martes, 13 de septiembre de 2016

Daredevil, la serie de Netflix. Crítica de la 1ª y 2ª temporada.

La época de los superhéroes más oscuros y deprimentes en el cine comenzó a tomar vigencia hace unos años y Marvel, según parece, no podía quedarse atrás. A la editorial se le conoce erróneamente por poseer solo personajes divertidos con historias ligeras.
Como lector de cómics Marvel que soy, he de decir que eso no es verdad. Las películas están enfocadas de esa manera, cierto. Pero en las páginas de las novelas gráficas, encontramos decadencia, miseria, personas que fallan constantemente y no tienen lo que se merecen.

Ya era hora de que, en la pantalla, se tuvieran historias más maduras de estos brillantes personajes. Y qué mejor que Daredevil para comenzarlo.
Porque sus cómics nunca han sido tanto de ciencia-ficción; siempre ha sido el héroe de barrio, el que se enfrenta a los problemas cotidianos de la sociedad: vendedores de droga, traficantes de todo tipo, gente corrupta...
Y esa es la sensación perfecta que ha conseguido darse en esta excelente serie de Netflix. Una amalgama entre el género de justicieros enmascarados, y el policial.

No puedo hablar de manera general de ambas temporadas, porque adoptan tonos muy distintos.
Así que iré de una en una.



La primera temporada. Magnífica. Es verosímil (todo lo que una serie de un tipo que por las noches machaca delincuentes puede ser). Comenzamos con nuestros queridos Nelson y Murdock, dos abogados que se acaban de sacar la licencia y tratan de abrirse paso por el mundillo. Poco a poco, vamos conociendo la historia de ellos, pero claro está, más todavía de Matt, ya que él es nuestro superhéroe. Se toma su tiempo a la hora de desarrollarlos para definir sus personalidades, cómo se conocieron, cómo llegaron a donde están cada uno. Conforme se avance, irán apareciendo nuevos personajes cruciales para la historia que por supuesto, contarán con sus identidades bien creadas.
Ben Urich, Karen Page, Stick, los más destacables.
Pero Wilson Fisk, se lleva la palma. Es el mejor villano que haya aparecido en cualquier producción de Marvel tanto en la gran pantalla, como en la pequeña. Magistralmente interpretado y escrito, da la vida a la serie al tener a un antagonista digno, superior al protagonista, que dificultará la trama y nos ofrecerá la tensión necesaria. Tiene recursos y sabe usarlos, es un hombre muy inteligente, da miedo, su presencia impone respeto, sabe cómo tratar a cada persona y de qué manera. Además, es un tanque imparable. Y aun así, no es perfecto, le puede su carácter pasional, fruto de un pasado oscuro el cual descubriremos con el tiempo. Uno de los mejores detalles, es que desde cierto punto de vista, él no es un "villano". Puedes, incluso, estar de acuerdo con él. Sus métodos no son éticos, pero su objetivo sí.
Es una trama simple, en la que utilizando la ley o los puños, Matt quiere derrotar a Wilson Fisk, alias Kingpin.
Eso no significa que nuestros protagonistas no deban poner toda la carne en el asador porque no será nada fácil. Entre medio, habrá tiempo también para tratar, sobre todo, la amistad; la dificultad de ser un justiciero y mantenerlo en secreto; la poca vergüenza de los medios de comunicación; lo complicado que es derrocar a un criminal con recursos hoy en día.

No es uno de los temas principales, pero la crítica a la corrupción política y policial está presente y se hace notar. Está el tiempo suficiente para que te quedes satisfecho, ya que introducir esa clase de temas en productos de superhéroes no es sencillo.

Como todo ocurre lentamente y a su tiempo, sin ninguna clase de prisa, le da tiempo a desarrollar correctamente la situación y tener las mínimas lagunas argumentales.

Un fallo que hay o más bien una carencia, en esta temporada, ha sido la poca relevancia del bufete a la hora de arremeter contra Kingpin. La trama nocturna y de "tortazos" adquiere más importancia y me hubiera gustado más ver a partes iguales esos dos ámbitos tan distintos.

Cómo no, tenemos acción por un tubo, bien insertada en los momentos justos, muy contundente y realista. Las coreografías son geniales y están rodadas sin recursos digitales ni nada por el estilo: a pelo, como debe ser. Hay secuencias que te cuelan ahí en tu cara, las cuales son un puñetazo visual. Sientes el dolor y la angustia del combate, porque no es el típico héroe que se carga a los malos sin pestañear (no hagáis chistes porque sea ciego). Aquí se las ve canutas para ganar una pelea si está en inferioridad numérica, y no lo hará sin llevarse unos cuantos palos, o directamente no ganará.

Un pedazo de 9/10 ganado en mi corazón.



La segunda temporada es distinta. Abandona ese toque realista que la hacía una serie única, para acercarse más a la ciencia-ficción y a lo surrealista. Desde el principio, es un no parar de tiroteos, explosiones caóticas de violencia desmedida. La historia, aunque sea buena, pasa a un segundo plano y queda eclipsada por la acción y las peleas. Es una pena, ya que por ello se transforma en un producto más convencional alejándose de la primera temporada que, aunque más lenta, fue muy superior, gracias a la superior calidad de historia y realismo.
El Castigador/Punisher (Frank Castle) y Elektra son las nuevas adquisiciones más importantes del argumento. El primero me ha resultado brutal, y aunque su aparición signifique el despiporre de peleas y tiros, no quita que sea un personaje exquisito con una historia magistral, triste y emotiva. El actor, Jon Bernthal, nos transmite sentimientos a través de su personaje de manera envidiable.
Sin embargo, la trama de Elektra no me agradó tanto. Significó para mi una falta de interés bastante importante. Aunque se recupere (un poco) con el paso de los episodios, el desenlace de esta temporada parece precipitado, como si se hubiera hecho con prisa por falta de tiempo. Todo ocurre muy rápido, a veces por simple conveniencia del guión.

Parece que no me haya gustado, pero no es así, porque sigue siendo una serie muy buena con un buen guión, dirección, personajes y actuaciones; desafortunadamente como les ha pasado a otros productos televisivos, ha bajado el nivel en su segunda temporada tratando de hacer algo distinto a la primera.

Aunque se abuse de la acción, he de decir que esta es bestial, y las peleas han aumentado en su nivel de violencia y sangre. Un goce visual. Al más puro estilo Oldboy, hay peleas rodadas en un plano secuencia que pueden durar la friolera de 5 minutos. Ese tiempo en el que estamos con el corazón encogido, disfrutando cual niños en navidad con sus regalos recién llegados.

No quiero hacer spoiler, pero algunos personajes reaparecen para ofrecernos momentos de los mejores, y para prepararnos para lo que se avecina próximamente.
Se queda con un decente 7.5/10.

Aunque la media matemática no salga esto, para mí la serie por ahora se queda un 9/10.
Una tercera temporada potente y una serie propia del Castigador de igual calidad, serían suficiente para que yo me levantara de mi asiento y me pusiera a aplaudir.





SPOILER




La aparición de Fisk en la segunda temporada es lo mejor, sin duda. Se come la pantalla (literal y metafóricamente), me ha dejado con unas ganas impresionantes de ver qué le va a hacer a Murdock en la tercera temporada. Parece que vamos a verle sufrir aun más.

La pelea del 1x02 es genial, al igual que la batalla entre Kingpin y Daredevil.
En la segunda temporada, como la acción se intensifica, tenemos lo mismo pero a lo bestia: el 2x03 y su pelea final en las escaleras es un prodigio. La masacre de la cárcel que realiza Frank Castle también.
Luego tenemos colosos emocionantes como el 2x04, en ese monólogo del Castigador que deja sin aliento.
Muy buena.

Star Wars 7: The Force Awakens (El Despertar de la Fuerza). Mi opinión.

Nunca me he considerado un fanático absoluto de la saga intergaláctica Star Wars. Me han gustado las películas, como ha casi todo el mundo, porque son buenas. Aunque, de ahí a saber absolutamente todo de este universo, conocer cada diálogo y cada escena o considerar sus personajes los mejores habidos y por haber, hay un gran trecho.

En mi opinión, la trilogía original (la que merece la pena, vaya) no es la mejor jamás creada en el cine.
A pesar de esto que digo, claro que fui a verla al cine, claro que estaba ilusionado por esta película. No se necesita ser el fan número 1 de algo para disfrutarlo. Era otra secuela, de esas que tanto me molestan, pero la ocasión no es común: es Star Wars. Quizás, los creadores, sabiendo este detalle, se hallan esmerado al máximo dándonos un producto de notable calidad, muy necesario estos días.

Ha sido un éxito a rasgos generales. Si no hubiera sido así, ya sería un pésimo comienzo. El problema, es que ese éxito se lo debe a su nombre. No a su calidad.
Como ya he hecho alguna revelación sobre mi opinión, terminaré de expresarla: no es un producto excelente, ni está a la altura de sus predecesoras. Tiene una gran número de defectos y de virtudes; entre estas, quiero destacar ahora su capacidad de resultar sumamente entretenida, y de sentirse como un filme ubicado en el universo original de la guerra de las galaxias.

La esencia que salía de la mezcla de aventuras, ciencia-ficción y acción, añadiendo la fotografía y el vestuario fieles a las anteriores producciones, nos cogen de la mano y adentran en esos mundos tan conocidos y atractivos para nosotros. Incluso la forma en la que ha sido rodada, recuerda a la trilogía original, gracias también a un sin fin de guiños y referencias que, cuanto más adepto seas a esta saga, más disfrutarás.
El ritmo está bailando en la delgada línea entre rápido y lento, una amalgama que sienta estupendamente porque no me aburrí en ningún momento de su largo metraje. Es manejado bastante bien según la situación y, por lo tanto, el resultado es espectacular y fácilmente complaciente para la audiencia.

Llegados a su guión, puede haber un extensísimo debate sobre si es su mayor baza, o por el contrario su perdición absoluta. Estoy más de acuerdo con la segunda opción, pero comprendo por qué no es criminal optar por la primera. Procedo a explicar la razón.
En todos los sentidos posibles: argumento, personajes, desarrollo... es exactamente igual que el Episodio IV. Una chica, no consciente de sus habilidades, se ve metida en un embrollo del imperio. Hay un personaje, en este caso, Finn, que es más bien un anti-héroe al que parece no importarle mucho la galaxia, metido igualmente hasta el cuello. Y bueno, Han Solo y Chew, no necesitan presentación. Todos son reclutados por la resistencia para cargarse, por vigéismo séptima vez, un artefacto de destrucción masivo que, como todo el mundo argumenta con toda la razón, ¡oh! es clavado a la Estrella de la Muerte, pero más grande.
Me quedo con la expresión que he leído por ahí, "refrito". Es un refrito de Star Wars: A New Hope, sin mucho riesgo.
Entiendo que, a los fans acérrimos de la saga, les pueda parecer una buena idea. Es agradable ver una aventura parecida pero mejorada visualmente gracias a los efectos especiales de hoy en día.
Sin embargo, yo no pienso así. Porque aunque mientras las estés viendo se disfrute, al salir, no sales del todo satisfecho; sientes que ya has visto esto.

Además de carecer de originalidad, las lagunas de guión son abundantes (demasiado a veces), empobreciendo la película. Se nota que muchas ganas y buenas intenciones han sido puestas, pero desgraciadamente, eso no es todo.
La verosimilitud, aun estando en el género de ciencia-ficción, es nula, totalmente infantil, y se vuelve terriblemente previsible (evidentemente, porque es una copia).
Lo primero y principal, es que tras ver la conclusión que nos fue ofrecida en el sexto episodio, todos queríamos ver el nuevo panorama. Las consecuencias de la victoria de la resistencia en este universo, ¿cuáles fueron? Ninguna.
Todo sigue exactamente igual: ahora hay un nuevo imperio malvado supremo y una pequeña resistencia que se opone. Entonces piensas, ¿pero la resistencia no había ganado? ¿Qué es lo que ha ocurrido para que todo vuelva a ser (de nuevo) igual que antes? Todos los esfuerzos de Luke, Han, Leia, hasta Vader, parece que han sido en vano. Tres episodios que han conformado una excelente trilogía han sido tirados a la basura, como si nada. Mira que yo, como ya he dicho, no soy fan indiscutible de Star Wars. Aun así, me he dado cuenta de esto. ¿Han Solo no era ya un maldito héroe condecorado? ¿Por qué devolverlo a sus inicios, si él había cambiado al final? ¿Por qué los salvadores del universo son más bien leyendas, cuya veracidad es incierta?

El villano es muy malo. Acostumbrados a Darth Vader, uno de los mejores villanos de la industria cinematográfica, que de repente nos pongan a este señor inmaduro, que tiene berrinches de adolescente cuando las cosas le salen mal, que además cuenta con una vestimenta exactamente igual a la de Anakin, ¿por qué? Porque sí, porque el cabrón es muy feo y quiere parecerse a su ídolo, sin llegarle a la suela de los talones. Vader tardó tres películas en quitarse el casco. Era imponente, su sola presencia era indicativo de terror. Kylo Ren es más bien payaso, y sí, es cierto que es joven e inexperto, pero yo eso no lo veo una excusa para hacer lo que han hecho. No me gusta hacer estas comparaciones porque parezco muy purista, que solo me gusta lo antiguo; aunque, decidme, ¿estoy equivocado? A lo mejor, me falta analizarlo desde otra perspectiva.

Por otra parte, la pareja protagonista, Rey y Finn funciona muy bien y se hacen querer, han comenzado con buen pie y espero que así sigan lo que les queda, evolucionando y brindándonos más buenos momentos. El trabajo de los actores que los interpretan, tanto de Daisy Ridley como de John Boyega, excelente.
Han Solo, siempre será un enorme personaje que siempre mola ver en pantalla, pero ya lo he mencionado antes, el papel no es lo mejor que podía ser.
BB-8 es el sustituto de R-2, ciertamente su diseño es bastante gracioso, pero como le pasa a la película, carece de originalidad.

No puedo comentar las incongruencias sin revelar partes del argumento, así que aquí finaliza la crítica sin spoilers. Mi resumen final, sería el siguiente: es muy agradable ver el universo de Star Wars hoy en día, mayoritariamente fiel a sus reglas anteriormente impuestas; no obstante, era totalmente innecesario, sobre todo si todo a lo que podía aspirar, es a esto.

6 / 10.







SPOILER





Qué necesidad había de crear otra Estrella de la Muerte que, encima, tiene una especie de núcleo-botón súper importante y blablabla (no recuerdo bien qué era) perfectamente alcanzable para destruir. Yo no sé vosotros, pero no vi ningún problema ni dificultad a la hora de cargarse ese trasto. Era más grande, no mejor.

¿Por qué a Rey le cuesta tan poco dominar la fuerza? Que se carga a Kylo Ren (entrenado por el PUTO LUKE) como el que pasea al perro por el parque.
Generalmente, aquellos aprendices que querían ser Jedis, tardaban un par de pelis en tener control mínimamente decente de la fuerza. Rey, ya en este episodio, hasta controla a unos soldados que, para sorpresa de nadie, siguen tirando igual de mal que antes.

La muerte de HAN SOLO, palabras mayores, ha sido un poco patética. No me emocionó, ni sentía la tensión en los momentos previos, donde por cierto estaba clarísimo que la iba a palmar.
Sinceramente, para sacarlo y matarlo, mejor no lo saques. No te cargues a una leyenda, por dios.
Encima, asesinado por el feo ese que además es su hijo. Muy mal.

Me quejo de la ausencia de belleza de Kylo Ren pero lo hago con propósitos humorísticos, no tiene ninguna repercusión en la película que el actor sea guapo o no, mientras haga bien su trabajo.

El final cuando Luke aparece, es bastante impresionante, pero al final resulta que R-2, quien había estado dormido porque sí, por conveniencia del guión, se despierta al final para dar un mapa muy chulo donde se revela su ubicación. ¿Quería que lo encontraran, o no? No me aclaro.

domingo, 11 de septiembre de 2016

The Ultimates, Volúmenes 1 y 2. Obras Maestras del Cómic.

¿Quién fue el que dijo que las tramas de superhéroes oscuras e hiperrealistas fueron invención de DC Comics?
Realmente estoy hablando sin tener suficiente conocimiento, pero en mi experiencia personal, The Ultimates fue la primera vez que leí una historia de Marvel que tratase temas de la actualidad con tal realismo y crudeza absolutos.
Un cómic que aun tratando sobre gente con superpoderes, no pierde un ápice de verosimilitud y está dedicado a adultos, gente con amplia visión.

Nunca me ha hecho gracia la idea de los "remakes", las precuelas, secuelas, o las reinvenciones de universos que ya estaban creados; he desarrollado un escepticismo ante ellos debido a que, en su gran mayoría, los resultados son desastrosos y de una manera u otra, mancillan las obras en las que se basan.

Por otra parte, cuando un remake sale bien ofrece una experiencia única. Y esto es lo que ha pasado aquí.
The Ultimates es la reinvención de los Vengadores, que son trasladados al mundo de hoy en día, y ha conseguido lo que, desde mi punto de vista, ningún otro cómic de superhéroes Marvel había conseguido antes.
Esta obra no calca las aventuras de los Vengadores iniciales. Tampoco crea una versión absurda y efectista que falte al respeto de los personajes originales.
Como deberían hacer todas las reninvenciones de universos ya creados, aquí se coge la idea básica, la esencia; y a partir de ahí se crea un universo nuevo, completamente distinto del anterior, que funciona por sí solo y no tiene que recurrir a la historia en la que se basa para triunfar.
Estos volúmenes fueron, con toda seguridad, la fuente de inspiración más grande para crear los productos cinematográficos de Marvel. Le debemos la existencia de The Avengers (2012) a este cómic.

Como fiel retrato del mundo contemporáneo que es, en sus páginas encontramos temas políticos y éticos, violencia de género, venganza personal que reina sobre la razón y la bondad, patriotismo, etc. Estamos ante un mundo en el que el gobierno quiere crear un equipo de súper-soldados que sirvan como el arma definitiva para alzar sus países sobre el resto; el heroísmo desinteresado es una imagen falsa e inalcanzable porque todas las personas velan por sus propios intereses; los individuos de a pie dudan de los superhéroes, de su efectividad y uso en un mundo como el nuestro; y las cosas nunca salen bien porque los errores garrafales están a la orden del día. La publicidad y los medios de comunicación son fundamentales para crear pensamientos falsos de ídolos perfectos que sean del agrado de la gente, debido a que lo que hoy en día manda es la imagen que tienes, no lo que eres.

Los protagonistas son nuestros héroes de Marvel de siempre, pero con numerosas modificaciones para que encajen en la sociedad actual. A pesar de ser personajes típicos, el autor Mark Millar se las arregla para que mantengan su esencia al mismo tiempo que resultan frescos y originales, ofreciendo personalidades desconocidas que disfrutamos descubriendo y quitándose de encima arquetipos desgastados. Todos están caracterizados y han sido profundizados con excelsa maestría; de hecho, una gran parte del volumen inicial se dedica a explicar sus convicciones, orígenes y demás. Los motivos que justifican las acciones de cada uno son una delicia gracias a su coherencia: son personas con distintas habilidades y formas de pensar, por lo que estas razones no serán nada parecidas y estarán alejadas de tópicos simples o surrealistas tales como la paz o armonía mundial.

Por poner unos ejemplos: el Capitán América se aleja de su antigua imagen de persona recta y obtiene un carácter más pasional; Thor ya no es un dios desterrado, sino un hippie en contra de los gobiernos y las guerras que estos provocan, además de una figura de polémica entre el público por su autodenominación de dios, la cual es confusa; Bruce Banner es el encargado de recrear el suero del súper-soldado que dio origen al Capitán América y es una persona brillante pero muy envidiosa; Shield es una organización estrechamente relacionada con la política y encargada de la defensa del país, pero se rige por la frase "el fin justifica los medios", siendo sus objetivos no son del todo honrados.
Alargarme más sería desvelar matices del argumento, por lo que me detendré aquí.
Si quieres saber más sobre el resto de personajes (que son un huevo), ponte a leer inmediatamente.

Hasta la estética ha cambiado, y es un aspecto sumamente positivo ya que los trajes estrafalarios o las mallas son absurdas en el mundo real: no solo provocan mala publicidad, también son absurdos e inútiles en el combate. Ahora, el atuendo se torna más sensato: es más simple y acertado. Además, tanto Millar como Hitch cuidan cada detalle de la obra obsesivamente para que el lector no se cuestione la fantasía que habita en las páginas del cómic. Ambos encuentran la manera de darle sentido y realismo a todos los elementos ficticios, para que pudieran ser catalogados como posibles en nuestra cabeza.
Siendo ciencia-ficción se acerca mucho (más de lo que uno creería) a la ciencia y no tanto a la ficción, olvidando los eventos exagerados que solo podrían ocurrir en páginas de un cómic para ser realistas en numerosos temas científicos, brindando un tono de seriedad y madurez muy agradecido.

Sin ninguna prisa, introduce cada personaje de uno en uno y en el momento exacto, para que la historia fluya lenta pero fluidamente. Por ello no recomiendo que sea leído esperando únicamente acción sin sentido o peleas que ocurren porque sí. Todo a su tiempo, se requiere un poco de paciencia para que la historia pueda avanzar y encontrar un punto culminante en el que sea inevitable la batalla.
Los diálogos son brutales y las conversaciones sublimes, gracias a la inteligencia que desprende cada frase. Hay algunas que son realmente para enmarcar.

El dibujo de Bryan Hitch es insuperable. Tenemos a uno de los mejores artistas gráficos de la actualidad dándolo todo. Su dibujo es casi idéntico a una fotografía: las personas tienen características y trazos increíbles, sus expresiones y las variantes de las mismas lo dicen todo, hasta los fondos parecen imágenes reales.
Sepas dibujar o no, es imposible no rendirse ante su trabajo en The Ultimates por su realismo y brutalidad.
Las peleas, cuando llegan, son una explosión para nuestros sentidos. Tanto en argumento como visualmente, dejan una estela de perfección. Son extremadamente violentas y carecen de piedad. Cada golpe es una bomba que podemos sentir en nuestra piel. No hay movimientos innecesarios, sabemos cuándo los combatientes van en serio y ponen al espectador al límite de su resistencia.

El primer volumen puede que sea mi favorito. Aunque más lento, posee una mayor profundización y una historia excelente. El segundo es mucho más épico, ofrece más momentos inolvidables y situaciones mucho más adversas y trepidantes, pero los villanos no están tan bien caracterizados como en el primero (lo que, ni mucho menos, significa que sean de baja calidad).


En definitiva: el cómic de Marvel por excelencia, una obra maestra inigualable que marcó un antes y un después en la forma de ver los cómics de superhéroes, al menos para mí.

¿Pegas? Sí, tengo una: que todos sus volúmenes posteriores, para los cuales cambiaron tanto autor como dibujante, no estén a la altura. De hecho, es peor aún, pues mancillan este nuevo universo creado que tenía tanto potencial. Los nuevos escritores pasaron olímpicamente de la continuidad y en vez de seguir arcos argumentales con temática y esencia similares, cambian las historias y las vuelven exactamente iguales las de los cómics del universo Marvel normal y corriente, volviendo prácticamente inútil la creación de este nuevo universo.
Ahora tenemos dos universos que quizás no tendrán aventuras "idénticas", pero que en términos generales, son lo mismo.
Para mí, esta saga se acabó en su magistral segundo volumen. Lo que sigue no tiene nada que ver.

sábado, 10 de septiembre de 2016

The Revenant (El Renacido), la decadencia de los Oscar. Mi opinión.

 
Una de las triunfadoras de los premios Oscar 2016; siendo uno de ellos del de Mejor Actor para DiCaprio, quien llevaba tanto tiempo esperándolo con ansia. ¿Qué puede ir mal? El éxito parece asegurado.

No es algo que me agrade, pero hoy, voy a crear polémica.
Solo porque sea una peli que haya satisfecho a público y crítica en general, no significa que haya de gustar a todos. No mentiré: sí, me incluyo entre esa minoría que, al terminar The Revenant, pensó estar ante un producto mediocre y sobrevalorado.
Me dispongo a explicar este veredicto, exponiendo como siempre, sus puntos negativos y positivos.


Decir que está mal realizada, es mentir. Porque aunque no te guste, es innegable su belleza. La fotografía obtiene un nivel extraordinario; cada plano desprende magnificencia. Es una experiencia visual inolvidable gracias a esa cantidad de páramos helados, montañas y cielos nubosos, que se conjuntan creando una imagen perfecta todas las veces que la cámara se dispone a enfocar. Toma por toma, nos va mostrando unos lugares majestuosos de colores deprimidos.
Los movimientos de cámara son precisos, indudablemente hermosos, pero muy crudos y secos. Da una sensación de realismo absoluta con esto, porque lo único bonito es el paisaje, la odisea que pasa el protagonista es cruel y hórrida. Las secuencias son largas pero sublimes, al estar ante una precisión técnica tanto de aquellos detrás de las cámaras como de aquellos que actúan; porque la cámara se desplaza de manera grácil por el campo de batalla mostrándonos violencia agarrada de la mano con elegancia.

Los medios están ahí. Debe de haber sido un rodaje terriblemente complicado, para un resultado tan verosímil, tan grandioso.
Técnicamente, es una obra de arte, no hay pegas.

Sin embargo, todo lo demás se tambalea. Porque, por muchos paisajes que contenga cada plano, no quiero ver 2 horas y media de montañas; su metraje es terriblemente excesivo. No me importa que los planos sean bellos, porque sobran más de la mitad de todos ellos. Parece que nos hallemos más frente a un documental en una época nevada.

El cine de hoy en día continúa un camino que no llegará a ninguna parte, un camino en el cual la estética, las imágenes, predominan sobre los acontecimientos. Es indudablemente hermosa, sí, pero, ¿qué más tiene? Para ver paisajes de montañas bonitos solo he de poner "Mountain Wallpaper" en Google, y si no me sale Gregor Clegane, observaré fotografías igual de bonitas, pero que no me retendrán 2 horas y media.
Es un ejemplo que no encaja del todo, pero termino de explicarme para que se entienda mejor: yo me he dispuesto a ver una película, con supuestas grandes actuaciones, una supuesta gran dirección y (en menor medida, pero aun así existente) un guión decente, lo suficiente para que los hechos se sostengan, nada más.

Un guión puede ser simple, y sublime a la vez. Estoy seguro de que a mi y a vosotros se nos ocurren varios ejemplos. No obstante, aunque sea simple, debe de cumplir ciertos requisitos. Debe de tener un poquito de coherencia, debe de atraernos de alguna manera, lo suficiente como para que nos interesemos mínimamente por los personajes y las cosas que les ocurren.
Desgraciadamente, yo me hallo ante una película vacía. Carente de emoción. DiCaprio se arrastra y Tom Hardy huye. Punto. Sinceramente, solo me suscita interés al inicio, con su excelente escena de batalla inicial. Todo el sufrimiento del protagonista, esa aventura tan macabra y dura, no la comparto con él. No me traslado allí en las montañas, no sufro, no me importa lo que le pase. Cuando lleva dos horas arrastrándose, solo tengo ganas de que se muera de una puñetera vez y que se acabe esta tertulia.
Ojo, a mí me gustan las situaciones adversas de supervivencia. Pero esta historia, débil la mires por donde la mires, podría haberse contado en menos de la mitad de tiempo. El director rellena el metraje con imágenes, imágenes y más imágenes que no aportan nada y resultan cansinas después de un rato. Solo le ha dado importancia a la belleza del conjunto; eso no es suficiente para evitar que sea aburrida, monótona, repetitiva, y sobre todo, absurda.

Este guión cojea en todos los sentidos. No se centra en los personajes, siendo una técnica que, bien llevada, puede dar lugar a obras maestras como Once Upon a Time in the West. Desgraciadamente, este filme no sabe sostener su argumento que se basa en las convicciones más patéticas y típicas. La película entera es una excusa, un olvidable producto que solo sirve para acumular premios y alardear visualmente. La venganza es el supuesto tema que trata, pero no es más que una farsa, está mal llevada y le quita realismo al conjunto. Las situaciones, incluso contando con su realismo visual, se deterioran y se vuelven confusas, menos creíbles y, en última instancia, estúpidas.

La dirección, por muy perfecta que sea técnicamente, no es buena. Yo no sufrí, no sentí la tensión o el suspense. Muchas cosas pasaban delante de mis ojos pero ninguna me llegaba, por una carencia enorme de profundidad. La idea tenía potencial, y si hubiera sido llevada a cabo por otro director, habría sido mejor. En este caso, solo me da la sensación de ver un episodio de Man vs Wild (El Último Superviviente) versión "sin diálogos".

Después de toda la odisea de supervivencia, dolor, angustia, el desenlace se torna patético, todas las ideas y motivaciones que mueven la peli colapsan y se derrumban. Yo me quedé con la boca abierta, pero de lo mal que quedó todo.

Y el último punto que quiero comentar, es la actuación de nuestro querido Leonardo. Él, es un genial actor, y personalmente, lo considero de los mejores que pueden haber. Ha realizado el papel que se le ha dado lo mejor que se podía. Desafortunadamente, el papel no le dejaba lucirse mucho. No puede crear un personaje porque no existe material de donde poder hacerlo. Simplemente es un superviviente que se arrastra y sufre. Él ha hecho trabajos mucho más complejos, que requerían escenas más diversas y no ha tenido nunca reconocimiento por eso. Que le den el reconocimiento por este papel, el más mediocre en comparación con sus otros papeles, me parece un insulto para el actor.
Eso sí, a favor he de decir, que tampoco había mucha competición en la categoría ese año; y tampoco es que sea repulsivo verlo con el premio que tanto merece entre manos, ni mucho menos.

Comprendo que mi opinión no sea compartida, y por eso me gustaría tener tranquilas conversaciones en los comentarios, donde aquellos que amaron este filme expongan sus argumentos y todos saquemos nuevas conclusiones.

Me gusta recordar esto cada vez que tengo ocasión: "Cuanto más te prometa algo, peor será tu reacción cuando te decepcione".
Sinceramente me resulta extremadamente difícil que alguien encuentre esto como una obra maestra. Yo lo veo un aburrimiento.

4/10.






SPOILER





La famosa escena del oso, sinceramente, es una de las que más me han decepcionado. Todo el mundo decía, "Es tan cruel que resulta difícil de ver" o "tuve que apartar la mirada por esa violencia".

La realización es impecable, el oso parece totalmente verdadero, pero yo no sentí nada. Ni agobio, o dolor. Me resultó muy vacía, escasa en estrés.


El final, a mi ver, es tremendamente estúpido. Se supone que, todo lo que ha hecho que siguiera adelante y no desfallezca DiCaprio, es la venganza, las ganas de cargarse a Fitzgerald. Si no es así, la película caería otra vez en una laguna argumental, porque como él dice en un momento, ya no tiene nada que perder.
Pues cuando lo tiene a puntito de caramelo, que le acaba de apuñalar la pierna y hasta le ha dado un hachazo, recuerda las palabras que le dijo un tipo feo, "la venganza no está en nuestras manos, sino en las de Dios", y lo deja, para que lo mate un indio en la otra orilla del río. ¿En serio? ¿Qué pasa, en una subtrama ese tipo se llamaba "Dios" y yo no lo sabía? Yo no veo la coherencia. ¿Vosotros?


Posdata, el ataque del oso, me parece absurdo en ocasiones. Es un oso de 680 kilos, le pegas un tiro con un rifle de metro y medio y el cabrón ni retrocede, ¿y te lo cargas de 4 puñaladas en el cuerpo?
Además, pienso que si te pega un tajazo en la garganta y se te cae encima, tienes nulas posibilidades de sobrevivir por mucho tiempo sin medios suficientes.
Sé que esto es cine y se pueden tomar muchas licencias, cosa que a mí nunca me ha molestado. El problema no es ese, es que la película tratando de ser tan realista, no lo consigue del todo realmente. No da lo que promete.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Mad Max: Fury Road. El renacer del buen cine de acción.

Aviso de antemano: durante vuestra lectura encontraréis varias veces la palabra "acción". Hablando del filme que nos ocupa, no he podido hacerlo de otra manera.

Estamos ante La película de acción.
Puede que escenas trepidantes o tiroteos suelan estar presentes en el cine, pero no por ello todas las películas que las contengan son metidas dentro del género "acción".
El género de Mad Max: Fury Road no puede ser determinado como otro que no sea "acción". Desde el mismísimo principio comienza un simple pero frenético viaje lleno de ferocidad, coches, explosiones y elegancia.
No se trata de la típica peli de acción descerebrada, aquella en la cual la coherencia es de los elementos más perdidos y las escenas son ligeritas. Esto es acción para adultos, de esa ausente hoy en día que todos echamos de menos y recordamos dulcemente en su época de esplendor; por ser cruda y lo más realista que se pudiera. No creas que el hecho de que posea pocos diálogos significa que puedes no estar atento y aun así enterarte: te equivocas. La película no toma por estúpido al espectador; requiere su plena atención, pues con que se pierda un solo segundo no podrá ubicarse después. Esto es debido a que se basa puramente en el lenguaje visual, algo poco común en el cine de hoy en día, indicio número uno de que estamos ante una de las obras mejor dirigidas de la historia.

Mad Max no pretende ser una obra trascendental por su guión. No pretende tener los mejores personajes con la mejor historia o evolución.
Pretende que pases un rato inolvidable con secuencias que te dejen sin aliento. Pretende ser una pedazo de película de intensidad inédita que oxigene ese género tan decadente estos años.
Lo consigue. Y de sobra.

Vamos a lo esencial: ¿por qué resulta tan apetitosa?
Porque nos encontramos ante escenas rodadas con una precisión quirúrgica. En una etapa donde escasea la acción realista, donde el chroma (la pantalla verde) y los efectos espciales digitalizados acaparan este género por lo que nadie se atreve a mancharse las manos, llega George Miller cual héroe salvador. Cada plano es una nueva explosión mental para el espectador quien, atónito, no podrá dejar de mirar.
Acción de la buena, sí señor. No nos percatamos del uso de los efectos especiales, muchas tomas están realizadas a pelo; y se nos provocada una sensación de verosimilitud que hace la experiencia más extrema. La adrenalina es disparada a cada segundo porque no hay tiempo para detenerse. Es un prodigio de la tensión: nos mantendrá en vilo nada más comenzar, dándonos un respiro únicamente cuando se acaba. Sí, de principio a fin, presenciamos un desmadre de acción y gente pirada con
persecuciones brutales, combates cuerpo a cuerpo, armas de todo tipo; de todo nos vamos a encontrar.
Es un caos apabullante, y a pesar de esto, en ningún momento perdemos de vista a nuestros protagonistas ni sus objetivos. Se trata de una locura ordenada, que gracias a un montaje maestro se sucede con suma elegancia dejándonos escenas rápidas y frenéticas pero que se entienden a la perfección.

Añadimos a eso una fotografía de miedo que nos introduce en un mundo seco y hostil. Nosotros mismos estamos en ese desierto amarillento, sintiendo la demencia en su máximo esplendor.

Lo mejor es que dentro de toda la violencia desmedida también hay sitio para momentos brillantes por la emoción que desprenden. Al fin y al cabo, a pesar de carecer de una complejidad elevada en su profundidad, nos importa mucho el destino de los protagonistas de la obra, cuyas acciones resultan impactantes.


El argumento es bien sencillo, ¿para qué complicar las cosas? Un resumen efectivo sería, por ejemplo: los protagonistas han de huir de un tirano hacia un lugar seguro. Y me estaría enrollando un montón. Es un acierto total ya que no es necesario un argumento enrevesado; el espectador no lo busca. A veces por ser pretencioso y tratar de abarcar demasiado, el resultado acaba siendo desastroso. Aquí no, se juega con todas las cartas sobra la mesa y no se nos engaña en ningún momento.
Es por eso que ya no solo estamos ante una excelente película de acción. Estamos ante una excelente película, en todos los sentidos.

¿Me vas a decir que no la disfrutaste? Me resultaría difícil creerlo, ciertamente. Su capacidad para el entretenimiento alcanza niveles más allá de este mundo.

Incluso Max, sin decir más de 10 frases en las 2 horas, lo tomé instantáneamente por el puto amo, gracias a sus acciones y su filosofía solitaria. Furiosa es un milagro; para aquellos que dicen que las mujeres no pueden ser heroínas de acción, viene esta formidable superviviente a callarles la boca base de patadas en la cara. No pierde ni un ápice de dureza y además, ¡tiene una mano metálica! La estética y vestuario molan, yo qué sé.

Los personajes secundarios no tienen apenas desarrollo, pero son vitales para el desarrollo de la trama. No obstante hay una excepción, el gran secundario Nux. Ese joven confuso y engañado en un lugar de mentirosos e incultura, hallará una evolución que si bien no es perfecta, se admira y disfruta enormemente.

El villano principal no es un personaje con gran profundidad, pero ¿a quién le importa, realmente? Tal característica no es imprescindible para la historia que se nos relata.

Creo que ya, he mencionado todo aquello verdaderamente relevante. Así que por último, para resumir: ¿Podría ser mejor? Siempre se puede. Pero ya es una obra de arte.

9/10.



Un pensamiento suelto, es que me encantó que fuera nominada al oscar de mejor película en un año bastante deprimente. Sin duda alguna, merecía la estatuilla a mejor director como mínimo.
En mi opinión es mucho mejor que las obras nominadas, como The Revenant, la cual espero comentar en breve.

The Hateful Eight (Los Odiosos Ocho). Tarantino vuelve a la carga.

La nueva película de Tarantino salió hace ya unos cuantos meses, y yo no he tenido el detalle de comentarla hasta ahora mismo. Qué desfachatez. Fallo mío.

Mucho se ha dicho de esta película. Pero la opinión más generalizada, es que no está a la altura de sus trabajos anteriores y el director estadounidense está bajando el listón.

¿Sinceramente? Yo discrepo. Entiendo perfectamente esas opiniones y dependiendo de varios puntos de vista tienen sentido, completamente. Sin embargo, el mío es este: Tarantino estaba dejando de ser Tarantino. Inglorious Basterds, de la cual me gustaría hacer una review dentro poco, me pareció una obra maestra, pero Tarantino estaba cambiando matices de su estilo. Por otra parte, Django Unchained, que al parecer salió al gusto de todo el mundo, a mí no me entusiasmó tanto. Estábamos ante una película buena, sí, pero a mi ver, esa ha sido la película menos Tarantino, de Tarantino, no sé si me explico. El estilo que caracterizaba sus filmes estaba a rasgos generales, además de que nos dejó un desenlace decepcionante, nada acuerdo al desarrollo.
¿Por qué "The Hateful Eight" no ha recibido tanto apoyo entonces? Según lo que yo pienso, es que Tarantino nos malacostumbró, y se alejó un poco de su técnica inicial. Ahora, él ha vuelto: a mi ver, esta es la película más "Tarantino" de las últimas que él ha hecho. Es un estilo que, a diferencia del de sus producciones previas, no gusta a todo el mundo por igual. Es más denso, más simple, y más brutal.

Con todo lo anterior dicho, resumo de la siguiente manera: es una de las mejores de Tarantino (mejor que Django), una absoluta delicia para los sentidos y un soplo de aire fresco para el cine actual, que está de capa caída.

El guión lo escribe Quentin, ya sabemos que la violencia y los diálogos magistrales van a abundar. Aunque, nos encontramos, en el primer visionado, con una situación un tanto peculiar, gracias a la cual, la película es considerada (no me incluyo) "más mediocre". La primera hora, es una introducción, y la profundización de los personajes toma un protagonismo total y absoluto; tanto, que no encontraremos nada más. Considero un acierto esto mencionado, pero lo cierto es que se alarga mucho. Este primer acto de la obra es terriblemente denso. Nada ocurre, simplemente, van apareciendo los protagonistas y se muestra su forma de ser al estilo Tarantino. Todo ese tiempo de aparente tranquilidad, resulta tan desconcertante que puede llegar a ser molesto. Yo disfruté de los diálogos, pero todavía no se mostraba la genialidad usual de Tarantino. Definitivamente, si tuviera que meterla dentro de un género sería Western Psicológico. Es una película rara que juega con nuestras mentes y nos hace sufrir.

Hasta que, comenzando el segundo acto, se desencadena el desmadre. Seremos golpeados con una oleada de sangre desmedida, humor negro, palabrotas, diálogos inmejorables y actuaciones extraordinarias. No cruza el límite, se caga en él. Lo peor, es que además de salir airoso, nos encanta. Esto, sí es cine de mi Tarantino. Trataré de decir lo mínimo posible para que aquel que no la haya visto, sea sorprendido tal y como todos los que estuvimos en su momento en la sala del cine. Merece la pena; es una hora y media de Tarantino desencadenado en su máximo esplendor.

Él no solo sabe escribir, es un prodigio de la dirección. Recrea la incomodidad de esos momentos silenciosos con el ambiente cargado al máximo, en el cual la imposibilidad de adivinar lo que va a ocurrir nos resulta tan desagradable, como placentera. Puede parecer una contradicción, pero desde mi punto de vista, es esa sensación desagradable, la cual hace que descargue dosis de adrenalina que echo de menos cada vez que veo un filme mediocre. Hacer pasar mal al espectador, usando únicamente la imaginación para escribir un guión y dirigir la película, es un don.

¿Exagerada? ¿Truculenta? ¿Difícil de ver?
Esto es cine de Tarantino. Él es fiel a su estilo. Si no soportas alguna de las características mencionadas, no deberías ver su cine. Así de claro.
Para los que lo disfrutemos, sabemos que aun en la decadencia del cine actual, siempre podemos confiar en Quentin para unirnos junto a los personajes y sus retorcidas adversidades.

Los actores hacen trabajos sublimes a todos los niveles, y nos creemos al 100% el personaje que interpretan. Un excelente Tim Roth nos recuerda a Christolph Waltz; Samuel L. Jackson nos deleita como siempre con sus personajes; la aparición de Michael Madsen, nuestro admirado Señor Rubio, es genial; y en general no hay nadie que se haga pequeño ante nadie. Todos a lucirse.

No puedo olvidar mencionar otros apartados, olvidados de manera general.
La banda sonora está realizada por el maestro original, el dios de la composición musical hecho persona: Ennio Morricone. Como era de esperar, sus piezas musicales dan vida a la obra y encajan a la perfección.
La fotografía, genial. El uso de las luces en esa cabaña tan agobiante, y los planos de paisajes nevados preciosos no hacen más que acrecentar la sensación de satisfacción al terminar la película.

Un  9 sobre 10 para "The Hateful Eight".


jueves, 8 de septiembre de 2016

La Saga Divergente: Leal. La sátira definitiva.

Qué bien lo pasé en el cine. Si, estáis leyendo bien, mereció la pena el dinero que me gasté. Sinceramente, a pesar de lo poco entusiasmado que iba (típico producto destinado a adolescentes para los que predomina la estética y disfrutan historias que se repiten hasta la saciedad), salí y pensé, "sí señor, vaya rato más entretenido".

¡Y es que, qué graciosa es esta película! Vaya atrevidos el director y los guionistas, ofreciéndonos tal sátira perfecta del cine de adolescentes, utilizando las mismas técnicas pero de forma más cutre todavía, llevando al extremo la imbecilidad y nula credibilidad de los personajes. Qué gran trabajo el de los actores, quienes sabiendo que interpretan a personajes basados en los arquetipos más vulgares, no muestran ninguna expresividad, todo acorde con el resultado que quiere conseguir el filme. Estamos ante la exageración máxima de este género que, desde mi humilde punto de vista, es pura basura y está destinado al fracaso. Hasta que llegó "Leal".

Situaciones absurdas y diálogos paupérrimos, que no hacen más que acrecentar las risas. Excelentísima comedia y parodia capaz de llevarte hacia la carcajada más absoluta con su incoherencia.



Ah, espera. Que no es una comedia. Que esta película iba en serio, no pretendía hacernos reír. ¿Sus personajes trataban de ser profundos? ¿Las situaciones trataban de hacer que nos interesáramos más por el argumento que por la porquería que es? Entonces, ¿su objetivo principal, no era ser hilarante?

Amigos, cuando una película trata de ser seria, trascendente, y lo que consigue es provocarte risas continuas, algo va muy mal. Más bien, todo va muy mal.
No hablo del libro. No lo he leido y por ahora no tengo intención de hacerlo en un futuro. Así que no sé si esta adaptación ha sido rigurosa o se ha tomado licencias. Ni lo sé, ni me importa. Yo voy a hablar del producto cinematográfico en sí y de su resultado.
Es cuando me hago más preguntas todavía, y siento ser pesado, pero ¿en serio hay gente que se toma esto en serio? ¿En serio es posible pensar que el resultado obtenido es agradable y puede funcionar?

No he mentido cuando he dicho que me lo he pasado genial. Disfrutaba de cada fallo y laguna de guión como un niño en un parque de bolas. Junto con mi amigo, comentábamos cada segundo ya que no había uno que se salvase. Me reí de lo lindo, tanto como en cualquier comedia que se precie. Llega a tal nivel de estupidez que no es solo para pasar el rato, es para pasar el rato mientras te burlas de ella.
Personajes patéticos ya sea por sus decisiones o por sus actos. Un guión absurdo y pretencioso que no sabe cómo funcionar, ni darle épica o verosimilitud al asunto. Sé que estamos ante cine de ciencia-ficción, pero si eso significa que tenemos que pasar por alto incongruencias cada dos segundos y que se nos tome por tontos a los espectadores pretendiendo que nos creamos los problemas y cómo son resuletos, yo me niego.

Jeff Daniels interpreta al villano principal, Deivid (David). Sin lugar a dudas mi personaje favorito, porque simplemente es imposible tomárselo en serio, está tan mal escrito que ni el carisma del actor puede salvarlo. He de decir, no obstante, que se disfruta con cada aparición suya por el manto de necedad que le rodea. Sus acciones y reacciones son dignas de un niño chico, que a cada segundo se vuelve más tonto y nos sorprende con decisiones inesperadas que provocan risotadas. Me encanta.

Para el resto de personajes, casi ni me acuerdo y la verdad, poco o nada me importa. La mayoría son personas planas que no evolucionan durante toda la cinta. Me acuerdo del también divertidísimo Cuatro, interpretado por un tío del cual no sé el nombre ni lo voy a buscar. Tratan de hacerle parecer "el héroe" pero con tales lagunas argumentales me resultó más bien el payaso. Tiene una cara de palo con cero expresividad el 100% del tiempo y no ayuda que sea inmune a absolutamente todo (si te pegan un tiro en la pierna y vas cojeando, no se te olvida cuando te encuentras a un par de idiotas a los que les pegas una paliza. Luego sales corriendo un rato y cuando te acuerdas de que estabas cojo, te pones a cojear de manera falsa). Su actitud y actuación hacen de él un tipo cómico que sirve de sobra para provocar risas, y nada más.

A mí, no consiguieron que me importara nada los protagonistas. Después de tanto tiempo, ni me he aprendido el nombre de la prota, lo he tenido que buscar. La dirección usa las mismas técnicas que todo este tipo de blockbuster juvenil y no da nada nuevo. Los efectos especiales cantan y la fotografía es de lo poco que me parece pasable.

Un desastre. No pienso indagar más ni perder mi tiempo hablando sobre más cosas de este despropósito; mucho es ya lo que le he dado.
Pero, hay que reconocerlo: entretiene. Ya sea por lo graciosa que es, o yo qué se. Me lo pasé bien, eso es algo, así que le pongo esta nota y no menos por eso. Si su intención hubiera sido satírica, estaríamos ante una obra maestra del humor.

3 / 10.

ATENCIÓN: Esta crítica está plagada de humor negro y lenguaje vulgar, que no tiene intención de ofender en ningún momento a nadie a quien le haya gustado la película; no deja de ser una opinión personal.
Sé que debería haber puesto esta advertencia al principio, pero habría echado a perder la sorpresa.

Un saludo.




SPOILER

Sin duda, la mejor escena es cuando Tris está en el sitio de luces y colores con Deivid, y ella dice que va a coger el helicóptero.

Deivid: No, no lo vas a coger.
Tris: Que sí, lo voy a coger.
Deivid: Que no, que no lo haces.
Tris: Que sí coño.
Deivid: Que no, que no lo vas a hacer, no.
Tris: Que sí, mira, lo estoy cogiendo.
Deivid: Que no lo vas a coger, venga. Que no.
Tris: Que sí (coge el helicóptero). Venga, hasta luego.
Deivid: Ay, lo ha cogido. Me cago en la puta, no me lo esperaba.

Vaya pechá de reir que me eché.

¡Larga vida a Deivid!

martes, 6 de septiembre de 2016

Stranger Things. Crítica, y opinión e información respecto al final.

Aquí y ahora os traigo mi opinión sobre la apodada "serie del año", que sin duda se ha quedado con el corazón de una enorme cantidad de espectadores.

Como siempre, en la parte inferior comentaré los temas que contienen detalles del argumento y mis pensamientos sobre ellos; pero antes, desarrollaré mis argumentos sobre su calidad sin ninguna clase de spoiler.
Me va a costar expresar mi veredicto, ya que hay una gran mezcla de sensaciones. Intentaré hacer que se entienda lo mejor posible.

Sin más dilación, allá vamos.



No me pondré pesado sobre los temas que todo el mundo sabe: bebe del cine de ciencia ficción/aventuras de los 80 (E.T., los Goonies, Alien) e incluso toma la esencia del género "terror" de aquellos tiempos. Es totalmente cierto, no es exageración, y es una gozada para los sentidos. Sobre todo para los que vivieron en la década; no puedo meterme en ese saco, sin embargo yo crecí, en parte, viendo los filmes de esos años, así que el resultado es más o menos parecido.


Hay muchos adjetivos que pueden definir este producto: entretenido, nostálgico, emotivo, adictivo... No obstante, para mí la palabra que mejor se acerca, es atractivo. No, no por la cara bonita de los personajes. Es una historia atractiva, cuenta con personajes atractivos y un ambiente muy atractivo. Te sientes atraído en todo momento, desde el minuto 1. Para jóvenes y adultos, hombres y mujeres.

Yo la disfruté enormemente. 8 capítulos en los cuales no hay tiempo para pensar en otra cosa que en las desventuras de nuestros protagonistas; todo lo ajeno a ello, tendrá de esperar a que acaben.
En sí, las hechos de la serie son una gran referencia a la época en la que se ambienta, como ya he dicho. Lo que se traduce en que tanto personajes (el sheriff del pueblo tranquilo, la panda de niños "frikis", la hermana mayor a la que le gusta al chico guay, el villano con el atuendo del momento) como situaciones, serán cosas que nos sonarán. ¿Eso le quita un ápice de originalidad, o hace que se sienta únicamente como un calco de las películas de aquella década? Para nada.

Porque cada personaje está recreado a la perfección. Solo cogen prestada la idea, y a partir de ahí son desarrollados unos individuos geniales. Se ahonda mucho en ellos y obtienen gran profundidad. Uno de los mejores aciertos es que, mayoritariamente, son muy humanos; con eso me refiero a que no son perfectos en sus acciones, lo intenten o no. Es una maravilla ver las relaciones entre ellos, sus diferentes reacciones ante las adversidades, cómo van evolucionando, de una manera muy bien escrita.

Yo no sabía absolutamente nada del argumento, por lo que descubrirlo fue una experiencia irresistible. Recomiendo que, si no la has visto aún y no sabes de qué va, no leas nada. Simplemente, ponte a verla ya. No es en absoluto sorprendente. Como todo el mundo dice es algo que hemos visto hasta la saciedad; no obstante no importa, porque cuando está tan bien llevado, es imposible no rendirse.

Adoro a todos los personajes. Eleven, o El, ha sido para mí la gran sorpresa. La tierna niña, rodeada al principio de misterio, cuyas acciones siempre repercutían en mí. Me ha encantado la idea, cómo se ha escrito y cómo se ha llevado a cabo. Un regalo para los sentidos significaban, en mi caso, muchas de sus apariciones. Posiblemente el mejor personaje. El sheriff, al cual todos tomamos en un principio por un don nadie, tiene mucho juego que dar y el resultado me tiene enamorado: se consolida como uno de los más profundos personajes, un auténtico "puto amo". Este grupo de amigos, aunque simple, me ha gustado muchísimo y son el alma total. El "sin dientes" Dustin es sublime y de lo mejorcito, un milagro; Mike nos encanta a todos; y Lucas, a pesar de que no confíe en Eleven, acaba ganándose nuestra confianza. Hasta la hermana, que se veía tan repelente junto al Steve ese (quien se aleja de los tópicos al final y se convierte en otro gran personaje). Jonathan Byers es uno de los que me han gustado también, siendo el más atípico a mi ver, porque a pesar de ser el "raro" de turno tiene mucho más que ofrecernos; y su madre, otro personaje de peso aunque no tenga la mejor evolución.
Aquellos que salen poco tiempo, como el profe de ciencias o Benny, han sido muy de mi agrado.

Hay varias tramas conectadas que giran al rededor de unos acontecimientos, y todas son igual de interesantes. El guión mantiene el suspense cada segundo de la obra, y sin necesidad de grandes actos legendarios te atrapa, el mundo recreado te envuelve y, cuando estás convertido en un partícipe más de los hechos, no puedes esperar a ver qué pasa después.

Trata temas complejos con gran habilidad, tales como: la amistad; el amor de una madre y la dificultad de tratar a los jóvenes en estas etapas tan problemáticas; la pérdida de los seres queridos y sus fases; incluso los celos, la locura, las distintas dimensiones paralelas, o la irresponsabilidad humana. Desborda sentimientos de todo tipo, como la tristeza, el miedo, incertidumbre, alegría. Todo eso y más, de una manera que ya quisieran las pelis de hoy en día.
De hecho, hay reflexiones en particular que darían una patada a la blanda realidad muchos adolescentes (tanto en masculino como en femenino).

Peca por ser previsible en líneas generales, pero siendo una referencia, es común que muchos matices se vean venir. Por otro lado, hay pequeños giros y sorpresas inesperados que aportan mucho al disfrute.


Los hermanos han dirigido su serie con una técnica impecable. El resultado nos muestra que no hace falta excesivo uso de los efectos por ordenador para crear sensación de terror; con un buen guión y unos directores en estado de gracia se puede. El suspense conseguido es magnífico, usando técnicas clásicas que funcionan a la perfección, minimizando las apariciones de las criaturas extrañas, aumentando así el grado de agobio generado por lo desconocido.
Por supuesto, siempre se nos concede un ritmo que encaja cual guante y nos hace imposible aburrirnos. Sumado a la intriga que genera la historia, se puede terminar en menos de 24 horas, como fue mi caso.
Deberían aprender a partir de ahora los directores de películas o series de miedo, que así, las cosas salen bien.

Dotada de un montaje muy bueno, recurre a los flashbacks, usados sin ralentizar ni detener el desarrollo de la acción ya que contribuyen al desarrollo de la misma, aportándonos la historia de ciertos personajes y pistas sobre qué demonios está pasando ahí.

La fotografía, el vestuario, la música, son magníficos indiscutiblemente; el apartado técnico es sobresaliente. Todo esto ayuda  la recreación del ambiente perfecto y necesario que nos da un empujoncito a la hora de introducirnos en este mundo propuesto. La gente de los 80, asumo, lo disfrutará como nadie.

Las actuaciones tienen un nivel muy alto, destacando varios: la madre interpretada por Winona Ryder, totalmente creíble en todas sus reacciones y actos; David Harbour realiza un trabajo excelente como sheriff de poca monta que ha de adaptarse a la situación; los tres chavales (Finn Wolfhard, Caleb McLaughlin y el inimitable Gaten Matarazzo) roban la pantalla; Charlie Heaton también nos deleita con su gran personaje. Pero alguien debe de ser nombrada por encima de estos y es Millie Bobby Brown, quien a pesar de su corta edad, cautiva al espectador. Sí, me ha encantado.

Ahora, llegamos a la parte dura. Por mucho que la haya disfrutado, está lejos de ser perfecta. Duele sacar a relucir los puntos negativos de algo cuando mola, pero hay que hacerlo.
A cada uno le puedes sacar explicaciones rebuscadas. Lo que no es posible negar, es las repercusiones de estas lagunas en la obra, a la cual hacen cojear en algunos momentos.

El principal de todos es, llegados a los puntos culminantes, la falta de credibilidad. Los niños actúan de maneras (a veces) absurdas, o las situaciones son bastante descabelladas y tienen poco sentido. Y no hablo de la apariciones de monstruos o de universos oscuros, para nada (eso es necesario en este género) sino actos de los personajes en los cuales no indagaré para no desvelar partes del argumento.
Aun así, me lo como enterito, no me importa. Porque estamos ante ciencia-ficción, no ante The Wire. Si se toman ciertas licencias para que el argumento pueda continuar, que así sea. A mí, personalmente, no me molesta en absoluto.
Algunos personajes quedan relevados a terceros y cuartos planos abandonándolos completamente, dando la sensación de que los escritores se han olvidado de ellos o algo por el estilo.
Es cierto que la historia de amor adolescente no tiene tanto atractivo como el resto, siendo la subtrama que más abusa de los tópicos; aunque al final, aún puede sorprendernos.
El final, plantea muchas dudas. No sobre la trama, sino sobre el destino de los involucrados.


Contando estos puntos mencionados, la conclusión sigue siendo la misma: genial.
Una historia endiabladamente entretenida, llena de suspense a la antigua, con un argumento interesante bien traído a la pequeña pantalla por parte del equipo completo, e Eleven, ¿quién no va a disfrutar esto?
Espero con ansia la siguiente temporada, si es que la hay (ojalá).

9/10.






SPOILER

E INFORMACIÓN SOBRE LA SEGUNDA TEMPORADA



Se ve que hay personas que no entendieron el final. Me he intentado empapar en información y opiniones ajenas que sumadas a la mía propia, dan un resultado coherente. Sin embargo, es normal que haya cosas que no entendamos ya que no han sido respondidas, y por eso una segunda temporada es obligatoria.

Los cabos sueltos con más relevancia, serían:

- A mí no me jodas, yo quiero a Eleven viva, eh. También, me pregunto lo siguiente, ¿en el caso de que vuelva, se reencontrará con su madre?
- ¿Qué ocurre con Will?
- ¿Con quién ha hablado el sheriff? ¿Para quién eran esos gofres en la nieve?
- ¿Quién se quedará con Nancy? (Esta es la que a mí menos me importaba, pero por lo visto ha tenido gran repercusión y hay que admitirlo, es interesante).

- Una pequeña laguna, la cual ya es moda entre la gente de internet y que no podía dejar de comentar, es, ¿la pobre Bárbara, le importa a alguien? Se siente como si nadie salvo su amiga, la recordara ni diera importancia a su desaparición.

El argumento resumido es este: Eleven es una obra del gobierno norteamericano, que en medio de la Guerra Fría, buscaba todo tipo de recursos ofensivos contra los rusos, en ocasiones recurriendo a lo paranormal.
Eleven es el resultado de esto, es un utensilio perfecto, de hecho se ve cómo la usan para escuchar conversaciones enemigas. Más que un arma, sirve para saber los secretos del bando contrario y poder destruirlos con ellos.
El problema fue, que crear a Eleven, y más aun el uso de sus poderes, requería una cantidad tan colosal de energía, que abrió aquel portal espacio-temporal, uniendo nuestra dimensión a aquella dimensión oscura con esa criatura tan horrenda.

Ahora bien, ¿cuál es mi opinión sobre todas las teorías hechas sobre el final?
El sheriff habló con alguien, posiblemente alguien del gobierno de los EEUU. No tengo mucha idea del tema, pero probablemente sea que la pesadilla no ha acabado aun, algo relacionado con los monstruos o quizás con Eleven y su paradero.
Como podemos observar, al más puro estilo Alien, la criatura estaba poniendo huevos. Así que, evidentemente, no estaba sola.
Y tal como haría un parásito, estaba usando a Will como incubadora de las crías. Es confirmado cuando, en los últimos momentos, éste escupe una larva hórrida en el lavabo. ¿Se convertirá Will en un monstruo? Habrá que esperar.

Otro tema es, ¿para quién eran esos gofres que puso el sheriff en la nieve? Algunas teorías dicen que era para alimentar a más criaturas de la dimensión oscura y estar en paz; yo opino que esto era para Eleven. Era su comida favorita, al fin y al cabo. ¿Por qué dejarlo entonces en el bosque, entonces? Quizás Eleven se esté escondiendo, lo que significaría que el problema, sigue existiendo y la pesadilla continúa. O quizás el sheriff se arrepienta de haber vendido de tal manera a Eleven y quiere recompensarla de alguna manera.

Todo esto son simples teorías. Me mosquearía bastante no tener una respuesta. Para nuestro alivio, Netflix ha confirmado la segunda temporada, tendrá 9 episodios y más personajes nuevos. De hecho hasta ha dejado un teaser tráiler misterioso que tenéis aquí abajo:


En él, podemos observar una serie de nombres tales como Madmax, The Boy Who Came Back to Life (El chico que volvió a la vida). Busqué información, y éstas son las posibles teorías que he visto con más sentido de internet:

- Madmax. Puede que se refiera a Hopper, quien al igual que el personaje de la película Mad Max, perdió a su hija. Quizás hablaron con él, revelándole la localización de Eleven, y él va a ir a rescatarla al mundo al revés. Según los hermanos Duffer, en esta nueva temporada pasaremos más tiempo ahí.

- The boy who came back to life. No puede ser otro que Will Byers. Esta era fácil.

- The Pumpkin Patch, (el huerto de calabazas). Significado desconocido, puede referirse a un huerto de verdad, o quizás es alguna metáfora que representa los huevos del mundo al revés.

- The Palace (El Palacio). Según se especula, algún nombre en código de unas posibles instalaciones gubernamentales.

- The Storm (La Tormenta). Indicativo de posible aparición de un gran número de monstruos.

- The Pollywog (El Renacuajo). ¿Quizás sea esa larva horrenda que Will escupió?

- The Secret Cabin (La cabina secreta). Desconocido.

- The Brain (El Cerebro). Algo quizás parecido a la reina Alien en Aliens: El Regreso.

- The Lost Brother (El hermano perdido). Puede ser algún nuevo personaje de la serie.

El vídeo original, es este, está en ingles:


lunes, 5 de septiembre de 2016

True Detective II: Segunda Temporada. Mi opinión. ¿Qué ha ocurrido?


Ha sido atacada por todos lados posibles. Crítica y público se cogieron de la mano y juntos, destrozaron sin piedad la segunda temporada de la aclamada "True Detective".
Viendo las enormes expectativas generadas con su excelente primera temporada, no voy a decir que haya sido lo esperado.

Yo era uno de esos que estaban muy emocionados con la nueva temporada. La televisión me provocaba por aquella época más atracción que los productos cinematográficos; teníamos Better Call Saul, Game of Thrones, y luego la que nos ocupa, True Detective.

La empecé nada más salió, el verano del año pasado, 2015. Y no la he terminado hasta hace un par de días. ¿Ya es eso, entonces, un veredicto sobre cómo es la serie? No creáis. Voy, como siempre, a contar una historieta antes de empezar. Si no quieres perder el tiempo leyendo algo que no tiene mucho que ver con la crítica, sáltate el párrafo siguiente.


Yo la empecé al mismo tiempo que todo el mundo. Estaba ilusionado, y sabía que debía de mantener mente fría: "puede que los primeros episodios no llamen mucho la atención", pensaba. "Pero, es True Detective, seguro que al final nos sorprende con maestría". En el primer capítulo, tuvo toda mi atención. En el segundo menos, aún no conseguía atraerme. A cada nuevo episodio iba prestando menos atención y, como consecuencia, perdí el hilo de la trama (la cual es bastante enrevesada a mi ver) y entendía menos, lo que llevaba a que prestara menos atención todavía y, en el quinto capítulo, lo dejé por imposible y no la continué. Admito que los problemas juveniles del momento jugaron un gran papel para mi desgracia: quizás, no estaba preparado psicológicamente para un producto tan distinto y complicado. Un año después, me pregunto, "¿Qué habrá sido de True Detective? ¿Cuál habrá sido el final de aquellos personajes?". Y, picado por la curiosidad, me dispuse a verla de nuevo. Como no recordaba mucho la trama, añadiendo que me despisté a partir del tercer episodio, hice un esfuerzo y vi de nuevo aquellos capítulos que no entendí la primera vez.


Así que, hoy, al fin puedo dar una opinión consistente sobre la segunda temporada de "True Detective". No está mal.

Como lo estáis viendo. Entonces, ¿toda la crítica negativa que la vapulea sin tregua? Probablemente, son gente que aun no ha superado que Rust Cohle no aparezca en la serie, o que quería una temporada exactamente igual que la anterior. No es perfecta tampoco, pero no se merece el aluvión de opiniones horribles sobre ella.
Estoy de acuerdo con la gente que dice que si no se hubiera llamado "True Detective", su resultado habría sido considerablemente mejor.

Por supuesto, no está a la altura de la primera temporada; no obstante, voy a evitar comparaciones ya que eso es, en gran parte, lo que ha generado tanto odio.


Una persona de alta clase es asesinada, y cuatro personas se ven envueltas en ese caso lleno de corrupción. Casi todos los personajes son personas repugnantes, ni uno solo tiene una vida feliz. Alcohólicos, obsesivos, gángsters. Aquí cobra más sentido que nunca el dicho de "nada es blanco o negro, solo hay distintos tonos de gris". Porque ni los polis son buenos, ni los mafiosos son malos. No hay héroes, ni supervillanos. Solo hay supervivientes.
A pesar de que sean personas amargadas con (muchos) más defectos que virtudes, te acabas encariñando con ellos. Parece imposible, y no lo es. No es con todos igual, y desde luego no es desde el principio. Solo al final, te darás cuenta de que te preocupas por lo que les vaya a pasar y estás sufriendo por ellos.
Mis favoritos probablemente sean Bezzerides o Velcoro, aunque los dos restantes, Woodrugh y Frank, están a la altura.

Siendo un argumento tan simple, ahonda tanto en la corrupción política y trapicheos de todo tipo que se vuelve extremadamente lioso. En cada capítulo te sueltan una ingente cantidad de información que puede resultar difícil de procesar, es posible que eso conlleve a una pérdida de interés. Además, la trama avanza lentamente, siendo difícil su seguimiento y comprensión. Ese es uno de los grandes fallos: por muy bien diseñada que esté, simplemente no es atractiva. Le falta la capacidad de seducir al espectador, de hacer que nazca en él una irresistible curiosidad por saber qué pasará, por que se interese por los personajes o el caso. Esto ocurre casi al final, y tampoco es de manera sobresaliente.
En ocasiones, puede resultar soporífera entre la atmósfera oscura, la depresión que transmiten los personajes que no sonríen ni una puñetera vez, o los diálogos excesivamente complejos y pretenciosos que pueden no encajar en la situación.

Colin Farrell hace que olvide de mi antigua opinión sobre él (actor por debajo de la media) y brinda una actuación bastante admirable, metiéndose de lleno en el papel de tipo desesperado y desastroso.
McAdams también ofrece una genial actuación, resultando totalmente creíble en todos los matices que componen su personaje.
Taylor Kitsch y Vince Vaughn no me han gustado tanto, siendo el principal fallo de ambos la falta de expresividad, y sobre todo en Vince, la falta de credibilidad de la persona a la que interpreta.
Aun así, he de romper una lanza a favor de ellos, ya que pienso que ni de broma han sido tan horribles como la mayoría de gente manifiesta, mi definición sería "correctos" (por cierto, la escena final de Vaughn sí merece reconocimiento, ahí el tío está para Oscar).
No obstante, he tenido un gran problema con todos ellos. Ha sido su manía de hablar a un volumen muy bajo. ¿Por qué, en todo momento, parece que estén susurrándose? Hablad alto coño, que no se escucha. Ni que hubiera micrófonos ocultos en todas las localizaciones de la faz de la tierra, de verdad, no lo entiendo. Hablar en voz baja no os hace parecer más deprimidos, solo dificulta que el espectador os escuche.

Me parece que casi sobra hablar sobre la fotografía, la dirección y demás. Cotas muy altas se mantienen durante los 8 episodios. Yo, personalmente, soy fan de esa fotografía siniestra, de esos páramos lúgubres y apagados. La iluminación crea un ambiente pesimista y macabro magistral, muy acertado para la historia.
Los movimientos de cámara y plano no son aparatosos, dándole una sensación más realista y seca. La crudeza, precisión y autenticidad con la que están rodadas ciertas escenas, sobre todo las de tensión o tiroteos, es admirable; además de estar acompañados de una música que no destaca, pero hace su trabajo de manera impecable.

Se ha suplido un pequeño fallo que tuvo la primera temporada, ahondando más en la política y los tratos sucios rodeando al caso, que en el propio asesino. Éste no ha sido tan espectacular esta vez, pero dado que su trama no ha sido tan importante y han decidido crear un caso principalmente de corrupción a raíz del asesinato, el cual queda en segundo plano, lo veo razonable. Él no es el malo malísimo de la serie, ahora es otro superviviente. Desafortunadamente, me ha decepcionado en cierta manera cómo la serie lo ha manejado, ya que se siente desaprovechado e inútil, ni da miedo ni es amenazador.


El final... me gustó. No hay Deux Ex Machina, no hay redenciones mal realizadas ni cambios bruscos y forzados en la personalidad de los protagonistas. El final es coherente con el tono de la serie: deprimente, oscuro y triste. En el último capítulo, que me pareció excelente, ocurre lo inevitable y nuestro sufrimiento está asegurado; algo que a mí, me mola.

Hasta la nuevo intro, tan criticada, me ha gustado. Es de lo más raro que he visto, en serio. Transmite un sentimiento de incertidumbre y cierto grado de incomodidad; pero es lo que pretende.

Así que, resumiendo: no es mala, ni mucho menos. Pero falla a la hora de tratar con el espectador. Si me hubiera cautivado desde el principio su nota sería mejor, porque ciertamente tiene capitulazos redondos. Recomiendo paciencia y mente fría. Olvidemos a Rust y centrémonos en lo nuevo, que es distinto, y no por ello malo. Viene estupendamente para unas tardes sin prisa ni planes.

7.5 / 10