciosa metrópolis, el ambiente está recreado con gran precisión. Realza las características más bonitas y atractivas de sus localizaciones consiguiendo un resultado muy acogedor que, además, hace que sitios donde no hemos estado nunca nos resulten tremendamente nostálgicos, en el buen sentido.
A esto sumamos la tremenda calidad de la animación que mezcla con maestría inédita el 2D con el 3D, y cuya totalidad de detalles está cuidada con muchísima pasión y cariño. Se nos ofrece un mundo vivo y fluido a la par que hermoso; cada imagen, cada plano, es un orgasmo visual. Puedo asegurar sin temor alguno que es, junto con Barry Lyndon y Blade Runner 2049, la película más bonita que he visto jamás.
Para rematar, la película posee una banda sonora excelente. No solo es preciosa, también ha sido realizada con suma delicadeza a fin de que encaje a la perfección con su respectiva escena (para más sobre la música, el vídeo de Jaime Altozano está genial).

Sin embargo, incluso todo esto de lo que estoy hablando podría desmoronarse sin contar con una historia o unos personajes de su mismo nivel, capaces de respaldarlo. ¿Es ese el caso? Obviamente .
Estamos ante una de esas raras ocasiones en las cuales todos los apartados se conjuntan unos con otros para ofrecer algo más que la suma individual de cada uno. Por sí solos podrían no funcionar tan bien, no obstante, en Your Name todos se sostienen entre sí, engrandeciéndose mutuamente y mostrando así lo mejor de cada uno.
Su trama es una amalgama imposible entre sencilla y enrevesada, una unión que no debería salir bien pero que sin embargo cuenta con una armonía extraordinaria, capaz de rehabilitar el espíritu del espectador.
Los personajes no cuentan con extravagantes peculiaridades; son más bien personas muy normales adaptadas a un modo de vida bastante simple. No parece que puedan resultar interesantes, y aun así la película lo consigue. Utiliza esa sencillez a su favor como algo muy atractivo.
Quizás, para mí, esa sea la palabra que mejor define parte de su éxito: atractivo. Todo el argumento, las relaciones que surgen entre personajes e incluso las localizaciones, son extremadamente atractivas. Yo deseaba en todo momento que me ocurriera algo así, una aventura muy particular y nada convencional en sitios de tan mágica aura. Realmente te hace querer vivir nuevas hazañas y explorar lugares desconocidos para ti. Al principio, el "problema" de los protagonistas puede parecer poco deseable, pero como se observa más adelante, acaban echándolo de menos a la par que el espectador acaba queriendo vivirlo él o ella misma.

La supuesta relación romántica queda relegada a un plano secundario durante la extensa mayoría de la cinta. Esta no es ni de lejos la meta del filme; todo lo contrario, es algo que surje en consecuencia de la historia y clímax que tienen lugar. No es el culmen de la trama, sino el culmen de la relación que ha surgido entre los personajes gracias a los eventos de la trama. No sobra ni una escena, es más, todas están bien merecidas y son, sin duda, aquello a lo que llevan las decisiones tomadas por los protagonistas.

Your Name cuenta con unos giros de la trama brutales, totalmente inesperados, que descolocan al espectador hasta el punto de dejarlo con un pellizco en el estómago. Cómo la confusión va tornándose clara y los eventos toman forma según los minutos avanzan hasta la culminación es una experiencia única. No todo será explicado, aspecto del que quizás algunos se quejen. Más que una desventaja, yo lo veo un acierto descomunal. La película sirve como metáfora de uno de los elementos más destacados de la cultura oriental(*) al mismo tiempo que lanza un precioso mensaje, de manera que preguntar por más de lo que se enseña es totalmente irrelevante: no es ni un objetivo ni algo en lo que la historia se enfoque.


Intrigante. Optimista. Conmovedora. Emotiva. Las emociones son sincerasNo se trata del típico producto de amor en el cual se abusa del dramatismo exagerado con el objetivo de hacer llorar al espectador medio de lágirma fácil. Yo (que he llorado muchas veces con otras obras) no solté ni una gota aquí; eso sí, estuve maravillado en todo momento, con la piel de gallina.



Voy a tener que reconsiderar eso de que no me gutan las pelis románticas, ya que más de una así ha escalado puestos muy altos en mis rankings estos últimos años. Si es que, cuando algo está bien hecho, ¿qué demonios importa el género al que pertenezca?

10/10.






















ALERTA DE SPOILER:
(*) El hilo rojo que une a dos enamorados más allá del espacio y tiempo.

Creo que la película no alberga mucho lugar para dudas, pero si hay alguien entre los lectores que no ha terminado de comprender algún aspecto le invito a compartir su incógnita conmigo en los comentarios. Yo intentaré resolverla lo mejor posible, si es que puedo. Así todos comprobaremos lo bien que hemos entendido el filme.

Ya de paso, deleitad este portento: