domingo, 29 de abril de 2018

Avengers: Infinity War (Reseña SIN SPOILER)

Efectivamente, aquel que hoy en día es llamado "el crossover más ambicioso de la historia" ha llegado. El filme más anticipado del año que, muy seguramente, será uno de los más taquilleros de la historia (si no el que más). El clímax diseñado para concluir una etapa formada por 10 años de películas y personajes entrañables (unos más que otros). Definitivamente, esta tercera entrega de Los Vengadores era un sueño hecho realidad para todos aquellos que amamos el Universo Marvel, ya sea porque leemos los cómics, porque vemos las películas, o por ambos.

Infinity War tenía que estar a las alturas de unas expectativas altísimas. Quizás... demasiado altas.
Ni es perfecta ni es tan buena como un producto Marvel de este calibre puede alcanzar a ser. Tiene sus cosas estupendas, por supuesto, pero también posee gran cantidad de carencias a niveles generales que deseo analizar.
Sé que estos pensamientos van a ser polémicos. Tranquilos: todo lo que voy a decir estará seguido de los argumentos que explicarán por qué mi opinión es así.
Si vas a comentar y eres una de esas personas "fanboy de Marvel" incapaz de soportar a una persona diciendo que la película no es "lo mejor del mundo" o que no intentará siquiera entender lo que escribo, te sugiero que te vayas de aquí ya, antes de que hagas el ridículo. Gracias.


Es difícil hablar de esta cinta sin meterse en diversos spoiler, aun así, este post estará libre de ellos. Si lo veo necesario en el futuro quizás haga una review "con spoiler", una vez todos hallan visto la película y se pueda discutir más tranquilamente sobre la misma.
Procedo con la reseña.


Yo comprendo la inmensa dificultad de juntar a una cantidad tan abrumadora de personajes en un único producto de tiempo limitado; por eso aprecio enormemente que se haya manejado de manera tan satisfactoria en Infinity War. Dar a todos los personajes su momento y su (pequeña) evolución sin que unos sean más importantes que otros era un apartado que yo temía, pensando que iba a ser casi imposible. No obstante, los hermanos Russo lo han conseguido y ante tal logro no me queda otra que alabarles.
La estrategia utilizada ya ha sido utilizada en ocasiones previas con resultados de igual eficacia: separar a los héroes en pequeños grupos, dividiendo así la película en distintas subtramas de equivalente peso. La estructura del argumento es brillante pues la absoluta totalidad de los acontecimientos ocurridos en estas subtramas son imprescindibles para el desarrollo equitativo de la historia, y una vez todas convergen llegamos al esperado clímax final, que como ya he dicho, está muy bien planteado gracias a la forma en la que el filme ha ido progresando.
Además, el guión no solo tiene una buena estructura, también es capaz de dar la vuelta a ciertos tópicos y sorprender de forma gratificante al espectador (en esta película, los héroes fallan, y mucho; en comparación, Thanos lo tiene todo planeado y va al grano, sin tonterías: me encanta).
Las referencias están bien acopladas para que no las sintamos forzadas.

Otro de mis mayores temores era la figura del propio Thanos. Sabiendo que los villanos del UCM (Universo Cinematográfico Marvel) han resultado siempre decepcionantes, guardaba en mi interior el miedo de que no se le hiciera justicia al personaje. Afortunadamente, ya puedo asegurar que han realizado un trabajo fantástico con él. ¿Es tan bueno como el de los cómics? En mi opinión no, sin embargo, tampoco era eso lo que yo buscaba. Si lo juzgo como villano de forma independiente y perteneciente únicamente al cine, da la talla: es uno de mis villanos cinematográficos favoritos. La interpretación es Brolin es soberbia. Es temible, es sumamente poderoso y tiene unos motivos que lo hacen ser mucho más que un típico villano genérico que es malo porque sí o que solo quiere hacer el mal. Thanos considera que está haciendo lo correcto y no desea enfrentarse a los héroes por cualquier excusa barata: ellos simplemente están en medio de su camino impidiéndole realizar lo que él entiende como "el bien". Su fin no es derrotar a los superhéroes, es algo que va más allá y le costará muy caro; por eso, no solo es un gran villano sino un gran personaje en general.
Encima, protagoniza en Titán una de las mejores peleas del UCM, digna de su figura: tensa y potente.


Aunque hay humor, salvo una o dos ocasiones contadas, no sentí que estuviera fuera de lugar. De hecho, la película durante la mayor parte del metraje es bastante oscura y seria cuando debe serlo, aspecto que se agradece infinitamente.
No voy a ahondar en los diferentes arcos argumentales de los personajes, me limito a decir que en los apartados más positivos:
Drax y Rocket siguen comiéndose la pantalla en cada aparición. Imposible no amarlos. Quill, aunque muestra poca evolución respecto de su entrega y es algo más capullo, mantiene su esencia y sigue siendo divertido (Pratt está fantástico). Mi subtrama favorita es la de Thor, porque a pesar de pequeños fallos, es la que posee el mejor arco dramático de la película e incluso del personaje asgardiano hasta la fecha. Tiene una gran química con su compañero, apariciones geniales de secundarios y se lleva momento sencillamente magistrales. Tony es el personaje egocéntrico pero bribón y astuto que hemos querido siempre (no como en Iron Man 3 o Homecoming, entre otras). Además, su armadura aquí es la más chula que ha enseñado nunca, y los combates en los que se mete siempre son una auténtica pasada. Doctor Strange es, como siempre, un magistral Cumberbatch que juega un papel importantísimo en el filme al ser de los más poderosos, al igual que Wanda y Visión (aunque este último no hace absolutamente nada).

Las escenas de acción son emocionantes y te llenan ese ansia interior de combates espectaculares. La combinación de buenos efectos especiales más unos directores competentes que entienden lo que están haciendo nos ofrece secuencias de pelea frenéticas pero que se entienden, cosa que es imprescindible. El espectador sabe quién está pegando, sabe qué está ocurriendo y puede seguir la batalla de forma fluida.


Como podréis observar, no considero que Infinity War sea una mala película, en absoluto. A mí, personalmente, me ha encantado.
Ahora bien, debemos recordar que no es una "simple película". Es el principio de la culminación a una historia que millones de seguidores llevamos esperando durante una década, aquel producto para el que nos han estado preparando durante años, la película definitiva del universo Marvel... y como tal, a veces le cuesta estar a la altura.
En mi opinión, Infinity War es una obra que se sufre ante el peso de su propio "hype" (o expectación) y ante su nocivo grupo de irritantes "fanboys".
Imagen de ralfmef



¿A qué se debe lo que digo?

Me gustaría comenzar con una breve queja acerca de algo externo a la película Infinity War en sí, que por tanto no afecta a su calidad como película.

Hay "fanboys" (es decir, fanáticos a ultranza) que la calificarán automáticamente como la mejor película de la historia únicamente por llamarse "Avengers: Infinity War" o por ser la película para la que se ha estado esperando mucho tiempo, sin pararse a pensar qué tiene realmente de especial o qué la hace verdaderamente merecedora de un puesto tan privilegiado.
Sí, es un buen producto, sin embargo no es la octava maravilla del mundo. Su reputación la precede y solo por ello la gran mayoría del público la pone por las nubes, asegurando "¡el mejor villano de la historia! ¡La mejor película de superhéroes! ¡Obra maestra insuperable!", cuando no es así. Ahora está reciente y por eso hay tal exaltación, pero no creo que sea un producto que vaya a perdurar enternamente; en cuanto salga la próxima entrega, los "fanboys" casi olvidarán esta.
Seamos sinceros: no tiene demasiado por lo que merezca la pena ser destacada de entre todas, al menos hasta que llegamos al final. Puede gustarte más o menos pero, sinceramente, yo lo veo así. Tiene actuaciones buenas, un buen guión, buenos personajes, buenas peleas; pero eso es algo ya tienen otras películas Marvel, y hay muchas que la superan en numerosos apartados individuales.
La razón por la que gustará a gran parte del público es porque aparecen todos los personajes de previas cintas. Hazte esta pregunta, ¿el hecho de que salgan más personajes hace realmente mejor a una película? No. Es una razón totalmente ajena a la calidad real del filme; solo se trata de fanservice (y el fanservice no está mal; no obstante, no lo es todo a la hora de juzgar una cinta).

Yo pido humildemente que tengamos criterio, de lo contrario, los estudios nos colarán cada vez más películas vacías y efectistas con el único propósito de ganar dinero fácil a costar del espectador mediocre. Y no pido que todas las películas del mundo sean obras maestras; estoy hablando de que nosotros y nosotras, como público, sepamos qué buscamos y qué estamos viendo, sin dejarnos llevar por el fanatismo extremo y demás gilipolleces.

Infinity War no es la mejor película de la historia. En mi opinión, ni siquiera es la mejor película de Marvel, y me duele decirlo. Juro que mi intención era disfrutarla a tope y entregarle un jugoso 10, sin embargo, en el visionado no se me concedió tal oportunidad.

Entre varios defectos, encontramos una relación de nula profundidad entre Thanos y sus hijas (Nébula sobre todo, es un personaje que me encanta y me parece muy desaprovechado), de manera que las escenas emotivas que envuelven a tales personajes pierden gran parte del impacto que podrían haber tenido (los que la habéis visto sabéis a qué momento me refiero).
En general, se siente bastante contenida para ser una supuesta "guerra que decidirá el destino del universo". La batalla climática en Wakanda es decepcionante, insípida y carece de la emoción que debería. En comparación con el resto de subtramas, a esta no saben darle la fuerza necesaria y se ve como una batalla cualquiera sin tensión, cuando tendría que ser justo lo contrario.
Es una pena que la trama del Ex-Capi América, la Viuda Negra y Bucky se haya quedado tan escueta.
También me apena que la Orden Negra de Thanos sean unos villanos tan secundarios que los guionistas se quiten del medio fácilmente por falta de tiempo.
Al haber una mezcla de personajes tan variopintos bailando al son de un único director (los hermanos Russo) que previamente solo se había hecho cargo del Capi, algunos de ellos se sienten diferentes de como eran en sus respectivas películas individuales.
En lo personal, considero la relevancia de Spidey demasiado minúscula.
Y me parece un juego muy sucio que en una película llamada "Los Vengadores" la cual va sobre un grupo de superhéroes reunidos, el grupo no se junte en ningún momento...


Como ya he mencionado: Infinity War no deja de ser otro producto Marvel...
... hasta que llegamos al final (del cual ya he hablado en la siguiente reseña).
Apoteósico. Mítico. Desgarrador.
Ahí se descuelga, se moja, se hace destacar y se aleja del resto de productos realizados por Disney. Pocas veces antes una obra había sido tan valiente a la hora de destruir su mitología. Si mantiene tal atrevida decisión permanente hasta el final de los días, esta tercera entrega de Los Vengadores soportará el paso del tiempo como la película rompedora que es actualmente. Y si no, el filme carecerá de sentido ni propósito más allá del cliffhanger totalmente vacío; pero hablar de eso es absurdo pues solo el tiempo lo aclarará, y por ahora, Infinity War es la primera opción.

9/10

sábado, 28 de abril de 2018

Como una partida de AJEDREZ (Avengers: Infinity War, breve reflexión sobre su final - SIN SPOILER)

No soy ni mucho menos un experto en ajedrez. Sin embargo, la metáfora funcionaba perfectamente a la hora de expresar aquello que tenía en mente respecto a Vengadores: Infinity War, la película más esperada del año.
Esta no es una crítica al uso y no contiene spoiler. Yo la ideé originalmente para ser publicada en Filmaffinity, no obstante, al darme cuenta que me gustó bastante cómo había quedado el resultado final, he decidido dejarla por aquí también.
No tardaré en colocar el auténtico análisis del filme de forma más concreta y objetiva, pero por ahora, espero que disfrutéis de esta pequeña reflexión que compara Marvel Studios y Disney con unos jugadores expertos en una tensa partida de ajedrez.

Marvel ha estado jugando, durante los últimos años, la partida de ajedrez cinematográfica más ambiciosa hasta la fecha. Decidió basar su estrategia en el juego a largo plazo, apostando un desarrollo lento pero seguro para que la victoria, al final, esté garantizada. Hemos tenido excelentes jugadas (Iron Man, Civil War, Los Guardianes Vol. 2, Los Vengadores 1) y también movimientos que casi ponen en riesgo la partida (Iron Man 3, Homecoming, Los Vengadores 2 o Black Panther), pero siempre se han mantenido en una línea similar y nunca se ha sometido a riesgos innecesarios. Esto le ha traído ventajas y desventajas, entre estas últimas, destaca la monotonía de la partida (que a algunos ya nos estaba cansando).

Infinity War es el movimiento definitivo que marcará un antes y un después en el juego, el culmen de la estrategia para ganar que lleva forjándose durante años.
El problema de este movimiento es que llevamos literalmente años esperándolo. Marvel ya se ha creado su legión de "fanboys" sin criterio que se tragarían cualquier mierda que el estudio decida sacar, mientras aseguran que es una obra maestra exquisita solo porque lleva el logo Marvel en los títulos de inicio. Hay personas que la calificarán automáticamente como la mejor película de la historia únicamente por llamarse "Avengers: Infinity War" o por ser la película para la que se ha estado esperando mucho tiempo, sin pararse a pensar qué tiene realmente de especial o qué la hace verdaderamente merecedora de un puesto tan privilegiado.

Siento disentir. Infinity War es una buena película, una buena jugada que acercará a Marvel hacia la victoria final tan deseada; sin embargo, para ser un movimiento que llevan años anticipándonos y que tenía unas expectativas tan altas que superar... no cumple la totalidad de lo prometido.


Al César lo que es del César: la película posee un ritmo magistral el cual logra que las casi 3 horas que dura se pasen en un pestañeo sin un solo momento aburrido. Hay actuaciones geniales por parte de todo el equipo, momentos emocionantes, peleas estupendas (la lucha contra Thanos en Titán es de las mejores del UCM), humor agradable pero también una (muy) agradecida seriedad, un buen villano que al fin está a la altura de la franquicia, y su mayor baza: un guión estructurado de forma brillante en su extensa mayoría, que realiza un trabajo excelente manejando a su demoníaco elenco de personajes, sin dejar a (casi) nadie en el olvido, dando a todos sus pequeños momentos y evolución coherentes (mi subtrama favorita es la de Thor sin duda alguna, el personaje posee el mejor arco dramático del filme y la química lograda con el compañero es muy aguda) en diferentes tramas que convergen de manera satisfactoria en el clímax final.
Ahora bien, no es perfecta. Gran parte de estos aspectos ya han sido compartidos por entregas anteriores en este universo, e incluso mejorados. En casi todo su metraje, Infinity War no tiene apenas nada que ofrecer en cuanto a un aumento de calidad en comparación con cintas previas.
Entre otros defectos, están: la ausente profundidad en la relación entre Thanos y sus hijas, exceso de exposición mediante los diálogos en el primer tramo, batallas carente de la épica que deberían haber tenido y, por supuesto, la sensación de que ha sido dejada a medias.

En resumen, el movimiento de ficha que este filme representa puede ser sobrevalorado por muchos; y no es malo, es muy bueno, no obstante, no deja de ser algo que no aporta mucha novedad respecto de los otros movimientos anteriores...
...hasta que llegamos al final, claro. Ese apoteósico final que rompe las reglas.
Marvel se arriesga. Mueve la última ficha de forma inesperada y arriesgada, pero que de salir bien, ofrecerá una victoria por todo lo alto. El estudio ha demostrado una valentía inédita hasta ahora, corriendo un enorme riesgo. Y eso me encanta.
Pero al mismo tiempo, me hace temer. Porque sé que una segunda parte se avecina, una segunda parte que concluirá los eventos de esta; y tengo miedo de que, en un acto de cobardía, "deshagan el movimiento" retirando la ficha hasta la posición donde estaba antes, haciendo que el movimiento que Infinity War representa no haya servido para nada. En ajedrez, si deshaces el movimiento y, fuera de turno, haces retroceder a la ficha hasta la posición previa revirtiendo así la partida, pierdes. Y punto. Una vez has realizado un movimiento, has de apechugar con las consecuencias del mismo y no retroceder de forma cobarde.
Espero, sinceramente, que Marvel se aplique el cuento. Que continúe siendo valiente y lidie con los resultados de la jugada que ha realizado, porque si decide revertirla, habrá perdido el juego. Sé que me estoy adelantando a algo que aún no ha ocurrido, y por ello, tengo la sincera esperanza de que nada de lo que auguro sea verdad, y de que Marvel me cierre la bocaza el año que viene. Espero...

Por ahora, Infinity War es un buen producto. No es la mejor película de la historia. En mi opinión, ni siquiera es la mejor película de Marvel. Pero merece la pena, porque ha jugado, y nos ha dejado en jaque mate.






ZONA SPOILER
ALÉJATE SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA.

Obviamente, con toda esta parrafada lo que quiero decir es: Disney, recuerda que los muertos están muertos. Sin resurrecciones. Por mucho que nos duela (y creedme, me duele) este movimiento de ficha carecerá de sentido ni propósito si todo lo que han sacrificado para ganar volviera milagrosamente al final, en la segunda entrega. Si esto último ocurriera, esta primera parte de Infinity War no solo sería un trabajo vacío y cobarde, sino que perdería todo valor y por lo tanto, la película sería un suspenso.
Tened un buen día.

jueves, 19 de abril de 2018

Reseña "La Caza" (Jagten/The Hunt): una de esas películas por las que merece la pena ver cine

Por una parte, me arrepiento profundamente de no haber visto Jagten el mismo año que salió.
Por otra parte, creo que este hecho ha acabado siendo beneficioso para mí, pues me parece que en aquel entonces no habría sido capaz de apreciarla tanto como he podido hacerlo hoy día.

No será la primera vez que lo digo, ni será la última: yo veo cine porque lo disfruto, porque es capaz de transmitirme una infinidad de sensaciones diferentes de una manera que ningún otro medio puede. La mayoría de producciones cinematográficas cumplen con sus objetivos principales, sin embargo, no por eso todas ellas son obras maestras.
Jagten es una de esas películas que me recuerda por qué veo cine, por qué amo el cine y por qué merece la pena apoyar esta clase de cine poco comercial que, desafortunadamente, se está perdiendo.


Es increíble cómo la película, con tan poco, hace tanto. Su simplicidad asusta: aquí no hay complicados giros de guión ni apoteósicas escenas llenas de acción o efectos especiales. Solo hay un par de personas en una situación que, aunque severa, no es frenética ni emocionante, ni tiene una repercusión de nivel mundial. Esto es un drama modesto que se entrega íntegramente a sus personajes y nada más.
Por eso, es una auténtica obra de arte.


Jagten empieza desde lo más bajo, cimentando sin prisa alguna la situación y los personajes en el tiempo exacto, ni más, ni menos. Sin embargo, que no te engañe la aparente calma inicial, porque la película es como una bola de nieve rodando por la montaña: una progresión lenta pero imparable que comienza siendo muy pequeña pero va creciendo sin cesar. La tensión es más palpable a cada segundo que pasa, hasta que se llega a un punto en el que la bola se ha hecho demasiado grande sin que nosotros nos demos cuenta.
El camino recorrido hasta el final no tiene fisuras. La dirección es seca, sobria: real como la vida misma, y una vez pasada la introducción te atrapa al completo. El crecimiento constante de la atmósfera asfixiante no nos permitirá despegar la mirada de la pantalla, y lo mejor es que seguirá ascendiendo. Cuando se alcanza el clímax esta tensión es ya agobiante, casi insoportable.
El filme no es una experiencia agradable. No es algo que quieras compartir con los colegas, no es un producto ligero que se olvida una vez se consume. Es algo que debes ver solo, sobre lo que debes reflexionar.

Por supuesto, para hacer que la trama funcione, para conseguir tal implicación del espectador, se necesita algo más que una dirección portentosa. El guión no se basa tanto en el diálogo como en los momentos, es decir, es más situacional. Aparte de poseer esta estructura demoníaca, nos pone en la situación más corriente del mundo. Nos muestra a una buena persona, honrada, que está pasando por un divorcio. No es un villano ni un héroe, es alguien como tú y como yo. La historia nos coloca en el lugar del protagonista, vivimos la experiencia en sus carnes de forma totalmente inmersiva, y esto es porque se ha tomado su tiempo para que estemos al lado de él.
Entonces, totalmente impotentes, vemos cómo un problema sin importancia se agrava más y más, hasta que la "maravillosa" sociedad le da forma a ciegas, a base de puras conjeturas. Sufrimos de verdad la injusticia y la paranoia colectiva al mismo tiempo que nuestro protagonista, mientras la película sigue en un crescendo continuo que no nos permitirá relajar el esfínter hasta el último minuto.

Lo más bonito es que puedes conocer más de la mitad del argumento y aun así sentir todos estos sentimientos en su visionado, porque no es una experiencia que se apoye en la sorpresa o en trucos baratos. Se basa en la transmisión directa, a pelo, de las emociones más puras y duras.

No solo es un ensayo magistral sobre la impotencia de un individuo y la injusticia más angustiosa; también es una crítica certera sobre una sociedad enferma y sobre-protectora que sin atender a razones, de la forma más estrecha y limitada posible, se encarga de demonizar a individuos inventando y modificando los hechos a placer. El resultado final será el trabajo entero de una vida, todo aquello por lo que un inocente luchó, derrumbado sin piedad en cuestión de días.
El tema principal son los abusos sexuales, algo delicadísimo hoy en día, y aun así el punto de vista es diferente: no estamos del lado de la supuesta víctima sino del sospechoso, cuya culpabilidad no se ha demostrado... aunque eso no le va a salvar.
¿Cuántas veces has escuchado la siguiente afirmación: "los niños nunca mienten"? Ahora dime, ¿cuántas excepciones tiene la misma? Tantas que ni podría considerarse una auténtica "regla", ¿verdad? Qué curioso es, entonces, que la tomemos como tal dependiendo de la situación...

Si quisiéramos, podríamos poner esta película en cualquier terreno y seguiría siendo igual de real y desoladora. Nos hace temer a los espectadores y las espectadoras, porque no es algo que podría pasar solo en un ámbito de ficción... es algo que podría pasarle a cualquiera, en cualquier momento, de cualquier forma posible. Y por eso, Jagten es tan efectiva como impactante.


Mads Mikkelsen realiza un trabajo interpretativo soberbio, despampanante, sublime. Es increíble cómo este hombre es capaz de cambiar de registro en cada la película de manera tan grácil. En esta ocasión, no dudamos ni un solo segundo de su personaje. En todas sus miradas se pueden apreciar una cantidad abrumadora de emociones totalmente sinceras. Aquellos que ya la hayáis visto... sí, sabéis a qué plano me refiero. Oh, dios mío... Que no tuviera ninguna nominación a los premios de la academia en su respectivo año me parece insultante.
El resto del reparto no se queda atrás, no. Ni siquiera los chiquillos (en especial la niña pequeña). Todos los actores y actrices cumplen su función a las mil maravillas: nadie sobra, nadie falta.



Para resumir: las actuaciones, la dirección, el guión, todo en esta película alcanza una cota más que sobresaliente. Un producto adulto con un mensaje contundente que no cae en ñoñerías.
En fin, nunca me habría imaginado que vería la mejor película del 2012 seis años después del mismo.
10/10.



















ZONA SPOILER

Hay una pequeña porción del público que expresa su descontento con el epílogo, es decir, el momento en el que da un salto temporal de un año.
Desde mi humilde punto de vista yo defenderé esto: la trama acabó cuando Theo, arrepentido, consciente de que Lucas era inocente, le ofrece a este una cena de navidad. Finiquitada.
Sin embargo, por mucho que la trama haya finalizado, el mensaje y el arco dramático del personaje principal no estaban terminados. La película podría haber acabado ahí, con un final abierto, pero en mi opinión no solo se habría sentido incompleta, sino que además, no funcionaría tan bien para la moraleja como el final que ha tenido.
Porque ese último momento nos recuerda que "la caza" no ha terminado. No importa cuánto se esfuerce Lucas: en su reputación, en su imagen y la forma que el 99% del pueblo tendrá de verlo, siempre quedarán vestigios, manchas de ese pasado. Aunque no haya sido su culpa, aunque no sea justo. Desgraciadamente, así es como funciona la mente humana. 

martes, 17 de abril de 2018

"Guantelete del Infinito" (The Thanos Quest & The Infinity Gauntlet, 1991): el cómic que lo empezó todo, crítica. (Obras Maestras del Cómic)

Mucho antes de que la maléfica cara del villano definitivo en el Universo Cinematográfico Marvel (Thanos) apareciera en la memorable escena final de Los Vengadores, un joven de apenas 11 años disfrutaba de un interesante pero poco conocido cómic Marvel, sin ser consciente en lo más mínimo del fenómeno mundial en el que tal obra estaba destinada a convertirse.
Para aquellos que aún no lo hayáis adivinado: ese joven era yo y ese cómic era La Saga del Infinito, o El Guantelete del Infinito (ambos nombres sirven para designarlo, utiliza el que quieras); escrito por el legendario Jim Starlin y dibujado por los maestros George Pérez y Ron Lim.

