jueves, 13 de agosto de 2015

Crítica "Fullmetal Alchemist: Brotherhood". El mejor anime que se haya hecho nunca.


Tras ver la grandiosa Death Note, considerada por muchos uno de los colosos más brillantes de las series de animación, no podía simplemente aparcarlo ahí. Esta creó otra necesidad interna en mí. Fullmetal Alchemist: Brotherhood solía ser la mejor calificada y la que salía mejor parada de las críticas de expertos tanto de anime como de cine en general, así que era mi obligación verla.
No es una serie del todo corta, son 64 capítulos de 24 minutos cada uno (como todo anime, vaya).
Ya nos encontramos con una ventaja: es lo suficientemente larga como para encariñarte mucho con ella, para que ahonde mucho en trasfondos de personajes; pero no excesivamente larga, no tanto como para resultar cansina o como para tener demasiados episodios que no aportan nada a la trama.

¿Cuál es mi opinión al final, entonces?

Solo con decir que ya me he visto los últimos 15 capítulos por segunda vez, apenas un par de días de terminarlos la primera vez, creo que es bastante. Se merece todas las alabanzas que ha recibido. No conozco mucho de la cultura japonesa en la animación, pero desde luego no creo que todos los animes puedan ser tan redondos como este. Me da la sensación que he empezado por los más grandes y ahora los siguientes me van a saber a poco.
Obra maestra, una de las mejores series que he visto nunca y ligeramente superior a Death Note.
Procedo a explicar por qué.
Intentaré no hacer ninguna clase de spoiler.


Ya sabéis que adoro las progresiones. Que el comienzo no sea quizás muy movidito, muy impresionante; pero que conforme vaya avanzando, la situación se vaya aclarando, se vaya poniendo más y más complicada hasta que lleguemos a un clímax final. Y es que este shonen es justo eso.
No lo veáis con prisa. El principio (a pesar de ser genial, emocionante y tener también sus capitulazos) no es comparable al final en absoluto. Tú deja que la serie te meta de lleno en el mundo de la alquimia, lenta pero progresivamente. Descúbrelo poco a poco, entérate cada vez más. Puede resultar algo confuso al empezar. Irás averiguando cosas nuevas hasta que al final todo quedará claro, será fiel al universo que ha creado ella misma y resolverá la situación de la mejor forma posible.

Cuando llegues al clímax de la historia no te arrepentirás. Estamos ante un orgasmo para los sentidos, un disfrute sin igual. El talento de todo aquel que contribuyó a la realización de este anime es más visible que nunca porque todas sus virtudes son engrandecidas: esa capacidad que tiene de contar la historia, de atar cabos sueltos, de crear momentos y escenas emocionantes que te dejan huella y van ocurriendo una detrás de otra, se mezcla con una explosión de acción (dotada de un propósito) que, además, posee tanto ritmo como entretenimiento en su máximo esplendor.
Resultado: el mejor conjunto de episodios seguidos que una serie de animación japonesa o de cualquier otro tipo ha dado nunca, al menos en mi humilde opinión.


Realmente, si por algo puede destacar, es por el trato que le da a todos y cada uno de los personajes, ya sea de principales o secundarios. De hecho, los que más destacan son estos últimos, porque reciben una profundidad tan satisfactoria que ninguno llega a quedar en ese segundo plano donde aparecen inicialmente. Nadie es dejado atrás, al contrario: todos los malditos personajes reciben su momento de gloria y su evolución coherente como personas. Cada uno posee sus peculiaridades, errores, anécdotas pasadas, metas personales, sus diferentes grados de ambigüedad moral... Hay una gama tan amplia que puedes perderte. Cuentan con historias, habilidades y personalidades únicas y perfectamente definidas. El espectador se encariña hasta con los villanos, ya que ellos también son víctimas de las circunstancias. Van apareciendo según la serie avanza, adaptándose a lo que ocurre. Son temibles pero comprensibles y muchas veces, no sabes por quién apostar ni de qué lado deberías estar. Representan una verdadera amenaza ya que desde el principio es obvio que son mucho más poderosos que los protagonistas en todos los sentidos, por lo que derrotarlos se convierte en un reto infernal.
No hay fanservice ni sexualización innecesaria de personajes (esto es un mérito si hablamos de anime). No hay estereotipos. Tenemos personajes tanto masculinos como femeninos, de distintas razas pero igual profundidad psicológica, a quienes amarás sin excepción.
Las motivaciones van desde lo mundano, como la bondad (recuperar un ser querido), la justicia (mejorar el país); hasta algunos únicamente egoístas, y totalmente insólitos (tales como, por ejemplo, la obtención de la inmortalidad o ser "perfecto").

