viernes, 13 de julio de 2018

Obras que no te puedes perder: "Los Soprano" (Reseña de la serie completa y análisis del final)

¿Cuál es el pináculo de la era televisiva moderna, la trinidad de las series que ha consolidado a la caja tonta (anteriormente considerada un medio "menor") como una nueva forma de arte capaz de rivalizar con su predecesora, el cine de la gran pantalla, es decir, las películas?

Cada individuo tendrá su (totalmente respetable) opinión sobre esto. Muchos asegurarán que "Los Simpsons" pertenece a esa categoría, una cantidad parecida no dudará a la hora de mencionar los clásicos "Friends" o "Lost", y otros quizás opten por algo más reciente, como "Game of Thrones".
Sin embargo (y creo que la extensa mayoría me daréis la razón en esto), yo considero que las series que realmente han marcado un antes y un después en el mundo del cine son, en orden cronológico: The Sopranos, The Wire, y Breaking Bad; aquellos colosos que, en su día, demostraron la capacidad de la televisión a la hora de ofrecer un producto inteligente, de peso y relevancia, merecedor del status de "obra maestra".

De las 3, hasta hace unos días, yo solo había visto y había hablado de dos en este blog: Breaking Bad y The Wire. Grandes series, sin duda. Pero lo tuvieron más fácil que la que nos ocupa en este post.
The Sopranos fue la pionera, la que despejó el camino para que este mundillo pudiera desarrollar su ilimitado potencial. La semana pasada terminé esta serie de televisión, y ahora mismo, quiero brindarle el tiempo que se merece en esta "breve" reseña donde me dedicaré a escribir sobre las virtudes que la hacen tan magnífica y especial para mí, y sobre su polémico final (del cual daré mi interpretación personal en la zona spoiler de abajo).
Vamos allá.



Es cierto: es muy cliché decir "oh, esta serie es una de las mejores de la historia". Pero... lo es. En el caso de que hayas venido con la intención de buscar un punto de vista distinto... lo siento, este no es tu sitio.
Si quisiera hacer un análisis en profundidad de Los Soprano, me saldría un texto más largo que la mismísima biblia. No sabría ni cómo empezar, porque no le haría justicia a la inmensa (repito, INMENSA) cantidad de tópicos que la serie aborda en sus 86 capítulos.
Sí, es larga de cojones, pero créeme: más que una pega, al final eso es una virtud, porque no solo así le da más tiempo a explorar nuevos horizontes sino que además, tú no querrás que se acabe.
Como ya he dicho, ponerme a analizar la totalidad de las implicaciones que posee sería físicamente imposible, de manera que lo resumiré de la forma más contundente posible:
Los Soprano tiene, sin duda alguna, a los personajes más humanos, reales y psicológicamente complejos de la historia de la ficción. Así, sin más.
...

¿Cómo?
¿Esas 3 características van en serio?
Sí, efectivamente, lo digo en serio. Muy en serio.
Voy a recurrir a ciertas comparaciones para explicar este punto. Y que quede claro: mi objetivo con ellas no es, ni por asomo, infravalorar o minusvalorar otras obras, o la opinión que cualquiera tenga hacia ellas. Obviamente, esto es mi opinión personal y yo no lo sé todo.
También os recuerdo que, ahora mismo, me voy a referir única y exclusivamente a los personajes. No a la verosimilitud de la trama o de los acontecimientos, ni al realismo a la hora de abordar los temas; solo a los personajes.


Bien, imaginad cualquier trabajo de ficción, no importa el medio al que pertenezca. Libros, cómics, películas u otras series de televisión... todos ellos han parido personajes asombros@s, complej@s, realistas, etc. Sin embargo, ninguno de ellos, ninguno, ha juntado y explorado las 3 características mencionadas a un nivel tan alto como se ha hecho con Tony Soprano y sus colegas.

Ahora, si yo tuviera que pensar en personajes u obras que pudieran hacerle frente, recurriría a lo mejor de lo mejor: Breaking Bad, The Wire, Berserk, 20th Century Boys, las primeras temporadas de Game of Thrones, The Dark Knight, Se7en, Schindler's List, UnforgivenFullmetal Alchemist, WatchmenGantz y todas las que me estaré dejando atrás... Muchas de estas podrán igualar la grandeza que tiene Los Soprano en una de las 3 categorías de las que hablamos (quizás en dos de ellas, como mucho); pero, ¿aunar las 3 al mismo tiempo y mantener el nivel máximo de perfección en todas a la vez?
Solo Los Soprano.

Pienso en Walter White, Omar Little, Guts o el Joker. Son personajes míticos, no obstante, tienen una cosa en común: aunque están estudiados al milímetro, se desarrollan y evolucionan sin fisuras a lo largo de la historia... a pesar de eso, a la larga o solo por algún pequeño momento, se sienten como personajes en una obra de ficción (lo que puede ser independiente de su calidad objetiva). Y esa es una sensación que no tuve mientras veía Los Soprano.

El único producto capaz de igualarla en términos de realismo es The Wire; la diferencia es que esta última no solo se centraba en sus personajes individualmente: también acaparaba la sociedad y el comportamiento humano de forma colectiva, la corrupción del sistema y demás; por lo tanto, aunque sea más completa en los otros apartados, no tuvo tanto tiempo para profundizar en los individuos protagonistas (al menos, no tanto como Los Soprano).

Como cualquier otra gran obra, The Sopranos se entrega exclusiva e incondicionalmente a sus personajes, a explorar su psique de forma individual. Y de entre todos ellos, el que destaca (por supuesto) es Tony. No vas a aprender cómo funciona la organización criminal al detalle, ya que al igual que la "trama" y los eventos de la misma, todo eso adquiere un plano secundario. Solo son los obstáculos para los protagonistas, como lo serían para nosotros en la realidad. La sensación que uno tiene cuando ve a estos tipos y tipas en acción en ningún momento es el de ver a personajes en una serie ficticia; sino de personas auténticas en su vida cotidiana.
Si me lo preguntas, es un logro sin precedentes.

Jamás había visto un elenco de individuos con una moralidad tan gris (metafóricamente hablando). No hay ni un solo héroe, y no hay ni un solo villano. Estamos ante una panda de hipócritas, egoístas, irascibles, infantiles, ignorantes, falsos, orgullosos, envidiosos, mentirosos y mucho más... es decir, son iguales que nosotros, el público. Un análisis profundo y cínico del ser humano y sus miserias. Fallan. Ceden ante los impulsos. Tienen mil y un defectos. Están en un constante cambio y demuestran un rango de sentimientos abismal en cada episodio. Puedes amarlos y odiarlos en cuestión de minutos. Y todo ello está relatado con una sutileza impecable en actuaciones, guión y dirección.


En mi opinión, otro de los aciertos de la serie que la hace tan jodidamente magnífica es el contraste.
En el cine, las historias sobre el crimen organizado siempre han tenido un atractivo especial. Para qué negarlo. Es muy difícil que aquellos a quienes nos gusta el mundillo no tengamos entre nuestras películas favoritas alguna historia de gángsters (El Padrino, Uno de los Nuestros, Scarface). En estas obras (incluso en las más neutrales, como Goodfellas) se da una versión casi romántica de la mafia y su mundo, o quizás se les pinta como tipos duros sin escrúpulos, carentes de un solo atisbo de humanidad en ellos.
En Los Soprano, como puedes imaginar, debes prepararte para ver esta "regla" hecha añicos. El mito cae en picado. Se trata de la desmitificación suprema del mafioso. Coge a estos supuestos machos alfa y los baja a la tierra con un tortazo de realidad: los humaniza, los vuelve débiles y frágiles, imperfectos. Se asegura de sorprendernos continuamente y de dar un giro de 180 grados a cada estereotipo. No se salva ni uno.
Hay algo... reconfortante cuando ves a estas personas crueles y sanguinarias lidiando con los más típicos problemas mundanos y cotidianos. Se hacen daño, tienen pánico, ataques de ansiedad, depresión, se ponen enfermos. También tienen familia. Amigos. Y pese a que la caguen continuamente, les quieren. Sus sentimientos son reales, aunque intenten esconderlos para aparentar. Y entonces, la serie nos ataca con un doble contraste: estos tíos tan similares a nosotros que la serie tan correctamente ha humanizado, en cualquier momento pueden volverse auténticas bestias capaces de asesinar a sangre fría. Se juega con ambos contrastes para la sensación de realismo absoluta. Vemos a estos individuos completamente modelados por un ambiente hostil que ha acentuado sus características negativas. Son pocos los capaces de aguantar en el negocio, y para hacerlo, deben esconder sus sentimientos tras una fachada falsa de tipo duro e insensible. Parece una tarea fácil, pero la verdad, es que es imposible.
¿Dónde está Michael Corleone? ¿Dónde está Tony Montana? ¿Dónde está Tommy DeVito?
No están. Esos personajes, aunque inmensos, solo pueden ser concebidos en un mundo ficticio.
Aquí, el único al que tenemos es a Tony Soprano.

De hecho, llega un punto en el que el espectador (al menos en mi caso) piensa: "Qué coño... ¡pero si son iguales que yo! ¡Estos tíos podrían ser mi vecino!". En efecto, consigue que el público se sienta identificado con esos mafiosos que parecen tan alejados de nosotros. Lo logra mostrándonos sus vidas fuera de los negocios, dándole suma importancia a la típica parte que cualquier otro guión se saltaría por ser, supuestamente, "irrelevante".
No, no es irrelevante. Es la diferencia entre un buen producto, y una obra maestra. Los Soprano lo entendió.


Aunque la serie está contada desde el punto de vista de los criminales, en ningún momento se posiciona a favor de ellos. Es muy difícil hacer un producto tan neutral cuando tus protagonistas son los propios miembros del hampa, y aun así, Los Soprano lo consigue. Si crees que hace "apología al crimen o a la violencia", no has estado prestando atención. David Chase (el genio que ha creado esto) se dedica a mostrarnos lo que hay, y punto. En esta "familia" hallamos machismo, racismo, xenofobia, homofobia... pero no hay una crítica de los mismos, ya que juzgar estos actos no está en manos de Chase. Está en nuestras manos. Como espectadores, nosotros debemos decidir qué nos parece aquello que Chase y su talentoso equipo de escritores quieren mostrarnos.
Se habla de homosexualidad. De religión (estando tan ligada con la cultura italo-americana, os podéis imaginar que esta, en concreto, da mucho de qué hablar). De la masculinidad y lo tóxica que esta puede llegar a ser. De la familia, los prejuicios, las tradiciones y mucho más. No seguiré ahondando en ello; uno debe experimentarlo por sí mismo y sacar sus propias conclusiones.

Como ya he dicho antes, nos sentimos identificados con estas personas de mentalidad tan retrógrada... pero es que, al final, aunque nos cueste admitirlo, somos todos iguales.

Tony Soprano. Uno de los mejores personajes jamás escritos. ¿Por qué sentimos empatía por él? Porque, al final, no dejamos de ver a una persona. Una persona de mentalidad diferente, con quien no estamos de acuerdo, pero a quien podemos entender. Su profundidad y realismo llegan a un nivel en el que no se distingue la ficción. Hemos vivido a su lado, en sus buenas, malas y peores. Cuando la serie termina, hemos entendido sus valores, sus principios, por lo que tenemos la sensación de "conocerlo"; ahora bien, también hemos entendido sus defectos, que le aportan ese toque imprevisible.

¿Por qué solo estoy mencionando a Tony? ¡Qué demonios! Lo que digo podría aplicarse para el elenco completo de personajes. Nadie sobraba: con que hubiera faltado uno, el resultado ya no habría sido el mismo. Cada cual era diferente, se expresaba de forma diferente, y pasar el tiempo conociéndolos es una auténtica gozada. No entraré en detalles para no alargarme más aún; simplemente, gracias Paulie. Carm. Sil. Bobby. Vito. Chris. Adriana. Ralphie. MeadowRichie. Blundetto. Janice. Corrado. Johnny. Philly. Mikey. Melfi. Pussy. Parisi. Furio. Artie. Jackie y Jackie Jr. Carmine. Livia. E incluso AJ, aunque sea un niñato malcriado. ¡Los amo a todos! ¡Inolvidables!


Vale, ahora que me he quitado el apartado más complejo de todos (los personajes), ¿qué más tiene para ofrecernos Los Soprano? Oh, mucho más. La cosa no acaba aquí.


Nada de lo que he estado hablando hasta ahora habría sido posible de plasmar sin un trabajo interpretativo soberbio y depurado. ¿Cumple la serie en ese aspecto? Puedes apostar tu culo a que .
Los actores llegan a tal punto de inmersión en el que se confunde la persona con el personaje. Destacar a unos pocos de entre todos podría considerarse una falta de respeto (no hay ninguno que baje del más puro sobresaliente), pero me veo obligado a hacerlo, ya que algunos papeles conllevan un mayor peso emocional que otros.
Edie Falco es simplemente perfecta en la trayectoria completa de la serie. Cuanto peor se ponen las cosas, más creíble y poderosa se vuelve su actuación. Impagable. Una fiera.
Michael Imperioli se funde con Chrissy hasta un punto inigualable. Todo un profesional que capaz de estar a la par que el mismísimo Gandolfini.
Tony Sirico y Steven Van Zandt son los lacayos más divertidos y destacables en la historia del cine. Jodidamente impagables.
Nancy Marchand dió vida a una de las "villanas" más reales y odiosas de todos los tiempos.
Lorraine Bracco brilla con luz propia, sobre todo cuando los episodios se centran en su entorno.

Y, por supuesto, no podía faltar James Gandolfini. Qué voy a decir yo que no se haya dicho ya sobre su labor en esta serie. El infinito rango de emociones que es capaz de representar es demencial, hace que parezca fácil. Siempre extraordinario, siempre verosímil, este hombre fue quien hizo de su personaje alguien real y tangible. Es que, realmente, da la sensación de que no hay actor; su interpretación es una de las mejores y más genuinas en la historia del cine. Nada más que decir.

Si hay uno solo que no me convence, es (bajo mi punto de vista) Robert Iler en los primeros episodios. Quizás era demasiado joven. Con el tiempo, su actuación mejoró notablemente para estar a la altura de las (elevadas) exigencias. Al final, es otro capaz de hacer frente al mismísimo Gandolfini sin echarse atrás.


¿Cómo fluyen los eventos del argumento? Igual que un minucioso reloj de máxima precisión. Simple acción y reacción: como el fiel retrato de la vida que es, todos los acontecimientos tienen su causa y su posterior consecuencia, lo que hace que los personajes deban ser cautelosos y la trama avance de forma lenta, pero firme. El guión carece de lagunas ni trucos baratos de escritores vagos.
Su estructura es bastante más episódica de lo que estamos acostumbrados hoy día (cada capítulo trae un pequeño saco de contratiempos individuales que se suelen resolver en su misma duración), y por lo general, los problemas gordos no estallan hasta los últimos 2 ó 3 episodios de cada temporada, momento en el que empiezan a causar verdaderos estragos los efectos de todo lo que se ha ido acumulando durante las temporadas. Las cosas llegan cuando deben llegar y los clímax están construidos con suma maestría.
A pesar de su densidad inicial, la serie consigue mantener el interés intacto incluso en sus lentos comienzos (ahí no está al nivel de la tensión final, pero sigue siendo palpable). Los Soprano nunca deja de ser muy entretenida y (sorprendentemente) divertida gracias a su ácido humor negro, una de sus características más representativas. Ese contraste del que ya he hablado da lugar a situaciones tan absurdas y atípicas que acaban siendo hilarantes. Las frases de los personajes son como bombas que explotan en nuestra cara. Podemos hallar de todo: conversaciones de auténtica profundidad que te hacen reflexionar o discusiones divertidísimas llenas hasta los topes de líneas magníficas, siempre impregnados de gran realismo. Nada chirría ni se siente forzado, las charlas son tan naturales que da la sensación de estar escuchando hablar a personas de verdad. De entre los guionistas (obviando a Chase, evidentemente) destaco a Terence Winter, maestro indiscutible de la comedia negra y los diálogos punzantes.


Ahora bien, aunque pueda sonar ilógico, Los Soprano no solo se desenvuelve bien en el género puramente "realista". A primera vista no nos damos cuenta, pero los creadores se han dedicado a plantar, de vez en cuando, numerosas pistas y presagios ocultos. La serie posee una altísima cantidad de elementos escondidos para aquellos amantes de las teorías a quienes les encanta diseccionar cada escena (el ejemplo más claro es el final). Parece mentira, siendo este un show (aparentemente) nada dedicado a lo paranormal, pero es cierto: su simbolismo es de los mejores que yo he visto nunca.
Hay ocasiones en las que el tono es drásticamente cambiado por uno surrealista al más puro estilo David Lynch. Os lo juro: he llegado a pasar más miedo en una escena "fantasmagórica" de Los Soprano que en una auténtica película de terror sobrenatural.




Si hay una única pega que puedo ponerle, es que la forma en la que el guión es organizado dificulta que el espectador se pueda enganchar a la serie tanto como le gustaría, ya que por momentos, parece ir dando palos aleatorios sin un rumbo definido. En muy pocas ocasiones (creo que he contado 2, nada más) hay episodios irrelevantes, tanto para la trama (menos importante) como para la evolución de los personajes (lo realmente importante).

No es una serie fácil de digerir. En sí, su ritmo y forma de desarrollar la trama son muy distintos del estilo con el cual estamos familiarizados actualmente en el mundo televisivo. Al contrario que las series de ahora, no ofrece la sensación de satisfacción inmediatamente; el espectador debe ganársela. Es un producto que crece poco a poco en tí sin que te des cuenta. Cuanto más avanzas, vas aprendiendo a ver la serie de verdad y la aprecias cada vez más. Si echas la mirada hacia atrás, descubres constantemente nuevos detalles que pasaron desapercibidos. Estos personajes se adentran gradualmente en tu vida personal, hasta el punto de llegar a considerarlos... casi como otra familia. La tensión nace de las situaciones más insospechadas, y es por el gran apego que has adquirido hacia estos desgraciados. Las visitas a capítulos aleatorios una vez terminada no hacen sino mejorar la serie todavía más, pues la infinita cantidad de sutiles detalles y misterios esparcidos nos asegura que no importa cuántas veces la veas, siempre encontrarás algo nuevo que te sorprenderá.
Me resulta imposible separar las temporadas o los capítulos según su calidad. Los Soprano es una única historia de principio a fin, cuyo increíble nivel permanece estable desde el primer capítulo hasta el último.
"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". En este caso, ese refrán no podría ser más acertado: mientras la estás viendo no te das cuenta; pero el momento en el que la has terminado, el momento en el que te das cuenta de que ya no tendrás más citas diarias con Tony Soprano en la pantalla... es entonces cuando comprendes lo magnífica que es.
Mi 10/10 es evidente, ¿no?
Ya estaba yo ansioso por encontrar otra nueva obra capaz de colarse entre "lo mejor de lo mejor".







¡CUIDADO!
TE ESTÁS ADENTRANDO EN LA
¡ZONA SPOILER!
¡ZONA SPOILER!
¡ZONA SPOILER!





Hablemos del final.
¿Murió Tony Soprano, o no?

Independientemente de la respuesta, me gustaría señalar lo brillante que me pareció esa última secuencia completa. Creo que es, sinceramente, el mejor final que la serie habría podido tener. ¿Queréis un dato curioso? Me pasó como a muchas otras personas: por un momento, pensé que la tele se había estropeado.

Gracias a la cantidad de teorías que se han hecho al respecto en vídeos, hilos de redes sociales y mucho más, creo tener toda la información necesaria para determinar qué ocurrió tras ese fundido negro.

Simbolismo: supuestamente, en una entrevista David Chase dijo: "Si prestáis atención, todas las pruebas están ahí". Os voy a listar la cantidad de "evidencias" que la gente ha ido hallando con el paso de los años:

1.- La escena (al igual que, prácticamente, la totalidad de la serie) está vista desde el punto de vista de Tony. Él entra en el restaurante y (en un guiño hacia 2001: Una Odisea en el Espacio, uno de los filmes favoritos de Chase) se ve a él mismo sentado en la mesa (¿qué es lo que vio Dave Bowman antes de morir en la película antes mencionada? A sí mismo antes de morir... ¿más simbolismo, quizás?).

Cada vez que el timbre suena y una nueva persona entra, Tony echa un vistazo y la cámara enfoca al individuo en cuestión que Tony está viendo. Sin embargo, cuando Meadow entra y el timbre suena... negro. No vemos nada...


2.- El que sería el supuesto tirador, que entra al mismo tiempo que AJ, lleva una chaqueta de Members Only, título del primer episodio de la 6º temporada. Casualmente, en ese mismo episodio, Eugene Pontecorvo llevaba esa misma chaqueta cuando asesinó a un tipo en una cafetería.


3.- El supuesto tirador, antes de lo que podría ser el disparo final, se dirige hacia el cuarto de baño, en una escena muy similar a la de Michael Corleone en la primera entrega de El Padrino, nada más y nada menos que la escena favorita en la historia del cine de Tony.

Respecto de Tony, la posición (según las agujas del reloj) en la que se habría realizado el disparo sería las 3 en punto (¿posible referencia al sueño de Chrissy en la segunda temporada?). Si Meadow hubiera estado ahí sentada, habría bloqueado la trayectoria.
Meadow, a lo largo de la serie, ha demostrado ser la persona más importante en la vida de Tony. La única capaz de "salvarle" (y además, es la "causa" del enfrentamiento final contra Nueva York). Sin embargo, es la única de la cual no tenemos un plano entrando en la cafetería.


4.- Meadow intenta aparcar tres veces. Las dos primeras fracasan, pero a la tercera lo consigue.
Dos veces han intentado atentar contra la vida de Tony, y las dos han fracasado. ¿Es a la tercera cuando lo lograrán?


5.- Justo antes de que el supuesto disparo ocurra, dos chicos negros entran en el bar. En la primera temporada, las primeras personas que intentaron acabar con Tony eran dos chicos negros.


6.- "You probably don't even hear it when it happens" (Probablemente ni lo oigas cuando ocurra). Eso le dijo Bobby (uno de mis favoritos) a Tony en el episodio 13 de la sexta temporada.
De una forma parecida, cuando asesinan a Gerry Torciano en frente de Sil en el episodio 14 de la 6º temporada, este último no escucha el primer disparo.

Si han asesinado a Tony antes de que pudiera ver a Meadow entrar por la puerta, y los espectadores estamos siendo testigos de su punto de vista, tendría sentido que ni nosotros ni él escucháramos el disparo.


Bueno, después de todo esto, parece que la única opción posible es la que nadie quiere: Tony es liquidado... ¿o quizás no?

Recordemos que todo esto es puro simbolismo. No hay pruebas reales o físicas de que el tipo de la chaqueta tuviera un arma, ni de que Tony fuera asesinado. Todas estas pistas podrían podrían ser tanto la indicación de que Tony muere, como una retorcida manera de jugar con nuestra mente por parte de Chase. Es posible que su única intención haya sido, simplemente, dejarnos en la más completa incertidumbre, ofreciéndonos pistas vacías de algo que nosotros mismos nos estamos imaginando (objetivamente, él no ha insinuado nada, todo este lío nos lo hemos inventado nosotros). Esta escena está imbuida en una tensión asombrosa, pero... realmente, nada ha ocurrido en ella.
David Chase explora la paranoia que debe estar pasando por la cabeza de Tony en ese momento, y consigue transmitirla directamente al público. Así es como tendrá que estar nuestro capo favorito por el resto de su vida: siempre alerta.
¿Si esto que digo fuera cierto, por qué cortar justo a la entrada de Meadow? Simple: Los Soprano, desde el principio, ha sido una serie sobre la familia. Hemos visto cómo Tony ha intentado sobrellevar sin éxito sus dos familias: la de sangre, y la mafia. Por primera vez, la familia que realmente le importa se reune feliz, de manera que el arco completo del personaje estaría finalmente completo.


¿Cuál es, entonces, la respuesta correcta?
No la hay.
Puedes escoger lo que quieras. ¿Le harás caso al simbolismo? Entonces, Tony está definitivamente muerto. ¿No quieres pensar que un personaje tan grande haya llegado a su fin? También puedes acogerte a esa opción. Independientemente de lo que elijas, las cosas van a ser duras para Tony; pero sin duda, lo más bonito de todo, es que este final aún siga causando dudaconmoción y debate más de una década después de su salida. 
El trabajo que Chase ha realizado con esta obra maestra debe ser muy importante si todavía, a pleno 2018, seguimos buscando o negando pruebas sobre la muerte su un mero personaje ficticio.

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