viernes, 29 de diciembre de 2017

Reseña "Cowboy Bebop" (Anime). ¿Obra maestra? ¿Sobrevalorada? ¿Ambas? Mi opinión.

Tengo sentimientos muy mezclados acerca de esta obra.
¿Es realmente tan maravillosa como absolutamente todo el mundo promete?
¿O por el contrario su propia (altísima) reputación la traiciona y no está, verdaderamente, a la altura de las expectativas marcadas?


Esta crítica de Cowboy Bebop va a ser muy personal. Si queréis un análisis exhaustivo de cada uno de los mensajes ocultos (y no tan ocultos) que tiene, o sobre el significado de todas las metáforas que podamos hallar; este post no es vuestro sitio. 
Hay infinidad de vídeos (como el de Super Eyepatch Wolf) y críticas que profundizarán mucho más y mucho mejor de lo que yo jamás podría hacer (de hecho, recomiendo especialmente echarle un vistazo al enlace que acabo de colocar, aunque aviso, está en inglés); por lo tanto considero absurdo tratar de abarcar lo mismo sin tener nada nuevo que aportar.

Es por esto que me centraré en expresar, simplemente, mis experiencias personales acerca de la serie sin ninguna clase de spoiler relevante, las cuales servirán como posibles consejos para aquellos que aún no la hayan visto. Intentaré que os entren ganas de verla (ya que merece la pena); pero también me aseguraré de que estéis preparados para hincarle el diente y no os pase como a mí la primera vez.
Vamos allá.



Cowboy Bebop es distinta, casi única en su género. 
En Cowboy Bebop la historia (algo que muy por lo general es considerado "lo más importante" de una obra) carece de total relevancia, incluso podríamos decir que es inexistente.
Y es por tal característica que este anime es tan especial, tan distinto. Desafortunadamente, puede jugar tanto a su favor, como en contra.

Años atrás, yo había descubierto ciertas obras niponas (tales como Fullmetal Alchemist: Brotherhood, Gantz o 20th Century Boys) de una innegable calidad perfecta. Encontré en ellas historias cautivadoras que seguían un esquema lineal o en ocasiones fragmentado, pero de principio y final claros, donde se nos contaban las peripecias de personajes asombrosos los cuales evolucionaban conforme la historia avanzaba y esta les forzaba a cambiar; hasta llegar a un clímax en el cual todos los objetivos de la obra se cumplían.
Tras haber terminado semejantes maravillas, yo, invadido por el vacío que estas dejaron atrás, me sumí en un afán de encontrar más historias que me consiguieran transmitir tantos sentimientos y emociones con la misma potencia arrolladora. En resumen: me puse a buscar más obras maestras de la cultura japonesa.

Y en aquella situación, era imposible no toparse con mi querida Cowboy Bebop: aclamada por público y crítica como uno de los mejores animes de todos los tiempos.
Así que me dispuse a disfrutar de la serie. Sin embargo, no lo hice con la mente suficientemente abierta. Lo que me encontré no era lo que yo buscaba. Yo quería una serie "al uso", con una historia definida y una trama que se pueda seguir con el paso de los episodios, cosa que no me ofreció. Al décimo capítulo, confundido todavía por no haber encontrado una trama principal, la dejé.
Este fue mi gran error. Porque si hay una cosa que he aprendido es que el hecho de que algo no sea lo que tú buscas en una primera instancia, no quiere decir que sea malo. De hecho, puede ser hasta mejor, pero al estar uno encerrado en una auto-impuesta estúpida burbuja de prejuicios e ingenuidad, puede que no se de cuenta de ello.

Yo sabía que Cowboy Bebop era buena mientras la veía. Pero no la estaba disfrutando de verdad.

Años después la terminé, solo por atar ese cabo suelto. No le hice excesivo caso, por ende, continué sin disfrutarla en su totalidad. Mi nota entonces era un 7.


Pero ay, amado YouTube. Escenas de Cowboy Bebop aparecían continuamente en mis recomendaciones, y me dió por ver las vídeo-críticas donde la analizaban y explicaban.
Poco a poco, algo fue creciendo dentro de mí. Un amor incondicional por la serie y por lo que significaba.
Sí, es una total pena que me diera cuenta del potencial que tenía una vez ya la había visto, una vez ya era demasiado tarde para volver a disfrutarla en su totalidad. Cuanto más recordaba, más entendía, y más me gustaba lo que Cowboy Bebop representaba. Me sumía más en aquel mundo, amaba más a los personajes, y más me dejaban sin aliento aquellos momentos geniales.



¿De qué va Cowboy Bebop? Esa pregunta carece de la más mínima importancia.

La verdadera pregunta es, ¿qué transmite Cowboy Bebop? 
Esta es una serie de personajes, pero de una forma distinta. No se centra en su evolución pues esta ya ha sido completada. Se centra en sus actuales dilemas al ser incapaces de avanzar y dejar atrás aquello que les lastra. Se trata, como muy bien se ha dicho ya, de la madurez y ser un adulto.