A pesar de mi corta edad, me alegra poder asegurar que ya tenía una modesta pero aun así sorprendentemente amplia experiencia en lo que al mundo del cómic americano (de superhéroes, sobre todo) se refería.

En aquel tiempo ya me había topado con excelentes trabajos literarios (tales como Ultimate Spiderman, el Hulk de Peter David o The Ultimates), por lo que empezaba a ser capaz de apreciar esa calidad que poseían y les hacía destacar entre los demás.
Entonces, de repente, una joya llegó a mis manos. Interesado únicamente por unas enormes batallas de las que tenía conocimiento por imágenes de internet, decidí comprar todos los números que había de La Saga del Infinito en mi tienda de cómics. Os juro que jamás me arrepentiré.

Buscaba entretenimiento rápido y simple, una oportunidad para ver a todos los personajes de Marvel metiéndose unas cuantas tortas entre ellos; y lo que encontré en su lugar, fue la profunda crónica de un ser incomprendido y amargado, cuyo objetivo era tan grande que sus métodos tuvieron que ajustarse al mismo representando así la mayor amenaza concebida por el universo. Su nombre era Thanos y esta era su historia. Estaba ante un evento Marvel que decidió centrarse exclusivamente en su villano, por qué este hacía lo que hacía, dejando en un plano secundario a los héroes que ya conocíamos todos y creando así, en el proceso, el que yo considero el mejor crossover de la historia del cómic occidental.
Muchas continuaciones del personaje aparecieron debido al éxito que esta tuvo. Hoy en día un evento con el nombre de "Infinito" y con Thanos como villano aparece prácticamente cada año; no obstante, ninguno de ellos llegó (ni llegará) a la suela de los talones de la historia original. Hoy quiero compartir con vosotros mi opinión sobre por qué The Thanos Quest y The Infinity Gauntlet (las cuales considero una única historia ya que van unidas en la continuidad) es tan buena.


El argumento, en sus líneas más generales, es algo de lo que todos estamos cansados de ver en cualquier medio: un "malo" consigue un poder incomparable y los héroes, al ser incapaces de lidiar con él solos, se unen para derrotarlo. ¿Qué la hace entonces tan especial?
En la típica película o cómic, ese villano es alguien cuyo papel tiene asumido: él mismo se autodenomina como "el malo" y quiere destruirlo todo porque o bien quiere ser el rey del mundo (o del universo), o bien porque es muy malo o ya está. Además, el origen de su poder suele ser argumentalmente muy débil (lo tiene simplemente porque sí, o porque es el elegido malvado, o cualquier chorrada barata). Y encima, la narración suele centrarse en los héroes y en sus esfuerzos para derrotar al villano, dejando a este en un segundo plano de (casi) nula profundidad.

Aquí no.

Aquí, desde el principio, somos situados al lado de Thanos. La historia comienza con su punto más bajo y nos lleva junto a él por su viaje. Vivimos con él, sabemos lo que él piensa y lo más importante, comprendemos por qué hace lo que hace.
Thanos no quiere obtener el poder absoluto para dominar el mundo.
No quiere obtener el poder absoluto para ser el más fuerte.
No quiere obtener el poder absoluto para una excusa estúpida con la que el guionista pueda trabajar.
Thanos lo hace por amor. ¿Te parece cursi? Eso es que no conoces a Thanos, él no es como tú y yo, es alguien retorcido; y de quien está enamorado no es nada más y nada menos que de La Muerte.
Desafortunadamente, su objetivo está demasiado lejos. Él, aunque poderoso, sigue siendo tan insignificante que su amada ni siquiera le dirige la mirada o la palabra. En Thanos reconocemos una parte de nosotros mismos, ya seamos chicos o chicas, cuando un amor platónico e imposible nos arrebata el sueño por las noches.
Pero Thanos no lo dejará así. Nunca renunciará a lo que él más quiere, de manera que está dispuesto a hacer lo que sea para que ella lo acepte. En un viaje mortal, pretende reunir las Gemas del Infinito, el mayor poder de la galaxia, para poder así ser un igual al lado de la Muerte y esta pueda, al fin, enamorarse de él.


¿Crees que te estoy haciendo spoiler? Tranquilo, ¡todo de lo que he hablado es solo el preludio de la historia! Esta tiene mucho más que ofrecer a la hora de la psicología de Thanos, su ascenso a lo más alto y su caída en picado.
Es la primera vez que, en la historia del cómic (al menos que yo conozco), un personaje común ha obtenido el poder de un dios de forma coherente, ha obrado con él de forma coherente y lo ha perdido de forma coherente, siempre respetando las reglas de su propio universo fantástico.

Somos testigos de su viaje de principio a fin. Conseguir las Gemas no será pan comido, pues no solo están en posesión de numerosos seres que no prentenden darlas fácilmente, sino que además, mantener la cordura tras ganar este poder infinito es algo que muy pocos pueden lograr.

Aun así, Thanos lo logró. Alcanzó su objetivo imposible: ahora es el ser más poderoso del universo, alguien comparable a la Muerte que controla el poder, el espacio, el tiempo, la mente, el alma y la realidad.
Pero... desgraciadamente, las cosas nunca salen como uno espera. Porque ahora Thanos no es el igual de la Muerte, sino que es su superior en todos los sentidos; y ella no está dispuesta, de ninguna manera, a estar con alguien así, puesto que no sería una relación de iguales: ella sería prácticamente una esclava... y para decirle esto a él, quien está en frente de ella, ni siquiera le dirije la palabra... utiliza a un mensajero.
La situación conduce a una de las ironías más deliciosas con las que me he encontrado jamás: Thanos arriesgó su vida para conseguir el poder de dios, pero ese no era su fin, sino el medio por el cual ganar su verdadero fin: la Muerte.
Ahora, él es el ser más poderoso del universo, pero para qué. Lo tiene todo... menos lo único que quería de verdad. Porque con las Gemas podría someterla, no obstante, no sería sincero. No sería real. Y esto nos lleva a una de las mejores frases que se hayan escrito nunca: "¿Cómo podía imaginar que convertirme en dios acabaría siendo una victoria tan pírrica?".


Me remito a lo que he mencionado antes: querido lector, esto es la mera introducción de una gran drama intergaláctico repleto acción y tensión. El reciente fracaso de Thanos le llevará a utilizar su recién adquirido poder para realizar las hazañas más salvajes con el propósito de impresionar a la Muerte. Es ese punto en el que los héroes han de intervenir e intentar salvar la galaxia, puesto que Thanos está haciendo cosas que ni la más perversa imaginación podría concebir.

¿Te resulta interesante? Considera que he hecho el favor de introducirte a una de las mejores historias puestas en papel, llena de acción y destrucción a raudales, que cuenta con nuevos enfoques de personajes memorables y la aparición de todos los héroes que conformaban el universo Marvel unidos en una batalla de proporciones bíblicas contra Thanos, la mayor amenaza a la que se han enfrentado jamás, a la vez que un villano mítico. Toda una gloriosa obra maestra innovadora, original, magníficamente escrita (no por nada cada vez que hay que escribir algo sobre Thanos se llama a Jim Starlin) y fabulosamente dibujada. Cada página, cada viñeta, es una detallada y preciosa explosión de emociones que solo los más grandes trabajando juntos serían capaces de crear.

No diré más, ya que quiero que el lector experimente lo que digo por sí mismo.

Eso sí, te advierto que necesitarás ciertos conocimientos previos de Marvel si quieres lanzarte como loco a leer esta obra. No solo aparecen una gran cantidad de superhéroes, también se mete en una serie de temas abstractos relacionados con los seres más poderosos de la editorial: las entidades cósmicas.
Se puede leer sin tener experiencia en este mundillo, pero para disfrutarlo en su totalidad es conveniente que, como mínimo, te informes de cómo era el mundo Marvel en la época y de quiénes lo formaban.



¿Qué espero de Avengers: Infinity War?
Sé que, aunque se base en este cómic, será totalmente diferente del mismo. La película no le llegará ni a la suela de los talones en complejidadprofundidad, pero eso es obvio y no es lo que yo busco.
Lo único que yo quiero es una épica aventura en la que los guionistas sepan darle a Thanos el prestigio que merece; y temo que no lo consigan, porque si hay algo que cojea en el universo cinematográfico Marvel son los villanos.


Sin embargo, para todos aquellos más nuevos en el mundo del cómic que estéis ansiosos por Infinity War y necesitéis apaciguar el ansia que tenéis por verla, dadle una oportunidad a esta obra.
La edición antigua que yo poseo está descatalogada, no obstante estáis de suerte, pues Panini Cómics la ha reeditado en una serie de 2 tomos, cuyos enlaces colocaré al final del post.

Esto es todo.
Espero, sinceramente, que os haya gustado esta crítica "fuera de lo común" si la habéis leído. Queda muy poco para el lanzamiento de la cinta y me hallé en la necesidad de compartir mis pensamientos sobre esta obra maestra del cómic.


(En Panini hay un tomo entre medio de estos dos, sin embargo no es necesario en la historia, de manera que no tenéis por qué comprarlo).

viernes, 13 de abril de 2018

Crítica "La Forma del Agua" (The Shape of Water): aunque bien contado, un cuento no deja de ser más que un cuento.

No hay duda, The Shape of Water es una película que no viene exenta de polémica. Y no es para menos: ha sido la ganadora de 4 premios Oscar (entre ellos mejor película y mejor director) en un año bastante decente en cuanto a cine, si me lo preguntáis. Ahora bien, esta decisión no parece estar en sintonía con gran parte del público, que no ha dudado a la hora de quejarse. Es más, una extensa mayoría ha calificado la película como auténtica bazofia.

¿Cuál es mi opinión respecto a todo esto? ¿Pienso que The Shape of Water es una gran obra, o por el contrario me hallo de acuerdo con la opinión popular y aseguro que está terriblemente sobrevalorada?

Pues, sincermanete, me hallo en el medio de esos dos. Y no es porque yo sea un tipo muy "guay", es solo mi opinión sincera. Creo que no es una mala película y mucha gente se ha confundido a la hora de juzgarla, pero también pienso que no es una gran obra, ni mucho menos la mejor película del 2017.


Primero y principal, el filme cuenta con actuaciones buenas y merecedoras de sus respectivas nominaciones. Sally Hawkins se siente como pez en el agua (qué gracioso soy, ¿eh?) en su papel de limpiadora muda creíble a la vez que tierno; y tanto Octavia Spencer como Richard Jenkins interpretan personajes secundarios que se hacen querer, con los que uno se encariña bastante.
Aunque Michael Shannon consigue que temamos y odiemos al villano, él sigue sin salirse de su típico registro de "tipo enfadado gritón".



The Shape of Water es un cuento. Un cuento adornado hasta más no poder por un director competente que consigue darle un poco de verosimilitud, pero un cuento al fin y al cabo; por lo tanto, posee todas las ventajas y desventajas que esto conlleva.

La historia no es nada del otro mundo (de hecho, es un romance bastante simple). Sin embargo, del Toro le aporta un aire algo más fresco haciéndola extrañabizarra y morbosa. Tales características no solían ser compartidas por películas de temas similares a esta, así que es un punto positivo para el director.
Su maestría visual no tiene límites. Tanto en la recreación de la atmósfera de los años 60 (que impregna las calles, casas e instalaciones subterráneas) como en el realismo visceral de los efectos especiales y prácticos (integrados majestuosamente en cada plano), Guillermo del Toro realiza una película visualmente perfecta; inundándonos continuamente con extravagantes imágenes que a pesar de su aura alienígena se sienten terriblemente auténticas.
También controla el ritmo con estilo para que el resultado no resulte pesado en exceso. El visionado es disfrutable, no se hace cuesta arriba y a partir de la segunda mitad engancha bien.

Como cuento que es, posee numerosas metáforas (como la podredumbre del villano, Strickland) y moralejas efectivas: el filme está protagonizado por personas desgraciadas que debido a sus condiciones físicas (o mentales) no encajaban en aquella sociedad. Están solas, se sienten raras, acomplejadas, necesitadas de alguien que les quieran por cómo son; de manera que serán capaces de apreciar a los demás (incluso a... bueno, ya sabéis) por lo que son en el interior y no por las cosas de las que carezcan o por cómo luzcan en el exterior.

Pero, amigos míos, es aquí donde terminan las ventajas. La naturaleza implícita del filme acaba traicionando al mismo, impidiéndole ser algo más.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Este viejo refrán es cierto en el caso de The Shape of Water pues la cinta es una fantasía inverosímil, y a pesar de ello, el director intenta dotarla de verosimilitud con cada acción y cada plano, creando así una mezcla totalmente incompatible.
¿Por qué?
Porque el guión tiene más agujeros que Sony en El Padrino, creando una contradicción en la experiencia. Los cuentos están creados para no ser reales, todo lo contrario, son simples y la imaginación puede fluir sin problemas; el problema viene cuando la película quiere que la tomemos en serio. Lo único que consigue así es que la extensa mayoría de (absurdas) situaciones parezcan forzadas hasta la saciedad, logrando que los más quisquillosos empiecen a sacar incoherencia tras incoherencia sin cesar.
Voy a dar algunos ejemplos, aquellos que no queráis spoiler saltad este párrafo: instalaciones de supuesta máxima seguridad vigiladas por un único puñetero policía (¿qué demonios es esto? ¡Así me cuelo hasta yo! ¡Y de hecho podría hacerme unas galletas con leche junto al espécimen mientras charlamos un poco de política, porque allí no hay ni cámaras!); Strickland es el arquetipo del malo estúpido pero viaja a la velocidad de la luz y encima sabe exactamente dónde viven dos empleadas casi aleatorias; además, tenemos la relación entre Esposito y el monstruo apresurada a más no poder, de forma que por mucho que ella sea muda o se sienta incompleta, es imposible tragársela, por favor.



¿Cuál es la conclusión final, entonces?
No es mala de ninguna manera si el espectador se la toma como lo que es: una fábula efectiva y muy bien dirigida pero demasiado básica, de final predecible en exceso, con personajes mayoritariamente unidimensionales; desafortunadamente, todo esto resulta decepcionante pues no concuerda en absoluto con el tono que la película pretende conseguir.

7/10.

jueves, 12 de abril de 2018

"Lady Bird" (2017): ni frío, ni calor. (Reseña)

Lady Bird está dirijida por Greta Gerwig e interpretada principalmente por Saoirse Ronan. Sé que ya no es costumbre, por mi parte, añadir esto antes de criticar un filme. Sin embargo, en esta ocasión lo veo algo más necesario, puesto que estamos ante la única película dirigida e interpretada por mujeres nominada a los premios de mejor película y dirección en la ceremonia de los Oscar de 2018.

Espero, sinceramente, que tal honor sea compartido por muchas más películas como esta en el futuro. El cine necesita desesperadamente liberarse de sus cadenas primitivas y dejar emanar la genialidad femenina.
Ahora bien, ¿es la cinta digna de tal prestigio actualmente? En mi opinión, no. Estoy de acuerdo con las nominaciones, pero aun así está muy, muy lejos de ser una gran obra. Procedo a explicarme.


El trabajo interpretativo es, sin lugar a dudas, impecable. El ambiente está colmado por un aura muy espontánea tanto en los sucesos, como en las reacciones de los actores, como en los naturales (y geniales) personajes. Eso sí, la protagonista sobresale. No solo tiene el personaje mejor desarrollado y mayor tiempo de pantalla, además, Ronan la maneja como quiere hasta el punto de fundirse ambas para hacer una única chica totalmente creíble.
Lady Bird es una historia sin argumento, pero que sí aborda un tema muy concreto a base de momentos: la adolescencia y todo lo que esta conlleva, destacando por encima del resto la rebeldía y el inconformismo. Desde luego, su mayor baza es el punto de vista desde el cual todo es tratado (el femenino), puesto que este es, con diferencia, el que menos se ha visto cuando se hace una producción de estas características y llevado bien es capaz de aportar tiernos y divertidos momentos*. Así que, : quiero ver más producciones como esta en los años próximos; no obstante, también quiero verlas mejores que esta.

Porque Lady Bird es un trabajo meramente correcto. Ni posee ninguna característica distintiva ni hay nada en ella que destaque; su visualización es plana, sin picos, y siempre se mantiene en la misma línea. Vale, tiene buenas actuaciones, pero muchas otras películas tienen buenas actuaciones también, eso no es suficiente. El principal problema del guión es la ausencia de una historia mejor hilada, en vez de mostrarnos numerosas escenas en un orden (casi) aleatorio. Sin mucho más a su favor, se siente bastante simple y olvidable.

A su favor, tenemos la capacidad de la directora para explorar de forma efectiva y visual al mismo tiempo un concepto tan abstracto como el de esta película. Desgraciadamente, no va más lejos. Acaba siendo, como ya he dicho, igual que ver una "grabación" que contiene muchos momentos sobre la vida de una adolescente: es bonito, sí, pero muy básico y (perdón por repetirme) plano. Salvo por, quizás, dos momentos en los que consigue generar algún que otro sentimiento**, el resto es incapaz de transmitir poco más que indiferencia. Carece de escenas emocionantes o relevantes, carece de impacto general. Es un producto que se puede disfrutar, pero nada más terminarlo está destinado al olvido, puesto que el espectador no se traslada a Sacramento con Lady Bird, no se siente joven con Lady Bird ni experimenta los cambios y redención final que ella sí.


En absoluto pienso que Lady Bird es una mala película. Para mí, es un filme corriente que podría haber dado mucho más de sí.
6,25/10.


PEQUEÑOS SPOILER

* La pérdida de la virginidad de Lady Bird. Lamentablemente, es así como se sentirán el 99% de las chicas en su primera vez: las expectativas (algo que debería ser tan mágico, precioso...) acaban conociendo la realidad (una decepción extremadamente rápida), y lo peor es que al tío le da exactamente igual (aunque admitámoslo, es un momento muy divertido).
** Uno de ellos es ese plano largo en el que Lady Bird abraza a Danny cuando este le pide que no se lo cuente a sus padres. Hay mucho que ver ahí: la pobre chica está confusa, quiere sentirse enojada pero no puede, porque realmente nadie tiene la culpa de la situación y lo sabe; mientras que el pobre chico aún vive en una dura época para los homosexuales y no pretendía hacerle daño a nadie con sus acciones, solo quería ser feliz.

sábado, 7 de abril de 2018

Reseña: Boku No Hero Academia/My Hero Academia MANGA

AVISO: Esta reseña está dedicada a la totalidad del manga "My Hero Academia" publicada hasta la fecha (finales de marzo y principios de abril de 2018).
Se tratará de evitar la máxima cantidad de spoilers posible, no obstante, es recomendable que hayas leído la obra previamente si decides lanzarte a leer la siguiente crítica.

Tras el apabullante éxito que la serie animada cosechó en mi corazón, era obvio que mi próximo objetivo no sería otro que el manga de Kohei Horikoshi, obra que ha enamorado a toda una nueva generación hasta el punto de ser considerada la sucesora del shonen más famoso del mundo, One Piece.
¿Es para tanto?
Centraré mi crítica, principalmente, en todo lo ocurrido a partir del capítulo 70 (punto del cómic que corresponde con el final de la segunda temporada del anime). Os explico por qué:
Primero y principal, el fragmento de historia que me voy a saltar aquí ya ha sido analizado anteriormente en mi crítica del anime. La adaptación televisiva de este trozo es bastante fiel en cuanto a la historia; y en lo referente a aquellas características exclusivas del manga, las virtudes y las quejas que tengo de esa porción son prácticamente idénticas a las que tengo con el resto de la obra.
Es por tales razones que encuentro mejor y más sencillo concentrarme solamente en los últimos arcos argumentales. No obstante, en el caso de que hayan algunos detalles de los primeros capítulos que merezcan la pena ser traídos para la reseña, estos sí serán señalados.

Ahora sí, dejémonos de rollos y vayamos directamente a mi opinión sobre el manga Boku No Hero Academia.


Cabe destacar que está siendo publicado en la revista semanal Shonen Jump, la cual es (en caso de que no lo sepáis) extremadamente estricta. (Si queréis saber más sobre el tema, el vídeo inglés de Eyepatch Wolf lo explica muy bien). ¿Y todo esto qué significa? Que los autores, al estar sometidos a una presión constante de dibujar un capítulo cada semana (lo que es demoníaco), no podrán dar todo de sí en el dibujo.
El arte de BnH (Boku No Hero abreviado) es irregular. En ocasiones es extremadamente expresivo, detallado, y capaz de transmitir numerosas sensaciones (características vitales para un buen mangaka); pero en otras ocasiones (sobre todo en momentos puntuales de escasa relevancia para la trama principal) se torna más vago, minimalista y sobrio. Las peleas suelen serbuenas, salvo en esos típicos casos cuando determinados movimientos son difíciles de entender. Poco hay que reprocharle a Kohei Horikoshi (mucho es ya que el tipo sea capaz de mantener el ritmo exigido), pero eso no quita que lo que digo sea cierto, al menos según yo lo veo.
Aun así, doy un paso al frente y aseguro que no me disgusta el arte. Aunque este no sea de mis preferidos, en la mayor parte de las veces donde tiene que poner toda la carne en el asador, es efectivo. Su punto más fuerte es, bajo mi punto de vista, el diseño de personajes: nunca baja de nivel. Una de las ventajas que le veo respecto del anime es que los cuerpos de las chicas son mucho más realistas y están menos sexualizados de formas asquerosas (menos mal).


Horikoshi, como ya expliqué en mi anterior post sobre BnH, dió en el clavo en cuanto a la premisa y la forma de desarrollar la misma. El manga, como producto original que es, tiene esa esencia que lo hace sumamente atractivo. Sin embargo, cuantos más episodios salgan, más difícil será mantenerse así. Hay muchas preguntas que los lectores podemos hacernos: ¿cómo va la progresión de los personajes de siempre? ¿Merecen la pena los nuevos personajes? ¿Sigue manteniendo el mismo nivel de interés?

Humildemente, pienso dar mi opinión sobre todas ellas aquí y ahora. Primero me centraré en los aspectos generales y después iré analizando brevemente cada arco argumental.


Entre los puntos positivos, cabe destacar la evolución de Midoriya como persona y como héroe. Creo que es un protagonista excelente, digno de la obra en la que se encuentra. Cuando creíamos que su poder no daba para más, el autor nos sorprende con más técnicas que guardaba bajo la manga. Como en esta historia las repercusiones de tus acciones son crueles y permanenetes (otro punto a favor), Midoriya tiene que buscarse la vida para seguir hacia delante sin romper sus brazos. ¿Cómo? Utilizando las piernas, por ejemplo.
Es simple, pero es genial. Acción y reacción: cada acto tiene su consecuencia y hay que adaptarse al mundo cruel.
Cada vez que cualquier personaje logra sobrapasar sus límites u obtener un aumento de poder se siente verdaderomerecido, pues no ha salido de la nada, no señor: avanzar cuesta cada vez más.
Los niveles de poder son respetados, de manera que aquí no todos pueden luchar entre sí y lo saben. Esto da sensación de auténtica jerarquía, sobre todo cuando aparezcan nuevos tipos extremadamente poderoso que infunden terror. Las peleas suben el nivel cada vez más, y asusta el solo hecho de pensar cuál será la siguiente.

Una de las quejas que tuve tras ver el anime fue la aparente carencia de sentido del rival principal, Bakugo. Conforme la historia se ha ido expandiendo, él ha ganado mucho terreno y finalmente lo he comprendido. Su desarrollo es uno de los más sutiles pero no por ello es "peor", todo lo contrario: se siente más real que muchos otros. No hay fatigosas explicaciones de por qué hace lo que hace, él simplemente actúa siendo fiel a su naturaleza, a todo lo que le ha ido ocurriendo hasta el momento; y los lectores hemos de darnos cuenta por nosotros mismos.

Shigaraki también ha comenzado una lenta pero progresiva evolución hacia un villano de provecho. Desde el principio, él no era más que un idiota inmaduro e infantil. Poco a poco está dándose cuenta de lo que realmente implica el camino del crimen que ha escogido, y está actuando en consecuencia. Sus métodos mejoran con cada nuevo capítulo, al mismo tiempo que sus ideales se van solidificando conforme va aprendiendo más sobre el mundo que le rodea. Él y Midoriya son las dos caras de la misma moneda; están avanzando a la par, pero hacia los objetivos opuestos: la luz y la oscuridad, la esperanza y la ausencia de esta. La colisión final será inevitable.

