lunes, 2 de julio de 2018

¿Es "El Padrino" realmente la mejor película de la historia? (Reseña The Godfather)

He de andarme con mucho ojo, pues no todos los días uno se dispone a hablar sobre la película más aclamada de todos los tiempos, esa obra considerada como la más grande del séptimo arte por la extensa mayoría del público adepto al cine. Si te gusta este mundillo, es indudable que El Padrino es, tarde o temprano, una cita obligada.
Ahora bien (y aquí es donde empezará la lluvia ácida sobre mí), ¿es, realmente, la mejor película de la historia?
Ayer tuve el privilegio de presenciar en la pantalla grande esta legendaria cinta, y hoy, creo estar preparado para ofrecer mi granito de arena al debate que la anterior pregunta suscita.
Obviamente todo esto depende de la persona, de lo que esta busque en un filme, de sus gustos personales y sus preferencias; pero no estamos aquí para hablar de eso.


Sé que estoy sonando muy atrevido. En la comunidad "radical" de amantes del cine, si no le otorgas un 10/10 a El Padrino, tu criterio será automáticamente invalidado, así que muchos simplemente se dejan llevar por la opinión general sin atender a su propia opinión. Yo considero ambas cosas que he mencionado una completa estupidez; y ahora quiero ser sincero a lar par que objetivo y subjetivo para explicar por qué, bajo mi punto de vista, El Padrino sí merece un 10, pero no es la mejor película de todos los tiempos.
Seré breve (lo máximo que pueda) y no ahondaré demasiado en detalles cruciales de la historia o el argumento, de manera que si aún no has visto El Padrino, puedes estar tranquilo.
...
Aunque, en serio, ¿qué haces que no la has visto todavía? ¿A qué c*ño estás esperando?



Hablar de este film es hablar de perfección técnica. Absoluta perfección técnica. Me gusta pensar en él como un intrincado mecanismo de relojería (sí, es una "referencia" a Watchmen). Para que este funcione todos los engranajes, grandes y pequeños, deben encajar con exactitud milimétrica y deben dar sus respectivas vueltas sin entorpecer ninguna de las otras piezas, sin chirriar o hacer que el conjunto falle en lo más mínimo.
Objetivamente, El Padrino no tiene fallos. Se trata de una obra de precisión suiza definitiva. Su estructura no deja ni un solo cabo suelto: desde los personajes, sus motivaciones y actos, hasta la historia, cómo esta se desenvuelve, las diferentes escenas que se van sucediendo, todo encaja y se desarrolla con la perfección requerida para que el resultado final sea impecable.
Cada acción tiene su propósito, su porqué y sus consecuencias. No hay ni una sola laguna argumental. La sutileza y la elegancia invaden esta obra y la hacen un auténtico regalo para aquellos amantes del cine a los que nos gusta que no se nos tome por idiotas.
No obstante, aquello que la diferencia de muchas otras películas que también han demostrado gran destreza en estos apartados, es que la obra se dedica por completo a sus personajes. Los eventos y la trama adoptan un plano secundario para dar paso a los individuos protagonistas. Todo lo que ocurre es por, para y debido a ellos. No tiene prisa y se toma su tiempo para que la historia fluya de forma coherente. Son numerosas las veces en las que nos alejamos por completo del argumento en pequeñas (o grandes) escenas, aparentemente inútiles (lo cual no es cierto), que sirven exclusivamente para enseñarnos cómo es o cómo ha evolucionado cada personaje.

Vito Corleone es una leyenda. Se convirtió en el estereotipo primordial del gángster y antihéroe italo-americano para el resto de la eternidad. Su influencia en la cultura popular es innegable. ¿Es para tanto? , porque representa al tipo de persona que todos querríamos ser, el ícono de la masculinidad suprema: él es el tipo duro, poderoso y valiente que consigue todo lo que quiere y al que nadie le puede dar órdenes, pero que a pesar de ser implacable en los negocios y contra sus enemigos, demuestra gran cariño, respeto y afecto por su familia, amigos y asociados. Un hombre que tiene un código de honor el cual (a pesar de no ser ético moralmente hablando) sigue a rajatabla sin importar las consecuencias (¿cuántos de nosotros podemos decir eso?). Logra que, de repente, en el espectador aparezca un interés (e incluso diría admiración) bestial por la mafia y sus historias.
La actuación de Marlon Brando, su voz, gestos y presencia no hacen más que acentuar esa sensación de grandeza que el personaje transmite.

Eso sí, del resto del elenco, no hay ni uno solo fuera de lugar, ni un solo actor que desentone (ya lo he dicho, nada entorpece el transcurso de la película). En la secuencia de la boda (quizás la mejor del metraje en mi humilde opinión) tenemos una presentación perfecta de todos ellos. Poco a poco, conforme avanza la historia, los comprenderemos mejor a la par que seremos testigos de sus estudiadas evoluciones como individuos. Por ejemplo: Santino es impulsivo, pasional, emocional, la clase de persona que actúa y después piensa; mientras que Michael es, por contraposición, frío, apático, insensible y difícilmente perturbable (por eso era obvio, desde el principio, que él era el único con madera para convertirse en el próximo Don). Al Pacino da una lección interpretativa sublime (la cual superará incluso a la de Brando con la segunda entrega) ya que, en todo momento, podemos ver a través de sus ojos si es feliz o si, por el contrario, ya ha comenzado su travesía hacia los pozos del averno. Estamos ante el comienzo de una de las carreras más míticas que el cine jamás tendrá.
Junto con unos secundarios memorables y un casting de lujo, el plato está servido.



La banda sonora es una de las piezas de música más grandes jamás compuestas. Decir más sobre ella sería esforzarse en vano: dedícate a escucharla, y punto. Me darás la razón.


A pesar de durar 3 horas, estas no se me hicieron pesadas, y lo considero un factor determinante para que esté entre mis películas favoritas (porque, por mucha perfección técnica que haya, si una película no te atrapa o te aburre, jamás podrá ser tachada de obra maestra). Comprendo que muchos no estén de acuerdo conmigo en este apartado y la hayan encontrado soporífera, ya que su ritmo es indudablemente lento y si no te interesa lo suficiente, será imposible que puedas terminarla.



No obstante, pese a todos los halagos que respetuosamente estoy ofreciendo a mi Padrino... perdóneme, Don Corleone, mas no puedo introducirle en mi categoría estrella, la más ansiada y exclusiva, "Lo mejor de lo mejor". ¿Por qué?
Es simple. El cine es un arte y como tal, la excelencia, la delicadeza y la pureza a la hora de elaborarlo es sumamente importante... sin embargo, no lo son todo.
Solo hay una cosa que me falta en El Padrino: más emoción. La característica que yo más estimo de una cinta es su capacidad de transmitirme sensaciones. No niego que hay escenas impactantes, preciosas y emotivas (el plano final, el bautismo, la secuencia inicial, etc). Coppola, el director, tomó un enfoque principalmente superficial, y eligió centrarse más en demostrar su destreza estética objetiva a la hora de dirigir. En ocasiones (la mayoría de ellas) esto resultó un éxito al dar a la película un toque sobrio y realista; pero en otras ocasiones (que no podemos ignorar) resultó dificultoso a la hora de conectar con el espectador a un nivel emocional más allá del exterior, un nivel que el funcionamiento objetivo de la obra no puede alcanzar.



Espero que mi opinión sobre El Padrino haya sido bien expresada y te haya resultado interesante. Estoy abierto a cualquier sugerencia o conversación agradable en los comentarios, si es que hay alguien que me haga una oferta que no podré rechazar.
10/10.
Contad todas las veces que he dicho la palabra "perfecta" o "perfección", por cada una os invitaré a un helado. Perdón, pero es que lo he hallado necesario si quería hablar de El Padrino.

1 comentario:

  1. Vi el padrino y me pareció una película excelente, pero no sentí nada, no fue "especial", los giros de guión ni siquiera llegaron a impactarme, ni siquiera el último que es genial. El momento que destacó y que si ame es la escena del bar, el resto no me causó nada, una lástima no disfrutarlo mas alla de admirarlo. Con 3 horas tendrían que haber desarrollado mas a los secundarios a mi parecer, literal la introducción es de 45 minutos. Ademas de eso nada que quejarme. Buena review

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