lunes, 1 de junio de 2015

Revisión de Game of Thrones (Temporadas 1-3)


El fenómeno mundial que ha batido todo tipo de récords de audiencia, una de las mejores series de la actualidad y qué coño, todo el mundo sabe que de la historia, compitiendo con otras series, como pueden ser los colosos Breaking Bad, The Wire o Band of Brothers. Era mi obligación verla, más aun en este momento que estoy viciándome peligrosamente a las series de televisión. Tres temporadas llevo ya, suficiente creo como para hacerme una imagen de lo que es la serie, y de lo que será. Vamos desde el principio.

La primera temporada. Nada del otro mundo, todo hay que decirlo. Ese fue mi pensamiento inicial. Cuan erróneo. Ciertamente, lleva un ritmo muy, muy pesado desde casi al principio, hay una ingente cantidad de personajes, todos muy distintos, en lugares cada uno más lejos del otro, una mezcla de personalidades y objetivos diferentes de cada uno, va a costar que arranque la situación con tanto tío que presentar, y los problemas, complicaciones, no van a comenzar hasta los tres últimos episodios, quizás. Lo que sí está muy currado es, indudablemente, la escenografía, los decorados, los paisajes, el vestuario, y los efectos especiales. El guión, a pesar de que le cueste arrancar, te mete de lleno en un mundo completamente nuevo, reinventando la historia mundial añadiéndole dinamismo, magia y dragones. Es como un viaje a una nueva tierra media, pero con distintos orígenes y básicamente nada que ver con por ejemplo, “El Señor de los Anillos”, originalidad, y eso se agradece. Esta es más cruda, más oscura incluso, y los hombres tienen un papel protagonista absoluto en el 99% del conjunto. Al final, solo en el final, ya sabrás cómo es cada uno, sus intenciones, y lo mejor, hay tanto donde elegir, que puedes coger el bando que te dé la gana. No hay malos, ni buenos, realmente. Lo que significa algo que a mí, ya sabéis, tanto me gusta: progresión. Es cada uno haciendo lo que puede para que sobrevivan él y su familia. Es muy agradable que haya una gama tan amplia, ya que con alguno te sentirás identificado mínimo.
Totalmente inesperada a no ser que te hayas tragado los spoilers. Te das cuenta de que esto, va a ser diferente. Y mola.



A pesar de no ser una primera temporada con buen ritmo, fácil de digerir, ¿por qué la gente siguió, por qué tuvo tanto éxito? ¿Sólo aquellos a los que nos gusta una buena historia profunda deberíamos apreciarla, no? Pues no.
La historia, los personajes, tienen un poder de adicción asombroso. Quizás no tengan finales que te dejan sin respiración, o quizás todos no sean capitulazos buenísimos, pero al meterte de lleno en un mundo nuevo tan misterioso, te crea dentro una curiosidad, una necesidad interna, de ver el siguiente capítulo, a ver qué demonios va a pasar. Tiene una capacidad de entremezclar personajes, historias y situaciones totalmente distintas para que al final esté todo relacionado, y todo tenga sentido, innata. Es una de sus mayores virtudes, ya que es casi imposible llevar a un número tan grande de personajes distintos por una senda distinta, perfilando las características tan bien, y que al final todos sean esenciales. En ese caso sí que me recuerda, cómo no, a mi querida The Wire.
Y, por supuesto, una ambientación perfecta. El apartado técnico es impecable, asombroso; el atrezzo, brutalmente genial. Se han gastado un pastón, y les ha quedado de puta madre. Tiene también mucho mérito la diferenciación de colores: Winterfell, todo muy oscuro, muy pálido por así decirlo, mientras que en otros sitios, como la capital, King's Landing, son colores más calidos y acogedores.
Los dos últimos episodios son maravillas, eso sí. Es cuando te empiezas a dar cuenta de lo ambiciosa que es esta serie, y cómo ha cumplido completamente su propósito.
A la primera temporada, al principio le di un 9. Ahora, habiéndo reflexionado y habiendo visto más Game of Thrones, entendiéndolo todo mejor, se merecería un 9,5 tan justo, que se queda en un 10, a tomar por saco. El mejor episodio está en un empate entre los dos últimos.
A partir de aquí, comienza un subidón apasionante, desde la humildad inicial hasta la ambición que empieza a brotar, barriendo las expectativas y creciendo a niveles apabullantes. Eso es algo que yo, aprecio mucho.


La segunda temporada, aunque comienza con las mismas características que la primera, puedes divisar que una tormenta se acerca. Todos están enfrentados entre ellos, solo hay sitio para los más fuertes, o los más listos, y no sabes quién va a ganar en absoluto.
Excelente temporada, con capítulos que alcanzan niveles de perfección pocas veces vistos, donde muchos personajes toman muchísima más personalidad y son mejor perfilados, aparecen nuevos que son igual de brutales, además de ser endiabladamente entretenida. Además de una última secuencia que te deja con la boca abierta, sencillamente brutal. No repetiré lo anteriormente dicho. Al igual que la primera, un 9,5 que se acerca más al 10 que al propio 9,5.
El mejor episodio, sin duda, Blackwater.

Pero, ¿la tercera? La tercera, al fin, tras una dura lucha, se merece un 10 clavado. Aunque comienza también con esos típicos altibajos, el desarrollo, cómo los personajes van poco a poco consiguiendo lo que quieren o fracasando, demostrando características ocultas, la conclusión de muchos problemas y de la mayor parte de la lucha, las revelaciones que ocurren. No me voy a enrollar mucho que ya me está ocupando demasiado. Pero he de decir, que el noveno episodio, The Rains of Castamere… es brutal. Impactante. Decisivo. Inesperado. No tengo palabras. Una obra de arte.




Tyrion Lannister es, por ahora, el que se ha ganado el mejor hueco en mi corazón. Es listo, muy listo, sabe lo que quiere, tiene su código, sabe su posición, y sabe cómo jugar en ella.
Sandor Clegane y Jon Snow, van después de él. Vaya unos cabrones, cómo molan.
Tywin Lannister, es otro que me gusta. Este sí es un cabrón de cuidado, uno de los peores villanos, pero ha pasado por mucho, por lo tanto, es muy sabio. Quizás este no sea del agrado de la mayoría, pero algo que no puedes negar es su inteligencia y sus dotes de estrategia.
















Por supuesto, mi señora Khaleesi, Arya, Robb, Ned, el extremadamente asombroso e inigualable Jaqen H'ghar, Khal Drogo, Sir Davos, Brienne, Jaimie... muchos para la posteridad, si señor.

Me declaro oficialmente fan. No quiero llenar ahora las críticas de comparaciones pero me siento en el deber de decirlo: sí, es una obra maestra, pero por ahora, aunque no llega al nivel de Breaking Bad, o The Wire; va por buen camino. Maravillosa.


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