sábado, 31 de marzo de 2018

Reseña "Marvel's The Punisher" (El Castigador, primera temporada) de Netflix

Netflix estrenó hace unos cuantos meses su nueva versión del anti-héroe Marvel por excelencia, Frank Castle. Para sorpresa de nadie, mi opinión llega algo tarde y espero que me seáis capaces de perdonar por ello. Como siempre, no es mi intención aportar detalles o interpretaciones novedosas de la serie (puesto que ya estará todo dicho); simplemente quiero expresar mis impresiones sobre la misma. No he leído suficientes tebeos como para considerarme fanático de El Castigador, pero sí poseo un mínimo conocimiento de sus historias, y además, en esta ocasión guardo especial interés, pues tengo el dudoso honor de ser una de esas pocas personas a quien le gustan las dos entregas cinematográficas del personaje. En lo personal, mis expectativas eran difíciles de alcanzar.

The Punisher salió en un momento difícil para el mundo televisivo de Marvel, por lo que sobre ella recayó la imprescindible tarea de demostrar que este mundo aún es capaz de ofrecer productos de alta calidad.
El tiempo ya ha pasado, así que la siguiente pregunta ya puede ser respondida: ¿Ha logrado The Punisher su objetivo?

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No es la mejor serie de televisión del mundo ni pretende serlo. No ha alcanzado una enorme fama mundial, y no creo que haya marcado muchos récords de audiencia.
Pero eso no era primordial.
The Punisher se ha revelado como una serie estupenda, poseedora de una buena trama protagonizada por buenos personajes, y más importante: leal al material original.
Adapta donde tiene que adaptar; es fiel donde tiene que serlo; y no se siente como simple fanservice o como algo irrelevante. Es una historia autoconclusiva que funciona por sí sola, de manera que podrás disfrutarla sin tener que haber leído un solo cómic anteriormente o sin haber visto las películas
y series de Marvel previas a ella.


Las actuaciones son uno de los puntos más sólidos. Amber Rose es genial, Ebon hace un trabajo formidable, Ben Barnes lo clava y Paul Schulze interpreta a un villano aterrador.
Pero es Jon Bernthal quien nació para su papel. Su aparición en Daredevil nos hizo creer a todos que este tío podía tener un gran futuro, pensamiento que ya se ha comprobado totalmente con la salida de esta serie. Tanto su apariencia ruda como su voz están clavadas. Encima, el actor nos hace ver la humanidad del personaje, que está en una confusa epopeya de sufrimiento e indecisión. Su ira se halla reprimida en el interior, y pobre del que ose liberarla, pues se dará de bruces con un aterrador monstruo vengativo sin escrúpulos que arrasa con todo lo que tiene por delante. Todos estos matices se sienten reales, ya sea en su tranquilidad o en sus imponenetes momentos de furia asesina, hasta el punto de no parecer una actuación. Ambos hombres se han fundido y ahora, Jon Bernthal es Frank Castle.

Me llevé una gran sorpresa cuando, en el transcurso de la temporada, los secundarios adquirían protagonismo, que se tradució en un apropiado nivel de profundidad y evolución. Castle lleva sobre sus hombros la mayor parte del peso de la serie, pero no por eso a los demás se les da de lado. Madani, Lieberman y su familia, Billy, Rawlins, Curtis, Lewis, todos resultan imprescindibles para el transcurso fluido de la historia. Eso me desmostró que no estamos ante el típico producto unidimensional de superhéroes. Estamos ante una historia realista (todo lo que puede), que cuenta además con villanos perfectamente justificados que no caen jamás en lo ridículo ni exagerado; poseen un aura de verosimilitudpeligro. El antagonista principal es uno de los tipos ficticios que más he odiado en mucho, mucho tiempo.
Yo gané apego sincero hacia algunos personajes, como Lieberman u obviamente el propio Castle, y esto es porque se toma el tiempo de presentarlos y explicarte cómo son (a veces es un tiempo excesivo, pero ya iremos con eso más adelante). Entre ellos hay una eficaz diversidad: cada uno es distinto y cada uno carga con diferentes dilemas. Es de agradecer que no haya discriminación de sexo ni racismo. Aunque estemos a pleno 2018, aún hay productos que esto no lo han comprendido.