En general, la sociedad de este mundo ficticio juega un papel fundamental. A pesar de ser un shonen, cuenta con detalles adultos capaces de generar debates (el símbolo de la paz y por qué depositar todo el peso de la seguridad en una sola persona es ineficiente a largo plazo, entre otros).

Este manga posee una valiosa enseñanza detrás de toda la épica y heroísmo, la cual es, en mi opinión, un mensaje que muchos escritores de cómics y cine (sobre todo los de superhéroes occidentales) deberían escuchar muy atentamente: se trata del relevo.
Cada generación tiene su ícono, su símbolo. No obstante, esos símbolos no durarán para siempre: están destinados a morir tarde o temprano. Pero esto no debe ser motivo de tristeza, pues con su muerte darán paso a una nueva generación de nuevos símbolos. El trabajo de los expertos debería ser guiar a los novatos para que hallen el éxito y puedan ser, en el futuro, los dignos sucesores que el público merece.
Vivimos en un mundo donde los mismos superhéroes llevan 50 años (o más) sin cambiar. Las oportunidades para que nuevos personajes aparezcan no se ofrecen hoy día. Incluso en el mundo del cine, los superhéroes Marvel tienen el monopolio mundial y no hacen más que sacar numerosas películas cada año, sin ninguna intención de parar. Con este ritmo, lo único que puede ocurrir es el agotamiento de estos personajes y la decadencia de sus historias (que ya ha pasado demasiadas veces en los cómics americanos, y está empezando a pasar en el propio universo cinematográfico Marvel).
Creo que Horikoshi les está diciendo a todos ellos lo siguiente: es el momento de cambiar. Y un ejemplo de ello es My Hero Academia. Siendo un manga inspirado totalmente en los cómics de superhéroes americanos que bebe al mismo tiempo de las características shonen más típicas; se sigue sintiendo muchísimo más vivo y fresco que todo lo mencionado anteriormente.


No obstante, el defecto principal de este manga es la irregularidad de la narración. Al principio de cada nuevo arco argumental nos encontramos con una buena cantidad de episodios introductorios que bajan el ritmo de una forma atroz haciendo la lectura cuesta arriba, trabajosa, cuando debería ser al revés: natural e interesante. Tales primeros capítulos están concentrados en los nuevos personajes o sus habilidades, y fallan rotundamente a la hora de mantener el interés al avanzar a trompicones. Esto es debido a que las presentaciones se basan en una cantidad ingente de diálogos explicativos que te cuentan todo sobre la persona (a veces hasta utilizando viñetas enteras sin dibujo alguno para esto, consiguiendo que te saquen de contexto reiteradamente). Como lector de cómics es preferible que te muestren cómo funcionan ciertas cosas de forma visual a que simplemente te lo suelten en una plasta de pura exposición barata, porque si no, no hay diferencia alguna entre esto y una novela con dibujitos. Por culpa de esto las conversaciones iniciales están muy forzadas, ya que con cada nueva introducción es como si nos arrastraran fuera del cómic y no podemos continuar la historia hasta que termine la pesada sobre-explicación. Parece que en los diálogos se está simplemente dando la información al lector en vez de simular una conversación real, lo que me hizo sentir como si me estuvieran tratando (en cierto modo) como a un idiota. Horikoshi crea buenas historias y buenos personajes, pero no sabe expresarlos mediante el arte del cómic. Falla a la hora de utilizar las ventajas del medio para que su historia transmita los sentimientos y emociones de la mejor forma posible. La lectura no es tan placentera como debería o podría, incluso cuando el dibujo es de gran calidad.

La versión animada consigue una fluidez infinitamente superior. Los hechos son narrados con mucha más soltura, principalmente porque cada explicación está mejor encajada en la acción y la imagen, para que sea lo menos tedioso posible. La historia encuentra la expresión de su máximo potencial con el anime, y por eso este es muy superior al manga.

Eso sí: cuando alcanzamos la mitad de cada acto, BnH se convierte en un gran cómic: una experiencia rebosante de emoción con batallas espectaculares. Es entonces cuando obtenemos lo mejor de cada personaje, en momentos donde sus convicciones se ven puestas al límite y deben luchar como nunca antes para poder seguir adelante. La profundización de cada individuo es coherente y se explora a través de las luchas, dando gran dinamismo al clímax de la obra.

Creedme cuando digo que esto me resulta una gran lástima, ya que si el manga mantuviera un nivel aceptable durante toda su longitud, sería uno de mis favoritos.
Gracias a la animación, sin embargo, podemos disfrutar de esta gran historia de una forma más fluida y mucho más emocionante (también hay que decirlo). Si un capítulo del manga es genial, lo primero que se me viene a la cabeza es: "Pues imagina cómo va a quedar esto cuando lo animen".


BnH tenía una gran ventaja sobre muchos otros shonen: su gama de personajes bien explorados en profundidad. Desgraciadamente, en los recientes arcos argumentales, muchos de los clásicos han sido relegados a un segundo plano casi irrelevante. Las amistades quedan estancadas y no avanzan. Hecho mucho de menos, por ejemplo, la relación surgida entre Iida, Uraraka y Deku. La que más pena me da es Uraraka, puesto que antes era una gran protagonista, bien desarrollada con una evolución increíblemente satisfactoria. Verla en acción era sublime... mientras que, ahora, se ha limitado a ser la chica enamorada del protagonista, algo que no solo hemos visto mil veces, sino que además se siente como una involución del personaje. Es incapaz de mostrar sus sentimientos a Deku (dinámica que está durando demasiado tiempo, ¡que se líen ya, coño!) y por ello, se ha quedado totalmente anclada como personaje. Ni evoluciona, ni recibe un trato especial por el autor. Se ha convertido siendo un cliché aburrido, lo cual resulta más frustrante todavía, sabiendo lo que ella llegó a ser en su momento de apogeo.
También hecho de menos los conflictos de Todoroki (que lo hacían un personaje tan fascinante). En general, yo querría ver mucho más de todos los alumnos de la clase A, cuya participación en la historia es minúscula actualmente. Seguimos sabiendo de ellos y ellas lo mismo que sabíamos al principio. El autor ofrece pequeños detalles poco provechosos y la progresión se torna lenta, repetitiva, a veces inexistente.

Este defecto es consecuencia directa de la aparición de una vasta gama de nuevos personajes en cada nueva aventura. Gracias a la imaginación de Horikoshi y su capacidad de dotarles de personalidades realmente únicas, el mundo de BnH se siente cada vez más atractivo, extenso y variado. Han aparecido grandes cantidades de héroes y villanos nuevos, y muchos de ellos escalan en la lista de los mejores personajes de la serie. Esto será un punto positivo siempre que no llegue el momento donde los personajes más antiguos sean dejados atrás en favor de los recientes, creando un círculo vicioso en el que todos ellos (salvo el protagonista, Deku) son tarde o temprano olvidados en segundo plano.
En mi opinión, el autor debería encontrar un balance entre la aparición de los nuevos y el desarrollo de los clásicos para que ninguno quede rezagado al final. Sé que es algo muy difícil de hacer y significaría, en ocasiones puntuales, alejarse un poco de la historia principal. Todo dependería de la habilidad de Horikoshi para centrarse en otras subtramas y hacerlas interesantes. Lamentablemente, según lo experimentado hasta ahora... Es bastante nefasto en tal labor.



El arco argumental School Trip (Excursión) es breve y sirve mayoritariamente como introducción al siguiente arco, que por cierto, será apoteósico. Este, por su parte, cumple su función y es correcto en general, poseyendo algunas peleas brutales (Muscular).