No hay finales felices. El espectador aprende la moraleja únicamente por ver fallar a los protagonistas: estos no son modelos a seguir. Son personas atrapadas por sí mismas y por su pasado, que intentan ignorar la deuda que han de saldar, quedando así estancados en una persecución infinita donde huyen de su propio ser. Al principio parecen estereotipos clásicos (de hecho, muchos lo son), y aun así, logran otorgarles una serie de capas de profundidad que nos hacen olvidar sus aparentes raíces convencionales.
Con el tiempo, me dí cuenta de que parecían haber sido hechos expresamente para mí. Como le habrá pasado a miles de personas también, me sentí tan identificado con algunos de los personajes... ¿cómo no iba a ocurrir esto, teniendo en cuenta lo brillantemente escritos que están?


Los diálogos son impagables. Las interacciones también, al igual que las relaciones que se establecen entre ellos. Cada mínimo detalle está cuidado con una precisión y cariño abismales.
Pocos productos en el mundo del anime se han creado con tanta delicadeza y pasión. El resultado es tan real que impacta, tan melancólico que desgarra, y tan precioso que es imposible no acabar amando tanto a todos y cada uno de los tripulantes de la nave Bebop, como a cada personaje aleatorio que aparece en nuevos capítulos: ya que hasta estos últimos tienen personalidades e historias únicas, distintivas y magníficas.

Y lo mejor: lo tiene todo. Al no tener una historia que contar en sí, no está atada a ningún género y puede hacer lo que quiera. Veremos comedia, drama, cine del oeste (western), terror y suspense, ciencia-ficción, acción, artes marciales, cine negro; siempre de la mano con un toque único y diferente en cada episodio.


Podría tirarme horas alabando su calidad argumental (aunque no haya un argumento definido como tal), la calidad de personajes, la apabullante cantidad de detalles, riqueza y viveza del mundo ficticio creado, sin embargo, probablemente me quedaría repetitivo. Creo que con lo que he dicho es suficiente.


Solo me quedan un par de cosas por mencionar: entre estas su animación.
Me la voy a jugar mucho con esta afirmación, que si bien no será compartida, yo la defiendo con total seguridad: Cowboy Bebop tiene la mejor animación de la historia (al menos, de los animes que yo haya visto). Así de duro.
Nada de 3-D. Nada de peleas estáticas. Nada de fondos y decorados perezosos. Cada plano, cada imagen, tiene una cantidad inmensa de trabajo puesto en ella. Se nos ofrecen en todo momento fotogramas y escenas impregnadas hasta los topes de belleza absoluta.
Las peleas mejoran cada vez que las veo: vibrantes, elegantes y callejeras al mismo tiempo. La sensación de movimiento y fluidez jamás se ha captado como aquí, créeme.

La música. Magistral, sublime, apoteósica, maravillosa, increíble, preciosa, divertida, y me faltan adjetivos. Se adapta a la perfección cual camaleón dependiendo del estilo de cada capítulo (aunque siempre manteniendo un espíritu muy de jazz) y jamás decepciona. No hay ni una sola canción mala.

Por último, el doblaje. Yo la ví por primera vez en castellano. No digo que fuera un error (es bastante bueno); pero la versión en inglés es infinitamente superior. Por si te lo estás preguntando,, es mejor incluso que la versión original en japonés, siendo uno de los mejores trabajos de doblaje que se hayan realizado nunca. Gracias a las magistrales voces que pusieron (las cuales están a la par con las mejores actuaciones), el nivel de la obra asciende más aún hasta puntos insospechados. Transmitir tantas emociones con la voz debe ser un trabajo dificilísimo.


Me encantaría entrar en mucho más detalle, sin embargo, he de aprender a reducir la longitud de mis críticas, por lo que me temo que pararé aquí.
Si has llegado hasta este punto, lector o lectora, te lo agradezco; y espero de todo corazón que haya nacido en ti una necesidad interna imparable de ver (o volver a verCowboy Bebop. No quiero nada más.


¿Hay alguna queja?
, a pesar de todo lo dicho, aún encuentro un aspecto que podría haber sido mejor: es irregular en sus virtudes. Hay varios episodios que no están al nivel del resto. Son 26 en total, y mantener siempre un nivel tan alto es complicadísimo. No todos los capítulos son igual de buenos, hasta hay ocasiones en las que la serie da palos aleatorios sin nada que aportar. La trama que podríamos considerar como "principal" (Spike y su pasado) apenas tiene 4 o 5 episodios, y no puedo evitar entristecerme ante ello, pues sinceramente no me parecen suficientes. En mi humilde opinión, podrían haber sustituido los capítulos más insustanciales por otros con mayor jugo, y habría ganado muchísimo. De hecho, esta carencia hace que el anime pierda ritmo en ocasiones, logrando que algunos espectadores (como yo hice en su día) dejen de verla antes de terminar.

Me sentiría mal otorgando un 10 o un 9 a un producto que, la primera vez, no fue capaz de seducirme en lo más mínimo. Pero, ¿sabéis qué? Son las obras que no abandonan tus pensamientos incluso mucho después de haberlas terminado, las que crecen dentro de ti poco a poco de forma positiva; aquellas obras que merecen ser calificadas como sobresalientes. Para mí, tiene un 8.75/10.
Siento un aprecio infinito por todos y cada uno de los personajes. Desafortunadamente, conozco mis limitaciones en el estado actual en el cual me hallo (distraído e incapaz de recordar todos los detalles necesarios). Querría hacerles un breve mini-homenaje; aunque sé que no les haría justicia. Por ello me limitaré a decir lo siguiente, simple, pero sincero: muchas, muchas, muchas gracias.

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