Uno de mis grandes miedos (y el de la extensa mayoría del público) era la posible censura. El Castigador siempre ha sido la cara "fea" de Marvel, un cómic sin límites que no ha escatimado en violencia horrible o historias repugnantes. Este factor hace que su público se vea muy reducido, puesto que la gente más sensible no lo podrá soportar. Sabiendo lo que Disney está haciendo con los superhéroes (infantilizarlos hasta puntos absurdos), muchos de nosotros temíamos que este Castle no pudiera ser tan brutal como debería. Me alegra decir que esto no es así: la violencia es áspera, es desagradable, es real, y por eso es una auténtica delicia. Me siento muy satisfecho con ella.

The Punisher se atreve con cosas que muy pocas series serían capaces de tratar (salvo las de HBO, esos cabr*nes se atreven con todo) y sinceramente, me ha encantado. El espectador será testigo de personajes más retorcidos de lo normal, sádicos, fetichistas o directamente depravados sexuales; lo que le otorga una atmósfera más agresiva que encaja a la perfección.
El apartado técnico es maravilloso, y muy para mi asombro, la banda sonora tiene temas brillantes.

Evidentemente, Frank Castle se muestra como un badass, el "puto amo"; sin embargo, te dejan caer a veces que su limitado punto de vista no es muy diferente del de un terrorista, o simplemente un criminal. Él es consciente de que lo que hace no es moralmente correcto, ¿y sabes qué? No le puede dar más igual: él no es un héroe, nunca fue su intención.
A la hora de ahondar en la personalidad atormentada de Karen Page hay una pequeña "apología de las armas" que hallo innecesaria, poco acorde con su personaje; a pesar de que después esto es compensado, pues el resto de tramas están dedicadas a destacar (muy sabiamente) lo horrible e injusta que es la guerra, y cómo esta destruye las vidas humanas sin remedio alguno.


Ahora bien, obviamente no todo ha sido para alabar.
Principalmente, creo que 13 capítulos ha sido una longitud excesiva para la historia que se ha contado. La trama es simple, eso está bien, pero no da para tanto. En general, a la serie le cuesta arrancar. Aunque agradezco el alto nivel de profundidad que se le ha concedido, al mismo tiempo pienso que ciertos momentos han sido estirados hasta el punto de sacrificar todo el ritmo. No es necesario detener toda la acción para explicarnos a un personaje. Personalmente, no me sentí enganchado al 100% hasta el cuarto o quinto capítulo, cuando las subtramas convergen y los problemas comienzan a hacerse más y más grandes.
No ha llegado a resultarme "aburrida" en ningún momento, pero sí hay momentos indudablemente más entretenidos que otros, resultado de una estructura narrativa algo irregular.

Consecuencia directa del apartado que acabo de tratar, viene el siguiente: he echado de menos más violencia. Antes de nada: , hay violencia. , la violencia que hay es brutal. Pero eso no quita el hecho de que Frank se pone el "traje" del Castigador en un único episodio. Sus masacres se pueden contar con los dedos de una mano, número insuficiente (en mi opinión) para una duración tan extensa como 13 capítulos.
Y no me digas: "mayores cantidades de violencia exagerada no hacen mejor a una serie", porque estamos hablando de El Castigador, cuyo signo de identidad es la violencia desmedida. A quien no le guste esto que no la vea, así de fácil. Cuando vas a ver un producto de este personaje, automáticamente se te prometen matanzas inmorales de mafiosos hasta en la vuelta de la esquina. Este nuevo Frank Castle es demasiado... suave, y no termina de captar la esencia de asesino psicópata que lo hace tan fascinante en los cómics.

El clímax del penúltimo capítulo (duodécimo) me parece una gozada audiovisual, el último paso para completar una evolución que se ha ido estableciendo poco a poco, con buena letra. En este punto, yo consideraba necesario un episodio 13 para dar toque final a los últimos cabos sueltos de la temporada; desafortunadamente, en el susodicho episodio se dio una conclusión insatisfactoria para mi gusto. Demasiado ligera, quizás. Tiene momentos sublimes (no me esperaba lo de Jigsaw, siendo sincero), pero gran parte de la evolución mencionada se ha abandonado de forma incoherente. Solo me queda esperar para una segunda temporada que termine de explorar estos detalles que estoy mencionando.



Así que, ¿opinión final? Mi corazón dice sobresaliente, mi mente dice notable, y mi memoria no para de recordarme las horas de buen entretenimiento que me ha ofrecido, sobre todo a partir de la segunda mitad de la temporada. 8,5/10.

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