Ahora bien, Hideout Raid (Redada a la guarida) es (posiblemente) el mejor de los arcos, solo igualado, quizás, por Internship. Creo que hablo por todos cuando digo que nadie se esperaba la aparición del villano definitivo, All for One, tan pronto. Las consecuencias han sido tales que la historia a partir de aquí cambió radicalmente. Ha significado la conclusión de toda una etapa en el manga y la culminación del arco dramático más importante hasta ese entonces: All Might.
Estamos ante un evento de trascendencia capital: el fin de una generación completa ("Tú... eres el siguiente"). La batalla final que decidirá el futuro de los héroes, cuyo mundo actual lleva un tiempo al borde del colapso. Ha llegado el momento, el cambio aguarda.
All for One es un villano magnífico. Representa la perfecta antítesis de su rival, All Might. Es su peor enemigo porque los ideales de ambos son tan radicalmente opuestos que su principal objetivo es destruir todo aquello por lo que All Might lleva luchando tanto tiempo, y solo uno puede acabar con el otro.
También, el diseño está que te cagas de chulo.
Él es la mayor amenaza que existe para nuestro héroe favorito, tanto física como psicológicamente. La pelea es una auténtica locura despiadada sin cuartel, que pone al máximo límite tanto a los personajes como al lector en un ejercicio de tensión y emoción sin igual.
Además, concluye con algunos de los episodios más emocionantes sin ser peleas (la conversación entre Toshinori y la madre de Izuku). Sin palabras.

Hero License Exam (Examen de la licencia de héroe) es un arco puramente de transición, aunque su objetivo está bien justificado. Funciona a la hora de aportar realismo y problemas para los protagonistas. Aun así, no resulta interesante y se siente como un bajón de ritmo excesivo después de un clímax previo tan intenso. Bastantes situaciones no aportan mucho a la historia o personajes.

Internship (Pasantía). Estamos ante el arco más largo (con una apabullante diferencia de más de 30 capítulos), lo que se traduce en nuevos personajes, progresos satisfactorios en algunos de los antiguos, y un clímax majestuoso.
Esta trama es de las mejores (con diferencia) del manga hasta la fecha (si no la mejor), debido a que no solo introduce y profundiza de forma magistral en un nuevo puñado de nuevos héroes geniales (Los 3 grandes de la UA, Nighteye, Fatgum), sino que también cuenta con un excelente villano imponente y muy diferente de los anteriores (Overhaul) que junto con su equipo yakuza, Los 8 Preceptos de la Muerte, presenta una gran amenaza para el mundo de los superhéroe. También obtenemos numerosos desarrollos en villanos y héroes clásicos (Kirishima, Twice, Shigaraki, y por supuesto, la rivalidad entre Deku y Kacchan).
Es una historia más cruel y oscura de lo normal en BnH, lo que se agradece. En general, quitando un principio vago en desarrollo y con errores argumentales, mantiene el entretenimiento y la calidad en niveles estupendos. Llegado el clímax incrementa estos un peldaño más allá y el resultado es delicioso. Emoción, suspense y momentos impredecibles que nos rompen el corazón están a la orden del día (las escenas de Kirishima y Fatgum, el grandioso Lemillion y sus también grandiosos compañeros Amajiki y Nejire). Me encantaría entrar en más detalle sobre todo lo que ocurre en este arco, pero me temo que ya me estoy enrollando demasiado, y la crítica tendrá que terminar algún día, digo yo. Para resumir: BnH en su mejor momento, ofreciéndonos uno de sus mejores arcos argumentales.

Remedial Course (Curso de recuperación) es un arco transitorio infinitamente superior a Hero License Exam. Es breve pero efectivo, y sirve para que podamos disfrutar de algunos personajes que no estuvieron presentes en el anterior arco. No es muy emocionante y su relevancia para la historia es casi nula, pero para los personajes significa un punto de inflexión. Yo, por mi parte, soy partidario de pequeñas subtramas como esta. Las considero necesarias porque están más centradas en las diferentes personalidades y relaciones de los secundarios antes que en las peleas, ofreciendo así tanto un descanso como ápices de profundidad.

U.A. Cultural Festival (Festival Cultural de la U.A.) es el actual arco argumental, de manera que al no haber terminado todavía prefiero esperar para expresar mis sentimientos hacia el mismo. Por ahora... Digamos que no está a la altura.

A partir de ahora, me dedicaré a ofrecer mis opiniones sobre cada nuevo arco argumental de My Hero Academia conforme estos vayan concluyendo. Todos aquellos que estés interesados sois bienvenidos.
Si has llegado hasta aquí, lector o lectora, te felicito: tienes una paciencia de hierro.
Muchas gracias por tu tiempo.
Un saludo.

lunes, 2 de abril de 2018

Trainspotting: como un auténtico chute de heroína. ¡Cuidado: crea adicción! (Criticando Clásicos)

Hace unos días degusté por primera vez el clásico británico Trainspotting (lo sé, me ha demorado demasiado), y solo se me ocurre una única forma posible de describir su visionado: tal y como un p*to chute de heroína.
Afortunadamente un servidor no ha tenido la desgracia de probar tal droga, no obstante, me da la sensación de que la experiencia no debe ser muy distinta a ver Trainspotting.
Esta película no da tregua. Desde el primer segundo nada más comenzar, no nos permitirá un solo respiro hasta que los créditos aparezcan. Agarra al espectador y no lo suelta mientras este es conducido por una agitada odisea de emociones fuertes sin descanso.
Después del último plano necesité un par de minutos para, al fin, relajar todos los músculos (aún en tensión a pesar de haber finalizado), respirar profundamente, y asimilar el peliculón que acababa de atestiguar. Pero, irónicamente, la cinta no te abandona una vez se ha terminado. Su influencia y (sobre todo) su banda sonora quedan inmutables en tu cabeza, resonando una y otra vez. Te encuentras más activo de lo normal, acostumbrando tu pulso a un ritmo más calmado, momento en el que te das cuenta: eres adicto.
¡Oh, no! Te ha entrado el mono. ¿Pero el mono de qué? De Trainspotting, obviamente.
Necesito recordar los mejores momentos. Necesito un nuevo chute de esos personajes. Necesito más películas con un ritmo tan endiablado. ¡Necesito escuchar esa increíble BSO otra vez!
Ese síndrome de abstinencia se nota y nos deja en un limbo, por un pequeño período de tiempo durante el cual estaremos pensando en Trainspotting exclusivamente.


Ahora hablando en serio, es una de las obras que mejor transmite la verdadera naturaleza del mundo de las drogas. Estamos ante una película frenética dotada de una dirección magistral (danza entre el realismo puro y la psicosis más retorcida), interpretaciones estelares (McGregor realiza un papel especialmente brillante, pero nadie del reparto se le queda atrás), y un guión sencillamente soberbio poseedor de frases que quedarán para la historia.
Tiene un mensaje devastador sobre lo horrible que puede llegar a ser la heroína, sin embargo, lo hace desde un punto de vista diferente. No trata de ser típico drama lacrimógeno o sensacionalista, en vez de eso, es una comedia negra. Y de las buenas.
Es desvergonzada. Es desagradable a ratos. Es cínica. Es extremadamente cruel... Pero no por eso pierde un ápice de diversión, ya que este humor negro no es un elemento superfluo. En absoluto: está totalmente justificado, pues no deja de ser una dura crítica a las drogas fuertes y la terrible adicción que estas producen. La película utiliza este factor a su favor para ser entretenidísima y aun así, nunca enaltece el comportamiento del adicto, sino todo lo contrario: este siempre es objeto de imágenes incómodas (repetidas escenas de pinchazos que revuelven el estómago), desgracias o agresivas situaciones.
Los personajes son deliciosos. No se nos ofrece el gastado prototipo de yonqui ni cualquier tontería de esas; en su lugar, nos deleita con un grupo de chiflados a cada cual más peculiar y mejor caracterizado. Están pirados, no hay duda, precisamente por eso son tan geniales. Las adversidades a las que se enfrentan y la forma en la que cada uno las enfrenta son una gozada. Todos actúan acorde con sus personalidades, habiendo evoluciones (e involuciones, o caídas en picado) continuas a lo largo de los 90 minutos que se hacen muy cortos.

NO es una película para todo el mundo.
NO es una película apta para gente sensible. 
NO es una película cuyo humor pueda agradar a todos los públicos.
Pero para mí, es un PELICULÓN.
9,5/10.
Espero que hayais disfrutado de esta mini-reseña a pesar de que sea mucho más corta de lo normal (debo aprender a contenerme y no enrollarme tanto).

¿Existe alguna queja por mi parte?
: el personaje de Kelly Macdonald (Diane) me parece algo desaprovechado. Es una especie de subtrama que se abandona muy rápido, de la que muy probablemente me habría gustado ver un poco más.
Nada más.

Hora de satisfacer el mono de Trainspotting: