domingo, 11 de septiembre de 2016

The Ultimates, Volúmenes 1 y 2. Obras Maestras del Cómic.

¿Quién fue el que dijo que las tramas de superhéroes oscuras e hiperrealistas fueron invención de DC Comics?
Realmente estoy hablando sin tener suficiente conocimiento, pero en mi experiencia personal, The Ultimates fue la primera vez que leí una historia de Marvel que tratase temas de la actualidad con tal realismo y crudeza absolutos.
Un cómic que aun tratando sobre gente con superpoderes, no pierde un ápice de verosimilitud y está dedicado a adultos, gente con amplia visión.

Nunca me ha hecho gracia la idea de los "remakes", las precuelas, secuelas, o las reinvenciones de universos que ya estaban creados; he desarrollado un escepticismo ante ellos debido a que, en su gran mayoría, los resultados son desastrosos y de una manera u otra, mancillan las obras en las que se basan.

Por otra parte, cuando un remake sale bien ofrece una experiencia única. Y esto es lo que ha pasado aquí.
The Ultimates es la reinvención de los Vengadores, que son trasladados al mundo de hoy en día, y ha conseguido lo que, desde mi punto de vista, ningún otro cómic de superhéroes Marvel había conseguido antes.
Esta obra no calca las aventuras de los Vengadores iniciales. Tampoco crea una versión absurda y efectista que falte al respeto de los personajes originales.
Como deberían hacer todas las reninvenciones de universos ya creados, aquí se coge la idea básica, la esencia; y a partir de ahí se crea un universo nuevo, completamente distinto del anterior, que funciona por sí solo y no tiene que recurrir a la historia en la que se basa para triunfar.
Estos volúmenes fueron, con toda seguridad, la fuente de inspiración más grande para crear los productos cinematográficos de Marvel. Le debemos la existencia de The Avengers (2012) a este cómic.

Como fiel retrato del mundo contemporáneo que es, en sus páginas encontramos temas políticos y éticos, violencia de género, venganza personal que reina sobre la razón y la bondad, patriotismo, etc. Estamos ante un mundo en el que el gobierno quiere crear un equipo de súper-soldados que sirvan como el arma definitiva para alzar sus países sobre el resto; el heroísmo desinteresado es una imagen falsa e inalcanzable porque todas las personas velan por sus propios intereses; los individuos de a pie dudan de los superhéroes, de su efectividad y uso en un mundo como el nuestro; y las cosas nunca salen bien porque los errores garrafales están a la orden del día. La publicidad y los medios de comunicación son fundamentales para crear pensamientos falsos de ídolos perfectos que sean del agrado de la gente, debido a que lo que hoy en día manda es la imagen que tienes, no lo que eres.

Los protagonistas son nuestros héroes de Marvel de siempre, pero con numerosas modificaciones para que encajen en la sociedad actual. A pesar de ser personajes típicos, el autor Mark Millar se las arregla para que mantengan su esencia al mismo tiempo que resultan frescos y originales, ofreciendo personalidades desconocidas que disfrutamos descubriendo y quitándose de encima arquetipos desgastados. Todos están caracterizados y han sido profundizados con excelsa maestría; de hecho, una gran parte del volumen inicial se dedica a explicar sus convicciones, orígenes y demás. Los motivos que justifican las acciones de cada uno son una delicia gracias a su coherencia: son personas con distintas habilidades y formas de pensar, por lo que estas razones no serán nada parecidas y estarán alejadas de tópicos simples o surrealistas tales como la paz o armonía mundial.

Por poner unos ejemplos: el Capitán América se aleja de su antigua imagen de persona recta y obtiene un carácter más pasional; Thor ya no es un dios desterrado, sino un hippie en contra de los gobiernos y las guerras que estos provocan, además de una figura de polémica entre el público por su autodenominación de dios, la cual es confusa; Bruce Banner es el encargado de recrear el suero del súper-soldado que dio origen al Capitán América y es una persona brillante pero muy envidiosa; Shield es una organización estrechamente relacionada con la política y encargada de la defensa del país, pero se rige por la frase "el fin justifica los medios", siendo sus objetivos no son del todo honrados.
Alargarme más sería desvelar matices del argumento, por lo que me detendré aquí.
Si quieres saber más sobre el resto de personajes (que son un huevo), ponte a leer inmediatamente.

Hasta la estética ha cambiado, y es un aspecto sumamente positivo ya que los trajes estrafalarios o las mallas son absurdas en el mundo real: no solo provocan mala publicidad, también son absurdos e inútiles en el combate. Ahora, el atuendo se torna más sensato: es más simple y acertado. Además, tanto Millar como Hitch cuidan cada detalle de la obra obsesivamente para que el lector no se cuestione la fantasía que habita en las páginas del cómic. Ambos encuentran la manera de darle sentido y realismo a todos los elementos ficticios, para que pudieran ser catalogados como posibles en nuestra cabeza.
Siendo ciencia-ficción se acerca mucho (más de lo que uno creería) a la ciencia y no tanto a la ficción, olvidando los eventos exagerados que solo podrían ocurrir en páginas de un cómic para ser realistas en numerosos temas científicos, brindando un tono de seriedad y madurez muy agradecido.

Sin ninguna prisa, introduce cada personaje de uno en uno y en el momento exacto, para que la historia fluya lenta pero fluidamente. Por ello no recomiendo que sea leído esperando únicamente acción sin sentido o peleas que ocurren porque sí. Todo a su tiempo, se requiere un poco de paciencia para que la historia pueda avanzar y encontrar un punto culminante en el que sea inevitable la batalla.
Los diálogos son brutales y las conversaciones sublimes, gracias a la inteligencia que desprende cada frase. Hay algunas que son realmente para enmarcar.

El dibujo de Bryan Hitch es insuperable. Tenemos a uno de los mejores artistas gráficos de la actualidad dándolo todo. Su dibujo es casi idéntico a una fotografía: las personas tienen características y trazos increíbles, sus expresiones y las variantes de las mismas lo dicen todo, hasta los fondos parecen imágenes reales.
Sepas dibujar o no, es imposible no rendirse ante su trabajo en The Ultimates por su realismo y brutalidad.
Las peleas, cuando llegan, son una explosión para nuestros sentidos. Tanto en argumento como visualmente, dejan una estela de perfección. Son extremadamente violentas y carecen de piedad. Cada golpe es una bomba que podemos sentir en nuestra piel. No hay movimientos innecesarios, sabemos cuándo los combatientes van en serio y ponen al espectador al límite de su resistencia.

El primer volumen puede que sea mi favorito. Aunque más lento, posee una mayor profundización y una historia excelente. El segundo es mucho más épico, ofrece más momentos inolvidables y situaciones mucho más adversas y trepidantes, pero los villanos no están tan bien caracterizados como en el primero (lo que, ni mucho menos, significa que sean de baja calidad).


En definitiva: el cómic de Marvel por excelencia, una obra maestra inigualable que marcó un antes y un después en la forma de ver los cómics de superhéroes, al menos para mí.

¿Pegas? Sí, tengo una: que todos sus volúmenes posteriores, para los cuales cambiaron tanto autor como dibujante, no estén a la altura. De hecho, es peor aún, pues mancillan este nuevo universo creado que tenía tanto potencial. Los nuevos escritores pasaron olímpicamente de la continuidad y en vez de seguir arcos argumentales con temática y esencia similares, cambian las historias y las vuelven exactamente iguales las de los cómics del universo Marvel normal y corriente, volviendo prácticamente inútil la creación de este nuevo universo.
Ahora tenemos dos universos que quizás no tendrán aventuras "idénticas", pero que en términos generales, son lo mismo.
Para mí, esta saga se acabó en su magistral segundo volumen. Lo que sigue no tiene nada que ver.

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