La forma que tiene de tratar y balancear las distintas subtramas es sencillamente impecable. Sabe dosificar perfectamente el tiempo que debe dar a cada personaje en cada situación para que nunca lo olvidemos. Gracias a esto, a pesar de tener un elenco de individuos, no la sentimos desordenada ni forzada. Jamás perdemos la inmersión en la experiencia; es más, está estructurada de manera que cada subtrama vaya creciendo a la par que las demás conforme la historia progresa, por lo que el público acaba inevitablemente atrapado.

Es completamente impredecible (salvo por, quizás, el objetivo final). Y eso es un gustazo a la hora de verla. Los giros son sencillamente brutales. Es una animación más o menos para adultos, pero aun así, tenemos tanto momentos graciosos como serios y tristes. Puedes aprender muchas cosas y va más allá de la evolución individual de los personajes para centrarse también en otros temas como la amistad, el amor, la guerra, la ambición, la discriminación, el ser humano y qué significa ser uno, o cada uno de los pecados capitales, por ejemplo. La profundidad que yace detrás de todos los eventos que ocurren, tanto en sus metáforas e ironías como en su faceta más objetiva (personajes, argumento) no tiene parangón. No lo tiene.

Los capítulos funcionan por sí solos (cada uno tiene siempre, como mínimo, una escena de emoción pura capaz de erizar el cabello) tan bien como en conjunto. No hay pasos innecesarios, nada sobra y nada falta para esta gran aventura.

La animación está muy bien conseguida en los colores, los movimientos, etc. Eso sí, se sale sin duda en las escenas de acción. Escenas brutales, fluidas, llenas de golpes y coreografías espectaculares. Bien combates de uno contra uno o bien batallas a gran escala; de todo nos vamos a encontrar aquí. ¿Lo mejor? No son gratuitas. Gozan de un sentido y un trasfondo especial, lo que las hace no solo entretenidas, sino profundas también. Llega un momento en que tanta acción es adictiva y no puedes parar de ver episodios, uno tras otro, sobre todo en el ya mencionado clímax final.

Evita caer en los tópicos de mierda del anime, como "conseguir poder de la nada" o "derrotar al rival más fuerte que yo el cual me ha ganado antes sin esfuerzo, solo porque soy el prota y soy la polla". Aquí la progresión de poderes es realista o incluso inexistente, ya que el nivel de poder puede ser el mismo toda la historia si no es entrenado. La inmensa superioridad de los enemigos da lugar a combates realmente tensos en los que parece imposible ganar. Las cosas no salen nunca bien y los problemas son continuos, por lo que nunca dejan descansar al espectador.


Yo suelo decir que en cuanto a adaptaciones de manga, es mejor la obra original que el posible anime. Y sí, leer este cómic debe de ser una experiencia inolvidable. Sin embargo, no me arrepiento de haber visto el anime antes. ¿Por qué? Aunque la otra opción sea (quizás) más completa, hay algo que desafortunadamente, un cómic no puede tener: banda sonora. La de este anime es una puta maravilla en todos los sentidos. Tiene temas para todas las situaciones y siempre está colocada en el momento justo, así que la experiencia es mejorada infinitamente gracias a esto. No exagero, es una de las mejores que he escuchado en cualquier medio jamás.

Además, no hay un solo opening o ending que no sea una maldita obra de arte. ¿Conocéis esas ocasiones en las que os saltáis la intro para llegar más rápido al episodio? Esta no es una de ellas: yo nunca quería que se acabaran.




¿Y... hay puntos negativos? También. Palidecen ante el conjunto maestro de la serie, pero ahí están.

A veces la broma sobre la altura de Edward, el protagonista, es muy recurrida. Aunque el humor, por regla general, es ubicado correctamente, hay una pequeña cantidad de momentos dramáticos que son fastidiados a la hora de colocarle un chiste, y no es posible tomarse ese momento tan en serio como debería. No es que me queje del humor momentáneo, lo que no quiero es que se abuse de él. El anime podría haber sido mejor aún incluso si el tono serio fuera el dominante, con pinceladas graciosas de vez en cuando.

Como he mencionado antes, los primeros capítulos pueden no enganchar o resultar muy confusos; hay que darle tiempo. Esto no es un fallo, más bien una advertencia.

En el final se abusa un par de veces del Deux Ex Machina; es decir, personajes a quienes les está a punto de pasar algo (comúnmente ser derrotados) y son salvados en el último momento por algún otro personaje o por fuerzas que escapan a su control (la naturaleza, un destello, un fuerte viento o cosas así). Esto solo se nota en los visionados posteriores y no estropea el conjunto, pero lo hace ver algo más simple.

No obstante, con toda esa cantidad de puntos positivos a favor, creo que no es difícil saber cuál es mi valoración, ¿no?
No me pueden importar menos las minucias mencionadas pues este anime está, en mi opinión, lo más cerca de la perfección que cualquier obra puede estar.
Uno de los productos más satisfactorios que he degustado nunca. Quizás sea mi serie favorita.

10/10





Ahora, para todos aquellos que hayan visto la serie y la hayan disfrutado también procedo a hacer una especie de "mención especial/honorífica" a los personajes más brutales, que no son pocos. Pero se lo merecen.

Evidentemente, a partir de aquí SPOILER, o destripamiento de partes del argumento.




Gracias a Edward Elric. Por ser un protagonista más que digno, por enseñarnos que la edad no tiene por qué importar (ni la altura) y que al fin y al cabo los niños están hechos de pura bondad, aunque ingenua, pura bondad. Por todos esos episodios, por su determinación, sus buenos propósitos. Por el amor que profesa hacia su hermano.
Porque mola verlo en acción.

Gracias a Alphonse. Porque verlo al final con su cuerpo normal se me hacía raro, ya que para mí es la armadura más guapa de la historia. Por ser hasta mejor que su hermano en muchos aspectos. Porque también pelea que te cagas.

Gracias a Roy Mustang. Uno de los personajes más redondos y de mis favoritos sin duda. Porque su habilidad en alquimia, además de ser la que más mola, es la más poderosa. Por sus ideales. Por la justicia que imparte. Porque también es humano y a veces, necesita ayuda para ver el camino correcto. Porque es de los pocos alquimistas capaces de matar a los homúnculos.
A Hawkeye, porque prefiero sinceramente que me proteja ella a que me proteja un escuadrón de tipos duros. Es uno de los mejores y más badass personajes femeninos que existen.

Gracias a Scar, otro de los personajes más redondos. Comienza buscando venganza y puede ser tachado de villano al principio, pero su historia nunca dejará de ser genial y su evolución hacia el "lado bueno" impagable. También, por su habilidad en combate y por cómo mata a la peña. Una pasada.

Gracias a Alex Louis Armstrong. Por ser uno de los personajes más fuertes, musculado a más no poder, pero aun así nos sigue trayendo los mejores momentos cómicos y las mejores peleas. Y gracias también a su hermana, por ser la militar más efectiva y dedicada a su trabajo posible. Más puta ama aún que él, y mira que eso es difícil.

Gracias a la sensei y a su marido. A esta, por ser la sensei más chunga que existe, y a este, por ser el único que rivaliza con Armstrong en músculos (la escena de ambos comparándose y derrotando a Sloth es abominablemente buena, fuera de serie).

Gracias a Winry, por trascender el tópico de "novia del protagonista" para ofrecernos uno de los personajes femeninos más interesantes que hay en obra alguna.

Gracias incluso a los homúnculos. Sí, esos pequeños hijos de puta porculeros que parecen imbatibles, dotados de profundidad, metáforas e ironías, falsos sentimientos, y poderes increíbles. Al voraz Gluttony y la insaciable Lust, al indestructible Sloth, el sorprendente Envy (simplemente GENIAL), el imparable Pride (otra maravilla). El mejor, sin duda, el temible Führer de Amestris, también conocido como Wrath (el pecado capital Ira). Uno de mis personajes favoritos de toda la serie, siendo muy probablemente el homúnculo más poderoso tras Pride (no tiene más poder que su velocidad y habilidad combativa ayudada de su ojo omnisciente). Gracias también a Father, por ser un villano más que digno para una historia así, que tarda en aparecer pero da mucho de que hablar. Es el único tío con los cojones lo suficientemente grandes como para engullir a Dios.
Pero aun nos queda uno. Gracias a Greed/Ling, por ser el homúnculo más diferente y mejor definido. Por la química que tienen ambos y lo guay que es verlos en acción. Otro de mis favoritos, impagable.
En fin, gracias a Fu, a su nieta Lan Fan, al capitán Buccaneer (capaces de rivalizar contra el Führer), Barry the Chopper, a May, incluso a Yoki, a María Ross, Havoc (básicamente todos los del equipo de Mustang), a Hughes (pocas veces antes una muerte había tenido tanta repercusión).
Gracias a las quimeras, desde la primera (el cuarto episodio, uno de los mejores) hasta las últimas, que aparecen un poco de la nada, pero toman un protagonismo y trasfondo brillantes.
Gracias a Kimblee, por ser uno de los chalados más caóticos que hay.
Gracias a Hohenheim, por ser el papá número uno del mundo. Nah, es mentira, pero desde luego es un personaje grandioso que encuentra su fin de una forma preciosa, junto a la tumba de la primera persona que amó de verdad y le desmostró que la muerte tiene un sentido. Precioso.

Seguro que me salto alguno. Esto tampoco es que sea mi fuerte. Probablemente sea muy patético, pero no me importa: el anime lo merecía.
Larga vida a Fullmetal Alchemist.