jueves, 26 de julio de 2018

Reseña "Sicario" (2015); Villeneuve sufre un traspiés

Ya lo he dicho un millón de veces: Denis Villeneuve es, junto con Damien Challeze, el mejor nuevo director de la década del 2010 (algunos me preguntarán qué ha sido de Nolan; tranquilos, no lo he olvidado, en mi opinión, Nolan se consolidó en la década del 2000, por lo que ya es uno de los "clásicos" para mí).
Prisioneros, Arrival, Blade Runner 2049, Enemy... podrás reprocharle muchas cosas a estas obras (la mayoría de ellas no está exenta de fallos), excepto la siguiente: la dirección es indiscutiblemente exquisita. ¿Casi? perfecta.
Cuando uno se dispone a ver cualquiera de los trabajos de este cineasta canadiense, automáticamente es consciente de que la experiencia no le va a dejar indiferente.
Al menos, eso pensaba yo... hasta que llegó el día en el que vi Sicario.


Sigo considerando a Villeneuve uno de los mejores directores del panorama actual. No obstante, hasta los genios cometen errores de vez en cuando, y creo firmemente que Sicario es uno de ellos. Como es un pensamiento que no concuerda en absoluto con la aceptación general del filme, trataré de argumentar mi opinión lo mejor y más brevemente que pueda.
Allá voy.


Sicario es, antes que nada, una película de suspense y tensión. Siendo así, no ayuda el hecho de que nada de lo que ocurre en pantalla me haya interesado lo suficiente. Falló estrepitosamente a la hora de conectar conmigo.
¿Por qué falló?
En mi opinión, el problema se halla en el guión y en el enfoque tomado por Villeneuve a la hora de dirigir.

No puedo sentirme atraído por lo que ocurre si me es totalmente indiferente el destino de los protagonistas. El argumento resulta simple en exceso, tedioso, lleno hasta los topes de clichés, y los personajes son planos hasta el aburrimiento. Se trata de algo que ya hemos visto mil veces en el pasado: policía novata e idealista se une a un cuerpo de veteranos que utilizan métodos moralmente cuestionables. Ese choque de ideales es un tópico clásico en el mundo del cine, y como en Sicario no le aportan un toque mínimamente novedoso, se queda en un nivel meramente superficial. El espectador no se siente repugnado por los actos indecentes de los veteranos, ni se coloca del lado de la novata, ya que no se logra transmitir correctamente ese conflicto que el filme intenta presentar.

¿Dónde están esas secuencias de supuesta adrenalina pura? ¿Dónde está esa violencia tan desagradable de la que todos me hablaron? Os juro que, personalmente, no las encontré.


Emily Blunt ofrece la mejor interpretación de la cinta; una lástima que su personaje sea unidimensional. Ella hace de una chica que sigue el manual al pie de la letra. ¿Problema? No sufre ningún dilema interno en el que se cuestione si los métodos ilegales de los otros polis sean quizás la única opción, ni se pregunta si quizás sus propios métodos rectos son ineficaces; todo lo contrario, el personaje no cambia en absoluto, y la única evolución que presenta es que al final está algo jodida por las cosas horribles que ha visto. No obstante, sus principios se mantienen intactos y jamás cede, por muy chunga que sea la situación. En resumen: es como si nada hubiera ocurrido, pues tras la dura experiencia no ha aprendido nada, ni ella, ni el público. Ah, bueno, sí: ella ha aprendido que el mundo es un sitio horrible.
...
Mira, eso lo sé yo, y tengo 18 años; estoy seguro de que esa mujer debería estar al tanto ya. ¿Consecuencia? No nos sentimos implicados. Para mí, fue una experiencia plana al 99%.

La historia está muy mal estructurada: la misión consiste en ir a trincar a un capo de la droga. Simple, ¿verdad? ¿Cuál es el problema? Ni sabemos el porqué, ni vemos al tipo en cuestión hasta que llegamos al clímax final, momento en el que los misterios (insustanciales) del inicio son resueltos. Literalmente, el malo no hace nada en toda la peli. ¿Cómo demonios me va a importar el argumento (que se centra exclusivamente en esta misión) si ni conozco al villano, ni siento ninguna clase de odio o apego hacia él? Las motivaciones de todo lo que pasa en la película no deberían salir a la luz solo en la última escena, ya que eso significa que el espectador ha sido testigo de una cinta vacía y sin sentido durante los 110 minutos previos a la revelación final.


Indudablemente, la factura del filme es impecable. La fotografía es magistral. Está rodada con delicadeza y elegancia, pero esas características no son más que una fachada incapaz de ocultar o arreglar un producto de raíces mediocres. La duración se me hizo eterna, y esos planos oscuros y alargados en el tiempo no ayudaron a la hora de mejorar el visionado: lo hicieron más pesado aún.


Cerca de la conclusión coge fuerza en ciertas escenas, sobre todo cuando estalla la acción y la crueldad, o cuando los actores y actrices demuestran sus capacidades como intérpretes; estos son, con total seguridad, los únicos detalles que salvan a Sicario de un suspenso rotundo.
Eso sí, os aseguro que no la voy a volver a ver.
5/10.
PD: me disculpo por mis prolongadas ausencias (no sé a quién va dirigido esto, porque siendo sincero nadie me lee, pero bueno, yo lo aclaro).
Últimamente he estado (y estoy) enfermo, por lo que me cuesta escribir con frecuencia. De todos modos, no me tengáis pena: en cuanto esté a tope, seguiré a dar la lata como siempre. Lo espero ansioso.

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