lunes, 12 de noviembre de 2018

SENTIMIENTO: Crítica de 'Bohemian Rhapsody'. Una carta de amor a Queen.

Queen es una leyenda. ¿Es posible que no le guste a alguien? Lo digo en serio. Su influencia todavía se nota hoy en día, décadas después de su "época dorada". ¿Eres una de esas personas que, hasta la salida del filme, no tenía conocimiento de su existencia? No te preocupes, no necesitas un máster en su trayectoria para disfrutar de la película. De hecho, con toda probabilidad has escuchado una (o varias) de sus canciones sin ser consciente. Es más, subo la apuesta: alguna vez en tu vida has interpretado uno de sus mejores ritmos. ¿No me crees? Busca We Will Rock You en YouTube.

Me encanta Queen. Ahora bien, no soy su fan número uno. No conozco la historia al completo, no he escuchado todas las canciones, ni sé todas las letras. Sin embargo, puedo asegurar que me encanta.
¿Qué quiero decir con esto? Que, a pesar de admirar el grupo, no me dejaré llevar por tal hecho a la hora de juzgar Bohemian Rhapsody.
Los estúpidos argumentos de "solo te ha gustado porque admiras Queen" no son válidos. No pienso ser más blando con ella. Si (en mi opinión) no ha dado la talla, yo lo diré. Y haré lo mismo en caso contrario.


Entonces, ¿la cinta ha alcanzado las expectativas? ¿Ha resultado decepcionante? ¿Qué me ha parecido finalmente?
Un PELICULÓN.

Bohemian Rhapsody comete numerosos errores. Es una película imperfecta como la que más, pero aun así la perdono, porque desprende una pasión pura y un poderosísimo sentimiento contagioso muy, muy difíciles de encontrar en el cine actual. Hay un cariño infinito puesto en cada maldito fotograma del que es imposible no enamorarse, y que automáticamente hace parecer insignificante cualquier pequeña metedura de pata que haya sucedido por el camino.


¿Podría decir muchos aspectos negativos acerca de ella? Podría, sí.
Podría decir que su estructura es irregular y en el guión apenas hay cohesión entre cada escena. Se suceden de forma algo artificial.
Podría decir que dejan miles de cosas en el tintero, pues apenas indaga en la historia de Queen o sus integrantes.
Podría decir que he avistado errores técnicos o secuencias que tenían la oportunidad de haber sido rodadas de mejor forma.
Podría decir que el repertorio de canciones no es excesivamente grande.
Podría decir que no todos los personajes obtienen mucha profundidad.
Podría decir que recurre a algunos clichés.
Podría decir...

Pero, ¿sabéis qué? También puedo decir algo diferente. Puedo responder a todas esas exigencias. Puedo, y prefiero hacerlo.


Puedo decir que alcanza el equilibrio perfecto entre música e historia. Algunos aseguran que se debería haber dado más tiempo a la historia. No obstante, nos habrían dejado menos música si hubiera ocurrido así, y eso no sería bueno. De la misma manera, la historia habría quedado demasiado descuidada con un mayor enfoque hacia el apartado musical. Por suerte, ninguna de estas dos opciones han ocurrido.
Puedo decir que, aunque el guión esté lleno de carencias, estas son fácilmente eclipsadas por unos intérpretes inmensos y una direccion ágil, atrevida, creativa y ¿por qué no? excelente.
La carencia de profundidad de los personajes en el guión queda perfectamente suplida por el talento de los actores y la sinergia que existe entre ellos. Aportan esa personalidad y carisma necesarios para dar vida propia a las personas que interpretan, engañándonos a los espectadores por completo al hacernos creer que son los verdaderos integrantes de Queen sin que lo dudemos un solo segundo. Son una familia. Funcionan en conjunto y por separado. Son los inadaptados que tocan para otros inadaptados en fondo de la sala... y pertenecen a ellos.

Rami Malek. Jamás pensé que ese nombre pasaría a los anales de la historia. Cuánto me equivoqué. Ha superado todas las expectativas. Cualquier cosa que yo añada es innecesaria. Simplemente, como no le den el Oscar a Mejor Actor este año, me voy a ver obligado a cagarme en el criterio de unos cuantos incautos académicos. Vaya PAPELÓN ha realizado el chaval, dios. Extravagante. Poderoso. Rompedor. Único. Freddie Mercury en toda regla.
Eso sí, recuerdo que en el reparto nadie se queda atrás: toda actuación en esta cinta es excelente. Ahora bien, era obvio quién debía destacar.


Bryan Singer también ha sido una pieza vital a la hora de dotar a Bohemian Rhapsody de su energía y vitalidad. La duración no es moco de pavo (2 horas y 15 minutos), pero se pasa en un abrir y cerrar de ojos gracias a un ritmo endiablado e imágenes que golpean la retina. A la hora de transmitir la emoción y el sentimiento de la película, nuestro director se junta con el magnífico reparto y juntos ofrecen un resultado inimitable, extraordinario. Todo un espectáculo de sensaciones con una música inmejorable (¿podemos estar de acuerdo en que estamos ante una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine?) que consigue hacernos sentir más amor por Queen del que ya teníamos.

Y a pesar de que pareciera imposible en un principio, al final es creado un drama sumamente competente detrás del escenario. Nos hace sufrir, nos desgarra y nos recuerda la tragedia del protagonista. La evolución de Freddie influenciada por el sutil (y muy bien escrito) personaje de Paul es pura brillantez cinematográfica. La conclusión de sus relaciones amorosas en la película es simplemente bellísima.

Habrá quien diga, como motivo de crítica negativa, que el filme se aprovecha de la influencia del Queen real y el amor que profesamos hacia su música. Mi pregunta es, ¿y qué? Vamos a ver, soltemos los prejuicios un momento y dejemos las tonterías: si a mí me mandaran hacer un biopic de la banda de rock and roll más aclamada del mundo, sería un puto idiota si no me aprovechara de eso mismo. Estaría abandonando toneladas de potencial malgastado. ¿Qué le podemos reprochar?

Además, creo firmemente que nos hallamos en una época perfecta para su lanzamiento. Queen es una leyenda y jamás será olvidada; ahora bien, su influencia ha bajado considerablemente con los años. Personalmente, me encanta ver cómo la gente vuelve a escucharlos y a ponerlos en la radio, permitiendo así un encuentro con nuevas generaciones que los desconocían hasta ahora. No te sientas avergonzado si la cinta que nos ocupa ha sido la razón por la que te has introducido a este maravilloso mundo. ¡Nunca es tarde!


En mi opinión, Bohemian Rhapsody es una carta de amor al que, posiblemente, ha sido el grupo musical más grande de todos los tiempos. Poco importa que sepas más o menos de él: todos y todas seremos capaces de disfrutar por igual. De la misma manera, tampoco esperes salir de la sala de cine sabiendo todo acerca de la banda. No vayas a ver el filme con intención de presenciar una biografía detallada de Queen, pues no es el objetivo. Estamos ante una "experiencia" más que ante una "película" en sí. Vívela. Preocúpate del resto más tarde.
¿Cómo podría no otorgar una gran calificación a una obra que me ha hecho sentir como si estuviera en el mismísimo escenario? He formado parte del grupo. Del público. Me he emocionado con la historia. Me he emocionado con el concierto. Demonios, he vivido ese concierto en mis propias carnes. ¿Cómo no le voy a dar un sobresaliente, por favor?
¿Podría ser mejor? Sí, podría. Pero entonces, habría sido un maldito 10/10. Para mí, es de lo mejor en lo que llevamos de año.

8.5/10