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viernes, 22 de marzo de 2019

Seas quien seas, debes ver "Six Feet Under" (A dos metros bajo tierra - Crítica)

Hace una semana terminé A dos metros bajo tierra (aunque yo prefiero llamarla Six Feet Under), y... no tengo palabras. Ni poniendo a trabajar la absoluta totalidad de neuronas (tampoco son muchas) que poseo con el único propósito de describir las emociones que esta obra maestra audiovisual me ha transmitido conseguiría hacerle la más mínima justicia.
Vale, perdón por ponerme pedante. Prometo que no voy a seguir esta crítica-análisis con ese estilo insoportable, pero es que... tío, la serie realmente ha calado hondo en mí. Me ha afectado en partes que creía ya oxidadas hace tiempo. Tal es su poder.


Evitaré hacer ninguna clase de spoiler hasta previo aviso, así que puedes seguir leyendo tranquilamente.

No tengo ni idea de cómo abordar esto. Dudo que yo tenga algo significativo que decir sobre una serie tan aclamada que terminó hace 14 años (¿14 años del 2005? Estoy viejo, joder). No obstante, voy a intentarlo. Porque merece la pena. Porque es una de las mejores series de televisión que se han realizado y se realizarán nunca. Porque, a pesar de que sí tiene su pequeño grupo de seguidores, sigue siendo una pequeña joya mayoritariamente desconocida para el gran público.

¿De qué va? El día a día de una familia que lleva una funeraria. Cómo encaran la vida y lidian con la muerte.

¿Ya la has visto? Recuérdala conmigo. ¿No la has visto? Compañera, compañero, dedícame un poco de tu tiempo, si no te importa. Quiero hablar un poco contigo. Mi intención es crear en ti cierto nivel de interés para, con un poco de suerte, convencerte de que le des una oportunidad a Six Feet Under (SFU). Créeme: no te arrepentirás.




Después de uno de los mejores episodios piloto jamás concebidos, el espectador tendrá gran cantidad de dudas revoloteando por su cabeza. La más destacable será... ¿cómo coño va a continuar esto?
La serie se nos presenta como un drama familiar de sencilla premisa. El argumento general del primer capítulo (y la misma serie) no parece ofrecer nada nuevo al panorama cinematográfico... y sin embargo, solo hace falta ver un par de minutos para darnos cuenta de lo equivocados que estábamos.
A nivel superficial trata sobre la típica familia disfuncional; pero la realidad no puede estar más lejos. Seremos testigos de una extensa (la más extensa, diría yo) exploración de los sentimientos humanos y todo lo que conllevan. Nada menos.
Como ya he mencionado, el primer capítulo llega pisando fuerte para quebrar nuestros corazones (y me disculpo por la cursilería, pero no hay otra forma de ponerlo). Introduce de forma absolutamente magistral un puñado de personajes de gran complejidad a quienes conoces e identificas inmediatamente, a la par que nos brinda valiosísimas reflexiones sobre la vida y la muerte. Y es solo el principio. Lo mejor es que en mitad de todo este caos visceral, la serie se las arregla para ser, en ocasiones, increíblemente divertida. Más de lo que gusta admitir, puesto que las situaciones mostradas no deberían hacer puta gracia. Humor negro y antisistema en su máximo esplendor.

Eso es SFU. Una compilación de comedia, tragedia, dolor y optimismo. Una producción que comprende los sentimientos humanos a la perfección y, en consecuencia, los trata con un realismo sobrecogedor, capaz de doblegar hasta a la persona más insensible. Expresa el drama terrenal, personal y colectivo, de la forma más madura y acertada posible.
Por momentos puede alcanzar una intensidad emocional enorme, arrolladora. Sabe tocar la fibra sensible con una destreza inaudita. Ya en nada más que la primera temporada, varios episodios me tuvieron al borde de las lágrimas (o más).
Y en otros momentos puede llegar a ser una sorprendente bomba de traviesa diversión. Irreverente, descarada y desvergonzada. Toca todos los temas socialmente incómodos o difíciles de tocar (más controvertidos todavía en su época) sin mirar atrás.


¿Cómo consigue todo esto? ¿Cómo transmite tales sensaciones con esa increíble potencia?

Sus personajes. SFU comprende, al igual que las más grandes obras, que la clave está única y exclusivamente en ellos. Crea personajes únicos y los hace evolucionar de forma brillante mezclando problemas personales con asuntos de escala global tales como la vida, la muerte, el odio, la sexualidad, la aceptación de los demás y (más importante) de uno mismo.

Estos protagonistas no son figuras perfectas que consiguen todo lo que quieren. Más bien, son personas en constante cambio, cargadas de fallos hasta la médula, cuya felicidad se ve constantemente amenazada por problemas externos e internos. La profundidad psicológica obtenida rivaliza con la de obras maestras como Los Soprano, The Wire o Breaking Bad.
La serie los expone al desnudo ante el público y aprovecha cada segundo de metraje para desarrollarlos. Poco a poco nos revelan sus defectos, habilidades, gustos, miedos y obsesiones. Llegamos a un punto en el que (casi) podemos predecir sus comportamientos. Al mismo tiempo, el guion hace un trabajo excepcional describiendo la vida individual de cada uno. Contemplamos las nuevas situaciones que deben enfrentar y cómo las enfrentan, de manera que comprendemos sus progresos y alteraciones de conducta a lo largo de las temporadas.


Ahora bien, el apartado en el que SFU brilla con más intensidad son las relaciones forjadas entre los dispares personajes. Romances, amistades, hermandades y mucho más. Casi podríamos decir que son el auténtico motor de la serie. La mayoría de veces son estos vínculos los que mejor definen a cada individuo, pues sacan a flote sus partes más sinceras y resaltan sus peores imperfecciones. Estamos tan interesados en los miembros, tanto individualmente como en pareja, que las situaciones mundanas están imbuídas en gran tensión... Incluso cuando todo parece ir bien (pues sabes que tal alegría es pasajera).


Uno de mis aspectos favoritos es el método con el que maneja la exposición. Las técnicas y procedimientos utilizados para investigar los pensamientos ocultos de los personajes son, posiblemente, las mejores y más originales que he visto desde hace muchísimo. Para relatar cómo se sienten los protagonistas, los escritores no recurren a diálogos aburridos en los que se nos cuenta todo directamente, sin autenticidad. Toman inspiración de cineastas clásicos como Ingmar Bergman, y elevan tal estilo a la enésima potencia. Tenemos:
- Escenas oníricas y surrealistas que ocurren en la imaginación del personaje y guardan un claro significado (bailes extravagantes para simbolizar el optimismo o cosas por el estilo)
- El contraste que ocurre entre la expectativa imaginada y la sobria realidad.
- Y lo más especial: diálogos de personas consigo mismas, representando sus conflictos internos. La parte racional del sujeto está representada por él mismo, pero sus inseguridades le hablan en forma de personas recién fallecidas (relacionadas con el miedo específico que pesa en su cabeza). Una forma simplemente magistral de recrear las inquietudes personales y la autosuperación.

SFU nunca se detiene a explicarte por qué cada uno hace lo que hace; simplemente nos lo muestra, y nosotros debemos hilar los cabos por nuestra cuenta. No es difícil, pero sí es muy satisfactorio y nos introduce de lleno en el mundo donde viven.

Fuera esterotipos. Fuera trucos baratos de guionistas vagos. Fuera prejuicios y comportamientos preconcebidos según aspectos superficiales. Aquí no hay sitio para tonterías de ese calibre. Las personas se definen por sus actos, y punto. Mujeres, hombres, heterosexuales, homosexuales, viejos, jóvenes, blancos, negros, latinos, orientales... nada de eso significa nada. La naturalidad que posee cada individuo logra el realismo absoluto, tanto, que no creemos estar viendo gente ficticia. No importa quién seas: seguro que hay, como mínimo, una subtrama con la que te puedes identificar. En concreto, la perspectiva que la serie adopta respecto de la homosexualidad es, posiblemente, la mejor que se ha tomado nunca en un producto cinematográfico (según tengo entendido, ayudó a muchas personas a salir del armario).
El amor y cariño que tomarás por los personajes es ilimitado. Los veremos en sus mejores y peores momentos. Llegado un punto, el nivel de cercanía e intimidad que adoptan es tal, que los consideramos... reales y cercanos. Como resultado, nosotros compartimos sus vivencias y sufrimos a su lado. Los Fisher terminan formando parte de nuestra vida. Por eso, cuando la tragedia llama a la puerta, el impacto que nos produce no tiene comparación.

No esperes una narración lineal clásica o una trama definida, porque no existe. Los personajes y sus peculiaridades son el foco principal. Los episodios tienen una singular estructura puramente individual y (casi) autoconclusiva. Por esto, la experiencia es totalmente impredecible. Los eventos significativos de la trama no ocurren hasta llegados los últimos capítulos de la temporada; no obstante, ver la serie esperando que estos ocurran es absurdo. Céntrate en el presente. Disfruta cada momento. Empápate con cada episodio. Vive el día a día con los Fisher. Y más importante: saca todo lo que puedas de cada capítulo. Hazme caso, hay muchas pequeñas enseñanzan y valores con los que merece la pena quedarse.


El nivel de las interpretaciones es descabellado. Siendo SFU una serie que exige la manifestación de un rango tan amplio y complejo de emociones, me parece un milagro que no haya ni un solo actor o actriz que desentone. Logran la naturalidad y la fusión definitiva con sus personajes. El elenco completo, secundarios incluidos, están al nivel de cualquier premio existente. Sin embargo, hay algunos que destacan. Peter Krause. Michael C. Hall. Rachel Griffiths. Frances Conroy. Lauren Ambrose. Freddy RodríguezMathew St. Patrick. James Cromwell. Sin ellos, esta obra no podría haber alcanzado su máximo potencial. ¿Dónde habéis estado todo este tiempo y POR QUÉ no sois los intérpretes más cotizados de la historia? A decir verdad, hasta los putos bebés en esta serie hacen actuaciones de 10, joder.


La primera temporada es una maravilla en todos los sentidos. No hubo ni un solo episodio en el que no me hallara totalmente inmerso. Descubrir lentamente el mundo de los Fisher fue una experiencia única. La ironía, la comedia negra, los dilemas morales que sufren los personajes... Es un 10. Una de las mejores primeras temporadas que se han rodado nunca, con un final absolutamente perfecto. Difícil lo tenía si quería mantener el nivel.
Y lo hizo.
La siguiente, aunque para mí no alcanzó el nivel de la anterior (por poco), siguió siendo una obra maestra que continuó explorando el legado de los Fisher. Si la primera temporada fue el ascenso a la gloria, esta segunda inició la caída en picado hacia la decadencia.

Algo extraño pasó con la tercera temporada. Debido a un trascendental suceso que no mencionaré (ir a la zona spoiler para más información) algunos de los mejores personajes quedaron... estancados. Sus subtramas perdieron atractivo. Y no pasó porque la serie hubiera perdido talento técnico o inventivo, ni mucho menos. Ocurrió, simplemente, porque la vida dió un vuelco para los Fisher. La naturalidad, complejidad y realismo se mantuvieron. Los guiones espléndidos no cambiaron. Pero aun así, los primeros episodios daban una experiencia... fría. Que esto sucediera en un producto como SFU, donde cada episodio funcionaba tan bien por sí solo, me resultó extraño. Poco después, la temporada volvió a la carga con su impecable intensidad emocional y un excelente final.

A la cuarta temporada le ocurrió exactamente lo mismo. Por momentos, la serie se volvía repetitiva, como si hubiera agotado su combustible de creatividad. Tras un asombroso primer capítulo, no cogió fuerza hasta el agónico y magnífico quinto episodio. A partir de ahí, la calidad fue conservada.

¿Por qué pasó esto?

No lo entendí hasta que llegó la quinta y última temporada.
Y es que vaya una temporada. Cautiva desde el primer segundo. Retorna ese humor irónico y gamberro característico de los inicios. Los personajes emprenden la ruta en dirección al gran desenlace. Todo lo que la serie ha estado construyendo hasta ahora conducía hacia este momento. El terreno ya ha sido preparado. Es hora de que todos los cabos sueltos, todas las tramas, encuentren su clímax final.
Conforme va avanzando, la tragedia se cierne poco a poco sobre los personajes y los espectadores. Seguir se convierte en una seductora experiencia dolorosa que nos destruye sin piedad. No tenemos ni idea de cómo acabará todo, pero una cosa está clara... no va a ser bonito.

Entonces llegan los últimos momentos del último capítulo. La catarsis. Algunos de los mejores minutos que la cinematografía ha ofrecido y ofrecerá jamás. Indudablemente, el mejor final que ha tenido nunca cualquier serie de televisión. No hay discusión. Tras enfrentarnos al hecho de nuestra propia muerte en ese último momento de interminables lágrimas y emociones desbordadas, acabamos entendiendo por qué la historia ha sido como ha sido. El auténtico significado de los supuestos tropiezos y tramas menos interesantes. Todo, absolutamente todo tenía que salir así, para que el final nos golpeara con esa fuerza con la que nos golpea, transmitiendo la enseñanza definitiva. Si todo hubiera ocurrido de otra forma, la conclusión no habría conseguido ser tan rotunda. Tan inmejorable. No había alternativa posible para completar su mensaje final de la mejor, más clara y contundente forma posible: VIVE. Vive sin miedo. Vive porque, algún día, morirás. Y no es la muerte aquello en lo que deberás concentrarte mientras existas, sino en la VIDA.

Por sus inmunerables lecciones. Por la perspectiva que me ha otorgado del mundo. Por aunar como nunca entretenimiento, calidad y ética. Por cambiarme la vida.
10/10



ZONA SPOILER

Es la hora de los agradecimientos que dan vergüenza ajena y no te recomiendo leer si no quieres un exceso de azúcar en sangre. Bieeeen.

No, pero ahora en serio. Debo hacerlo. No podría vivir tranquilo sin agradecer la existencia de Nate Fisher, uno de los personajes más trágicos que haya vivido en obra ficticia alguna. Porque representa qué ocurre cuando uno cede ante las exigencias sociales, ante aquello que no quiere hacer pero, por alguna razón, se ve obligado a hacer. Tras su operación y posterior matrimonio con Lisa, Nate se volvió un personaje... aburrido. Insulso. En todo momento me preguntaba ¿qué ha sido de mi verdadero Nate? ¿Dónde quedó esa persona alegre, autónoma, despreocupada y digna de admiración?
Nate nunca tomó las riendas de su propia vida. Es el ejemplo más fehaciente del drama humano. No sabe ni tiene lo que quiere. Pierde todo lo que consigue y, por mucho que se conforme y aprenda, él y la felicidad son incapaces de durar juntos. Ya desde el comienzo mostraba crisis existenciales de ese estilo, y todo empeoró en esa agonizante tercera temporada.
Y aunque tal desarrollo propició un comienzo de temporada menos interesante... la serie no perdió calidad por ello. Si estás describiendo la vida de personas reales, tarde o temprano vas a encontrar fragmentos monótonos, ¿verdad? Al fin y al cabo, no deja de ser un guion excelente, puesto que sufrimos el estado de Nate tanto como él. Queremos que vuelva a ser él mismo. No podemos aguantar verle siendo una sombra, una cáscara vacía de lo que una vez fue.
Nate nunca mereció nada de lo que le pasó. Dentro de lo que cabe, fue una buena persona, tío. Queríamos verle feliz con Brenda. Y cuando finalmente volvieron... seguía sin ser suficiente. La vida no podía darles un respiro.
Verle marchar es durísimo. Es tan doloroso porque las posibilidades de rehacerse, de volver a empezar, de enmendar sus errores, de ser feliz... se marchan de repente. En un segundo. Llevamos toda la serie buscando su catarsis, el momento en el que alcance la felicidad... y la muerte se lo ha denegado. A él y a nosotros.

No obstante, su arco argumental y trágico desenlace, por imposible que parezca, nos inspira. Es inaudito. Observamos todos sus fallos y así es como comprendemos finalmente la enseñanza vital de vivir. Solo cuando lo vemos morir sin nada entendemos, de forma sincera, que hay que aprovechar cada segundo que estamos sobre tierra, porque cuando estemos a dos metros bajo ella será tarde.
No existe dios. No existen el cielo. Solo el presente, y se está acabando minuto a minuto.



Gracias a David y Keith, sin duda alguna la pareja más adorable de la serie. Sufrimos en sus carnes los problemas que la injusta sociedad les hace enfrentar por su propia sexualidad. El episodio del chico gay asesinado por los homófobos y cómo esto afecta a David es... difícil de ver. Dificilísimo. Y si a mí me ha afectado así, no quiero imaginar lo identificadas que se sentiran las personas homosexuales, pues es algo que, desafortunadamente, les habrá tocado vivir en alguna ocasión.

No tiene precio verlos mientras se sacan el uno al otro lo mejor y lo peor de sí mismos. Deben emprender la misión más compleja: aceptarse tal y como son. El espectador busca su felicidad juntos, porque realmente pegan, joder. Hacen una pareja preciosa, y cada vez que su unión se ve amenazada, estamos en total tensión.
Durrell y Anthony son amor.

Cuando antes de perecer lo último que David ve es a Keith... las lágrimas son incontrolables.



Gracias a Ruth. ¿Por qué le cuesta tanto dejarse llevar y ser feliz? Porque no es fácil, incluso cuando tenemos lo necesario delante. Nos representa a todos aquellos que hemos vivido siempre de una forma muy específica, y a la hora de enfrentarnos al cambio y acostumbrarnos a las nuevas épocas... no sabemos cómo hacerlo. Hemos de desenterrar una parte nuestra atrofiada y desconocida de nuestro ser. Sus escenas y su psicología son fascinantes en todo momento. La vemos como una persona perdida en el mundo y en sí misma, que anda vagando buscando algo que no conoce y que no parece llegar. Creía que iba a morir sola, sin nadie que la amara a su lado. Y por eso, cuando vemos al grandísimo George, su último amor verdadero, sosteniendo su mano en los segundos finales de su vida, antes de reencontrarse con su hijo y marido original... es otro momentos donde las lágrimas brotan sin cesar.



Gracias a Brenda. Ese personaje autodestructivo y confuso que lleva toda su existencia cargando con demasiado peso en sus espaldas. De mis personajes favoritos, cómo no. En su ausencia, la serie pierde una parte irreemplazable. Al igual que Nate, nunca tuvo las riendas totales de su vida, pero en el caso de ella es peor, puesto que es extremadamente inteligente y consciente. El potencial desperdiciado que tiene como persona es simplemente funesto. No somos tan listos como ella, pero aun así podemos entender su desesperación y confusión (no dejan de ser sentimientos comunes en los humanos). Queremos su felicidad, la necesitamos. Y por eso, tras la eterna agonía que son los últimos capítulos, es tan satisfactorio y hermoso verla finalmente con sus deseados hijos y aun así unida todavía a la familia Fisher.


Maya. Federico. Vanessa. Billy. Lisa. BettinaGabe. SarahMargaret. Edie. Hiram. Nikolai. Russell. Gracias a todos. Hasta a los pesados.


Gracias a Claire, esa adolescente con la que me identifiqué tanto al principio. La serie no solo comprende el mundo adulto, sino el juvenil también, y solo me queda alabarla por ello. Su desarrollo y forma de actual son tan reales que, poco a poco, comencé a tenerle un poco de asco... porque me veía cada vez más y más reflejado en ella. Pasé de estar "enamorado" de ella a repelerla cuando la conocí un poco más, tal y como si hubiera sido una chica real. Sus defectos, quejas caprichosas, meteduras de pata y pensamientos ásperos, desagradables y taciturnos son una descripción perfecta de la adolescencia y la entrada en el mundo maduro. Sin embargo, a pesar de todo, en el fondo no podemos evitar quererla y desear lo mejor para ella, porque comprendemos su situación y su mundo. Todos hemos pasado (y estamos pasando) por ahí. Sobre Claire es colocada la mayor carga dramática de la escena final, y con razón: su vida comienza, al igual que la nuestra.

Cuando vemos morir a estas personas que ya formaban parte de nosotros, perdemos un pedazo de nuestra vida. La serie termina convirtiéndose en una especie de persona, y al terminar, sentimos como si realmente hubiéramos perdido un ser querido. Después de la última escena, no me recuperé del todo hasta varios días después. No obstante, el final no transmite un sentimiento de desconsuelo y tristeza sin remedio. Aunque no deja de ser una sensación amarga, en ella predomina el optimismo. Un optimismo que viene acompañado por la alegría que conllevan las nuevas posibilidades y puertas abiertas en nuestro camino personal, las intensas emociones experimentadas y la impresión de que hemos terminado uno de los mejores trabajos artísticos que veremos jamás.

Termina con incógnitas inconclusas y arcos sin terminar, sí... tal y como la misma vida, ¿no?

viernes, 28 de septiembre de 2018

Más floja... pero todavía magistral: Boku No Hero Academia Temporada 3 (My Hero Academia Season 3); Reseña Anime.

¡AVISO!
Aunque la siguiente crítica estará libre de spoilers importantes referentes a la trama principal, es recomendable haber visto la temporada previamente si quieres lanzarte a leerla.

El anime del momento (junto a mi querido Shingeki No Kyojin, del cual hablaré en otra ocasión) ha terminado hoy su tercera temporada y, con ello, nos ha dejado un gran vacío existencial a todos sus férreos seguidores. No debería ser un misterio para nadie el hecho de que amo My Hero Academia con locura; creo que es uno de los mejores shonen jamás creados y una de esas privilegiadas adaptaciones que, por mucho que cueste creerlo, superan con creces al material original. Considero que sus dos primeras temporadas, en conjunto, están entre las mejores series de televisión que he tenido el placer de degustar en mi corta vida (sé que a muchos parecerá exagerado, pero es totalmente cierto para mí), y no podía esperar para presenciar la tercera.

Ahora que ha finalizado quiero analizar esta nueva temporada al completo, poniendo sobre la mesa todo lo positivo y negativo que he encontrado en ella desde el punto de vista tanto del espectador que no ha leído el manga como del que . Argumentaré gustosamente los motivos por los cuales la considero la temporada más floja hasta ahora (lo cual no significa que sea "mala", porque no lo es) y, al final, os daré un consejo (basado en mi opinión personal) a todos aquellos que os preguntáis si deberíais leer o no el manga para continuar la historia desde este punto.
Hay mucho de qué hablar, así que no perdamos más tiempo.



Iré en orden, comenzando por la primera mitad de la temporada.
Nada más empezar se me viene a la cabeza lo siguiente: ¿por qué coño es el opening tan increíblemente decepcionante?. De toda la serie, solo me gustan (mucho) los dos primeros. I keep my ideals no es una mala canción, pero no pega en lo más mínimo con BnH en mi opinión, y falla estrepitosamente a la hora de hacer justicia a la épica y la grandiosidad del fragmento de historia al que pertenece. Además, la música y las imágenes no conjuntan. Aunque esto no tiene absolutamente nada que ver con la calidad inherente de la serie, quería mencionarlo.

Para decepción de muchos, el primer capítulo de la temporada es relleno: un día de verano en la piscina de la UA. El típico "episodio de la piscina" es un cliché bastante penoso de los animes shonen que se utiliza como una mera excusa para sexualizar gratuitamente a sus voluptuosos personajes femeninos. Entonces, ¿BnH también ha caído en ese saco? Tranquilos, no ha sido así. Puede haya sido totalmente insustancial para la trama, sin embargo, los creadores se las han arreglado para dar la vuelta a esta clase de capítulo normalmente estúpido, haciéndolo así sumamente divertido y coherente, ofreciendo al espectador ciertas interacciones interesantes entre personajes y lo más importante: verlo no da vergüenza ajena.
Incluso en los clichés, BnH sigue destacando (para bien).

Después de ese pequeño episodio pasamos directamente a la acción. Todos aquellos que seguimos el manga estábamos ansiosos por ver este arco argumental en su versión animada. Las expectativas eran extremadamente altas... ¿han sido superadas?
.


Desde el principio, la serie nos recuerda constantemente por qué nos gusta tanto desarrollando todas esas características que la hacen especial: es increíblemente divertida, sus personajes rezuman suficiente carisma como para ahogarte y, por supuesto, sigue haciendo gala de ese optimismo tan acogedor y atractivo capaz de hacer que todo espectador (hasta el más duro) desee vivir las emocionantes aventuras de los protagonistas. Tío, en serio, ¿quién no querría entrar en la academia de héroes y pasar por todos esos duros entrenamientos, ganar, perder, mejorar y aprender? ¿Quién no querría unos profesores tan fascinantes y unos compañeros de clase tan llamativos?

El cacho de entrenamiento y posterior combate contra villanos en el bosque se siente como algo que ya hemos visto previamente en el anime. Bajo mi punto de vista, se alarga un poco más de lo que debería (quizás le sobre un capítulo, o uno y medio como mucho). No obstante, todo lo negativo que puedo hallarle termina ahí, ya que por lo demás es otra delicia impresionante, bien realizada y con un propósito esencial. Como es costumbre, las peleas y demás situaciones que ocurren se usan (de un modo sumamente sabio) como pretexto para contar cosas acerca de nuestros personajes y hacerlos evolucionar. Cada puñetazo o cada lucha que ocurre guardan un significado detrás que tendrá repercusiones sobre aquellos involucrados. El ejemplo más claro es Midoriya contra Muscular, una auténtica maravilla audiovisual insuperable que me pone los pelos de punta cada vez que la veo. No se utilizan tácticas intrincadas de combate ni nada por el estilo; todo el pilar sobre el que se basa el enfrentamiento reside en el apartado puramente emocional (y no digo más, porque no quiero entrar en spoilers importantes). Además, una vez finalizado este, Deku deberá aprender de los errores que ha cometido en él (lesionarse al completo, lo que le impidió lograr lo que quería posteriormente) y modificar su estilo de pelea en consecuencia. Si las peleas no tuvieran todo lo que tienen detrás serían una experiencia tan plana como observar una tortuga tomar el sol. Es esa capacidad de emplear cada detalle (relacionado con los personajes, sus pasados y debilidades) para dar emoción a la escena, junto con un apartado técnico impecable, un ritmo extraordinario y una banda sonora excelsa, que hacen de BnH algo especial. Señoras y señores, esto es lo que yo llamo una narración (storytelling) fantástica.
Hay otros ejemplos geniales: podemos apreciar más de los personajes de la clase 1B, algunos de la clase 1A (sobre todo Tokoyami y sus puntos débiles); y también echamos un primer vistazo prometedor a los nuevos villanos, como Toga y Dabi.

Sin embargo, todo lo anterior era un arco de transición que, simplemente, nos estaba preparando para lo que iba a ocurrir a continuación... la mayor colisión de titanes en el recorrido de la serie. Un antes y un después para Boku No Hero Academia. Tanto para la historia en sí, como para el mundo ficticio que se ha estado construyendo tan cuidadosamente y las personas que habitan en él. Todo lo que ocurra tras el mítico All Might contra All for one estará directamente influenciado por este evento, y se cierra una etapa poniendo punto y final a la historia formada por el conjunto de las dos primeras temporadas y esta primera mitad de la tercera. Las dos subtramas (el rescate de Bakugo y el asalto al escondrijo) se conjuntan a la perfección con un timing que no permite un solo respiro. Música a tope, entretenimiento del bueno, una animación sensacional y sentimientos transmitidos a la perfección con una potencia bestial. Nada que objetar; 10/10.
All for one es un excelente villano porque representa la antítesis absoluta de All Might. Los ideales de los dos personajes son tan opuestos que, salvo el choque, no les queda otra opción. All for one es el único que puede hacer frente a All Might físicamente y psicológicamente, siendo su único propósito destruirlo por completo en ambos apartados. La pelea es pura tensión, puro drama, pura emoción... puro arte, y su conclusión (aunque simple, de lo cual no me quejo ni mucho menos) es una de las más satisfactorias y épicas jamás presentadas en anime alguno.

"... eres el siguiente".


Segunda mitad de la temporada

En mi opinión, a la segunda porción le cuesta estar a la altura del listón general de BnH, y por ello aseguro que esta temporada es la más floja hasta ahora. Quiero justificar poco a poco el porqué de mis palabras, analizando aquello que me ha gustado, aquello que no, la relación manga-anime, las dificultades que esta conlleva y cómo todo eso ha afectado al resultado final.

Este segundo opening me gusta más, pero aún no me convence del todo.

Después de un clímax tan apoteósico, era obvio que BnH tenía que tomar un descanso de tanta accióndestrucción y sucesos trascendentales; y no, esto no es algo negativo. De hecho, adoro el episodio de los padres y madres, y el episodio de los dormitorios es, personalmente, uno de mis favoritos. ¿Por qué? Porque al final del día, BnH no solamente es una serie de tortazos y súper-poderes: es más una serie de personajes y las relaciones que se forjan entre ellos. No necesita épica para entretener o divertir al espectador, ya que gran parte de su calidad (y sucesivo éxito) se ha basado siempre en lo original y atractivo de su premisa: adolescentes con mucho que aprender, mucho que avanzar y muchas ganas de hacer ambas cosas. Este capítulo "de los dormitorios" representa lo que digo a la perfección. Consigue que los espectadores nos sintamos jóvenes logrando nuestras risas y sonrisas, al mismo tiempo que ofrece profundidad y pequeños matices a cada uno de los protagonistas.

La parte que se desmorona no es esta, sino la posterior.
Para mí, el arco argumental de los exámenes de licencia provisional fue, sin duda, el peor del manga. Atravesarlo me resultó un verdadero tostón, pues carecía de ciertas características esenciales en BnH. Siendo así, comprendo lo difícil que habrá sido para los animadores adaptar esta parte. Han realizado un buen trabajo mejorando el material original, pero la calidad general de la obra todavía se queda muy corta debido a esas raíces insípidas que se ha visto obligada a arrastrar.

Por lo pronto, tenemos dos capítulos de relleno (la promoción para la película y el patético enfrentamiento contra las chicas del té) totalmente irrelevantes que, a pesar de tener sus momentos chulos, son una carga para el ritmo general (que tampoco era muy bueno de por sí). Quitando eso de lado, este arco completo se siente increíblemente desaprovechado ya que posee una gran longitud, pero no la aprovecha correctamente. Apenas ahonda lo suficiente en los alumnos de la clase 1A y muchísimo menos en los nuevos personajes (de quienes solo Inasa es cautivador y está bien desarrollado). Además, los resultados finales se siente forzados a más no poder: estamos en una prueba con miles de personas y, ¡qué casualidad! Entre los 100 mejores están casi todas las clases de la UA, sin excepción. Vamos, no todo puede ser tan fácil y conveniente siempre. Como la progresión de los protagonistas no se hace lo suficientemente visible en esta parte, no se transmite la sensación de que realmente se hayan ganado ese resultado. Encima, los combates no tienen sustancia; no se aprecian auténticas dificultades en este examen (las soluciones de los conflictos son sencillas e incluso vagas) y jamás se nos ofrece un vistazo de los otros cientos de tipos involucrados en el mismo, por lo que la tensión es casi inexistente.

Ahora mismo da la sensación de que he odiado Boku No Hero con toda mi alma... Pero no, relax, no es el caso. Quiero aclarar que, aún en su peor momento, este anime sigue siendo entretenimiento de primera calidad. Simplemente, creo que por momentos ha bajado el listón y estoy dando mi opinión sincera al respecto. ¿Hay cosas buenas también? ¡Por supuesto!
Puede que el ritmo sea irregular, pero nunca llega a aburrir. Con la aparición de Gang Orca el nivel sube drásticamente. Aquellas ocasiones en las que nuestros alumnos y alumnas favoritos colaboran unos con otros son perfectos para poner los pelos de punta hasta a la roca más fría. Deku y Todoroki siguen llevándose muchos de los mejores momentos. Hay acción a raudales y pequeños momentos esparcidos que te provocan los anhelados escalofríos en la espalda, como debe ser.

Eso sí, lo mejor de este segundo fragmento viene cuando los exámenes de licencia acaban, dando paso a los últimos cuatro capítulos de la temporada... que son absolutamente magistrales.
Deku vs Kacchan. ¡Al fin, al fin obtenemos un resultado de esa evolución tan sutil por la que Bakugo ha estado pasando! El combate tiene su dosis tanto de técnica como de emoción, siendo uno de los más completos hasta la fecha. Por cierto, este reparto de actores de doblaje japoneses es digno de dioses (la versión inglesa es un chiste en comparación): estoy ante uno de los mejores trabajos de voice-acting que he degustado en toda mi vida. Esta es la clase de BnH que amo, en serio.
Considero que el 3x24 también es un episodio excepcional, principalmente gracias a esa profundidad y toque filosófico de identidad-existencialista inesperado que otorga a Twice, un villano que hasta ahora solo había aportado diálogos cómicos. Es curioso, porque da la sensación de estar viendo otra serie debido a lo diferente y oscuro que se torna la historia de este personaje (que, definitivamente, se halla ahora mismo entre mis favoritos).
Tenemos nuestro ansiado primer vistazo a Overhaul, otro de los mejores (y más poderosos) villanos de la serie. No diré más... cuando lo descubráis, os encantará.
Y cómo olvidar a los 3 grandes de la UA. No pude evitarlo: en cuanto entraron en la clase, mi espíritu fangirl hizo que yo me pusiera a gritar de alegría. Colegas, no sabéis lo que os espera para la próxima cuarta temporada. Va a ser sencillamente apoteósico.
En el 3x25 Mirio Togata se confirma como un auténtico dios con apenas 15 minutos en pantalla (imaginad cómo será cuando lo veáis en acción de verdad...). No hay discusión que valga: es y será uno de los mejores personajes de BnH por todo lo que su historia implica. Su singularidad (o quirk) es una basura aparentemente inútil, imposible de aplicar y extraordinariamente difícil de dominar... Pero ahí lo tienes, es el mejor alumno de toda UA. Mirio aporta gran trasfondo a varios de los temas principales de la serie (el sacrificio por lo que amas, la superación los límites propios yendo más allá de tus posibilidades en busca de tu objetivo). Se nos enseña que para ser un profesional no basta con tener solo fuerza bruta: debes saber aplicar tus aptitudes con inteligencia y astucia, sacando así su máximo potencial. Esto siempre ha sido una parte importante de BnH y, ahora más que nunca, el autor lo desarrolla con maestría, demostrando una creatividad fuera de límites. Bien jugado, sí señor.


RESUMEN DE LA TEMPORADA EN CONJUNTO

La tercera temporada no alcanza el nivel máximo al que Boku No Hero Academia llegó en su época álgida, pero tampoco lastra el conjunto; recordemos que no todas las partes de una historia tan larga deben ser igual de geniales.
Lo único que no puedo perdonarle (en términos generales) ha sido la carencia de un desarrollo y evolución satisfactorios (similares a las temporadas previas) de personajes secundarios. El ejemplo más claro es Uraraka: ella ha pasado de ser un personaje poderoso, único e independiente a una esclava de sus sentimientos por Deku. Ha ido de ser la puta ama a ser un cliché aburrido. La dinámica "oh, siento vergüenza cada vez que me acerco a él, porque me gusta" acaba resultando cansina y deja completamente estancada la relación tan fascinante entre ambos. Ha tardado algo así como 19 o 20 puñeteros capítulos (excesivo) en "aceptar que le gusta y... ¡dejar esa sensación de lado!". ¿Cómo? No comprendo, ¿por qué sus sentimientos dan un paso hacia atrás, en vez de hacia delante? ¿Para qué atascarse cuando el guion puede, no sé, desarrollar a ambos?
También he echado de menos aquellos momentos de simple "colegueo" entre los alumnos, sobre todo Deku, Uraraka e Iida (mis tres mosqueteros), grandes amigos cuya relación (ahora casi inexistente) era una de las cosas que más me gustaban.

Y el último error... el más inexplicable de todos... ¿por qué cojones no se ha utilizado en ningún capítulo You Say Run? Esa puta canción era la mejor de toda la banda sonora con una diferencia abismal, tío. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué la han ignorado? ¡Hablo por muchos cuando digo que quería escucharla otra vez en un nuevo episodio! En serio, es muy frustrante, no lo entiendo de verdad, ¡si es que lo tenían en bandeja, aargh!


Ahora bien, exceptuando lo mencionado, BnH mantiene intactos todos sus puntos positivos de antaño (y estos todavía pueden hacer que los errores cometidos parezcan insignificantes en comparación). Está avanzando a pasos agigantados, creando con paciencia y buena letra un universo propio creíble y cada vez más interesante. Su esencia no ha desaparecido: sigue siendo la misma serie eufórica, emocionante, atractiva y (sobre todo) optimista de siempre; absolutamente fiel a sus principios, llena de personajes excepcionales y una historia simple pero efectiva que no falla a la hora de trasladarme a su mundo haciendo que olvide todos mis problemas, a la hora de llenarme de energía positiva y motivarme, ya sea para mejorar o para ir más allá de mis límites (¡Plus Ultra!) con el fin de conseguir cualquier objetivo. Aún me siento orgulloso de decir que soy un fanático enamorado de este anime, pues he estado pegado a la pantalla cada segundo de su duración disfrutando cual niño chico y, al final, me ha dejado con ganas de más, mucho más.
8.75/10.

¿TE HAS QUEDADO (COMO YO) CON GANAS DE MÁS, Y TIENES PENSADO ENGANCHAR CON EL MANGA?
TE DARÉ MI OPINIÓN AL RESPECTO...

Sí, la tercera temporada se ha quedado a las puertas de un gran arco argumental (el mejor que se ha tenido en el manga hasta ahora), y probablemente muchos estaréis ponderando la posibilidad de continuar la historia con la lectura...

Yo hice justo eso al terminar la segunda temporada. Así que, desde mi experiencia personal, voy a daros una serie de consejos basados en los aspectos positivos y negativos que esta decisión tuvo, para que al final vosot@s mism@s saquéis vuestras propias conclusiones.

· Ventajas

Estarás al día con la historia original y no tendrás que preocuparte por los spoiler (de hecho, tú mismo puedes ser el que los haga). Pertenecerás a una comunidad bellísima (y lo digo con el corazón en el puño) donde podrás conocer a todo tipo de gente y comentar con ellos la serie al completo, sin ninguna clase de restricción. Puede parecer que esto es una tontería, pero créeme, de lo que voy a decir es lo más importante.
Tendrás un nuevo capítulo cada semana. Corto, eso sí, aunque es mucho mejor que simplemente nada.
El autor merece respeto y una recompensa por el increíble trabajo que está realizando con la obra original. Kohei Horikoshi es un excelente creador de historias y se ha ganado que leamos (y compremos) su manga, si es que nos gusta.
El arte, aunque a veces peca de "incomprensible" en la acción general, es de un nivel bastante alto. Es sumamente expresivo y comprende cómo transmitir las distintas emociones que sienten sus personajes correctamente. Aunque la narración no siempre alcanza los requisitos esperados, puedo asegurar que leer este manga es, en su mayoría, una experiencia divertida. En ocasiones, hasta emocionante. El hecho de que no sea "el mejor cómic del mundo" no quita que consigue lo que busca a las mil maravillas y, una vez nos hemos acostumbrado a su estilo y hemos asumido sus carencias, estaremos ante una obra de entretenimiento de mucha calidad.

· Desventajas

De las desventajas solo se me ocurre una... pero es tan increíblemente relevante para mí que hace competencia a todo el apartado anterior.
Y es que la experiencia del anime es infinita, y repito, INFINITAMENTE SUPERIOR A LA DEL MANGA. El cómic de Boku No Hero Academia no es (ni mucho menos) "malo", sin embargo, tampoco es una obra maestra, pues el autor es bueno creando historias y personajes, pero es meramente "correcto" a la hora de expresarse en el medio del cómic. Horikoshi no siempre es capaz de aprovechar todo el potencial de su obra. El manga de BnH tiene numerosos defectos en su estructura y en su narrativa que, en algunos momentos puntuales, lo hacen pesado de leer.
Como os podréis imaginar, estos defectos se solucionan con su versión animada.
El anime sabe sacar a relucir el verdadero potencial de la historia de BnH. Es mucho más fluído, mucho más entretenido e infinitiamente más emocionante. La animación, el voice-acting, la banda sonora y la dirección de escenas transmiten todas las sensaciones mil veces mejor que su contraparte escrita.
En resumen: ver el anime por primera vez es más satisfactorio que leer el manga por primera vez. Si lees el manga y después ves el anime, no podrás experimentar la historia al máximo.
Yo, personalmente, soy una persona que siempre busca la máxima experiencia, y es debido a esto que, por una parte, me arrepiento de haber continuado con el manga en su momento (por otra no, ya que gracias a ello he conocido y hablado con personas que ahora son buenos amigos y, obviamente, sigo disfrutando muchísimo del manga semana tras semana). Si pudiera ir atrás en el tiempo y cambiarlo, probablemente no lo haría... pero estaría tentado.
Con esto no quiero decir que el manga de BnH sea basura, porque no es así. Yo lo disfruto enormemente; pero disfruto el anime mucho más.

¿Qué harás tú?
Yo te recomiendo que esperes al anime porque realmente merece la pena, sin embargo, esto es solo mi opinión. ¿Quieres tener un poco más de información acerca del manga antes de decidir? Aquí tienes la reseña que hice sobre el mismo: https://lalistadealex.blogspot.com/2018/04/resena-boku-no-hero-academiamy-hero.html

Espero haber sido de ayuda. ¡Tened un buen día!

domingo, 26 de agosto de 2018

Historia de un héroe olvidado por el tiempo: "Desaparecido" (Reseña Anime: Erased)

Puede que en cuanto a películas se refiere, me halle atravesando una difícil época de apatía en la que ninguna es capaz de satisfacer mis (no tan altas) exigencias; no obstante, en lo que a series de televisión se refiere... me hallo en una auténtica época dorada.

Y Desaparecido (Erased en inglés, Boku Dake ga Inai Machi en japonés), definitivamente, ha sido un pilar esencial en esta.

Acompáñame en esta crítica sin spoiler (hasta previo aviso) de Erased, donde te daré mi opinión acerca de por qué es un producto que, a pesar de haber pasado bastante desapercibido, encuentro esencial (sobre todo para la época en la que vivimos actualmente) hasta el punto de haber escalado no solo a mi top personal de anime, sino de series televisivas en general.
Vamos allá.


Satoru, nuestro protagonista, es un simple repartidor de pizza... con una cualidad especial. Él la llama "Resucitación", y cada vez que se manifiesta, su mente del presente es transportada a su cuerpo del pasado. Siempre que esto pasa, es porque algo malo está a punto de ocurrirle a alguien. Hasta ahora, Satoru había retrocedido en el tiempo dos, tres, o quizás cinco minutos, nada más... Y un día, sin previo aviso, es enviado 20 años en el pasado.
Si no la has visto, todo esto que te estoy contando puede parecer muy confuso a primera vista. El tema de viajes en el tiempo es un recurso demasiado típico en la ciencia ficción actual, y desafortunadamente, la mayoría de productos lo utilizan como excusa para poder hacer lo que les dé la gana con la trama, apelando así a un guión vago, lleno de clichés, que sacrifica la coherencia argumental y llena la narración de odiosas lagunas de guión.

Aquí no.

En Erased nada de eso pasa.
Estos viajes en el tiempo son tratados con suma elegancia, de una forma muy sencilla, estructurada a la perfección y fácil de entender (un alarde ejemplar de dirección y guión). No son, en ningún momento, el foco principal de la serie, ni su punto más importante; al contrario, el viaje en el tiempo es usado como un simple medio para contar una historia que no tiene nada que ver con el mismo: una historia cotidiana, real, en la que lo más importante son los personajes y las relaciones que se forjan entre ellos.
Erased alcanza la armonía perfecta entre el suspense implícito a la trama, el encanto que la misma desprende y el apego que se adquiere por cada individuo. Se trata de un anime que, gracias a esas virtudes, atrapa sin remedio al espectador y lo sumerge de lleno en el mundo ficticio que ha inventado, haciéndolo partícipe en todo momento de la historia. Somos uno con Satoru y su (peculiar) grupo de amigos. Somos de la pandilla. Logra generar tensión, ternura, alegría, tristeza, nostalgia, abatimiento y mucho más a lo largo de sus excelentes 12 episodios.
Este triunfo se debe a varios aciertos. Tenemos, por un lado, la originalidad de su premisa, capaz de crear interés lo más pronto posible. Después, sabe cómo mantenerlo con dosis sublimes de suspense. La situación de Satoru tiene un inmenso atractivo inherente que nos engancha y nos incita a querer saber más, haciendo que nazca en nosotros una necesidad de descubrir, junto con él, todo lo posible sobre ese mundo tan acogedor de la niñez, aumentando más el misterio y el interés que sentimos. El ambiente general nos introduce todavía más en este frío y lúgubre lugar donde ocurren los acontecimientos.
Son explorados temas muy crudos y atípicos para cualquier otro anime del montón: el abuso hacia los niños pequeños, sus raíces y consecuencias. Este, aunque es un gran pilar de la historia, se nos muestra de forma sutil en momentos realmente emotivos (como el del desayuno).
Y por último, la guinda del pastel, los personajes. Cada uno tiene un carisma especial que lo distingue, una característica o escena que lo hace inolvidable. El villano (aunque los espabilados se lo verán venir) es excelente. Las relaciones se forjan poco a poco, con coherencia, paciencia y buena letra, en un desarrollo lento pero seguro que consigue nuestra total atención, pasión y sentimiento hacia lo que ocurre.
Destaco a Satoru y su madre, al igual que Satoru con Hinazuki. Si la serie ha sido un éxito, se lo debe a ambas.

Erased no es un anime que se base en los giros inesperados del argumento... pero son estos los que, en su final, la alzan por todo lo alto. Tranquilos, no os voy a destripar nada a los que no la hayáis visto aún (por cierto, deberíais hacerlo ya). Me limitaré a expresar lo que siento acerca de ellos: cuando la serie podría tomar la opción segura e ir por el camino fácil que se ajusta a los cánones arquetípicos ya vistos en todos lados, decide no hacerlo. Decide optar por la opción arriesgada, alejada de todo cliché precocinado. Descoloca al espectador, da una vuelta de 180 grados a todo lo que había establecido previamente.
A algunos no les gustará. Para mí, hizo que se terminara de solidificar como una de las mejores obras que he visto en los últimos tiempos.

La calidad de la animación me deja sin palabras. Sé que esto ya no es una sorpresa en los animes más actuales, no obstante, no puedo dejar de hablar sobre ello. En esta ocasión, el número de capítulos era reducido, de manera que se han podido esmerar más, y se nota. Hay un gran cuidado puesto en la fluidez de la animación, la hermosura tanto en los dibujos de personajes como en los planos de fondo, y cada detalle insignificante. Recrea a la perfección la época y el lugar, plasmando una belleza sombría e invernal como pocas veces se ha hecho antes. Lo dicho, sin palabras.

La banda sonora es extraordinaria.

Hasta aquí, ya he dicho todo lo que podía decir, pues el resto de detalles de Erased que quiero comentar (un análisis más exhaustivo del final, con sus mensajes más sutiles y cómo yo los interpreto) sería adentrarme en puntos clave del argumento. Todo esto se halla en la zona spoiler** de más abajo.


Entonces, ¿es Erased un trabajo perfecto?
Aunque me duela decirlo, no. En mi visionado, hallé un pequeño número de pegas que me impidieron sentirme satisfecho al 100%. Definitivamente, estas carencias no estropean la experiencia, ni son capaces de hacer que olvidemos el exquisito nivel que el anime posee en general; pero existen, y es mi deber escribir sobre ellas.

Primero, tenemos un clímax final excesivamente apresurado. En mi opinión, es bastante aparente que los creadores se vieron obligados a comprimir el último capítulo, probablemente por exigencias del estudio. Creo que atan todos los cabos de forma eficiente, aun así, no está al nivel que una obra así exigía.
Segundo, hay un momento en el que el villano principal traza un plan carente de sentido alguno (cuando podría haber optado por miles de alternativas mucho más simples), extramadamente confuso y complicado, que sirve únicamente para el avance forzado de la trama (más en el spoiler*).


Por lo demás, Erased me parece una serie excelente y entra de cabeza en mi top 5 de los mejores animes que he visto nunca.
9,5/10.




¡CUIDADO!
Te adentras en la
ZONA SPOILER

*

En lo referente a la muerte de Hinazuki, no entiendo la necesidad que tiene Yashiro de transportarla a un lugar frío, donde luego echarle agua para acelerar la congelación, y después devolverla a su sitio original. Creo firmemente que la complicación del plan era innecesaria, y pierde algo de credibilidad para mí.

**

He de hacer un paréntesis para hablar acerca de Satoru.
Nosotros, los espectadores, estamos viviendo en una época plagada de super-héroes por todos los medios. Marvel por aquí, Boku No Hero Academia por allá, Los Increíbles por el otro lado, personajes con super-poderes utilizados para hacer el bien por doquier...
Y por eso me ha sorprendido gratamente encontrar, en un producto que no se halla dentro de ese género, al super-héroe más grande de todos. El tipo que me ha enseñado el verdadero significado de la palabra "héroe": Satoru.
¿Por qué?
Su poder es, ciertamente, inusual... Pero si lo pensamos fríamente, no es algo que le ayude a realizar una buena acción. Lo único que hace es avisarlo de que algo malo va a pasar.
No le da habilidades especiales para solventar el problema. Además, la decisión de actuar la hace él y solo él.
Seamos sinceros: cualquier persona, en esa situación, llegaría un punto en el cual ignoraría la Resucitación. El que posee este don no está obligado a hacer nada (es cierto que la Resucitación te llevaría dos veces al pasado, o tres como mucho, pero si al final tú no lo solucionaras, dejaría de ocurrir). Es más: no solo no estás obligado a ayudar, es que además, lo más probable es que si ayudas, acabes saliendo herido o perjudicado. Más que un poder... es una maldición.

Y ahí está Satoru.
Satoru posee la Resucitación, pero no es eso lo que le hace especial. Aquello que realmente lo hace especial es su inquebrantable voluntad de ayudar.
Siempre que la Resucitación le llama, él actúa. A costa de su integridad física y psicológica. A costa de su propia vida. Él no tendría por qué ayudar; de hecho, esta ayuda que ha prestado no le ha causado más que problemas. Ha sido incapaz de cumplir su sueño (ser mangaka) y tiene un trabajo algo cutre. Ha sido incapaz de conocer a la pareja ideal y ahora es escéptico con las mujeres. Ha sido incapaz de ser realmente feliz. Si simplemente hubiera ignorado este poder, todo habría salido mejor... pero eso no es una opción en su cabeza.
Satoru salva a los demás sabiendo que no recibirá nada a cambio. Por lo general, con la labor de superhéroe también viene el reconocimiento y el cariño de las masas... pero a él no se le ofrece nada de eso. Él es un héroe silencioso. Un protector vigilante. Nunca recibirá ninguna recompensa, nunca nadie le reconocerá sus grandes actos. Será un héroe olvidado del que nadie sabrá nada.
Y a pesar de todo, él... sigue ayudando.
El exponente más claro de esto es cuando Satoru pasa 15 años en coma. Con tal de salvar la vida de Hinazuki, la de su madre, amigos y un montón de personas que ni siquiera conocía... él dio a cambio su propia vida, el máximo sacrificio que nadie puede hacer. Todos sus seres queridos vivirán felices, y ninguno de ellos sabrá nunca que fue gracias a él, a costa de perder todo lo que tenía y tuvo.
Ese momento en el que nos muestran a Hizazuki adulta es agridulce... porque la ha salvado. Estamos alegres por ello. Pero a él, lo ha olvidado (y no es culpa de ella, ni de nadie). Y después de toda una serie forjando una relación tan bonita entre ambos, el hecho de que la sacrifique (y en el proceso, sacrifique gran parte de su vida también) en pos de salvar la vida de ella... me parece sencillamente brutal.
Satoru no es el tío más fuerte. No es el más listo. No es el más carismático. No es el que mejor cae a la gente. Pero es, sin duda alguna, el héroe más auténtico que yo he visto jamás.

Y el momento en el que finalmente se queda con Airi es uno de los más emocionantes y satisfactorios que yo he presenciado. Satoru hizo lo que hizo de forma puramente altruista, pero después de todos esos sacrificios, después de todo su sufrimiento... se merecía, más que nadie, su final feliz.
Se siente justo. Se lo ha ganado, y es por eso que no podemos evitar que en esos últimos segundos nos invada una gran sensación de regocijo.

viernes, 13 de julio de 2018

Obras que no te puedes perder: "Los Soprano" (Reseña de la serie completa y análisis del final)

¿Cuál es el pináculo de la era televisiva moderna, la trinidad de las series que ha consolidado a la caja tonta (anteriormente considerada un medio "menor") como una nueva forma de arte capaz de rivalizar con su predecesora, el cine de la gran pantalla, es decir, las películas?

Cada individuo tendrá su (totalmente respetable) opinión sobre esto. Muchos asegurarán que "Los Simpsons" pertenece a esa categoría, una cantidad parecida no dudará a la hora de mencionar los clásicos "Friends" o "Lost", y otros quizás opten por algo más reciente, como "Game of Thrones".
Sin embargo (y creo que la extensa mayoría me daréis la razón en esto), yo considero que las series que realmente han marcado un antes y un después en el mundo del cine son, en orden cronológico: The Sopranos, The Wire, y Breaking Bad; aquellos colosos que, en su día, demostraron la capacidad de la televisión a la hora de ofrecer un producto inteligente, de peso y relevancia, merecedor del status de "obra maestra".

De las 3, hasta hace unos días, yo solo había visto y había hablado de dos en este blog: Breaking Bad y The Wire. Grandes series, sin duda. Pero lo tuvieron más fácil que la que nos ocupa en este post.
The Sopranos fue la pionera, la que despejó el camino para que este mundillo pudiera desarrollar su ilimitado potencial. La semana pasada terminé esta serie de televisión, y ahora mismo, quiero brindarle el tiempo que se merece en esta "breve" reseña donde me dedicaré a escribir sobre las virtudes que la hacen tan magnífica y especial para mí, y sobre su polémico final (del cual daré mi interpretación personal en la zona spoiler de abajo).
Vamos allá.



Es cierto: es muy cliché decir "oh, esta serie es una de las mejores de la historia". Pero... lo es. En el caso de que hayas venido con la intención de buscar un punto de vista distinto... lo siento, este no es tu sitio.
Si quisiera hacer un análisis en profundidad de Los Soprano, me saldría un texto más largo que la mismísima biblia. No sabría ni cómo empezar, porque no le haría justicia a la inmensa (repito, INMENSA) cantidad de tópicos que la serie aborda en sus 86 capítulos.
Sí, es larga de cojones, pero créeme: más que una pega, al final eso es una virtud, porque no solo así le da más tiempo a explorar nuevos horizontes sino que además, tú no querrás que se acabe.
Como ya he dicho, ponerme a analizar la totalidad de las implicaciones que posee sería físicamente imposible, de manera que lo resumiré de la forma más contundente posible:
Los Soprano tiene, sin duda alguna, a los personajes más humanos, reales y psicológicamente complejos de la historia de la ficción. Así, sin más.
...

¿Cómo?
¿Esas 3 características van en serio?
Sí, efectivamente, lo digo en serio. Muy en serio.
Voy a recurrir a ciertas comparaciones para explicar este punto. Y que quede claro: mi objetivo con ellas no es, ni por asomo, infravalorar o minusvalorar otras obras, o la opinión que cualquiera tenga hacia ellas. Obviamente, esto es mi opinión personal y yo no lo sé todo.
También os recuerdo que, ahora mismo, me voy a referir única y exclusivamente a los personajes. No a la verosimilitud de la trama o de los acontecimientos, ni al realismo a la hora de abordar los temas; solo a los personajes.


Bien, imaginad cualquier trabajo de ficción, no importa el medio al que pertenezca. Libros, cómics, películas u otras series de televisión... todos ellos han parido personajes asombros@s, complej@s, realistas, etc. Sin embargo, ninguno de ellos, ninguno, ha juntado y explorado las 3 características mencionadas a un nivel tan alto como se ha hecho con Tony Soprano y sus colegas.

Ahora, si yo tuviera que pensar en personajes u obras que pudieran hacerle frente, recurriría a lo mejor de lo mejor: Breaking Bad, The Wire, Berserk, 20th Century Boys, las primeras temporadas de Game of Thrones, The Dark Knight, Se7en, Schindler's List, UnforgivenFullmetal Alchemist, WatchmenGantz y todas las que me estaré dejando atrás... Muchas de estas podrán igualar la grandeza que tiene Los Soprano en una de las 3 categorías de las que hablamos (quizás en dos de ellas, como mucho); pero, ¿aunar las 3 al mismo tiempo y mantener el nivel máximo de perfección en todas a la vez?
Solo Los Soprano.

Pienso en Walter White, Omar Little, Guts o el Joker. Son personajes míticos, no obstante, tienen una cosa en común: aunque están estudiados al milímetro, se desarrollan y evolucionan sin fisuras a lo largo de la historia... a pesar de eso, a la larga o solo por algún pequeño momento, se sienten como personajes en una obra de ficción (lo que puede ser independiente de su calidad objetiva). Y esa es una sensación que no tuve mientras veía Los Soprano.

El único producto capaz de igualarla en términos de realismo es The Wire; la diferencia es que esta última no solo se centraba en sus personajes individualmente: también acaparaba la sociedad y el comportamiento humano de forma colectiva, la corrupción del sistema y demás; por lo tanto, aunque sea más completa en los otros apartados, no tuvo tanto tiempo para profundizar en los individuos protagonistas (al menos, no tanto como Los Soprano).

Como cualquier otra gran obra, The Sopranos se entrega exclusiva e incondicionalmente a sus personajes, a explorar su psique de forma individual. Y de entre todos ellos, el que destaca (por supuesto) es Tony. No vas a aprender cómo funciona la organización criminal al detalle, ya que al igual que la "trama" y los eventos de la misma, todo eso adquiere un plano secundario. Solo son los obstáculos para los protagonistas, como lo serían para nosotros en la realidad. La sensación que uno tiene cuando ve a estos tipos y tipas en acción en ningún momento es el de ver a personajes en una serie ficticia; sino de personas auténticas en su vida cotidiana.
Si me lo preguntas, es un logro sin precedentes.

Jamás había visto un elenco de individuos con una moralidad tan gris (metafóricamente hablando). No hay ni un solo héroe, y no hay ni un solo villano. Estamos ante una panda de hipócritas, egoístas, irascibles, infantiles, ignorantes, falsos, orgullosos, envidiosos, mentirosos y mucho más... es decir, son iguales que nosotros, el público. Un análisis profundo y cínico del ser humano y sus miserias. Fallan. Ceden ante los impulsos. Tienen mil y un defectos. Están en un constante cambio y demuestran un rango de sentimientos abismal en cada episodio. Puedes amarlos y odiarlos en cuestión de minutos. Y todo ello está relatado con una sutileza impecable en actuaciones, guión y dirección.


En mi opinión, otro de los aciertos de la serie que la hace tan jodidamente magnífica es el contraste.
En el cine, las historias sobre el crimen organizado siempre han tenido un atractivo especial. Para qué negarlo. Es muy difícil que aquellos a quienes nos gusta el mundillo no tengamos entre nuestras películas favoritas alguna historia de gángsters (El Padrino, Uno de los Nuestros, Scarface). En estas obras (incluso en las más neutrales, como Goodfellas) se da una versión casi romántica de la mafia y su mundo, o quizás se les pinta como tipos duros sin escrúpulos, carentes de un solo atisbo de humanidad en ellos.
En Los Soprano, como puedes imaginar, debes prepararte para ver esta "regla" hecha añicos. El mito cae en picado. Se trata de la desmitificación suprema del mafioso. Coge a estos supuestos machos alfa y los baja a la tierra con un tortazo de realidad: los humaniza, los vuelve débiles y frágiles, imperfectos. Se asegura de sorprendernos continuamente y de dar un giro de 180 grados a cada estereotipo. No se salva ni uno.
Hay algo... reconfortante cuando ves a estas personas crueles y sanguinarias lidiando con los más típicos problemas mundanos y cotidianos. Se hacen daño, tienen pánico, ataques de ansiedad, depresión, se ponen enfermos. También tienen familia. Amigos. Y pese a que la caguen continuamente, les quieren. Sus sentimientos son reales, aunque intenten esconderlos para aparentar. Y entonces, la serie nos ataca con un doble contraste: estos tíos tan similares a nosotros que la serie tan correctamente ha humanizado, en cualquier momento pueden volverse auténticas bestias capaces de asesinar a sangre fría. Se juega con ambos contrastes para la sensación de realismo absoluta. Vemos a estos individuos completamente modelados por un ambiente hostil que ha acentuado sus características negativas. Son pocos los capaces de aguantar en el negocio, y para hacerlo, deben esconder sus sentimientos tras una fachada falsa de tipo duro e insensible. Parece una tarea fácil, pero la verdad, es que es imposible.
¿Dónde está Michael Corleone? ¿Dónde está Tony Montana? ¿Dónde está Tommy DeVito?
No están. Esos personajes, aunque inmensos, solo pueden ser concebidos en un mundo ficticio.
Aquí, el único al que tenemos es a Tony Soprano.

De hecho, llega un punto en el que el espectador (al menos en mi caso) piensa: "Qué coño... ¡pero si son iguales que yo! ¡Estos tíos podrían ser mi vecino!". En efecto, consigue que el público se sienta identificado con esos mafiosos que parecen tan alejados de nosotros. Lo logra mostrándonos sus vidas fuera de los negocios, dándole suma importancia a la típica parte que cualquier otro guión se saltaría por ser, supuestamente, "irrelevante".
No, no es irrelevante. Es la diferencia entre un buen producto, y una obra maestra. Los Soprano lo entendió.


Aunque la serie está contada desde el punto de vista de los criminales, en ningún momento se posiciona a favor de ellos. Es muy difícil hacer un producto tan neutral cuando tus protagonistas son los propios miembros del hampa, y aun así, Los Soprano lo consigue. Si crees que hace "apología al crimen o a la violencia", no has estado prestando atención. David Chase (el genio que ha creado esto) se dedica a mostrarnos lo que hay, y punto. En esta "familia" hallamos machismo, racismo, xenofobia, homofobia... pero no hay una crítica de los mismos, ya que juzgar estos actos no está en manos de Chase. Está en nuestras manos. Como espectadores, nosotros debemos decidir qué nos parece aquello que Chase y su talentoso equipo de escritores quieren mostrarnos.
Se habla de homosexualidad. De religión (estando tan ligada con la cultura italo-americana, os podéis imaginar que esta, en concreto, da mucho de qué hablar). De la masculinidad y lo tóxica que esta puede llegar a ser. De la familia, los prejuicios, las tradiciones y mucho más. No seguiré ahondando en ello; uno debe experimentarlo por sí mismo y sacar sus propias conclusiones.

Como ya he dicho antes, nos sentimos identificados con estas personas de mentalidad tan retrógrada... pero es que, al final, aunque nos cueste admitirlo, somos todos iguales.

Tony Soprano. Uno de los mejores personajes jamás escritos. ¿Por qué sentimos empatía por él? Porque, al final, no dejamos de ver a una persona. Una persona de mentalidad diferente, con quien no estamos de acuerdo, pero a quien podemos entender. Su profundidad y realismo llegan a un nivel en el que no se distingue la ficción. Hemos vivido a su lado, en sus buenas, malas y peores. Cuando la serie termina, hemos entendido sus valores, sus principios, por lo que tenemos la sensación de "conocerlo"; ahora bien, también hemos entendido sus defectos, que le aportan ese toque imprevisible.

¿Por qué solo estoy mencionando a Tony? ¡Qué demonios! Lo que digo podría aplicarse para el elenco completo de personajes. Nadie sobraba: con que hubiera faltado uno, el resultado ya no habría sido el mismo. Cada cual era diferente, se expresaba de forma diferente, y pasar el tiempo conociéndolos es una auténtica gozada. No entraré en detalles para no alargarme más aún; simplemente, gracias Paulie. Carm. Sil. Bobby. Vito. Chris. Adriana. Ralphie. MeadowRichie. Blundetto. Janice. Corrado. Johnny. Philly. Mikey. Melfi. Pussy. Parisi. Furio. Artie. Jackie y Jackie Jr. Carmine. Livia. E incluso AJ, aunque sea un niñato malcriado. ¡Los amo a todos! ¡Inolvidables!


Vale, ahora que me he quitado el apartado más complejo de todos (los personajes), ¿qué más tiene para ofrecernos Los Soprano? Oh, mucho más. La cosa no acaba aquí.


Nada de lo que he estado hablando hasta ahora habría sido posible de plasmar sin un trabajo interpretativo soberbio y depurado. ¿Cumple la serie en ese aspecto? Puedes apostar tu culo a que .
Los actores llegan a tal punto de inmersión en el que se confunde la persona con el personaje. Destacar a unos pocos de entre todos podría considerarse una falta de respeto (no hay ninguno que baje del más puro sobresaliente), pero me veo obligado a hacerlo, ya que algunos papeles conllevan un mayor peso emocional que otros.
Edie Falco es simplemente perfecta en la trayectoria completa de la serie. Cuanto peor se ponen las cosas, más creíble y poderosa se vuelve su actuación. Impagable. Una fiera.
Michael Imperioli se funde con Chrissy hasta un punto inigualable. Todo un profesional que capaz de estar a la par que el mismísimo Gandolfini.
Tony Sirico y Steven Van Zandt son los lacayos más divertidos y destacables en la historia del cine. Jodidamente impagables.
Nancy Marchand dió vida a una de las "villanas" más reales y odiosas de todos los tiempos.
Lorraine Bracco brilla con luz propia, sobre todo cuando los episodios se centran en su entorno.

Y, por supuesto, no podía faltar James Gandolfini. Qué voy a decir yo que no se haya dicho ya sobre su labor en esta serie. El infinito rango de emociones que es capaz de representar es demencial, hace que parezca fácil. Siempre extraordinario, siempre verosímil, este hombre fue quien hizo de su personaje alguien real y tangible. Es que, realmente, da la sensación de que no hay actor; su interpretación es una de las mejores y más genuinas en la historia del cine. Nada más que decir.

Si hay uno solo que no me convence, es (bajo mi punto de vista) Robert Iler en los primeros episodios. Quizás era demasiado joven. Con el tiempo, su actuación mejoró notablemente para estar a la altura de las (elevadas) exigencias. Al final, es otro capaz de hacer frente al mismísimo Gandolfini sin echarse atrás.


¿Cómo fluyen los eventos del argumento? Igual que un minucioso reloj de máxima precisión. Simple acción y reacción: como el fiel retrato de la vida que es, todos los acontecimientos tienen su causa y su posterior consecuencia, lo que hace que los personajes deban ser cautelosos y la trama avance de forma lenta, pero firme. El guión carece de lagunas ni trucos baratos de escritores vagos.
Su estructura es bastante más episódica de lo que estamos acostumbrados hoy día (cada capítulo trae un pequeño saco de contratiempos individuales que se suelen resolver en su misma duración), y por lo general, los problemas gordos no estallan hasta los últimos 2 ó 3 episodios de cada temporada, momento en el que empiezan a causar verdaderos estragos los efectos de todo lo que se ha ido acumulando durante las temporadas. Las cosas llegan cuando deben llegar y los clímax están construidos con suma maestría.
A pesar de su densidad inicial, la serie consigue mantener el interés intacto incluso en sus lentos comienzos (ahí no está al nivel de la tensión final, pero sigue siendo palpable). Los Soprano nunca deja de ser muy entretenida y (sorprendentemente) divertida gracias a su ácido humor negro, una de sus características más representativas. Ese contraste del que ya he hablado da lugar a situaciones tan absurdas y atípicas que acaban siendo hilarantes. Las frases de los personajes son como bombas que explotan en nuestra cara. Podemos hallar de todo: conversaciones de auténtica profundidad que te hacen reflexionar o discusiones divertidísimas llenas hasta los topes de líneas magníficas, siempre impregnados de gran realismo. Nada chirría ni se siente forzado, las charlas son tan naturales que da la sensación de estar escuchando hablar a personas de verdad. De entre los guionistas (obviando a Chase, evidentemente) destaco a Terence Winter, maestro indiscutible de la comedia negra y los diálogos punzantes.


Ahora bien, aunque pueda sonar ilógico, Los Soprano no solo se desenvuelve bien en el género puramente "realista". A primera vista no nos damos cuenta, pero los creadores se han dedicado a plantar, de vez en cuando, numerosas pistas y presagios ocultos. La serie posee una altísima cantidad de elementos escondidos para aquellos amantes de las teorías a quienes les encanta diseccionar cada escena (el ejemplo más claro es el final). Parece mentira, siendo este un show (aparentemente) nada dedicado a lo paranormal, pero es cierto: su simbolismo es de los mejores que yo he visto nunca.
Hay ocasiones en las que el tono es drásticamente cambiado por uno surrealista al más puro estilo David Lynch. Os lo juro: he llegado a pasar más miedo en una escena "fantasmagórica" de Los Soprano que en una auténtica película de terror sobrenatural.




Si hay una única pega que puedo ponerle, es que la forma en la que el guión es organizado dificulta que el espectador se pueda enganchar a la serie tanto como le gustaría, ya que por momentos, parece ir dando palos aleatorios sin un rumbo definido. En muy pocas ocasiones (creo que he contado 2, nada más) hay episodios irrelevantes, tanto para la trama (menos importante) como para la evolución de los personajes (lo realmente importante).

No es una serie fácil de digerir. En sí, su ritmo y forma de desarrollar la trama son muy distintos del estilo con el cual estamos familiarizados actualmente en el mundo televisivo. Al contrario que las series de ahora, no ofrece la sensación de satisfacción inmediatamente; el espectador debe ganársela. Es un producto que crece poco a poco en tí sin que te des cuenta. Cuanto más avanzas, vas aprendiendo a ver la serie de verdad y la aprecias cada vez más. Si echas la mirada hacia atrás, descubres constantemente nuevos detalles que pasaron desapercibidos. Estos personajes se adentran gradualmente en tu vida personal, hasta el punto de llegar a considerarlos... casi como otra familia. La tensión nace de las situaciones más insospechadas, y es por el gran apego que has adquirido hacia estos desgraciados. Las visitas a capítulos aleatorios una vez terminada no hacen sino mejorar la serie todavía más, pues la infinita cantidad de sutiles detalles y misterios esparcidos nos asegura que no importa cuántas veces la veas, siempre encontrarás algo nuevo que te sorprenderá.
Me resulta imposible separar las temporadas o los capítulos según su calidad. Los Soprano es una única historia de principio a fin, cuyo increíble nivel permanece estable desde el primer capítulo hasta el último.
"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". En este caso, ese refrán no podría ser más acertado: mientras la estás viendo no te das cuenta; pero el momento en el que la has terminado, el momento en el que te das cuenta de que ya no tendrás más citas diarias con Tony Soprano en la pantalla... es entonces cuando comprendes lo magnífica que es.
Mi 10/10 es evidente, ¿no?
Ya estaba yo ansioso por encontrar otra nueva obra capaz de colarse entre "lo mejor de lo mejor".







¡CUIDADO!
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¡ZONA SPOILER!
¡ZONA SPOILER!
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Hablemos del final.
¿Murió Tony Soprano, o no?

Independientemente de la respuesta, me gustaría señalar lo brillante que me pareció esa última secuencia completa. Creo que es, sinceramente, el mejor final que la serie habría podido tener. ¿Queréis un dato curioso? Me pasó como a muchas otras personas: por un momento, pensé que la tele se había estropeado.

Gracias a la cantidad de teorías que se han hecho al respecto en vídeos, hilos de redes sociales y mucho más, creo tener toda la información necesaria para determinar qué ocurrió tras ese fundido negro.

Simbolismo: supuestamente, en una entrevista David Chase dijo: "Si prestáis atención, todas las pruebas están ahí". Os voy a listar la cantidad de "evidencias" que la gente ha ido hallando con el paso de los años:

1.- La escena (al igual que, prácticamente, la totalidad de la serie) está vista desde el punto de vista de Tony. Él entra en el restaurante y (en un guiño hacia 2001: Una Odisea en el Espacio, uno de los filmes favoritos de Chase) se ve a él mismo sentado en la mesa (¿qué es lo que vio Dave Bowman antes de morir en la película antes mencionada? A sí mismo antes de morir... ¿más simbolismo, quizás?).

Cada vez que el timbre suena y una nueva persona entra, Tony echa un vistazo y la cámara enfoca al individuo en cuestión que Tony está viendo. Sin embargo, cuando Meadow entra y el timbre suena... negro. No vemos nada...


2.- El que sería el supuesto tirador, que entra al mismo tiempo que AJ, lleva una chaqueta de Members Only, título del primer episodio de la 6º temporada. Casualmente, en ese mismo episodio, Eugene Pontecorvo llevaba esa misma chaqueta cuando asesinó a un tipo en una cafetería.


3.- El supuesto tirador, antes de lo que podría ser el disparo final, se dirige hacia el cuarto de baño, en una escena muy similar a la de Michael Corleone en la primera entrega de El Padrino, nada más y nada menos que la escena favorita en la historia del cine de Tony.

Respecto de Tony, la posición (según las agujas del reloj) en la que se habría realizado el disparo sería las 3 en punto (¿posible referencia al sueño de Chrissy en la segunda temporada?). Si Meadow hubiera estado ahí sentada, habría bloqueado la trayectoria.
Meadow, a lo largo de la serie, ha demostrado ser la persona más importante en la vida de Tony. La única capaz de "salvarle" (y además, es la "causa" del enfrentamiento final contra Nueva York). Sin embargo, es la única de la cual no tenemos un plano entrando en la cafetería.


4.- Meadow intenta aparcar tres veces. Las dos primeras fracasan, pero a la tercera lo consigue.
Dos veces han intentado atentar contra la vida de Tony, y las dos han fracasado. ¿Es a la tercera cuando lo lograrán?


5.- Justo antes de que el supuesto disparo ocurra, dos chicos negros entran en el bar. En la primera temporada, las primeras personas que intentaron acabar con Tony eran dos chicos negros.


6.- "You probably don't even hear it when it happens" (Probablemente ni lo oigas cuando ocurra). Eso le dijo Bobby (uno de mis favoritos) a Tony en el episodio 13 de la sexta temporada.
De una forma parecida, cuando asesinan a Gerry Torciano en frente de Sil en el episodio 14 de la 6º temporada, este último no escucha el primer disparo.

Si han asesinado a Tony antes de que pudiera ver a Meadow entrar por la puerta, y los espectadores estamos siendo testigos de su punto de vista, tendría sentido que ni nosotros ni él escucháramos el disparo.


Bueno, después de todo esto, parece que la única opción posible es la que nadie quiere: Tony es liquidado... ¿o quizás no?

Recordemos que todo esto es puro simbolismo. No hay pruebas reales o físicas de que el tipo de la chaqueta tuviera un arma, ni de que Tony fuera asesinado. Todas estas pistas podrían podrían ser tanto la indicación de que Tony muere, como una retorcida manera de jugar con nuestra mente por parte de Chase. Es posible que su única intención haya sido, simplemente, dejarnos en la más completa incertidumbre, ofreciéndonos pistas vacías de algo que nosotros mismos nos estamos imaginando (objetivamente, él no ha insinuado nada, todo este lío nos lo hemos inventado nosotros). Esta escena está imbuida en una tensión asombrosa, pero... realmente, nada ha ocurrido en ella.
David Chase explora la paranoia que debe estar pasando por la cabeza de Tony en ese momento, y consigue transmitirla directamente al público. Así es como tendrá que estar nuestro capo favorito por el resto de su vida: siempre alerta.
¿Si esto que digo fuera cierto, por qué cortar justo a la entrada de Meadow? Simple: Los Soprano, desde el principio, ha sido una serie sobre la familia. Hemos visto cómo Tony ha intentado sobrellevar sin éxito sus dos familias: la de sangre, y la mafia. Por primera vez, la familia que realmente le importa se reune feliz, de manera que el arco completo del personaje estaría finalmente completo.


¿Cuál es, entonces, la respuesta correcta?
No la hay.
Puedes escoger lo que quieras. ¿Le harás caso al simbolismo? Entonces, Tony está definitivamente muerto. ¿No quieres pensar que un personaje tan grande haya llegado a su fin? También puedes acogerte a esa opción. Independientemente de lo que elijas, las cosas van a ser duras para Tony; pero sin duda, lo más bonito de todo, es que este final aún siga causando dudaconmoción y debate más de una década después de su salida. 
El trabajo que Chase ha realizado con esta obra maestra debe ser muy importante si todavía, a pleno 2018, seguimos buscando o negando pruebas sobre la muerte su un mero personaje ficticio.